Notas sobre Hechos de los Apóstoles

 

Copyright, 1994

Derechos Reservados

Wayne Partain

 

 

Versiones citadas

 

El texto de Hechos, Versión Valera Revisada (1960)

La Biblia de las Américas (LBLA)

Nueva Reina-Valera (1990)

Versión Moderna (VM)

Versión Hispano-americana (VHA)

 

Léxicos, diccionarios y Word Studies citados

 

Pequeño Larousse Ilustrado, por Ramón García-Pelayo y Gross

Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, por Vila-Escuain (V-E)

Interlinear Greek New Testament, por George R. Berry

Expositor’s Greek New Testament, R. J. Knowling (RJK)

Word Studies of New Testament, Marvin Vincent  (MV)

Diccionario expositivo de palabras del N. T., W. E. Vine (WEV)

Imágenes verbales en el Nuevo Testamento, A. T. Robertson (ATR)

 

Comentarios citados

 

Comentario sobre Hechos, por J. W. McGarvey (JWM)

Los Hechos de los Apóstoles, por Ernesto Trenchard (ET)

Commentary on New Testament, por H. A. W. Meyer (HAWM)

Comentario exegético y explicativo de la Biblia por Jamieson, Fausset y Brown (JFB)

Notes on the New Testament, por Albert Barnes (AB)

The Interpretation of Acts of Apostles, R. C. H. Lenski (RCHL)

El Nuevo Testamento comentado, por William Barclay (WB)

Commentary and Critical Notes, por Adam Clarke

Comentario del Nuevo Testamento, por L. Bonnet  y A. Schroeder  (B-S)

The Living Word Commentary, por Everett Ferguson and Richard Oster (EF)

Matthew Henry’s Commentary in One Volume, (MH)

Nuevo Comentario Bíblico, F. F. Bruce (FFB)

Acts, por Robert Harkrider (RH)

Acts of the Apostles, por H. Leo Boles (HLB)

New Testament History, Acts, por Gareth L. Reese (GLR)

Acts, por Burton Coffman (BC)

Commentary on the Holy Scriptures, John Peter Lange (JPL)

The Acts of the Apostles, E. H. Plumptre (EHP)

 

 

Introducción


Título

 

          No hay indicación de que esta obra haya llevado nombre o título. Las primeras palabras son, "En el primer tratado ... ", lo cual indica que este escrito sería una secuencia del primero.


          El nombre que lleva en nuestras versiones es Hechos de los Apóstoles. La lista de los nombres de los once apóstoles aparece en 1:13, y 1:21-26 registra la selección de Matías quien tomó el lugar de Judas Iscariote. Los apóstoles se mencionan colectivamente en los siguientes textos: 2:37, 42, 43; 4:33-37; 5:2, 12, 18, 29; 6:6; 8:1, 14, 18; 9:27; 11:1; 15:2, 4, 6, 22, 23, 33. El apóstol Juan es mencionado en 3:1; 4:13; 8:14. La obra de Pedro se ve en los capítulos 1-5; 10-12; y 15, y la de Pablo en 7:58; 11:25-30; 9; 13-28.

         

Escritor

 

          Desde luego, el Escritor del libro es el Espíritu Santo (2 Ped. 1:21; 2 Tim. 3:16, 17), pero el escritor humano fue "el amado médico", Lucas (Col. 4:14). La prueba de esto se ve (1) en que se dirige otra vez a Teófilo, como lo hizo al escribir el primer tratado (Luc. 1:3); (2) el estilo es igual; según Plumptre, en los dos libros hay algunos cincuenta términos comunes, términos que no se encuentran en el resto del Nuevo Testamento; (3) Lucas era compañero de Pablo: entre 16:10 y 28:16 frecuentemente dice "nosotros", y compárense Col. 4:13; 2 Tim. 4:11; y Filemón 24. Escribió el primer tratado basándose en el testimonio de testigos fieles (1:2), pero escribió gran parte del segundo tratado basándose en la experiencia personal.

 

Próposito

 

          Lucas escribió el primer tratado para que Teófilo conociera "bien la verdad de las cosas en las cuales" había sido instruido (1:4). En el segundo tratado empieza donde terminó el primero, repitiendo la promesa de Jesús a los apóstoles que recibirían el poder desde lo alto, y con más detalle relata la ascensión de Jesús. Entonces, después de explicar el proceso de la selección de Matías, describe la venida del Espíritu Santo (el poder desde lo alto), y el comienzo de la predicación de los apóstoles bajo la Gran Comisión (Mat. 28:18-20; Mar. 16:15, 16; Luc. 24:47-49).

          El propósito de Lucas al escribir el segundo tratado a Teófilo se puede expresar con las palabras de Lucas 1:3, 4: después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, se las escribió a Teófilo para que conociera bien la verdad acerca del trabajo y predicación de los apóstoles. Como había escrito la verdad acerca de la vida y la obra de Cristo durante su ministerio personal, ahora describe la obra de Cristo que fue llevada a cabo por los apóstoles y por su iglesia, bajo la dirección del Espíritu Santo.

          Cristo escogió a los apóstoles para que fueran sus testigos (1:8); sus mensajeros (Mat. 28:19); sus embajadores (2 Cor. 5:18-20) o representantes (Mat. 10:40). Prometió estar con ellos "todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28:20). Al prometerles otro Consolador les dijo, "No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros" (Jn. 14:18). Siempre estaba con ellos y todavía está con ellos en sus escritos inspirados, por medio de los cuales están sentados sobre doce tronos, juzgando a las doce tribus de Israel (Mat. 19:28; Gál. 6:16, el Israel de Dios, es decir, la iglesia de Cristo). Por eso, podían decir, "Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios nos oye; el que no es de Dios, no nos oye" (1 Jn. 4:6).

          Otra función importante de los apóstoles es la interpretación de los profetas. Mucha gente "interpreta" (a su modo) a los profetas sin consultar a estos intérpretes inspirados. Por ejemplo, 2:16-21, "esto es lo dicho por el profeta Joel"; 3:24, "Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días"; y 15:15-18, "Y con esto concuerdan los profetas, como está escrito". Es interesante observar que las profecías acerca del reino y del Espíritu Santo encontradas en Isaías 2, en Daniel 2 y en Joel 2 se cumplen en Hechos 2. El relato en Hechos del cumplimiento de profecías del Antiguo Testamento es otra ilustración del dicho que el Antiguo Testamento es el Nuevo Testamento escondido, y el Nuevo Testamento es el Antiguo Testamento revelado.

          Obviamente Teófilo era un funcionario romano, porque en el primer tratado Lucas se dirige a él como "oh excelentísimo Teófilo" (Luc. 1:3; compárese Hech. 24:3). Al escribir ampliamente en los últimos capítulos acerca de las acusaciones de los judíos contra Pablo, Lucas enfatiza que todos los funcionarios romanos que juzgaron a Pablo dijeron que era inocente: Claudio Lisias (23:29); Félix (24:26, no le condenó y lo dejó custodiado solamente porque esperaba recibir dinero de él); y Festo (25:18). Al reconocer que no había y no habría justicia para él ni en Jerusalén ni en Cesarea, Pablo tuvo que apelar al César y por esta causa fue llevado a Roma, pero sin cargo formal contra él. Todo esto estableció claramente que la religión de Cristo no era subversiva.

 

 Fecha

 

          Al terminar su relato de las actividades de Pablo en Roma (28:30, 31), nos hace pensar que más o menos en ese tiempo terminó este libro. Esto sería aproximadamente en el año 63 d. de J. C. Es posible que lo haya escrito después de la muerte de Pablo, pero esto es muy dudoso. El Espíritu Santo no enfatiza la muerte de los apóstoles sino sus hechos, pero si Pablo ya hubiera muerto, no es lógico suponer que Lucas habría omitido el relato de un evento tan significativo. Seguramente habría dedicado, por lo menos, nueve palabras a tal relato, como lo hizo en el caso de Jacobo (12:2).

 

La importancia de Hechos

 

          Lo que Pablo dice acerca de la Escritura (2 Tim. 3:16) seguramente se puede decir de Hechos, porque es "inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia".

          ¡Qué incompleta estaría la Biblia sin Hechos! Juan dijo (Mat. 3:2) que "el reino se ha acercado", pero al leer todo el resto de Mateo (y luego Marcos, Lucas y Juan), no encontramos el cumplimiento de esa promesa, pero al leer Hechos 2, lo encontramos. Jesús dijo (Mar. 9:1) que el reino vendría "con poder" y ese poder (el Espíritu Santo) vino el día de Pentecostés (Hech. 2:1, 2). Juan prometió (Mat. 3:11) que Jesús bautizaría con el Espíritu Santo; no se encuentra el cumplimiento de esta promesa en los cuatro libros que narran la vida y muerte de Jesús, pero en Hechos sí (2:1-4). Jesús dijo (Mat. 16:18), "Edificaré mi iglesia"; al leer el resto de Mateo y luego Marcos, Lucas y Juan no se encuentra el cumplimiento de esa promesa, pero en Hechos 2 se lo encuentra. En este segundo tratado Lucas explica ampliamente cómo la Gran Comisión dada por Cristo a sus apóstoles (Mateo 28:19, Marcos 16:15 y Lucas 24:47) fue llevada a cabo. En las cartas del Nuevo Testamento se afirman varias cosas que,  sin leer Hechos, no se pueden entender.

 

El Espíritu Santo

 

          Juan el bautista prometió el bautismo del Espíritu Santo (Mat. 3:11) y el apóstol Juan narra la promesa de Jesús a los apóstoles de que el Espíritu Santo vendría sobre ellos para guiarles a toda la verdad (Juan 7:14, 15, 16; 14:16, 17; 26; 15:26; 16:7-14). Lucas, en este segundo tratado, repite la promesa de Jesús (1:5, 8) y explica su cumplimiento: comenzando 2:1, se refiere repetidas veces al Espíritu Santo (4:31; 5:3, 9, 32; 6:3, 5; 7:51, 55; 8:15-17, 29, 39; 9:17, 31; 10:44-47; 11:15-17, 24; 13:2-4, 9; 15:8, 28; 16:6, 7; 19:6; 20:23, 28; 21:11; 28:25).  Como Jesús había dicho (14:26), el Espíritu Santo vino para recordarles lo que Jesús les había enseñado, para guiarles a toda la verdad, para confirmar la Palabra con señales (Mar. 16:20; Hech. 14:3; Heb. 2:3, 4), y para glorificar a Cristo (Jn. 16:14).

          En las religiones sectarias hay enseñanzas incorrectas acerca del Espíritu Santo y su obra. Los carismáticos creen que "reciben el bautismo del Espíritu Santo", "hablan en lenguas", "sanan enfermos", "echan fuera demonios", etc., y atribuyen todo esto al poder del Espíritu Santo, cuando en realidad sus enseñanzas y actividades no son inspiradas por el Espíritu Santo, sino por su propia imaginación, como también por sus emociones. Por lo tanto, es indispensable que se estudie Hechos con cuidado para entender la obra del Espíritu Santo.

 

Evangelización

 

          El bosquejo de este libro se encuentra en 1:8, "me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra". La predicación de los apóstoles comenzó en Jerusalén y, en cuanto a este libro, terminó en Roma, pero Lucas entendía que apenas narraba el principio de la obra de evangelización. Los apóstoles y la iglesia del primer siglo predicaron el evangelio a todas las naciones (Col. 1:23), y esto sirve de ejemplo para la iglesia de cada siglo subsecuente. Como soldados de Cristo, sin armas carnales, ni riquezas, ni poder político, ni amigos de eminencia ni, la mayoría de ellos, educación formal (4:13), llevaron la armadura de Dios, y eran invencibles. Convirtieron a judíos, a samaritanos, a gentiles (paganos, idólatras, hechiceros), a pequeños y a grandes, porque predicaron el sencillo evangelio que es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Rom. 1:16). Dios siempre los llevaba en triunfo (2 Cor. 2:14).

          El mensaje central de su predicación era la resurrección de Jesús (2:24, 31, 32; 3:15; 4:2, 10, 33; 10:1; 17:3, 18, 32; 23:6; 24:15, 21; 26:8, 23) y, por lo tanto, este tema debe ser el mensaje central de la predicación nuestra.

 

Casos de conversión

 

          En cuanto al plan de salvación, Hechos nos ha dejado el patrón divino (Rom. 6:17, 18; 2 Tim. 1:13). Registra varios casos de conversión: los tres mil judíos en el día de Pentecostés (cap. 2); los samaritanos y el etíope (cap. 8); Saulo de Tarso (cap. 9); Cornelio y su casa (cap. 10); Lidia y el carcelero (cap. 16); los corintios (cap. 18); y los efesios (cap. 19). ¿Qué significa "el nuevo nacimiento" (Jn. 3:3, 5)? Cada uno de estos casos de conversión es un ejemplo del nuevo nacimiento. ¿Qué significa la palabra "regeneración" (Tito 3:5)? Cada uno de estos conversos era "regenerado". ¿Qué significa Juan 3:16? La respuesta se ve claramente en estos casos de conversión.

          En los conversos de Hechos se observan las cualidades descritas en las bienaventuranzas (Mat. 5:1-2). Los conversos de Hechos -- los que obedecieron al evangelio y fueron agregados al Señor (11:24) -- se negaron a sí mismos y tomaron su cruz para seguir a Cristo (Mat. 16:24), escogiendo el camino angosto (Mat. 7:13, 14). En fin, Hechos es la demostración viva de las enseñanzas de Cristo, comenzando con el primer mandamiento, "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mat. 22:37-39).

          En este libro se encuentra la explicación de muchas cuestiones "teológicas" que han confundido a miles de eruditos: (1) explica la salvación por gracia por medio de la fe (Efes. 2:8), porque todos los conversos de este libro fueron salvos por gracia por medio de la fe; (2) explica cómo la fe es contada para justicia (Rom. 4:3-8), porque cuando el hombre se convierte a Cristo, su fe le es contada para justicia (justificación); (3) explica la elección (Efes. 1:4-11), porque tanto gentiles como judíos son elegidos o llamados por medio del evangelio (2 Tes. 2:14). Estos y otros temas, que para los "teólogos" son muy complicados, se explican de la manera más sencilla en este libro.

 

La iglesia

 

          Cristo había prometido, "edificaré mi iglesia" (Mat. 16:18). Después del capítulo 2, Hechos habla de la iglesia como una realidad. Se estableció en el día de Pentecostés porque en ese día el evangelio en su plenitud fue predicado y tres mil personas obedecieron para obtener el perdón de pecados (2:37, 38, 41). La iglesia es el conjunto de los salvos y, por eso, los que son agregados al Señor (11:24) también son agregados al cuerpo de Cristo que es su iglesia (1 Cor. 12:13; Efes. 1:22, 23).

          Algunos de los cristianos judíos querían que la iglesia fuera otra secta de los judíos, pues querían obligar a los conversos gentiles a que se circuncidaran para convertirse en judíos (Hech. 15:1, 5). Sin embargo, Pablo expuso y efectivamente combatió ese error porque, para él, la iglesia no es una secta, sino el Camino (22:4; 24:14), el reino de Dios (28:23, 31).

          Según este libro, el culto de la iglesia es espiritual (2:42; 20:7), de acuerdo con la enseñanza de Jesús (Jn. 4:24).

          En cuanto al gobierno de la iglesia, después de predicar en Galacia, Pablo y Bernabé volvieron a las ciudades en las cuales habían establecido iglesias, para confirmar "los ánimos de los discípulos" y para escoger ancianos en cada congregación (14:23). Según este patrón divino, pues, cada iglesia es autónoma, es decir, bajo Cristo se gobierna sola. Los apóstoles establecieron iglesias pero no establecieron ninguna "iglesia patrocinadora" para que ésta se encargara de la obra de muchas iglesias. Tampoco establecieron escuelas para predicadores, clínicas, orfanatorios, etcétera.

          El Señor no estableció su iglesia para que promoviera actividades políticas y sociales. Más bien, la iglesia es "columna y baluarte de la verdad" (1 Tim. 3:15), y Cristo quiere que su iglesia se dedique a predicar el evangelio para salvar almas y que cada congregación se desarrolle
espiritualmente, edificándose de acuerdo con las enseñanzas del Nuevo Testamento (Efes. 4:12-16).

 

¿No dice cómo?

 


          Nuestros hermanos institucionales (liberales) han insistido mucho en que la Biblia no dice cómo la iglesia debería hacer su obra (evangelística, edificativa, benévola). Esto suena como una cita de la Introducción a Hechos en La Biblia de Estudio Mundo Hispano: "No hay mucha información sobre la organización o la forma de adoración de la iglesia primitiva". Así hablan los que no respetan el patrón bíblico, y quieren establecer su propia forma de gobierno y practicar lo que quieran en el culto, etc.

          Hechos revela el patrón divino, no solamente para el plan de salvación, sino también para la organización y obra de cada congregación. ¡Nos conviene aprenderlo y seguirlo!

 

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Notas sobre Hechos de los Apóstoles

 


 

Al Estudio Anterior: El evangelio según Juan - Capítulo 21