Continúa...
12:22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por
vuestra vida qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. -"Afanarse,
(merimna) probablemente relacionada con merizo, atraer en
diferentes direcciones, distraer, y por ello significa aquello que causa
esto, un afán, especialmente ansioso, Mt 13:22; Mr 4:19; Lc 8:14; 21:3; 2
Co 11:28, 'preocupación'; 1 P 5:7, 'ansiedad'. Nota: El adjetivo
Amerimnos (a, negación) significa libre de cuidado, Mt 28:14, 'os
pondremos a salvo', RVR, haremos que estéis sin cuidado'" (WEV). 1 Cor.
7:32, "sin congoja". La Biblia de las Américas dice, "no os preocupéis".
Ideas afines son: angustiarse, acongojarse, ser agobiado, Luc. 12:29, "estar
en ansiosa inquietud", ser ansioso (tener ansiedad), tener cuidado.
Es normal y aceptable que nos preocupemos por la familia, 1 Cor. 7:33,
“pero el casado tiene cuidado (se preocupa, LBLA) de las cosas del mundo,
de cómo agradar a su mujer”.
También debemos preocuparnos por el bienestar espiritual de los
hermanos, 2 Cor. 11:28.
Pero en este texto (Luc. 12:22-31) Jesús se refiere a la falta de fe
en sus discípulos (v. 28); es decir, el preocuparnos por lo que
comeremos o lo que vestiremos indica falta de fe en la providencia de Dios.
En el texto paralelo (Mat. 6:25-34) Jesús dice, “Por tanto os digo: No
os afanéis”. Las palabras "por tanto" indican una conclusión de lo que
había dicho en Mat. 6:19-24, en los cuales nos da tres razones muy buenas
por las cuales debemos poner plena confianza en Dios y no en cosas
materiales (cosas de este mundo): (1) los tesoros de este mundo no son
confiables porque son perecederos, no duran; (2) si el ojo es maligno (avariento),
toda la vida está llena de oscuridad; y (3) es imposible servir tanto a
Mamón (las riquezas) y al mismo tiempo servir a Dios (porque cada esclavo
tiene solamente un amo).
12:23 -- La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. --
Aquí nos dice por qué no debemos preocuparnos en cuanto
a qué comer, qué beber o qué vestir. "Psuche (vida), aliento de
vida, la vida natural... Hablando en sentido general, psuche es la
vida individual, el ser vivo" (WEV). Esta "vida" es la que vivifica el
cuerpo (saliendo esta vida el cuerpo queda muerto). La vida (es decir, uno
mismo) es mucho más importante que el alimento que la sostiene, como
también el cuerpo es mucho más importante que la ropa que lo cubre. El
primer argumento de Jesús fija las prioridades.
Dios nos da la vida y el cuerpo en que vive. El sabe que no somos
máquinas (ni tampoco ángeles), y que necesitamos de alimento y ropa. La
vida es importantísima, una verdadera dádiva de Dios de sumo valor. Si
Dios nos da una dádiva tan preciosa, ¿no la sostendrá? Si nos da cuerpo
que es el templo del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19, 20), ¿no le proveerá
ropa?
El propósito de la vida no es simplemente comer y beber, ni es el
propósito del cuerpo simplemente vestirse. Estas son cosas necesarias pero
son cosas secundarias. La vida existe en el cuerpo para servir a
Dios, para glorificarle, para avanzar los asuntos de su reino y su
justicia (ver. 33).
Son deseos secundarios. Es verdad que deseamos comer, beber y
vestirnos, pero estos deseos, aunque sean básicos, no son los deseos más
importantes de la vida. Satisfacemos estos deseos para poder satisfacer
otros deseos mucho mas importantes. Aun los animales tienen el deseo
de comer y beber, pero los hombres somos hechos a la imagen de Dios (Gén.
1:26, 27), y tenemos otros deseos superiores.
12:24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni
tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros
mucho más que las aves? - Somos enseñados por las aves. El
hombre tiene dominio sobre los animales y las aves (Gén. 1:28; Sal.
8:6-8), pero las aves nos enseñan. Debemos observarlas y aprender de ellas.
No saben nada de agricultura (GH). No siembran, ni siegan, ni recogen en
graneros, ¡pero no están llenas de ansiedad! porque vuestro Padre
celestial las alimenta. Dios cuida de los cuervos aunque bajo la ley de
Moisés eran aves inmundas (Lev. 11:15).
Desde luego, Jesús no condena el trabajar. Muchos textos enseñan
la necesidad de trabajar (Efes. 4:28; 1 Tes. 4:11, 12; 2 Tes. 3:10). El
hombre trabajó en el huerto de Edén, antes de pecar (Gén. 2.17). El
trabajo no es un castigo sino una bendición. El hombre fue creado para
trabajar, pero no para afanarse. Las aves trabajan. Dios "las
alimenta". El provee la comida y las aves aprovechan esa provisión,
trabajando para comer. Jesús no dice, "No trabajan las aves", porque sí
trabajan, pero trabajan sin afán, aunque no recogen en graneros. No
tienen nada almacenado para mañana. No se preocupan por el día de
mañana. Cuánto más debemos evitar el afán, porque no solamente trabajamos,
sino también recogemos en graneros (hacemos provisión para el futuro).
Ecles. 2:22-24; 3:12, 13, 22. Es necesario trabajar, pero ¡qué lástima que
para muchos el trabajar es pura molestia! "No hay cosa mejor para el
hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo". 1
Tim. 5:8, es necesario trabajar y proveer para la familia.
Tampoco condena el recoger en graneros. El hombre debe
sembrar, segar y recoger en graneros, pero sin angustiarse. El
problema es que aunque el hombre recoja en graneros, aun así sigue
preocupado por cosas materiales. (El mal que hay en recoger en graneros es
el egoísmo, Luc. 12:15-21).
El pensamiento principal se expresa en la pregunta, "¿No valéis
vosotros mucho más que ellas?" Las aves fueron creadas para el beneficio
del hombre. Vivirán solamente en este mundo, pero el hombre, hecho a la
imagen de Dios, es superior a las aves, por lo cual Dios no dejará de
alimentarnos.
12: 25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un
codo? 26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por
lo demás? -- "Estatura, helikia, primariamente una edad, como
un cierto lapso de vida, vino a significar (a) un tiempo particular de
vida, como cuando se dice que una persona es é edad', Jn. 9:21,23, o más
allá de un cierto estado de la vida, He 11:11; (b) denota sólo la estatura
en otros pasajes, Mt 6:27; Lc 2:52; 12:25; 19:3; Ef. 4:13” (WEV). La
palabra puede ser traducida de las dos maneras.
La palabra "estatura" coincide mejor con el "codo". Además, la palabra
helikia se traduce "estatura" en Luc. 19:3. Sin embargo, Sal. 39:5
dice (literalmente) "tú has hecho mis días como palmos" (LBLA, margen).
"El palmo equivale generalmente el ancho de la mano extendida, desde el
pulgar hasta el meñique". Por eso, si la palabra helikia se traduce
"edad", la cual se mide por "codos", no será el único texto que mide la
vida con una medida física.
"Edad", o "curso de vida", es también traducción correcta. La Biblia de
las Américas dice, "curso de su vida". Dice La Versión Moderna, "lo largo
de su vida". La Versión Hispanoamericana dice, "prolongar su vida". Como
ya hemos visto, la Biblia misma mide nuestros años con una medida física (palmos).
Y la palabra helikia se traduce tanto "edad" como "estatura". El
contexto tiene que decidir, y relativamente pocas personas se preocupan
por su estatura, pero casi todos se preocupan por prolongar su vida.
“La palabra que he traducido ‘duración de su vida’ puede referirse a la
edad o ala estatura. Así Zaqueo era pequeño de estatura
(Lc. 19:3), pero Sara había pasado la edad de concebir (Heb.
11:11). El hombre nacido ciego, sanado por Jesús, había alcanzado la
edad de la madurez legal (Jn. 9:21, 23). Aquí en Lc. 12:25 la VRV 1960
tiene ‘estatura’. Pero en el contexto presente es ese sentido no es
probable por dos razones: (a) añadir esta cantidad se dice aquí que es una
cosa ‘pequeña’. Añadir un codo a la duración de la vida de setenta u
ochenta años no sería mucho, pero llegar en realidad a tener cuarenta y
seis centímetros más de estatura no puede considerarse un logro más bien
pequeño; y (b) ¿quién, sino quizás un enano, desearía impacientemente
añadir esa cantidad a su estatura?” (GH).
¿El afán ayuda a cambiar su estatura o a prolongar la vida? Jesús
enseña que debemos poner la confianza en Dios y no vivir preocupados. Pero
si alguien insiste en vivir ansioso, que conteste la pregunta: ¿de veras
ayuda el afán? Por lo contrario, nos perjudica tanto física como
espiritualmente. La "ansiosa inquietud" (Luc. 12:29) puede causar dolor de
cabeza (aun la migraña), úlceras en el estómago, alta presión de sangre y
toda clase de mal nervioso. Recuérdese que la idea básica de la palabra "afanarse"
es "distraerse"; por el afán uno queda distraído, por ejemplo, en el
trabajo y en otras actividades importantes. Lo peor es que también se
distrae espiritualmente y como todos saben no debemos distraernos si
queremos correr la carrera hasta el fin y ganar el premio. Si el afán no
ayuda, y por lo contrario, causa mucho daño, ¿por qué persistimos en
afanarnos?
12: 27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas
os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es
echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? -No
solamente nos enseñan las aves, sino también aun las flores. "Observad
cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan". Las aves, aunque
trabajan, no viven con "ansiosa inquietud", pero las flores ni trabajan.
Aunque trabajemos (y aun recojamos en graneros), nos preocupamos por
la ropa, pero Dios viste a lirios, que no trabajan, con vestimenta más
gloriosa que la de Salomón. No tiene sentido, pues, que nos preocupemos.
En cuanto a la hierba hay otro factor: la brevedad de la existencia (la
hierba existe por muy pocos días) y es de muy poco valor, pues se echa
como leña a los hornos. Sin embargo, a pesar de todo esto, Dios la viste.
Jesús razona desde lo menor a lo mayor, es decir, habla de cosas de
menos valor para ilustrar el cuidado de Dios de su pueblo. Si cuida de
estas cosas, ¿no cuidará de nosotros? Compárese Rom. 8:32, "El que no
escatimó (eximió) ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"
-- ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?Jesús acusa a sus
discípulos de ser "hombres de poca fe" en Mat. 8:26 (por no confiar en El
durante la tempestad); 14:31, acusa a Pedro de tener poca fe cuando andaba
sobre las aguas, pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a
hundirse; 16:8, a los discípulos cuando hablaron de no haber traído pan; y
17:17, a los discípulos de ser "generación incrédula", cuando no pudieron
echar fuera el demonio.
12:29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni
por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30 Porque
todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que
tenéis necesidad de estas cosas. -- Desde luego, los del mundo
viven afanados por estas cosas porque no conocen a Dios, no confían en El
y creen que todo depende de ellos mismos. No seamos como ellos.
Nosotros sí creemos en Dios. Creemos que El es el Creador, y que provee
para todas sus criaturas, mayormente para sus hijos. No creemos que todo
depende de nosotros mismos. Trabajamos, sí, pero Dios pone los medios. El
hace que el sol salga día tras día, y manda las lluvias, y hace que la
tierra sea fértil y que la simiente sembrada fructifique. No estamos
solos. No somos mundanos. No somos paganos. No actuemos, pues, como los
del mundo.
¿Qué significa la palabra "mundanalidad"? ¿Qué significa la
palabra "mundanos"? ¿Somos mundanos? Los que se preocupan con ansiosa
inquietud por las cosas materiales son mundanos. Así son porque no conocen
a Dios. No seamos personas de "poca fe", sino personas de grande fe (Mat.
8:10; 15:28). Los argumentos de Jesús deben producir una fe fuerte en Dios.
12:31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán
añadidas. -- Jesús nos ha dado muy buenas razones. Sólo resta que le
creamos y que seamos convencidos. El tiene razón. Son argumentos buenos.
Recordemos siempre (como dice el ver. 32), "pero vuestro Padre celestial
sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas". El nos hizo. El sabe que
no somos ángeles, y que no somos máquinas. Necesitamos de comida y ropa.
El remedio: Mas buscad (primeramente, Mateo) el reino de Dios, y
todas estas cosas os serán añadidas". Pongamos primero lo que debe ser
primero. El empleo (o el negocio) son importantes y son una gran bendición
de Dios, pero no deben ocupar primer lugar en nuestra vida. La asistencia
de muchos hermanos a los servicios de la iglesia es afectada (estorbada)
por el empleo o el negocio. En realidad la iglesia no es primero en sus
vidas. Dicen, “pero hay que trabajar”. Cuidado con esta actitud porque
implica que Dios nos da un empleo que impide o estorba nuestro servicio a
El. Dios provee muchas oportunidades a sus hijos para ganarse la vida que
no obran en contra de la asistencia a los servicios. Muchos deben huir de
la avaricia. Véanse notas sobre los versículos 13-21.
Debemos estar conscientes de nuestras prioridades y nunca dar la
atención primaria a las cosas segundarias. Debemos preocuparnos por las
asuntos del reino (1 Cor. 12:26, 27; 2 Cor. 11:28; Fil. 2:20, etc.).
Debemos seguir el ejemplo de los macedonios (2 Cor. 8:5), "a sí mismos se
dieron primeramente al Señor".
Mateo 6:34 agrega otro pensamiento muy importante: Así que, no os
afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán.
Basta a cada día su propio mal" (sus propios problemas, aflicciones,
dificultades, etc.). El día de ayer es como un "cheque cancelado"; mañana
no existe. Solamente tenemos hoy, este momento; por eso, no conviene
tratar de cruzar el puente antes de llegar al puente. Mar. 16:3, 4, las
mujeres querían ungir el cuerpo de Jesús, pero estaban preocupadas: "¿Quién
nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron,
vieron removida la piedra, que era muy grande". Así sucede muchas veces en
la vida, lo que nos preocupa ni siquiera será problema (excepto en la
imaginación nuestra). Muchos viven afanosos por causa de dificultades que
nunca ocurren. Esto es afanarse por el día de mañana, cosa que
Jesús prohíbe.
Recuérdese el ejemplo de María y Marta. Marta estaba "afanada y
turbada" con muchas cosas, mientras que María estaba a los pies de Jesús
escuchando su palabra. Dice Jesús, "María ha escogido la buena parte, la
cual no le será quitada" (Luc. 10:38-42).
12:32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido
daros el reino. - El v. 31 dice, “buscad el reino” y el v. 32 dice,
“le ha placido daros el reino”. Los fariseos respiraban amenazas contra
Cristo, pero El asegura a sus apóstoles que el reino sería una realidad.
En realidad Satanás y sus enemigos estaban llevando a cabo el plan de Dios
al crucificar a Cristo, porque su muerte fue el precio de nuestro rescate.
El reino se estableció el día de Pentecostés (Hechos 2:30).
12: 33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; -- 18:18-23, el joven
rico; 21:1-4, la viuda; Hech. 4:34-37, los hermanos de Jerusalén; 2 Cor.
8:1-5, los macedonios. Lucas enfatiza mucho la mayordomía y la generosidad.
Pedro dice (Mat. 19:27) “He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te
hemos seguido”. ¿Qué podrían vender? Jesús no está diciendo que
literalmente todo cristiano debe vender toda posesión y
darla a los pobres. Aun después de Hech. 4:34-37 vemos que una hermana
fiel tenía una casa (Hech. 12:12). En esta casa oraban por Pedro. También
leemos de varias iglesias que se reunían en las casas de los hermanos
(Rom. 16:5; Col. 4:15; Filemón 2). Por eso, este texto debe entenderse a
la luz de 1 Cor. 16:1, 2; 2 Cor. 8, 9; Efes. 4:28; 1 Tim. 6:17, 18; 1 Jn.
3:17; Sant. 2:14-26, etc. Cristo no quería que los discípulos quedaran
totalmente destituidos de sus posesiones para luego ser una carga para
otros. La lección principal es que no seamos como el sembrador rico de la
parábola de Luc. 12:16-21 que guardaba sus cosechas solamente para sí
mismo.
-- haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se
agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. - Las “bolsas que
no se envejezcan” son el “tesoro en los cielos que no se agote”. Este
texto nos enseña a poner nuestra confianza en Dios, y no en cosas
terrenales (materiales). Jesús no condena la posesión sino el
mal uso de bienes materiales. El "corazón" del asunto es el corazón.
Si tenemos "limpio corazón", buscaremos tesoros celestiales.
12: 34 Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro
corazón. - La parábola del rico insensato (v. 16-21) bien ilustra esto.
Los tesoros en la tierra no son duraderos. La polilla
destruye la ropa. Entre las riquezas materiales mencionadas en la Biblia,
frecuentemente se menciona la ropa. Josué 7:21, "un manto
babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro".
2 Reyes 5:22, "un talento de plata, y dos vestidos nuevos". Sant. 5:2, "Vuestras
riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla". Isa.
51:8, "Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá
gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por
siglos de siglos". Sal. 102:26, la tierra y los cielos "perecerán, mas tú
permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán". Una
gran parte del tesoro terrenal de mucha gente (aun de hermanos en Cristo)
es la ropa.
Es increíble que hermanos gasten tanto dinero en ropa y en otras cosas
para adornar el cuerpo (joyería, cosméticos, perfumes). 1 Ped. 3:3, 4.
Cuestan mucho dinero los zapatos para damas, como también para caballeros
(especialmente las botas), pero aunque los precios sean exagerados, muchos
hermanos con gusto siguen comprándolos. No están contentos si no tienen un
buen surtido de zapatos. El problema ahora no es tanto la polilla, ni
tampoco de que se envejezcan, sino el fastidio. La ropa, la joyería,
los zapatos, etc. pierden su atracción después de usarse unas cuantas
veces, y hay que comprar más. Los israelitas tenían que llevar su ropa
durante cuarenta años (Deut. 8:4), pero hay hermanos (¡y mayormente
hermanas!) que no quieren llevar la misma ropa ni cuarenta días sin
aburrirse de ella (no sé lo que habrían hecho si hubieran vivido en el
desierto por cuarenta años). Es verdad que muchos regalan ropa a otros,
pero no por ser benévolos, sino para tener excusa para comprar estilos
nuevos. ¡Donde esté la moda, allí estará el corazón!
Mateo habla del orín (la herrumbre) corrompe (destruye). Todos
los productos metálicos automóviles, aparatos eléctricos, maquinaría) con
el tiempo se quiebran, se acaban o quedan enmohecidos, oxidados,
arruinados.
Los ladrones literalmente "minaban" las casas de adobe para robar.
Ahora se usan cadenas, chapas, candados, y toda clase de seguros. Muchas
personas instalan en sus automóviles sistemas de seguridad que suenan
alarmas de varias clases, y los ladrones se divierten robando tales
sistemas de los automóviles para venderlos (junto con el auto, o por
separado) a otros. Es bueno cerrar con llave el carro y está bien "asegurar"
con rejas las puertas y ventanas del negocio y de la casa, pero ¿quién
cree que tales cosas en verdad "aseguran" nuestros tesoros terrenales?
Ratas, ratones, y termitas. Se puede agregar a lo que Jesús dice
una lista larga de otros "destructores": los diluvios, incendios, y
tormentas destruyen propiedades que valen millones (o billones) de dólares.
Las ratas y ratones destruyen el grano. Las termitas (comejenes, hormiga
blanca) son cien veces más destructivas que los incendios y tormentas,
pues en poco tiempo destruyen casas de madera casi nuevas. Parece que para
este insecto toda especie de madera es sabrosísima y la come con un
apetito insaciable.
Las quiebras. Otra cosa que Jesús no menciona es la falta de
seguridad en los bancos y otras casas financieras. Muchísimas
instituciones de esta clase han caído en bancarrota. ¡Cuántas personas
pierden los ahorros en esta manera! Y desde luego muchas empresas quiebran,
y la consecuencia es desastrosa para los ricos (pierden su inversión) y
para los pobres (pierden su empleo). Una causa mayor de las quiebras son
el fraude y la corrupción.
Hay muchas otras cosas destructivas. Con las cosas mencionadas aquí
no se termina la lista de fuerzas destructivas. La conclusión de todo esto
es que los tesoros de la tierra no duran, son muy pasajeros. ¿Qué tan
inteligente es, pues, dedicar la vida a acumular cosas de tan poca
duración? Además, aunque se guardaran muchas posesiones por cien años o
más, "¿qué aprovecha al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su
alma?" (16:26).
¿Y al morir qué pasa? "Tendré que dejar a otro" todo aquello que
haya hecho o acumulado. El hombre trabaja con sabiduría, y con ciencia y
con rectitud para "dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello... ¿Qué
tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que
se afana debajo del sol?" (Ecles. 2:17-22). El hombre trabaja como esclavo,
se vuelve casi loco con afán, y ¿para qué? Para dejar todo a otro que
no trabajó nada por ello. (Por ejemplo, el rico acumula una fortuna, y
cuando muere, su viuda se casa con otro que solamente tiene que entrar en
la casa, colgar su sombrero y disfrutar del trabajo de otro). Así es la
locura (la vanidad) de acumular bienes aquí en la tierra.
¿Cómo afecta el corazón el acumular tesoros? Dios quiere el
corazón. El primer mandamiento es "Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón" (Mat. 22:37). El corazón incluye el intelecto, la voluntad, las
emociones y la conciencia. Requiere mucho tiempo, trabajo, y atención
personal para acumular tesoros en la tierra. Por eso es muy
peligroso hacerlo, porque esto significa que el corazón, que debe
pertenecer a Dios, pertenece más bien a lo terrenal. Podemos saber si
estamos trabajando para fines terrenales o para fines celestiales, porque
es cuestión de simplemente observar cómo se usa el tiempo, de qué se habla
(Mat. 12:34), cómo se usan los recursos (para servir a Dios, Prov. 3:9, o
para acumular más bienes, Luc. 12:18), etc. ¿Qué nos anima, las cosas de
Dios o los negocios (para acumular más bienes materiales)? ¡Cuántos
hermanos se ven aburridos en los cultos, pero al hablar de su trabajo y
sus negocios están muy animados! (Dios se fija en esto). ¿Dónde está el
corazón? No es difícil saber.
1 Tim. 6:6-10, 17, 18 es un comentario claro sobre este tema. Debemos
leerlo con frecuencia, y con mucha meditación. La piedad con
contentamiento es gran ganancia. El corazón contento es corazón agradecido.
No hay ganancia material que se pueda comparar con el contentamiento.
Véanse Fil. 4:11, 12; Heb. 13:5, 6. Los soldados preguntaron a Juan, "Y
nosotros, ¿qué haremos? ... contentaos con vuestro salario" (Luc. 3:14). ¡Cuántos
hombres buscan pero no hallan el contentamiento! ¿Qué posesiones trajimos
al mundo cuando nacimos? ¿Qué posesiones llevaremos al partir de este
mundo? Esto indica la gran vanidad de vivir en este mundo con el propósito
de acumular bienes materiales. "Así que, teniendo sustento (qué comer) y
abrigo (con qué cubrirnos), estemos contentos con esto". ¿Cuántos hermanos
están verdaderamente contentos con solamente las cosas básicas de la vida?
¿Por qué debemos estar contentos con esto? "Porque los que quieren
enriquecerse (acumular bienes materiales) caen en tentación y lazo, y en
muchas codicias (deseos) necias y dañosas, que hunden a los hombres en
destrucción y perdición". ¿Por qué hay tantos hermanos que no escuchan
esta advertencia? Porque creen que "a mí no puede suceder tal cosa, porque
tengo cuidado y evito tales problemas. Otros sí caen, yo no. Soy muy
inteligente, muy capacitado para siempre superar dificultades". ¡Así
pensaba Sansón! Obsérvese con cuidado que Pablo no habla solamente de los
ricos, sino de todos los que quieren enriquecerse. El hombre más
pobre puede ser muy avaro, y por eso idólatra (Col. 3:5).
"Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores". No se puede nombrar un solo pecado que no se haya
cometido por el amor al dinero. El amor al dinero ha motivado a los
hombres (y mujeres) a cometer todo pecado que haya en el mundo. ¡Este
pensamiento es alarmante! Nos debe despertar y hacernos conscientes del
peligro de querer acumular bienes materiales.
¿Cuál es el remedio? No poner "la esperanza en las riquezas, las
cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas
en abundancia para que las disfrutemos". Dijo Job, "Si puse en el oro mi
esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú; si me alegré de que mis
riquezas se multiplicasen, y de que mi mano hallase mucho ... habría
negado al Dios soberano" (Job 31:24-28). Sal. 52:7, "He aquí el hombre que
no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus
riquezas, y se mantuvo en su maldad". Sal. 62:10, "Si se aumentan las
riquezas, no pongáis el corazón en ellas". Mar. 10:24, cuando el joven
rico se fue triste "porque tenía muchas riquezas", Jesús dijo: "¡Cuán
difícil les es entrar en el reino de Dios a los que confían en las
riquezas!"
El corazón está ligado al tesoro, y no puede estar en dos lugares. Si
los tesoros están en la tierra, el corazón estará aquí; si los tesoros
están en el cielo, el corazón estará allí.
-- tesoro en los cielos que no se agote -- ¿Cómo podemos tener
tesoro en los cielos? Debemos ser generosos, dadivosos, Luc. 6:30,
34, 35, 38. Recordemos siempre que Dios dice, "Mía es la plata, y mío es
el oro" (Hageo 2:8). Debemos siempre servir a Dios con "nuestros" bienes
materiales, porque en realidad son de El (Prov. 3:9; 1 Crón 29:14). ¡Somos
solamente mayordomos! Si tenemos las escrituras de alguna propiedad (casa,
empresa, etc.) recordemos que un día muy pronto tales escrituras están en
manos de alguien más; la propiedad tendrá otro "dueño". 1 Tim. 6:17, 18;
Hech. 2:44, 45; 4:32-37, estos hermanos acumulaban tesoros en el cielo. 1
Cor. 16:1, 2, cada primer día de la semana tenemos la oportunidad de
acumular tesoros en el cielo. Mat. 25:35-40; Gál. 2:10; 6:10; Sant. 1:27.
Acumulamos tesoros en el cielo si ayudamos a los pobres, a los hambrientos,
a los sedientos, a los encarcelados, a los huérfanos y a las viudas, etc.
2 Cor. 8:2-5, los macedonios acumulaban tesoros en el cielo, aun más allá
de sus fuerzas, porque primeramente a sí mismos se dieron al Señor.
Fil. 4:14-18, los que ayudan económicamente a los evangelistas acumulan
tesoros en el cielo. Es fruto que abunda en "vuestra cuenta", en el
cielo, en el banco celestial. Dios nos permite depositar dinero en su
banco. (Muchos hermanos no creen en imitar a los filipenses en ayudar a
los evangelistas y esta deficiencia impide la obra del evangelismo).
Los tesoros guardados en el cielo no se destruyen. Ni la
polilla ni el orín corrompen, y ladrones no minan ni hurtan. 1 Ped. 1:4, "una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos para vosotros". Heb. 11:26, Moisés tenía "por mayores riquezas el
vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta
la mirada en el galardón". Sabía que las riquezas de Egipto no duraban.
Por lo tanto, seamos ricos "para con Dios" (Luc. 12:21) en lugar de
hacer tesoro para nosotros mismos.
12:35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;
-- Estar completa y constantemente preparados para el retorno del Señor.
Compárese 1 Ped. 1:13, “ Por tanto, ceñid los lomos de vuestro
entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os
traerá cuando Jesucristo sea manifestado”.
12:36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor
regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga,
halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la
mesa, y vendrá a servirles. 38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y
aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son
aquellos siervos. - No sabemos si Lucas divide la noche en vigilias
según el sistema de los judíos o el de los romanos, (compárese Mar.
13:35), pero esto es de poca importancia.
Para entender esta enseñanza recordemos que las bodas orientales
duraban semanas, si no meses, y a veces no tenía tiempo exacto para
terminar. Por eso, los huéspedes ricos estaban fuera de su hogar por mucho
tiempo. Los siervos no podían saber exactamente cuándo regresarían. Podría
llegar a cualquier hora del día o de la noche, y tenían que estar
pendientes para recibir a su señor cuando llegara. De la misma manera no
debemos vencidos por el sueño cuando Cristo vuelva. Efes. 5:14.
Al llegar la noche en lugar de acostarse para dormir, los siervos
ceñían su ropa para estar preparados a salir a recibir a su señor y tener
todo listo para darle una bienvenida calurosa. Tenían que estar alerta,
siempre listos.
Entonces al llegar el señor y al ver cómo sus siervos se habían negado
a sí mismos y que estaban listos para recibirlo y atenderlo, estaría muy
agradecido y les diría que se sentaran a la mesa para comer la comida o
cena que habían preparado para él (lo opuesto del caso de Luc. 17:7, 8).
Compárese la humildad de Jesús en Juan 13:4-8.
En cuanto a estar siempre listos, compárese también la parábola de las
diez vírgenes, Mat. 25:1-13. Contiene lección similar.
12: 39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora
el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no
penséis, el Hijo del Hombre vendrá. Mat. 24:43-44; 1 Tes.
5:1-3; 2 Ped. 3:10; Apoc. 3:3; 16:15. No habrá señales que anuncien la
segunda venida de Cristo. Las señales de Mat. 24:6, 7 anunciaron la venida
de la destrucción de Jerusalén.
Jesús dice que “el Hijo del Hombre vendrá”. imagínese la confusión en
la mente de los apóstoles al oír estas palabras. Ellos no podían creer que
iba a salir. No podían comprender que El iba a morir (9:44, 45) y
volver al Padre. Sin embargo, cuando Jesús ascendió al cielo en
presencia de los apóstoles, dos ángeles les dijeron, “Varones galileos, ¿por
qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hech.
1:9-11).
12:41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o
también a todos? -- Jesús no le contesta directamente, pero ellos
tendrían que dar cuenta de su mayordomía como apóstoles escogidos y
bendecidos por Cristo. Compárese Sant. 3:1.
12:42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual
su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? -
Los apóstoles deberían ver a sí mismos en esta pregunta, porque Jesús les
dio autoridad (10:19; Mat.18:18) por la cual ellos se encargarían del
ministerio de la reconciliación (2 Cor. 5:18; 4:7) y de dirigir los
asuntos de la casa (iglesia) de Cristo (Mat. 19:28; Hech. 2:42). Los
testigos contra Jehová hablan pura blasfemia al decir que “el mayordomo
fiel y prudente” era el Pastor Russell o el “Juez” Rutherford. Eran de los
más infieles en su abuso de las Escrituras. Estos enseñaron que Cristo
vino invisiblemente en el año 1914 y niegan la venida visible
de Cristo enseñado en Hech. 1:9-11; Apoc. 1:7, etc. Pedro habla de
burladores que dicen, “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque
desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así
como desde el principio de la creación” (2 Ped. 4:4).
La palabra fiel indica que el siervo cree en su maestro, que su
palabra es buena, y que su servicio es digno. La palabra prudente
indica que el siervo es un fiel mayordomo, haciendo uso correcto de los
recursos dejados a su cargo. Este siervo era puesto como mayordomo sobre
la casa (familia) de su señor para proveer el alimento diario de los demás
siervos y dirigir la casa en todo durante la ausencia del señor. Les dio
su alimento "a tiempo", es decir, según las horas indicadas por el
señor, como si éste estuviera presente. No descuidó su obligación diciendo,
"el señor está ausente" o "mi señor tarda en venir", etc.
Jesús enseña la necesidad de la preparación, refiriendo una sencilla
parábola, pero hay una semejanza entre esta parábola y las obligaciones
de los ancianos (pastores) de una iglesia local, porque éstos
cuidan de la casa del Señor. Los maestros y evangelistas dan alimento
a los siervos del Señor; así es que este texto tiene una exhortación
fuerte para ellos también. Deben dar solamente el alimento que su Señor
provee, la sana doctrina (la saludable), "a tiempo", es decir,
cumplidamente, con toda constancia y fidelidad.
La fidelidad y la prudencia de este siervo tenía que ver con su
responsabilidad hacia sus consiervos. El señor le puso sobre su casa,
pero el ver. 49 habla de sus "consiervos"; por lo tanto, este siervo se
puede comparar con los ancianos que son obispos pero también son siervos.
No podemos hablar de nuestra preparación para el encuentro con el Señor
sin mencionar nuestro deber hacia nuestros hermanos.
12:43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le
halle haciendo así. - El señor le puso sobre su casa y salió.
Por un tiempo estaba ausente. Esta es la prueba verdadera de la
fidelidad y de la prudencia: ¿qué hacemos por el Señor durante su
ausencia de nosotros? Compárese el comportamiento de los niños cuando
no están los padres, el comportamiento de los trabajadores cuando no está
el patrón, etc.
Al venir el Señor, el mayordomo no debe estar hablando acerca de hacer
su voluntad, sino haciendo su voluntad. La única manera de gozar de
esta bendición es hacer su voluntad con constancia, 1 Cor. 15:58.
Compárese Apoc. 14:13. No solamente son bienaventurados los que mueren
en el campo de batalla (como Esteban, Jacobo y muchos otros), sino
también los que mueren en el campo de servicio (arando, sembrando,
cultivando, regando) (MH).
12:44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. -
Heb. 6:10, "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el
trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a
los santos y sirviéndoles aún". Nos honrará el Señor como Faraón exaltó a
José cuando éste había mostrado su fidelidad en todo, Gén. 39:3sig.;
41:33-44. Hemos visto lecciones en este texto para los ancianos y
evangelistas pero, desde luego, éstos nunca serán exaltados sobre otros;
sin embargo, este lenguaje y el de Mat. 25:21, 23 indica que a los que el
Señor encuentre fieles les dará honra y recompensa.
12:45 Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y
embriagarse, -- La causa principal de su rebelión contra su señor fue
que él dijo, "Mi señor tarda en venir", pero el problema era que no sabía
cuánto tiempo tardaría. Sin duda esta es una causa principal de la
maldad hoy en día; la gente no cree que el Señor vendrá pronto (ni
siquiera durante su vida). Véase 2 Ped. 3:3, 4, 9, 15. Compárese también
Éxodo 32:1, "Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del
monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos
dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que
nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido".
No habrá señales que anuncien la segunda venida de Cristo y, por lo
tanto, hay mucho peligro en suponer que el Señor tardará su venida por
un tiempo largo indefinido. Dice Pedro que el Señor tarda en venir
porque es paciente y nos da tiempo para arrepentirnos y prepararnos (2 Ped.
3:9).
¿Qué pasa si los siervos de Dios no recuerdan que el Señor puede venir
en cualquier momento? Comienzan a maltratar a sus consiervos (los unos a
los otros), Gál. 5:15, 19-21; Efes. 4:31; Sant. 4:11; 5:9, etcétera. Al
hacer esto este mayordomo infiel no quiere imponer la voluntad de su
señor, sino su propia voluntad, y comienza a ser abusivo de sus
consiervos para que le estén sujetos.
¿Cómo se mide nuestra fidelidad y prudencia hacia el Señor? Por
nuestra actitud y conducta hacia nuestros consiervos. Mat. 10:40-42;
18:6; 25:34-46.
Los que consumen alcohol pierden la sensibilidad y son aun más
abusivos. A veces los hermanos rebeldes, déspotas e imponentes no
solamente vuelven a la tomada, sino también a la fornicación y otros
vicios. Los tales profesaban ser muy fuertes, muy estrictos y muy
exigentes -- como si tuvieran mucho celo por el Señor y la voluntad de
Dios - pero en realidad eran prepotentes y solamente querían imponer su
voluntad sobre los otros.
12:46 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la
hora que no sabe,¡Que todos tomen nota de esto! ¡El Señor vendrá!
Además, vendrá "en día que éste no espera, y a la hora que no sabe".
-- y le castigará duramente (LBLA, lo azotará severamente,
margen, "lo cortará en dos", 1 Sam. 15:33; 2 Sam. 12:31; Heb. 11:37) y
le pondrá con los infieles. -- El siervo fiel y prudente fue
bendecido, y el siervo malo fue castigado. Será cortado en dos, y será
condenado con los peores pecadores.
En este texto y en las parábolas de las diez vírgenes y los talentos
algún personaje importante está ausente por un tiempo, y luego vuelve
cuando no es esperado, 24:48-50; 25:5, 6; 25:19; Marcos 13:35, 36; 1
Tes. 5:1-3; 2 Ped. 3:10; Apoc. 3:3; 16:15. Muchos se engañan solos
creyendo que la demora del Señor les da licencia para continuar en el
pecado. Tal idea les llevará a un destino trágico. ¡Cuidado con la palabra
mañana! Satanás convence a muchos que Dios no existe. A otros convence de
que no es necesario obedecer al evangelio. A otros convence de que no hay
infierno. Pero la mayoría de los que son ganados por Satanás se ganan con
la creencia de que no hay urgencia, que todavía hay mucho tiempo y, por
eso, que se puede obedecer "un día de estos".
Estas parábolas sobre la preparación nos enseñan lecciones importantes:
1. Hasta que venga aquel personaje importante, ciertas personas tienen
cierta responsabilidad: 24:45; 25:1; 25:16, 27.
2. Los fieles reciben alguna recompensa y los infieles son
castigados: 24:47, 51; 25:10, 12; 25:21, 23. 26-30.
3. Por lo tanto: Los que esperan deben tener actitud vigilante, ser
cumplidos, preparados. Rom. 13:11-14; 2 Tim. 4:8; Heb. 9:28.
12:47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se
preparó, ni hizo conforme a su voluntad (Sant. 4:17), recibirá
muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes,
será azotado poco; -- Deut. 25:2, “Y si el delincuente mereciere ser
azotado, entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar en su
presencia; según su delito será el número de azotes”.
Bajo la ley de Moisés ¿eran inocentes los que pecaron “sin hacerlo
a sabiendas”? Lev. 5:17, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas
aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun
sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado”.
Sin embargo, Núm. 15:27-31 hace una distinción clara entre el pecado
“por yerro” (“inadvertidamente”, LBLA; es decir, con descuido) y el pecado
“con soberbia” (“con desafío”, LBLA; lit., con mano levantada).
Jesús enseña (Luc. 10:13, 14) que el juicio será más severo para
algunos que para otros. En este caso se refiere a las ciudades de Galilea
como Corazín y Capernaúm donde había hecho tantos milagros. El juicio será
más tolerable para Tiro y Sidón que para estas ciudades que habían visto
los milagros de Jesús y no creyeron en El.
Heb. 10:29, “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o
de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo
pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por
inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta
al Espíritu de gracia?”
Sant. 3:1, “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros,
sabiendo que recibiremos mayor condenación”. ¿Por qué? Recuérdese
Mat. 15:14, el guía ciego y los ciegos guiados por él caerán todos en el
hoyo.
La ignorancia era un factor en la crucifixión de Jesús. Luc. 23:43;
Hech. 3:17, “Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho,
como también vuestros gobernantes”; 1 Cor. 2:8. Pero al mismo tiempo Jesús
denunció a aquellos que no querían venir a la luz, Jn. 3:19, 20.
-- porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le
demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. - El
conocimiento es una gran bendición, pero también acarrea gran
responsabilidad. Ante los ojos del Señor el rebelarse contra la luz es muy
condenable. Jn. 3:19, 20.
“¿Por qué había de ser castigado en modo alguno el siervo que no
conocía la voluntad de su amo? Respuesta: la ignorancia nunca es absoluta.
Véanse Rom. 1:20, 21; 2:14-16” (GH). Esto es muy cierto y sumamente
importante. En cualquier época todo hombre debe conocer a Dios, Rom. 1:20,
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”.
Algunos han tenido más oportunidades que otros. Rom. 3:1, “¿Qué
ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? 2
Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la
palabra de Dios”. Rom. 1:16, “Porque no me avergüenzo del evangelio,
porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío
primeramente, y también al griego”.
La Biblia ha sido traducida en muchos idiomas y dialectos y se
ha repartido amplia y extensamente en todas partes del mundo. Sólo Dios
sabe cuántas personas han leído y aprendido su voluntad simplemente porque
ha llegado a sus manos un ejemplar de las Escrituras. El tener acceso a la
palabra de Dios es una oportunidad grande por la cual se dará
cuenta.
Cada persona debe leer y estudiar la Biblia por sí misma, porque
el mundo está lleno de falsos maestros como los testigos contra Jehová,
sabatistas, pentecostales y muchos otros que rodean el mundo torciendo las
Escrituras, cegando el entendimiento de la gente, “para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios” (2 Cor. 4:4). Estos darán cuenta a Dios en Aquel Día.
Todos los cristianos han tenido la gran bendición de haber oído y
aprendido la voluntad de Dios. Alguien les enseñó. Muchos tienen o han
tenido padres u otros parientes que les han enseñado. Muchos otros han
tenido amigos (vecinos, compañeros en el trabajo, etc.) que les han
hablado la palabra de Dios o les han invitado a acompañarles a los
servicios de predicación. Otros han oído el evangelio predicado por radio
o televisión, o han aprendido la verdad por medio de la página impresa.
Sea lo sea el medio de oír y aprender, ha sido una gran bendición de
Dios. Se les ha presentado la oportunidad de aprender .
Pero lamentablemente muchísimas personas que han oído y sido enseñadas
no responden a la llamada de Dios. ¿No será más severo el juicio para
ellos que para otros que no han oído? Sant. 4:17.
12:49 Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha
encendido? -- ¿Cómo echó fuego en la tierra? Con su vida,
enseñanza y obras. Ya se pudo ver el efecto (el resultado) de su
ministerio. Encendió un fuego que le llevaría a la cruz. En este dicho ya
se ve la sombra de los sufrimientos de Jesús en Getsemaní y en el Calvario.
12:50 De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta
que se cumpla!
-- Bautizado quiere decir sumergido o abrumado con
sufrimiento. El sería “sumergido” o abrumado en sufrimiento. Compárese
Sal. 124.4, “Entonces nos habrían inundado las aguas; Sobre nuestra alma
hubiera pasado el torrente”. En Getsemaní Jesús dijo, “Mi alma está muy
triste, hasta la muerte” (Mat. 26:28). Lucas describe su agonía en
Getsemaní de la siguiente manera: “Y estando en agonía, oraba más
intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta
la tierra” (22:44).
12:51 ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No,
sino disensión. 52 Porque de aquí en adelante, cinco en una familia
estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. 53 Estará dividido
el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la
hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera
contra su suegra. - Compárese Miqueas 7:5, “No creáis en amigo, ni
confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.
6 Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la
nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su casa”.
Cristo es el “Príncipe de paz” (Isa. 9:6), pero ¿en qué sentido? Jn.
14:27, “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”
(Jn. 14:27). Luc. 2:14 dice, “¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la
tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” pero mejor la traducción
de LBLA: “paz entre los hombres en quienes El se complace”. Véase Efes.
2:14-17. Esta es la paz que trajo, la paz que se realiza con Dios como
también los unos con los otros por medio de la obediencia al evangelio de
paz. Pero en lugar de paz habrá espada en cuanto a la relación entre
cristianos que son luz y los del mundo que son tinieblas.
No hay intolerancia peor que la intolerancia religiosa aun
entre familiares. Muchas personas tolerantes se convierten en muy
intolerantes en asuntos religiosos. Así es aun entre familiares. Lo más
triste es que algunos que en otras cosas son muy inteligentes y objetivos
son dominados por el prejuicio en asuntos religiosos.
“El amor por la religión antigua haría que los miembros de las familias
judías y paganas persiguieran a los que apostataban de ella para dar sus
corazones a Cristo. Pero si de esta manera el judío y el pagano estimaban
sus religiones más que los lazos familiares, mucho más debe el
cristiano estimar su religión más que aquellos lazos” (JWM).
Mateo 10:37 agrega lo siguiente: “El que ama a padre o madre más que a
mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno
de mí”. Muchos tienen este problema. Aprenden la verdad, saben lo que
deben hacer para obedecer a Cristo para salvar el alma, pero no quieren
que los familiares les consideren “traidores”. “Si tú aceptas esa religión
estará abandonado la religión de tus padres”. Llegan al crucero de caminos.
¿A quién complacer? ¿A quién ofender? Es imposible estar bien con Cristo y
al mismo tiempo estar bien los familiares. Los que dan la espalda a Cristo
para complacer (no ofender) a la familia no son dignos de él.
12:54 Decía también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del
poniente, luego decís: Agua viene; y así sucede. 55 Y cuando sopla el
viento del sur, decís: Hará calor; y lo hace. 56 ¡Hipócritas! Sabéis
distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este
tiempo? - 13:3, 5; 17:20-37; 19:14; 21:7-33. Juicios severos les
esperaban porque rechazaban a su Mesías. No querían reconocer la condición
depravada y deplorable del judaísmo. Mat. 24; “28 Porque dondequiera que
estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”; es decir, la
corrupción de la nación, que era muy obvia en ese mismo tiempo, atraía su
propia destrucción, la cual vino en el año 70 del primer siglo.
Hay lecciones valiosas en esto para nosotros, porque las señales de los
tiempos no son muy alentadoras. Como los judíos no respetaban la autoridad
de Cristo, así también ahora: (1) hay mucha indiferencia hacia la
autoridad de Cristo; (2) a mediados del siglo XIX hubo división sobre la
centralización, y a mediados del siglo XX hubo otra división sobre la
misma causa, porque los que no quieren aprender lecciones enseñadas por la
historia están destinados a repetir esa historia; (3) hay mucho
relajamiento en cuanto a prácticas mundanas; (4) al mismo tiempo hay mucho
relajamiento en cuanto a la disciplina; (5) la revolución sexual ha
afectado las creencias de muchos sobre el divorcio y nuevas nupcias,
porque el adulterio para muchos ya no es adulterio; (6) muchos no saben la
diferencia entre la espiritualidad producida por el apego a las
palabras del Espíritu Santo y el puro emocionalismo (levantar manos,
aplaudir, llorar, predicar sermones para que la gente se sienta bien,
etc.); y (7) algunas iglesias que profesan ser de Cristo ya no se oponen
al uso de la música instrumental en el culto de la iglesia, insisten en
que la mujer debe participar en el liderazgo de la iglesia, y tienen
comunión con iglesias “evangélicas”.
¿Qué indican las “señales de los tiempos” ahora? Que la iglesia se está
apartando (apostatando) del patrón bíblico. 2 Tim. 1, “13 Retén la forma
(el patrón) de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es
en Cristo Jesús”.
12: 57 ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? -
Les convenía, pues, estudiar y pensar por sí mismos y no ser ciegos
guiados por los fariseos ciegos (Mat. 15:14).
12: 58 (Porque, LBLA, el v. 57 está conectado con los versículos 58
y 59) Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el
camino arreglarte con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te
entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. - Este caso
trata de alguien que debe dinero a otro. Conviene pagar al acreedor ("adversario"),
o hacer algún arreglo con él, cuanto antes, para evitar más problemas.
Tales problemas siempre crecen si no se busca muy pronto una solución. ¡Crucifíquese
el orgullo egoísta! Es más fácil solucionar el problema si se hace pronto.
De otro modo, el problema crece. ¿Por qué esperar?.
Además, como Jesús enseña en Mat. 5:23, 24, la relación con Dios
depende de la relación con el hermano. No debemos continuar ofreciendo
culto a Dios si no queremos reconciliarnos con los hermanos.
12:59 Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun la
última blanca. - Este texto trata del encarcelamiento literal;
es decir, alguien se echa a la cárcel por no haber pagado una deuda. No
tiene nada que ver con el sufrir en un lugar imaginario llamado
“purgatorio” para pagar la deuda de pecados. Más bien, Jesús enseña que
hay que aceptar, apoyar y practicar la justicia. Compárese Hech. 25:11,
“Porque si algún agravio, o cosa alguna digna de muerte he hecho, no
rehúso morir”.
Pero ¿cómo puede el encarcelado pagar su deuda? Es indispensable que se
hagan arreglos con el adversario, porque una vez encarcelado ¿cómo podría
pagar la deuda?