1 Tesalonicenses 4

 

4:1  Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros -- Al leer el relato de Lucas acerca de la estancia de Pablo y sus compañeros en Tesalónica (Hech. 17:1-10), parecería que estuvieron allí muy poco tiempo, pero estas cartas que Pablo les escribió (como también Fil. 4:16) indican que estuvieron más tiempo. Pablo enseñaba a las iglesias en persona (4:1, 2; 2 Tes. 3:6, 10) y después por medio de cartas (5:27; Col. 4:16). También enviaba a sus compañeros para confirmarlas (3:2; 1 Tim. 1:3; Tito 1:5).

          -- cómo os conviene conduciros -- Los tesalonicenses habían aprendido de Pablo y habían sido ejemplo para otras iglesias (1:7). Pablo nos exhorta a imitarlo como él imitó a Cristo (1 Cor. 4:16, 17; 11:1; Fil. 4:9; 2 Tes. 3:9). Los ancianos deben ser buenos ejemplos (1 Ped. 3:2, 3); los evangelistas deben ser buenos ejemplos (1 Tim. 4:12; Tito 2:7); todos los santos deben ser buenos ejemplos (1 Cor. 16:15, 16).

Debemos imitar a Pablo y a los otros apóstoles y hermanos fieles.

          -- y agradar a Dios -- 2:4; 2:15; Col. 1:10; Rom. 8:8; 2 Cor. 5:9; 1 Tim. 2:2, 3; 5:4; 2 Tim. 2:4; Heb. 11:5, 6; agradar a Dios, no a los hombres, Gál. 1:10; Efes. 6:6; Col. 3:22.  Debemos concentrarnos todos los días en el pensamiento de agradar a Dios. Hacemos esto haciendo lo que es aceptable según su voluntad. “En toda nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hech. 10:35). “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Jn. 3:22; 5:14). Dice Heb. 13:15, “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.  16  Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios”. “Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios” (Fil. 4:18). Véanse también 1 Ped. 2:5; Rom. 15:16; Heb. 10:38; 12:28.

          Jesús dijo, “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”, Jn. 4:34; véanse también Jn. 8:29; Rom. 15:1-3 (no agradó a sí mismo); Heb. 10:5, 6; Mat. 3:17; 17:5.

          También el Antiguo Testamento enfatiza la importancia de agradar a Dios: Núm. 14:8; 1 Rey. 3:10; Sal. 51:16, 17;  Prov. 11:1; Miq. 6:6-8.

          -- así abundéis más y más. -- 3:12; 4:10. Su gracia hacia nosotros ha sido muy abundante y sigue siéndolo. En la vida pecaminosa hay abundancia de pecados; por eso, dice Santiago 1:21, “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.

          Sin embargo, “Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Rom. 5:20). Dios “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador” (Tito 3:5, 6). Pablo habla de “la superabundante gracia de Dios” (2 Cor. 9:14), y de “las abundantes riquezas de su gracia” (Efes. 2:7). “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efes. 3:20). “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente” (Sant. 1:5). “Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación” (2 Cor. 1:5).

          Dios no quiere el servicio mediocre (a medias), sino el servicio abundante. En primer lugar, “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” (Col. 3:16). Seamos como los macedonios: “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia;  2  que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad” (2 Cor. 8:1, 2). En el ver. 20 Pablo habla de “esta ofrenda abundante”; en el siguiente capítulo (9:12) dice que “este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios”. Dios promete que si le ofrecemos un servicio generoso y abundante, sus bendiciones abundarán también: “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Cor. 9:8). “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Rom. 15:13). Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia (la de ofrendar)” (2 Cor. 8:7). “Abundando en acciones de gracias” (Col. 2:7). “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento” (Fil. 1:9).

          Dios quiere que abundemos en su obra. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo (abundando, LBLA) en la obra del Señor siempre” (1 Cor. 15:58). Las palabras abundar y abundancia eran dos de las palabras favoritas de Pablo.

          Pedro también habló de la importancia de abundar en ciertas características. En 2 Ped. 1:5-8, después de exhortarnos a añadir a la fe virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor dijo,  “Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

 

4:2, 3  Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación (5:23); -- El verbo, hagiazo, se usaba entre los paganos para indicar la consagración a sus dioses, pero no se usaba para significar la santidad en la vida (ATR). Así, pues, el Espíritu le dio a la palabra un significado nuevo y especial. Se refiere a la consagración total a Dios, y esto significa la completa separación de la vida y conducta de los del mundo. Rom. 6:19, 22; 1 Cor. 6:11; 2 Cor. 7:1; Efes. 5:26; 1 Tim. 2:15; 2 Tim. 2:21, 22; Heb. 10:10; 12:14; 1 Ped. 1:15, 16; 2 Ped. 3:11.

          -- que os apartéis de fornicación – Esta exhortación no significa que había fornicación entre los hermanos tesalonicenses, pues al estar enterado de este pecado entre los corintios, Pablo lo denunció e insistió en que se apartaran del fornicario (1 Cor. 5). “La religión pagana no demandaba la pureza sexual a sus devotos, siendo los mismos dioses y diosas sumamente inmorales. Había templos con sacerdotisas para prostituirse con los hombres que acudieran” (ATR). En tal ambiente, pues, los hermanos siempre serían tentados a volver a las costumbres antiguas. Por lo tanto, frecuentemente el Nuevo Testamento se refiere a este pecado  (Mat. 5:32; 19:9; Hech. 15:20, 29; 21:25; 1 Cor. 6:9, 18; 2 Cor. 12:21; Gál. 5:19; Efes. 5:3; Col. 3:5).

          La palabra fornicación abarca todo pecado sexual, incluyendo el incesto (1 Cor. 5:1) y la homosexualidad (Judas 7) . Pablo dice, “Huid de la fornicación” (véase 1 Cor. 6:18-20). Es lo que José hizo (Gén. 39:12, “Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió”). Es lo que David no hizo (2 Sam. 11:1-4). Pablo no dice “resistirla”; no dice estudiarla, pensarla, razonar o discutir acerca de ella, sino huir de ella. “Huye de los deseos juveniles” (2 Tim. 2:22). “Huid de la idolatría” (1 Cor. 10:14). La ruina de muchísimas personas (mayormente los jóvenes) es que estudian, meditan y consideran la tentación en lugar de huir de ella.

          La Biblia promete que “fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podaís soportar” (1 Cor. 10:12) y en la misma carta explica que el matrimonio es la “salida” que Dios provee para evitar la fornicación: “a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido” (1 Cor. 7:2).

          Jesús dice, “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mat. 5:28). Es cierto que los hombres con mentes corruptas codiciarán a la mujer más modesta, pero las cristianas deben siempre vestir ropa decente para no ser causa de tropiezo para ningún hombre. La mujer que viste ropa indecente (falda corta, shorts, blusa transparente, traje de baño, ropa ajustada al cuerpo, etc.) simplemente no es modesta y no siente vergüenza (Jer. 6:15, “no saben tener vergüenza”). ¡Este comentario tiene mucho que ver con el problema de la fornicación! Es difícil comprender la mentalidad de hermanas en Cristo que no sienten vergüenza cuando visten ropa indecente que descubre sus cuerpos y es igualmente difícil de comprender por qué no se preocupan por el tropiezo que ponen delante de los hombres.

          Toda forma de pornografía debe evitarse. Hay revistas y periódicos cuyo propósito es promover la pornografía y están muy disponibles aun para los niños. La televisión glorifica la fornicación; es el medio principal para promover la pornografía, porque constantemente presenta a los hombres y mujeres casi desnudos (en algunos programas completamente desnudos), bailes sensuales y una conversación repleta de temas sexuales, y cada vez más tal conducta es aceptable en nuestra nación. Los cristianos que por dos o tres horas cada día ven la fornicación en las novelas no sólo alimentan sus almas con una dieta corrupta, sino que están en gran peligro de acomodarse al concepto mundano de que este pecado no es abominable (como la Biblia lo presenta), sino una conducta común, normal y aceptable.

          Muchos evangelistas y otros hermanos dan licencia a los miembros de la iglesia para cometer adulterio, enseñando error sobre el divorcio y segundas nupcias: p. ej., se ha dado una nueva definición a la palabra adulterio, diciendo que este pecado, mencionado en Mat. 5:32; 19:9, no se comete en la cama (es decir, que no se refiere al acto sexual), sino al efectuar estos dos pasos: divorciarse de una persona y volverse a casar con otra. Se enseña este error para permitir que los que están en segundas nupcias sólo tengan que arrepentirse de estos dos pasos legales y, habiendo hecho eso, puedan continuar en sus nuevas nupcias.

          Otros bautizan a los que están mal en segundas nupcias, diciéndoles que el bautismo lava el pecado de su relación matrimonial, y que pueden continuar viviendo como esposos, pero el bautismo sólo lava los pecados de los cuales nos arrepentimos (los pecados que dejamos de practicar). Otros enseñan erróneamente que 1 Cor. 7:20, 24 (“Cada uno en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios”) se aplica a los que están mal en segundas nupcias, pero Pablo habla sólo del matrimonio mixto, de la circuncisión y de la esclavitud.

          ¿Dónde cometen los jóvenes la fornicación? Uno de los lugares más comunes para cometer la fornicación es el hogar de la jovencita, porque en muchas familias tanto la madre como el padre están fuera del hogar trabajando u ocupados en otras actividades y los hijos están solos con la televisión, la música corrupta y sus amigos mundanos.

          ¿Por qué las jóvenes caen en este pecado? Porque quieren ser amadas, y los hombres les engañan, diciendo que sí las aman. Les mienten y les prometen y les engañan para poder satisfacer su propia pasión y luego no les preocupa nada la miseria de la joven. Casi siempre después de la fornicación, la joven queda embarazada, pero el hombre ni siquiera quiere saberlo. Para él, es problema de ella. Es el deber de los padres hablar con toda franqueza con sus hijos, y mayormente con sus hijas, para que entiendan que los jóvenes y hombres mundanos (y a veces aun los que profesan ser cristianos) mienten, engañan y se aprovechan de la joven. Hablan del amor pero sólo quieren decir pasión carnal.

         

4:4  que cada uno de vosotros sepa tener (ktasthai) su propia esposa (skeuos) en santidad y honor; -- La Versión American Standard (la versión inglesa que siempre he usado) dice: “que cada uno de vosotros sepa poseer a sí mismo de su propio vaso en santificación y honor”.

          El vocablo skeuos significa vaso, y esta es la única traducción correcta (véase LBLA). Nuestra versión y otras la traducen esposa, y aun otras la traducen cuerpo  (p. ej., la VM). El margen de LBLA dice, “cuerpo; o, posiblemente, esposa; es decir, las palabras esposa y cuerpo no son la traducción de la palabra, sino la interpretación de ella.

          Los que afirman que la palabra se refiere a la esposa presentan los siguientes argumentos: (1) que en la literatura rabínica la palabra skeuos se usaba para hablar de la esposa; (2) que el verbo ktasthai  (traducida “tener” en RVR60; poseer, LBLA; VHA; margen LBLA: O, adquirir) significa primariamente, adquirir, y que no se adquiere su propio cuerpo. Thayer dice que la palabra se emplea de adquirir una esposa; Lenski y Hendriksen dicen que este texto enseña básicamente lo mismo que 1 Cor. 7:1, 2, “pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer”; (3) 1 Ped. 3:7 usa la palabra vaso para hablar de la esposa. Robertson dice, “quizá signifique que el hombre adquirirá su propia esposa en santidad y honor, palabras que elevan a la esposa y que ponen en claro que Pablo demanda pureza sexual por parte de los hombres (tanto de los casados como de los solteros). No hay doble patrón. Cuando el marido llega al lecho matrimonial, debería llegar como hombre casto a una esposa casta”. Vincent dice: “Que cada uno de vosotros trate honradamente a su propia esposa. Eidenai (que sepa) se usa hebraísticamente en el sentido de considerar, tener cuidado de, como cap. 5:12, ‘reconozcáis a los que trabajan entre vosotros’, etc.: reconocer su derecho de ser respetado ... La cuestión no era la de adquirir una esposa, sino la de vivir honrada y decentemente con ella, dándole el respeto que merecía y, de esa manera, evitar relaciones ilícitas”.

          Los que afirman que la palabra se refiere al cuerpo presentan los siguientes argumentos: (1) que el adquirir una esposa no es el sentido normal de la frase ni del contexto, porque (a) el Señor no requiere que todo varón cristiano sepa adquirir una esposa, (b) no es necesario que todo varón se case, 1 Cor. 7:9, (c) el lenguaje de Pablo se refiere a lo que la persona ya tiene (“su propio vaso”) y (d) Pablo se dirige a “cada uno de vosotros” (a toda la iglesia) y no sólo a los varones (o a los varones casados); (2) que 1 Ped. 3:7 no tiene nada que ver con la cuestión, porque Pedro dice que la mujer es el “vaso más frágil”, dando a entender que el hombre es un vaso también; (3) que 2 Cor. 4:7 habla del cuerpo como un vaso, “tenemos este tesoro en vasos de barro” (aunque en este texto el vaso contiene algo, mientras que en 1 Tes. 4:4 el vaso es el instrumento para algo); (4) que en 2 Cor. 5:1 el cuerpo se compara con un tabernáculo terrestre; (5) que se usaba el verbo ktasthai en los papiros para significar no sólo adquirir, sino también poseer o tener; (6) la palabra vaso se usaba para hablar de personas como instrumentos (Hech. 9:15; Rom. 9:21-23; 2 Tim. 2:21; 1 Sam. 21:4, 5). “Este uso bíblico de la palabra está fuertemente en contra de la idea de que pudiera significar esposa” (JWM); (7) la expresión “sepa tener (poseer) su propio vaso en santidad y honor” suena como 1 Cor. 9:27 y Rom. 6:19 (sujetar el cuerpo y usarlo para santificación). Bruce dice, “Cada uno de vosotros debe aprender a controlar su propio cuerpo”. Pablo dice que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19, 20), y que será resucitado (1 Cor. 15:50-57). Estos pensamientos nos deben motivar a controlar el cuerpo y usarlo sólo por los usos de Dios (2 Tim. 2:21, 22).

          Para hacerlo es necesario evitar la asociación con gente mundana que se entrega a las pasiones carnales, la conversación corrupta, los libros y revistas que estimulan las pasiones, las fotos pornográficas, las películas (mayormente las de la televisión) y las canciones que glorifican las obras de la carne (Gál. 5:19-21), la ociosidad y cualquier otra cosa que obre en contra de la santificación (santidad).

          Puesto que no es posible decir con toda certeza lo que la palabra skeuos significa, no hay peligro de usar mal el texto si la aplicamos de las dos maneras.

 

4:5  no en pasión de concupiscencia, -- lo opuesto a la santidad que Dios requiere. Hoy en día muchos están dominados y esclavizados por sus pasiones: p. ej., el borracho está dominado por el licor, otros son esclavos de otras drogas, y muchos otros están bajo el poder de sus pasiones sexuales.

          -- como los gentiles (Hech. 15:20; Rom. 1:20, 26, 27; 1 Cor. 6:9-11; Efes. 4:17, 18) que no conocen a Dios (Sal. 79:6; Jer. 10:25; Rom. 1:21, 28; Gál. 4:8; Efes. 2:12; 2 Tes. 1:8); -- La conclusión lógica de esta frase es que los que se entregan a los pecados sexuales lo hacen porque no conocen a Dios. “Los paganos conocían a dioses que eran tan licenciosos como ellos mismos, pero no a Dios. Una de las razones del avivamiento del paganismo en la vida actual se debe confesadamente a esto mismo, que la gente quiere librarse de las inhibiciones impuestas por Dios contra la licencia” (ATR). Los tesalonicenses “provenían de una sociedad en que la castidad era una virtud desconocida y todavía se encontraban en medio de tal sociedad que diariamente ejercía su influjo pernicioso sobre ellos ... Hacía mucho que Demóstenes había escrito: ‘Tenemos prostitutas para el placer, concubinas para las necesidades diarias del cuerpo, esposas para procrear hijos y para el cuidado fiel de nuestras casas” (WB). Se puede decir que en Estados Unidos y en muchos otros países la práctica tan extensa de los pecados sexuales indica claramente que estas naciones “no conocen a Dios”.

         

4:6  que ninguno agravie (huperbainein, ir más allá, pasar los límites establecidos, compárese 2 Jn. 9) ni engañe (“tomar más, excederse, aprovecharse, defraudar”, ATR; 2 Cor. 7:2; 12:17, 18) en nada a su hermano (peque y defraude a su hermano en este asunto, LBLA); -- La interpretación de este texto depende en parte de la interpretación de la palabra skeuos del ver. 4. Si la palabra quiere decir esposa, entonces es probable que esta exhortación tiene que ver con no defraudar al hermano en cuanto a su esposa o hija. Al cometer fornicación el hombre peca contra Dios (Sal. 51:4), contra el propio cuerpo (1 Cor. 6:18), y defrauda a algún padre o marido. Véase Prov.  6:27-35. Recuérdese la exhortación de 3:12, “Y el Señor os haga crecer en amor unos para con otros y para con todos”; lo repite en 4:9. El amor fraternal no nos dejará defraudar al hermano, ni en cuanto a su familia ni de otra manera (Rom. 13:10, “El amor no hace mal al prójimo”).

          Además, aunque la palabra se entienda como cuerpo, aun así es probable que Pablo se refiere a no defraudar sexualmente.

          Algunos dicen, sin embargo, que hay cambio de tema y que ahora Pablo se refiere a la honestidad y justicia en los negocios. Lenski cree que la palabra traducida asunto (LBLA) era término comercial, y que sería lógico referirse a los dos males principales del mundo pagano: los pecados sexuales y la avaricia comercial. Desde luego, muchos textos condenan estos dos males. La avaricia se condena en Efes. 5:3; Col. 3:5.

          -- porque el Señor es vengador de todo esto (p. ej., Sodoma, Gomorra; Deut. 32:43; 2 Sam. 4:8; 22:48; Luc. 18:7; Rom. 12:19-21; Efes. 5:6; 2 Ped. 2:3-9; Apoc. 18:19, 20), como ya os hemos dicho y testificado -- Repite en esta carta lo que les había enseñado en persona. El gobierno civil no castiga la fornicación; más bien, a veces la promueve: p. ej., en Estados Unidos las madres no casadas que dependen del gobierno para su mantenimiento reciben un aumento en su cheque cada vez que tengan otro niño, y en las escuelas públicas en lugar de condenar la fornicación reparten contraceptivos a los alumnos y les explican acerca del aborto. (En cuanto a la asistencia pública repartida por el gobierno de los Estados Unidos, gracias a Dios, en este año de 1996 se han cambiado las leyes al respecto, y pronto debe haber cambio de algunas prácticas que en lugar de ser “asistencia” han promovido la fornicación y han causado mucha miseria).

          ¿Cuántas iglesias disciplinan a sus miembros adúlteros? Aun muchas iglesias de Cristo que profesan ser conservadoras enseñan error con respecto al divorcio y segundas nupcias y de esa manera permiten el adulterio entre los miembros, sólo que éstos obtengan una licencia matrimonial del gobierno. Sin embargo, Dios es vengador de todo esto. “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Heb. 13:4).

 

4:7  Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. -- Lev. 18:24-30; 1 Ped. 1:15, 16; 2:11. Dios llamó a los tesalonicenses por medio del evangelio (2 Tes. 2:14). “Os llamó a su reino y gloria” (1 Tes. 2:12) y, por eso, les llamó a la santidad.

 

4:8  Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, -- Luc. 10:16 (compárese Hech. 5:4). En este texto Pablo enfáticamente afirma su inspiración (compárese 1 Cor. 14:37).

          Esta enseñanza de Pablo era muy diferente a lo que los tesalonicenses habían pensado antes de su conversión. Es posible que algunos hubieran dicho (como muchos dicen hoy en día), “Pero, Pablo sólo expresa su propia opinión”. Siempre conviene, pues, recordar que Pablo escribió mandamientos del Señor (1 Cor. 14:37).

          Dios hizo al hombre con libre albedrío; por lo tanto, el hombre puede aceptar o rechazar la palabra de Dios. Tiene libertad para hacerlo. Lo que el hombre no tiene es el poder de escapar de las consecuencias de su decisión.

          -- que también nos dio su Espíritu Santo. -- Hech. 2:38; 5:32; Rom. 5:5; 8:9; 1 Cor. 6:19, 20; 2 Cor. 1:22; Gál. 4:6; 1 Jn. 3:24. Al darnos el Espíritu Santo Dios nos da todas las bendiciones de la salvación, y todos los privilegios y honores de la comunión con Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo (2 Cor. 13:14). Los escritores del Nuevo Testamento a veces ponen el nombre “Espíritu Santo” (la causa) en lugar de los efectos logrados por El. No es correcto enseñar teorías acerca de una morada personal y literal (mística o misteriosa) del Espíritu Santo en los cristianos. Muchos dicen que El mora “personalmente” en nosotros, pero ¿qué quieren decir con esto? Tal expresión solamente causa confusión. Algunos aun enseñan, sin prueba bíblica, que el Espíritu Santo obra aparte de su palabra, y afirman que El hace ciertas obras en nosotros o por nosotros. Es obvio en este texto que el Espíritu Santo obra la santificación en nosotros por medio de sus enseñanzas (1 Cor. 6:11; 2 Tes. 2:13, 14; 1 Ped. 1:2). En 1 Cor. 6:18-20 se ve la relación estrecha entre la morada del Espíritu Santo en nosotros y la pureza de vida.

 

4:9 Pero acerca del amor fraternal (philadelphia, afecto fraternal) no tenéis necesidad de que os escriba, -- Antes del tiempo de Cristo la palabra philadelphia casi no se usaba y sólo se refería al afecto por el hermano en la carne. Todos los que han obedecido al evangelio deben entender la importancia del amor fraternal. Rom. 12:10; Heb. 13:1; 1 Ped. 1:22; 3:8; 2 Ped. 1:7.

          -- porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;  -- 1:4; 3:12; Jn. 6:44, 45. El llamado “amor” del mundo es más bien “pasión de concupiscencia” (4:5), pero Pablo y sus compañeros ya habían enseñado a los tesalonicenses lo que es el verdadero amor.

4:10  y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. -- Esta es otra razón por la cual él no tenía que escribirles más sobre el amor fraternal.

          -- Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más;  -- véase 4:1, notas. Que nunca estemos satisfechos con nuestro nivel de crecimiento espiritual, sino que nos esforcemos para seguir creciendo (RCK).

 

4:11  y que procuréis tener tranquilidad, -- Para entender mejor lo que Pablo dice aquí en los ver. 11, 12, leamos 2 Tes. 3:10-12, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.  11  Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.  12  A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan”. Otros textos (p. ej., Mat. 6:25; Jn. 14:1-3; Fil. 4:6, 7) enseñan la importancia de vivir sin afán, pero en las cartas a los tesalonicenses Pablo enseña que si el cristiano se ocupa en sus propios negocios y trabaja con sus manos para ganarse la vida, tendrá tranquilidad. Desde luego, el trabajar con las manos es necesario para evitar el afán mencionado en otros textos, pero en estas cartas se ve la dignidad del trabajo manual.

          Los que conocen el evangelio deben procurar llevar vidas ordenadas y tranquilas. Los que no trabajan andan desordenadamente.

          -- y ocuparos en vuestros negocios -- “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (1 Ped. 4:15). En una clase se hizo la pregunta “¿cómo es que uno podría sufrir por entremeterse en lo ajeno?” La respuesta: “Le pueden dar un golpe”. Es cierto, porque esta práctica carnal es muy ofensiva. Causa grandes disgustos y fuertes reacciones, pero es muy difícil vencer este vicio. Pablo repite aquí “lo que os hemos mandado”. Parece que la enseñanza cayó sobre oídos sordos, porque Pablo se ve en la necesidad de repetirla en esta carta, y luego en la segunda carta tiene que volver al tema con mucho más énfasis, aun hablando de apartarse de los que andan desordenadamente.

          Los que se ocupan de sus propios negocios no tienen tiempo para ocuparse en los negocios del prójimo. Lo que pasa es que los entremetidos descuidan sus propios negocios.

          Acerca de las viudas jóvenes Pablo dice, “Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran” (1 Tim. 5:13). Yendo de casa en casa se enteran de todas las “noticias” de los vecinos y corren a otras casas para compartir su nueva información “deliciosa”. Hablan “lo que no debieran” (p. ej., asuntos de otros, problemas familiares,  secretos, chismes); véase también Hech. 17:21; “Es asombrosa la sabiduría que la gente tiene acerca de los asuntos de los demás, y el poco interés que tienen en los suyos” (ATR). Los que están entremetidos no tienen tranquilidad en su propia alma y también provocan toda clase de inquietud entre otros.

          -- y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, --  “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efes. 4:28). “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Gén. 2:15). Esto fue antes del primer pecado; por lo tanto, el trabajar no es una maldición, sino una bendición para el hombre. “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra” (Deut. 5:13). Los que pueden trabajar y no trabajan andan desordenadamente y si no se arrepienten, la iglesia debe apartarse de ellos (2 Tes. 3:6-14).

          Pablo nos ha dejado un buen ejemplo de trabajar con sus manos (2:9; Hech. 18:1-4; 20:33-35; 2 Tes. 3:7-9). El enseña que los que predican el evangelio deben vivir del evangelio (1 Cor. 9:4-14; Mat. 10:9-11; Luc. 8:3; 10:7, 8; Jn. 12:6; 13:29). La Biblia no enseña que los que trabajan predicando y enseñando el evangelio deben recibir donativos o propina, sino salario: “el obrero es digno de su salario”. Si el predicador no trabaja, debe sentir vergüenza al recibir su salario, pero los que en verdad trabajan pueden y deben recibirlo con dignidad y respeto.

          A veces Pablo mismo recibía salario (2 Cor. 11:8; Fil. 4:15, 16), pero en varios pueblos él trabajó con sus manos para dejar un buen ejemplo para otros y para no poner ningún tropiezo al evangelio (1 Cor. 9:15).

          La Biblia condena la pereza. Prov. 6:6-11; 12:27; 13:4; 21:25; 22:13; 26:14-16; Heb. 6:12. Pablo dice, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tes. 3:10). La ociosidad es un campo fértil para la cizaña de Satanás.

          En este mismo año (1996) el gobierno de los Estados Unidos ha cambiado la legislación con respecto a varios programas de asistencia pública y muchísimas personas que han sido dependientes del gobierno por tantos años tendrán que trabajar, quizás por primera vez en su vida. Muchísimas personas no se animan a trabajar, porque nunca podrían ganar la cantidad de dinero y los beneficios adicionales suplidos por el gobierno. La palabra inglesa welfare (término que se aplica a la asistencia pública) significa bienestar. Esta es la palabra  bien conocida en este país que se usa para designar los millones de dólares que el gobierno regala al pueblo “necesitado”, pero en cuanto a un gran porcentaje de los recipientes este dinero no es para su bienestar sino para esclavizar y arruinarles sus vidas. Estando ociosos se entregan al alcohol y otras drogas, la fornicación y muchos otros vicios y crímenes.

          Este cambio de legislación se ha efectuado porque muchas personas responsables se han dado cuenta del daño hecho por un sistema que promueve la dependencia, la indolencia y aun la inmoralidad. La ociosidad promueve toda forma de conducta criminal, pero también por muchos años el gobierno ha dado cheques mensuales a las madres no casadas (para ellas y sus hijos) y, desde luego, éstas siguen teniendo más hijos para recibir más dinero. Ha habido casos de dos y aun de tres generaciones de tales madres. Tal asistencia pública es otra forma de esclavitud.

          El programa irresponsable de asistencia pública perjudica al recipiente, porque los ociosos de cualquier sociedad son como un cáncer que destruye la industria y promueve todos los vicios. También perjudica a los que proveen el dinero, porque aunque piensan hacer bien, en realidad hacen mal. Además, perjudica a los que verdaderamente son necesitados, porque el dinero que deberían recibir se reparte entre los que no lo merecen.

          Recuérdese que en este texto Pablo habla de la tranquilidad. Es necesario trabajar para nuestra propia tranquilidad y la de la familia.

          Muchos de los que sufren las aflicciones más severas (los ciegos, sordos, mancos, paralíticos, etc.) son activos y útiles, trabajando en algo, empleando los miembros del cuerpo no incapacitados y, de esa manera, gozan de la tranquilidad.

          Uno de los peligros más grandes para el hombre es la jubilación. Mucha gente anhela el día cuando pueda dejar de trabajar, pero entonces al llegar ese tiempo ¿qué hacen con sus vidas? Por algún tiempo, el descanso es dulce, pero luego llega el aburrimiento y fastidio. Algunos quieren viajar, pero pronto se cansan. Otros creen que estarán en la gloria jugando todos los días, pero es muy raro que algún deporte u otra actividad dé satisfacción perpetua.

          Si alguno está jubilado o por otro motivo tiene recursos y no tiene que trabajar para ganarse la vida, debe pensar seriamente en las grandes oportunidades de servir a Dios. En lugar de pasar el tiempo divirtiéndose, debe predicar y enseñar (o ayudar a los que lo hacen), visitar a los enfermos, ayudar a los pobres y en general ser útil en el servicio del Señor. Da lástima observar a muchas personas que no saben qué hacer con sus vidas.

 

4:12  a fin de que os conduzcáis honradamente --  apropiada y decentemente; “andemos de día, honestamente” (Rom. 13:13); lo opuesto de andar honradamente es andar desordenadamente (2 Tes. 3:6).

          -- para con los de afuera,  -- Cor. 5:12, 13; los de afuera juzgan el evangelio por la vida y conducta del cristiano: si es cumplido en su trabajo, si cumple con sus compromisos, si paga sus deudas, si sus tratos financieros son honestos, etc. ¿Nos importa lo que piensan los de afuera? A Pablo sí le importaba. “Andad sabiamente para con los de afuera” (Col. 4:5). Si algún hermano quiere ser un anciano de la iglesia “es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera” (1 Tim. 3:7).

          -- y no tengáis necesidad de nada. -- El que trabaja no es un parásito, sino que es responsable e independiente. El que está verdaderamente incapacitado tiene que depender de otros, y el día llegará cuando cada uno será dependiente por causa de  las aflicciones de la edad avanzada, pero hasta que ese día llegue, nadie debe ser dependiente de otros.

 

4:13  Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis -- Compárense Rom. 1:13 (“muchas veces he propuesto ir a vosotros”); 11:25 (“no quiero ... que ignoréis este misterio” acerca del rechazo de Israel y la aceptación de los gentiles); 1 Cor. 10:1 (las lecciones que debemos aprender de la historia de Israel); 11:3 (“que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”); 12:1 (“acerca de los dones espirituales”); 2 Cor. 1:8 (“acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia”); Fil. 1:12 (“que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio”); Col. 2:1 (“cuan gran lucha sostengo por vosotros”). Pablo quiere que todos los cristianos estén bien enterados y bien doctrinados.

          Dios quiere que entendamos su voluntad (Efes. 5:17, “no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”), y si leemos los escritos de los apóstoles, podemos entenderlos (Efes. 3:3, 4). Tenemos la Biblia en nuestro propio idioma. Se puede leer en muchos dialectos. Por lo tanto, los que no están bien enterados de la voluntad de Dios no tienen excusa.

          -- acerca de los que duermen, -- Luc. 8:52; Jn 11:11; Hech. 7:16; 1 Cor. 15:18, 51. Cuando el espíritu sale, parece que el cuerpo está dormido. También esta figura se emplea porque cuando Cristo venga, los “dormidos” se despertarán (4:16; Jn. 5:28, 29; 1 Cor. 15:50-57). Sin embargo, estos textos no enseñan que el alma duerme (Ecl. 7:12; Luc. 16:22, 23; 23:43; Fil. 1:23).

          -- para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza (Efes. 2:12). -- En este país sabemos algo de las ceremonias funerales de los indios, con sus gritos y lamentaciones y el ruido interminable de los tambores. De manera semejante todos los que no conocen a Dios expresan su tristeza y desesperación, dando rienda suelta a sus emociones.

          Al parecer algunos de los tesalonicenses pensaban que Cristo volvería pronto y que sólo los vivos podrían disfrutar de las bendiciones de su venida. Pablo no se refiere a la tristeza normal que se sufre cuando muere un ser querido (Jn. 11:35; Hech. 8:2; Fil. 2:27). Desde luego, aun los más fieles se entristecen, pero lo importante es que no se entristecen como los otros que no tienen esperanza. Al meditar en la condición verdadera de los seres queridos que mueren en Cristo, los cristianos no persisten en llorar como los del mundo, porque la esperanza del cristiano disminuye el pesar. Los griegos no creían que había esperanza para los muertos, y no esperaban volver a verlos, pero el cristiano sabe que la muerte no es el fin de todo, sino la puerta por la cual pasamos para estar con Cristo. El cristiano tiene una esperanza verdadera: 5:8; Rom. 5:5; 8:24; 12:12; 1 Cor. 13:13; Efes. 4:4; Heb. 6:18-20; 1 Ped. 1:3.

 

4:14 Porque si creemos que Jesús murió (Jn. 19:34, 35) y (el mismo Jesús) resucitó, -- La confianza del cristiano no se basa sólo en la promesa de nuestra resurrección, sino en el hecho de que Dios resucitó a Jesús (al mismo Jesús a quién José de Arimatea sepultó). Por lo tanto, la resurrección de Cristo era el tema central de la predicación de los apóstoles (Hech. 2:24, 32; 3:15, 26; 4:10; 5:30; 10:40; 13:30;17:3, 31; 26:8). En base a la fe en la resurrección de Cristo, esperamos que también a nosotros Dios levantará (1 Cor. 15:12, “Si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?”)

          -- así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. -- 3:13. Cristo es la Cabeza de su cuerpo, la iglesia (Efes. 1:22, 23; 4:15, 16) y si la Cabeza resucitó, el cuerpo resucitará también.

 

4:15  Por lo cual os decimos esto en (por la, LBLA) palabra del Señor: -- Repetidas veces los apóstoles, al igual que los profetas, nos recuerdan que lo que ellos dicen es en realidad la palabra del Señor: 2:13; 1 Cor. 11:23; 2 Cor. 12:1; Gál. 1:11, 12; 2:2; Efes. 3:3.

          -- que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. -- ¿Esperaba Pablo estar vivo al venir el Señor? En la segunda carta (2:3) dice, “no vendrá sin que antes venga la apostasía” y a los corintios dice (2 Cor. 4:14), “sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros” (véase también 1 Cor. 6:14). Pablo no sabía cuándo Cristo volvería (5:1-3) y se identifica tanto con los que mueren en Cristo como con los que estarán vivos cuando venga. Dice que Cristo “murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él” (5:10). Es muy necesario que nosotros nos identifiquemos con los que estarán vivos cuando venga, porque en realidad puede venir en el momento menos esperado (5:1-5; 2 Ped. 3:10).

 

4:16  Porque el Señor mismo (1:10, 2 Tes. 1:7; Apoc. 1:7; no por medio de algún representante) con voz de mando, -- la voz de Cristo siempre es con autoridad. Compárese Jn. 11:43, “¡Lázaro, ven fuera!”. La misma voz que resucitó a Lázaro nos resucitará a nosotros. “Todos los que están en los sepulcros oirán su voz” (la voz de Cristo) (Jn. 5:28).

          -- con voz de arcángel, -- el arcángel manda a los demás ángeles con respecto a su trabajo (p. ej., Mat. 24:31). Muchos dicen que en el día final Gabriel tocará su trompeta. ¿Será cierto? Judas 9 habla del “arcángel Miguel”, pero ¿dónde dice la Biblia que Gabriel es un arcángel?

          -- y con trompeta de Dios (Ex. 19:16; Heb. 12:19; Mat. 24:31;1 Cor. 15:52 “a la final trompeta”), descenderá del cielo; -- 2 Tes. 1:7-10; 2 Ped. 3:10; Apoc. 20:11 y otros textos describen otros aspectos de su venida.

          -- y los muertos en Cristo resucitarán primero. -- Los muertos se despertarán y resucitarán. Pablo no dice que los muertos en Cristo resucitarán primero y que en seguida los muertos no en Cristo resucitarán, sino que los muertos en Cristo resucitarán primero y luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor. Algunos leen Apoc. 20:4-6 acerca de la primera resurrección y suponen que habrá dos resurrecciones, la de los justos y después de mil años la de los injustos. La primera resurrección de este texto no es una resurrección literal, sino figurada: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. Ahora leamos Apoc. 2:11, “El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. La segunda muerte no tiene potestad sobre la persona que tiene parte en la primera resurrección y la segunda muerte no tiene potestad sobre la persona que venciere. Por eso,  es muy obvio que ¡el que tiene parte en la primera resurrección es el que venciere!

          La Biblia no dice en ninguna parte que habrá dos resurrecciones literales, sino que todos los muertos serán resucitados al mismo tiempo: dice Pablo, “teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos” (Hech. 24:15). Habrá solamente una resurrección y será de los justos y los injustos, pero en 1 Tes. 4:16 Pablo no se refiere a la resurrección de los injustos, porque él está comparando el estado de los santos muertos con el de los santos vivos.

          Jesús dice que la resurrección de todos ha de acontecer a la misma hora: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Jn. 5:28, 29). “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos” (Mat. 25:31, 32).

          Recuérdese el propósito de Pablo. Está consolando a los hermanos con respecto a los que duermen. Para hacerlo enseña que los muertos resucitarán antes de la transformación de los vivos; por eso, en cuanto a la venida de Cristo, los muertos serán bendecidos antes que los vivos.

         

4:17  Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, -- Pablo explica en otros textos que al venir Cristo los vivos seremos transformados (Fil. 3:20, 21; 1 Cor. 15:50-53), porque “la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción”.

          -- seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (Jn. 14:1-3; 17:24). -- Al dejar la tierra, Jesús “fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos” (Hech. 1:9). Así también cuando El vuelva “seremos arrebatados juntamente con” los resucitados “para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

          Según el concepto de muchos “evangélicos”, cuando Cristo venga, habrá un “rapto secreto”; es decir, al venir Cristo los fieles serán arrebatados secreta, silenciosa e invisiblemente. Según esta teoría, en ese momento los justos simplemente desaparecerán. Ya no estarán sobre la faz de la tierra; más bien estarán en las nubes con Cristo por siete años para escapar de la supuesta “Gran Tribulación”. Esta teoría se basa erróneamente en lo que Jesús dice en Mat. 24:21 acerca de la gran tribulación que vendría sobre Jerusalén, y sobre Mat. 24:40, 41, “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada”.  

          El arrebatamiento de los santos no será ni secreto ni silencioso, “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo”. Tampoco dejará a los otros vivos confusos porque “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” (Apoc. 1:7).

 

4:18  Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. -- Con esta explicación sencilla y clara de lo que pasará cuando Cristo venga, los hermanos podían animar el uno al otro. Ya no estaban en oscuras con respecto a este tema tan importante. Ahora podrían conversar unos con otros con plena confianza con respecto a los seres queridos que ya durmieron en el Señor como también acerca de la importancia de que los vivos se preparen para “aquel día”.

 

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