Mateo 20

 

          20:1  Porque el reino de los cielos es semejante (11:16; 13:24, etc.) a un hombre, padre de familia, --  no semejante al hombre mismo, sino a la situación que se desarrolla, JPL.

          -- que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. – No debe haber división entre los últimos versículos del capítulo anterior y este, porque la parábola de la viña ilustra lo dicho en 19:30, “Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros”; así concluye la parábola (20:16). También es la continuación de la respuesta a la pregunta de Pedro (19:27), “He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?”

          Jesús habla mucho de viñas en sus parábolas (21:28, 33; Luc. 13:6). En el Antiguo Testamento el pueblo de Dios se compara con una viña (Sal. 80:8-13; Isa. 5:1; Jer. 12:10). Jesús dice que El es la vid y que sus discípulos son como sarmientos (Jn. 15:1-8).

          20:2  Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.  3  Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; -- “La plaza del mercado era el lugar a donde acudían hombres y amos para todos sus acuerdos” (ATR). También cita Robertson una obra que habla de algo semejante; dice que “cada mañana, antes de despuntar el alba, se reunía una numerosa multitud de campesinos, con azadones en las manos, esperando ser contratados para el día para trabajar en los campos de los alrededores”.

          20:4 y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo (apropiado). Y ellos fueron.  5  Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo.  6  Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?  7  Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado.  –  Muchos trabajadores estarán de acuerdo de que esto es más “trabajoso” que el trabajar; además, los tales están preocupados por no tener dinero para comprar lo necesario para su familia. No estaban voluntariamente desocupados; más bien, estuvieron en el lugar designado para encontrar empleo.

          -- El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. 8 Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, -- El jornalero recibía su sueldo al terminar la obra de cada día, Lev.19:13; Deut. 24:15. Si no lo recibía ¿con qué daría de comer a su familia? Mal. 3:5; Sant. 5:4.

          -- comenzando desde los postreros hasta los primeros. – Si los que llegaron primero hubieran recibido su sueldo primero, probablemente habría salido de una vez sin darse cuenta de lo que los otros recibieran, pero el plan de comenzar desde los postreros dejó en suspenso el asunto de cuánto recibirían los primeros (JPL).

          20: 9  Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.  10  Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.  11  Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia,  12  diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. – Pensando humanamente muchos dirían que el argumento de éstos era válido, pero obsérvese que no dijeron que el pago no fue justo. El problema no tuvo que ver con injusticia, sino con el resentimiento, pues no les gustó que otros fueran bendecidos. Compárese el hermano mayor de Luc. 15:25-32.

          20:13  El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, (22:12; 26:50) no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario?  14  Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15  ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? – Este es el corazón de la parábola y de la lección que Jesús presenta, a saber, la gracia y bondad de Dios.

          -- ¿O tienes tú envidia, (lit., ¿.. es tu ojo malo ..?, LBLA, 1 Sam. 18:9; comp. Deut. 15:9;  Prov. 28:22) porque yo soy bueno? -- El padre de familia tenía ojo bueno o generoso, 6:22.

          20:16  Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. -- La conclusión de la parábola es, pues, la misma que Jesús anunció al contestar la pregunta de Pedro (19:27, 30). El v. 1 dice “Porque …”, es decir, la parábola está conectada con lo que acaba de decir. La parábola es una ilustración de algunos primeros que fueron postreros y de algunos postreros que fueron primeros. “Los que eran los postreros en llegar fueron los primeros con respecto a la proporción entre la recompensa y la labor, y los que fueron los primeros en llegar fueron los postreros en este particular” (JWM).

          El joven rico había salido triste, pero Pedro recuerda al Señor que los apóstoles sí habían dejado todo para seguirle, y Jesús recalca que todo fiel servicio será recompensado. Dios todo lo ve y no olvida de nada. Heb. 6, “10  Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”. Esta promesa se repite en las cartas a las siete iglesias de Asia (Apoc. 2 y 3). Los apóstoles ocuparían tronos comenzando en el día de Pentecostés y a través de sus vidas. Sin embargo, en todo esto existe el peligro de tener un concepto incorrecto y una actitud peligrosa, porque si alguno piensa que se puede “calcular” la recompensa (tanta recompensa por tanto servicio), no entiende todavía el significado de la gracia. Jesús habla esta parábola “para evitar que sus discípulos pensaran que la prometida recompensa sería solamente una compensación justa por sus sacrificios y labores … La vida eterna es inconcebiblemente más que una recompensa por todo lo que alguno (p. ej., Pablo) haya trabajado o sufrido en el reino” (JWM).

          Jesús no habla esta parábola para promover la idea de que está bien esperar hasta los momentos finales de la vida para arrepentirse. No tiene nada que ver con el arrepentimiento en el lecho de muerte. Desde luego, Jesús promete la salvación a todos, incluyendo a los que obedecen al evangelio en los últimos días o los últimos momentos de su vida. Dios conoce el corazón. Pero recuérdese que los que fueron a trabajar hasta la hora sexta, novena o aun la undécima entraron en la viña cuando podían. Estuvieron en el lugar correcto esperando la oportunidad de trabajar, y aprovecharon la primera oportunidad. Por eso, este caso no es paralelo con el caso del hombre que por años y años ha sido llamado a obedecer al evangelio y siempre ha rechazado la llamada, diciendo “todavía no”, “hay hipócritas en la iglesia”, “estoy demasiado ocupado en otras cosas”, “no quiero ofender a mi familia”, etc. Desde luego, dejamos el juicio en manos de Dios, pero estamos aclarando que esta parábola no tiene nada que ver con los casos de personas que posponen la obediencia hasta el lecho de muerte.

          La parábola no enseña que el juicio de Dios será arbitrario, sino que sus caminos no son nuestros caminos (Isa. 55:8, 9). Dios no sólo sabe lo que hacemos, sino también los propósitos del corazón. El sabe por qué algunos son religiosos (Mat. 6:1-18; Luc. 18:9-14). Jesús sabía por qué la gente le seguía (Jn. 6:26). ¿Qué habrían pensado de esta parábola Jacob, Juan y su madre? Después de oír esta parábola, dudamos que Pedro volviera a preguntar, ¿qué tendremos pues? Después de oír esta parábola ¿entendían mejor el tema de la gracia de Dios? ¿Y la enseñanza de Luc. 17:7-10?

          No vayamos, sin embargo, al otro extremo y pensar que sólo tenemos que entrar en la viña y comer uvas. Leamos otra vez los muchos textos que hablan de la necesidad de negarse, esforzarse, sacrificarse, etc., pero siempre recordando que “La vida eterna es inconcebiblemente más que una recompensa por todo lo que alguno (p. ej., Pablo) haya trabajado o sufrido en el reino”.

          20:17  Subiendo Jesús a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte en el camino, y les dijo:  18  He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado (por Judas) a los principales sacerdotes y a los escribas, (el sanedrín o concilio) y le condenarán a muerte;  19  y le entregarán a los gentiles (a Pilato, el gobernador romano) para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; -- Los judíos tenían que entregar a Jesús en manos de los romanos para que fuera crucificado, porque los judíos no crucificaban (los condenados eran apedreados, Hech. 7:58) mas al tercer día resucitará. – 12:40; 27:63; 1 Cor. 15:4.

          Sobre el tema de entregar a Cristo, la Biblia enseña (1) que fue entregado por Dios (Hech. 2:23; Rom. 8:32); (2) que Cristo se entregó a sí mismo (Efes. 5:2); (3) que Judas lo entregó (26: 15, 16, 21, 48); (4) que los judíos le entregaron a los gentiles, 20:18, 19; (5) que Pilato “le entregó para ser crucificado” (27:26); y (6) que “fue entregado por nuestras transgresiones” (Rom. 4:25; 1 Ped. 2:24).

          20:20  Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él (prohibido en Hech. 10:25 y Apoc. 1:17; 19:10, pero Jesús nunca prohibió que la gente se postrara delante de El) y pidiéndole algo. 21  El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a u izquierda. – Jesús habla de su sufrimiento y muerte, pero sus discípulos siguen pensando en ser grandes en un reino terrenal. Querían honor, poder, felicidad y todo esto lo obtuvieron, pero no como ellos pensaban. Jesús ofrece estas cosas no a través del poderío humano, sino a través del sufrimiento y servicio. Serían grandes, pero yendo por el camino de la cruz. La madre de Jacobo y Juan era muy ambiciosa, quería “lo mejor” (autoridad, poder, fama) para sus hijos, pues quería que sus hijos obtuvieran ventaja sobre los otros apóstoles. Este es otro caso del cual Santiago habla cuando dice, “Pedís mal” (Sant. 4:3). Muchos padres quieren que sus hijos sean grandes pero ¿cuántos padres sinceramente quieren que sus hijos sean fieles cristianos? Para muchos padres los hijos son muy  exitosos si están bien establecidos en su profesión o negocio, tienen buenas casas, automóviles, etc. 

          20:22  Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís (Luc. 9:33).  ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, -- Vaso o copa (26:39) de sufrimiento. Jn. 18:11.

          -- y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? – Bautizado quiere decir sumergido o abrumado con sufrimiento. Les esperaban diluvios de sufrimiento. Sal. 69:2; 124:4,5; Isa. 43:2. Jesús siempre les habló con toda franqueza, explicando el costo del discipulado. En Mat. 10:16-22 les dijo que (1) serían rechazados, v. 14; (2) que la enseñanza de ellos sería rechazada; (3) que serían entregados, 17,18; (4) aun por los familiares, v. 21; (5) que serían aborrecidos, v. 22 y (6) terminó diciendo, “Y no temáis a los que matan el cuerpo”, v. 28. En seguida habló de los grandes conflictos que habría entre familiares (Mat. 10:34-39, que habría espada --  disensión y división -- en lugar de paz). Habló de la abnegación de sí y de llevar su cruz  Mat. 16:24,25, y la necesidad de renunciar todo por El, Luc. 14:33.

          -- Y ellos le dijeron: Podemos. – En realidad los apóstoles mostraron su disposición de sufrir y aun morir con Cristo. Jn. 11:16, “Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él”; Luc. 22:33, “El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte”, y lo mostró (Mat. 26:51), “Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja”. Sin lugar a dudas los apóstoles estaban confusos. A pesar de todo lo que Jesús les había dicho acerca de la verdadera naturaleza de su reino, y de todo lo que El iba a sufrir, etc., ellos no comprendieron. Después sí comprendieron y sí podían beber cualquier copa de sufrimiento por Cristo.

          20:23  El les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; -- El sufrimiento de los apóstoles comenzó pronto después de comenzar su ministerio (Hech. 4:3; 5:18). Jacobo fue degollado por Herodes (Hech. 12:2) y vemos a Juan, ya en su vejez, desterrado en la isla de Patmos (Apoc. 1:9). Este texto muestra que Jesús tenía confianza en sus apóstoles. El los vio no solamente como eran en ese tiempo, sino como serían poco después. Comenzando el día de Pentecostés eran hombres muy cambiados, verdaderamente dispuestos a sufrir y a morir por Cristo. 1 Ped. 4:13; 2 Cor. 4:10; Gál. 6:17; Jn. 15:20.

          -- pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. – La exaltación de los apóstoles sería de acuerdo al plan de Dios; es decir, no conforme a puestos de autoridad, sino conforme al sufrimiento y el servicio. Tales honores se reparten según el plan eterno de Dios.

          20:24  Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. -- Es el resultado inevitable de tal ambición, rivalidad y ambición vana, pero no hay problema cuando alguien quiere ser grande a través de sufrir y servir.

          20:25  Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. – De esta manera los hombres del mundo juzgan la grandeza. El “grande” en este mundo es hombre prominente y da órdenes a muchos hombres.

          20:26  Mas entre vosotros no será así, {Luc. 22. 25-26.} sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,  27  y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; {Mt. 23. 11; Mr. 9. 35; Luc. 22. 26.} 28  como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, (Jn. 13:5) – La Biblia nos da muchos ejemplos de los que se hicieron grandes en el reino. Aparte de los apóstoles, profetas, evangelistas, etc. que sirvieron fielmente al Señor, también leemos de otros ejemplos como los siguientes: Dorcas, Hech. 9:36, 39; Febe, Aquila, Priscila, Rom. 16:1, 3, 4 (y varios otros en este capítulo); familia de Estéfanas, 1 Cor. 16:15, 16; Gayo, 3 Jn. 5, 6, etc. De los tales Pablo dice (Fil. 2:3, 4) que sus nombres están escritos en “el libro de la vida”. Esto indica claramente que los tales son grandes ante los ojos de Dios.

          -- y para dar su vida en rescate por muchos (26:28; Heb. 9:28). – Dio su vida para rescatarnos (redimirnos), 1 Ped. 1:18, 19.

          20:29  Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud.  30  Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, (esto indica que ellos creían en Cristo como el Mesías, el Hijo de Dios) ten misericordia de nosotros! 31  Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!  32  Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? – Compárese el v. 21. 33  Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos (no pidieron puestos elevados).  34  Entonces Jesús, compadecido (compárese el v. 31, “la gente les reprendió para que callasen”), les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista (9:29; Mar. 8:23; Jn. 9:6); y le siguieron, andando con El como sus discípulos sin que nadie les llevaran por la mano, “glorificando a Dios” (Luc. 18:43). Jesús no les dijo que no hablaran a nadie del milagro porque a estas alturas no importaba, pues ya estaba a punto de ser entregado a la muerte.

 

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¿Murió Jesús “en mi lugar”?

Introducción.

          A. Rom. 5:8, “Cristo murió por nosotros”. Esta verdad se afirma en varios textos. ¿Qué significa la palabra “por” (huper)? Murió “por” nosotros  para expiar los pecados (Isa. 53:10; Mat. 20:28; 1 Jn. 2:2, etc.).

          B. Pero el concepto de algunos es que Cristo tomó nuestro lugar cuando murió en la cruz, que nuestros pecados fueron transferidos a El, y que al morir era nuestro “substituto” y representante para la “satisfacción de la ley y justicia de Dios”.

          C. Es doctrina calvinista. Habla del “sufrimiento vicario” de Jesús. Esta enseñanza comenzó en el siglo XI con Anselmo, arzobispo de Cantorbery, pero llegó a ser la doctrina básica de los “reformadores protestantes”. Está bien relacionado con los cinco puntos del calvinismo, mayormente con la enseñanza falsa de que los pecados del hombre son contados a Jesús, que El llegó a ser culpable de nuestros pecados, y que su justicia personal es contada al creyente.

          D. Sin embargo, es importante observar y recordar que los términos “substituto”, “sufrimiento vicario”, “satisfacción por los pecados”, etc. no son bíblicos.

          I. Algunos argumentos para “probar” la substitución.

          A. Lev. 16:21, 22. El día de la expiación, el sacerdote ponía sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío, confesaba los pecados del pueblo sobre su cabeza y lo llevaban a tierra inhabitada. El animal llevaba todas sus iniquidades. Se afirma que lo mismo pasó con Cristo; es decir, los pecados del hombre fueron imputados (contados) a Cristo, nuestro substituto.

                   1. La Biblia nunca hace comparación entre Cristo y este macho cabrío (Azazel). Si se busca alguna semejanza, conviene observar el ver. 9, el primer macho cabrío “sobre el cual cayere la suerte por Jehová”, porque lo ofrecerá en expiación”.

                   2. Pero el segundo macho cabrío (Azazel) no era inmolado. Su sangre no era derramada y, por eso, no podía ser tipo de Cristo.

          B. 2 Cor. 5:21, Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. Este texto es citado frecuentemente por los calvinistas. Creen que en sentido literal Cristo llegó a ser pecado literal, que llegó a ser la esencia del pecado y que, por eso, era rechazado por Dios como abominable, porque aceptan el concepto de la “substitución”.

                   1. Pero la palabra “pecado” aquí se usa como se encuentra en Levítico. Por ejemplo, Lev. 4:21, 25; 6:25 y más de 50 veces, en el texto original (tanto el hebreo como el griego) la palabra es simplemente “pecado”, pero se traduce “expiación” u “ofrenda por el pecado”.

                   2. Heb. 10:8, “Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste”. La palabra “expiaciones” es simplemente “pecado”.

                   3. Rom. 8:3, “Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado”; es decir, como dice Lacueva, “como ofrenda por el pecado”. LBLA dice, “como ofrenda por el pecado”.

                   4. El animal que se usaba como ofrenda por el pecado tenía que ser perfecto, sin defecto. Si Cristo hubiera sido “pecado” en sentido literal, no podría haber ser ofrenda por el pecado. 1 Ped. 1:18, “sabiendo que fuisteis rescatados .. con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

          II. 1 Pedro 2:24, “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia”.

          A. Cristo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz. Sobre esto no hay discusión, pero ¿qué significa este texto?

          B. Isa. 53:4, “Ciertamente llevó (nasa) él nuestras enfermedades …  y llevará (sabal) las iniquidades de ellos .. habiendo él llevado (nasa) el pecado de muchos”.

                   1. Mat. 8:16, “trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;  17  para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”. Al sanar a los enfermos Jesús cumplió Isa. 53:4, que El llevó nuestras enfermedades y iniquidades, pero al llevar las enfermedades de la gente Jesús no se enfermó. Las enfermedades de la gente no fueron transferidas al El. Al llevar la enfermedad del leproso no llegó a ser leproso. Al llevar la enfermedad de los endemoniados El no llegó a ser endemoniado. Al llevar enfermedades El las quitó, las removió.

                   2. La palabra griega que se traduce “llevar” es bastazo. Esta es la palabra usada por el Espíritu Santo para traducir las palabras hebreas nasa y sabal. Quiere decir llevar, transportar, remover.

                   3. Por lo tanto, cuando la Biblia dice que Cristo llevó nuestros pecados, no quiere decir que nuestros pecados fueron transferidos a El, sino que El los llevó en el sentido de removerlos.

                   4. Heb. 9:26, “en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado”.

                   5. Juan 1:29, “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

          III. ¿Qué significa la preposición “huper”?

          A. Calvinistas citan Deut. 24:16, “Los padres no morirán por (huper) los hijos, ni los hijos por (huper) los padres; cada uno morirá por su pecado”. Dicen que huper quiere decir “en lugar de”, pero esto no es correcto. Se refiere a la práctica de las naciones de castigar a los hijos cuando castigaban al padre y castigaban al padre cuando castigaban a los hijos. P. ej., Ester 9:13,14, los diez hijos de Amán fueron ahorcados con su padre. 2 Crón. 25:3, 4 es un ejemplo de obedecer Deut. 24:16. Así, pues, no había substitución en este texto, sino que los miembros de la familia se castigaban juntos con el culpable.

          B. Juan 10:11-15, “el buen pastor su vida da por las ovejas”. Calvinistas dicen que la palabra “por” (huper) indica substitución, pero si los lobos matan al pastor, no lo matan en lugar de las ovejas; es decir, no por eso estarán en paz las ovejas? Juan 13:37, 38, Pedro dice a Cristo, “Mi vida pondré por ti”. ¿Pensaba morir Pedro en lugar de Cristo? Lo que él quería decir se ve cuando sacó la espada para pelear por Cristo. Estaba dispuesto a morir por proteger a Jesús. Esto es lo que el pastor hace cuando da su vida por las ovejas.

          C. Juan 11:49-52, Caifás dice, “Vosotros no sabéis nada;  50  ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.  51  Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación”. Se argumenta que esto quiere decir que Jesús iba a morir en lugar de, o como substituto, de la nación, pero la profecía decía que Jesús iba a morir físicamente para que la nación no pereciera eternamente.

          D. 2 Cor. 5:14, 15, “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;  15  y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”. Este es uno de los textos predilectos de los que abogan por la substitución, pero el v. 15 dice que Cristo murió  y resucitó por ellos. ¿Resucitó Jesús en lugar de nosotros?

          E. Gál. 3:13 (uno de los favoritos textos de los que enseñan la substitución), “3  Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero”. Se afirma que la única manera en la cual una maldición podría caer sobre una persona inocente sería por medio de la substitución. ¿En qué sentido fue “hecho por nosotros maldición”? Simplemente porque la ley de Moisés decía, “Maldito todo el que es colgado en un madero” y, aunque fue completamente inocente, la realidad es que El sí fue colgado en un madero y lo hizo “por nosotros” (para salvarnos). Pero ¿nos tocó a nosotros ser colgados en un madero? Claro que no. Entonces no hay substitución en este texto.

          IV. ¿Qué significa la preposición anti?

          A. Mat. 20:28, “el Hijo del Hombre … vino para dar su vida en rescate por (anti) muchos”.

                   1. Aun el Interlineal Lacueva dice “POR MUCHOS. Lit. en favor de – y en lugar de – muchos”. Esto muestra cuán arraigado está el concepto de la substitución.

                   2. Pero obsérvese el contexto. ¿Cuál es el tema? El servir a otros (véanse los versículos anteriores). No está hablando de hacer algo en lugar de otros, sino en favor de otros, para el beneficio de otros. Luego se refiere a sí mismo como ejemplo de su enseñanza, y ese ejemplo incluía el sacrificio de su vida “por” (anti) muchos. La idea de substitución no cabe en esta enseñanza.

          B. 1 Tim. 2:5,6, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,  6  el cual se dio a sí mismo en rescate (antilutron) por (huper) todos”. Jesucristo nos compró con su sangre, pero no lo hizo “en lugar de” nosotros, porque la Biblia no enseña que el pecador debe ofrecerse como sacrificio por sus pecados. Jesús es el Redentor y si El tomó nuestro lugar, ¿nos tocaba ser redentores?

          V. Jesús no tomó nuestro lugar.

          A. No tomó nuestro lugar en la muerte física, pues Heb. 9:27 dice que todos tenemos que morir, aun los más fieles cristianos.

          B. No tomó nuestro lugar en la muerte espiritual, porque El no murió espiritualmente.

          C. No murió físicamente para tomar nuestro lugar en la muerte espiritual. Cristo sí murió físicamente para que nosotros pudiéramos escapar de la muerte espiritual y eterna pero Es imposible que una muerte física tomara el lugar de la muerte espiritual y eterna (la separación de Dios).

          D. No tomó nuestro lugar como sacrificio por los pecados, porque no nos tocó ser sacrificados en una cruz por nuestros pecados.

          E. No tomó nuestro lugar en sufrir por la justicia. Muchos cristianos han sufrido torturas indecibles por la fe. ¿Por qué han tenido que sufrir así si Cristo tomó su lugar en sufrir por la justicia? Juan y Jacobo habían de beber el vaso de sufrimiento (20:23).

          F. No tomó nuestro lugar en el castigo por los pecados, porque la paga del pecado es la muerte eterna (separación de Dios). Desde luego, Jesús no sufrió ese castigo.

          G. No removió la ira de Dios contra el pecado, porque esa ira todavía existe, 2 Tes. 1:7-9.

          H. La teoría substitución/satisfacción niega la gracia de Dios, porque si nuestro castigo ha sido transferido a Jesús, nuestro substituto, y El ya lo sufrió, entonces nosotros no tenemos que sufrirlo. La deuda hubiera sido cancelada antes de nuestro nacimiento. Esto niega la gracia de Dios, porque según esa teoría la deuda quedó cancelada y, por eso, Dios nos debe la salvación. ¿Cómo puede obligarnos a pagar la deuda cuando nuestro substituto ya la pagó?

          I. No tomó nuestro lugar en la obediencia al Padre. Se nos dice que la substitución fue hecha posible por la perfecta vida y la perfecta obediencia de Jesús, lo cual significa salvación por obras perfectas, realizadas en la cruz, proveyendo salvación por medio de perfectas obras por nosotros (en lugar de nosotros). Según esta teología Dios nos debe la salvación. Esto contradice el evangelio, el plan de Dios para nuestra salvación. Además, promueve el antinomianismo (no hacer caso de la ley de Dios). La obediencia nuestra sería por demás, superflua, insignificante.

          J. Obviamente, pues, la doctrina de substitución lleva a otra: la imposibilidad de caer de la gracia.

          VI. Nadie cree que Jesús era nuestro substituto en sentido literal.

          A. A pesar de tantas afirmaciones acerca de nuestro “Substituto” y su “sufrimiento vario”, etc. los comentaristas tienen que aceptar que todo esto no es cierto en sentido literal.

          B. ¿Nos tocó a nosotros ser crucificados en una cruz romana? Nadie cree esto. Dios nunca enseñó que la humanidad debería ser ofrecido como sacrifico sobre algún altar o cruz, para que después Cristo viniera al mundo para ser nuestro substituto. Por eso, Jesús no tomó “nuestro lugar” sobre la cruz. Esto no es concepto bíblico.

          C. El sufrimiento de Jesús en la cruz fue una experiencia horrible y nadie lo minimiza, pero ¿se puede comparar con el sufrimiento eterno del pecador en el lago de fuego? Nadie dirá que sí.

          D. Si al morir en la cruz Cristo quitó la ira de Dios contra el pecado (de esa manera satisfaciendo la justicia divina), pagó nuestra deuda, aceptó nuestra culpa y castigo, entonces ha hecho todo por nosotros y no nos queda responsabilidad alguna. La única conclusión lógica de todo esto sería la salvación universal o la expiación limitada del calvinismo.

          E. Por lo tanto, todos deben abandonar este concepto porque en primer lugar la Biblia no lo enseña, y en segundo lugar aun sus proponentes no lo creen. Lo enseña simplemente porque el calvinismo lo requiere. Sin este eslabón se quiebra la cadena calvinista: (1) el pecado de Adán contado al hombre (por eso, todos nacen pecadores); (2) los pecados del hombre contados a Jesús; (3) la justicia personal de Jesús contada a los creyentes. El eslabón central (número 2) requiere el concepto “substitución”. Sin este eslabón la cadena se rompe.

          VII. La Biblia enseña que nosotros mismos tenemos que hacer algo para ser salvos.

          A. Mar. 16:16; Hech. 2:38, creer, arrepentirnos, ser bautizados para perdón de los pecados.

          B. 1 Jn. 3:7, somos justos si practicamos la justicia.

          C. Hech. 10:35, Dios nos acepta si obramos justicia.

          D. Mat. 25:32-46, para escapar del castigo tenemos que hacer buenas obras.

          E. Mat. 7:21-23, los únicos que serán salvos son los que hacen la voluntad de Dios.

          F. Estos textos, y muchos otros, muestran que la doctrina de substitución es error.

          G. Algunos argumentan por la substitución y luego argumentan por la necesidad de la obediencia. Estos se contradicen. El calvinismo prácticamente quita toda responsabilidad humana porque enseña que la gracia de Dios es irresistible para los elegidos y que una vez llamados no pueden caer de la gracia. Esto les parece lógico, porque creen que Jesús ya lo hizo todo “en su lugar”.

          H. Pero la verdad es que la gracia de Dios (el evangelio) provee el Salvador que es “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). El es nuestro acceso (entrada) al Padre (Efes. 2:18). Jesucristo provee el medio de nuestra salvación, pero no es nuestro “substituto”.

 

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