La comunión

 

          El cristiano no debe tener comunión con el pecado. Algunos hermanos dicen que no están de acuerdo con los que enseñan error sobre el divorcio y nuevas nupcias, sobre la Deidad de Cristo, sobre la Creación, etc., y aun enseñan la verdad y denuncian estos errores, pero todo es en vano si van tomados del brazo, teniendo comunión con los proponentes de estos errores. La influencia de todo evangelista, anciano, maestro, etc. no va con su predicación sino con su comunión; es decir, si enseña la verdad, pero persiste en recibir y tener comunión con el hermano que enseñe error (o la iglesia que enseñe o practique el error) su influencia  no apoya la verdad sino el error. Esta sencilla verdad se ha observado en muchos casos a través de los años. Por correctos que sean en su predicación todo es en vano si tienen comunión con hermanos infieles.

          Por ejemplo, si algún hermano dice que de esta manera puede estudiar más con el errado y hay más esperanza de sacarle de su error, debe entender que al tener comunión con el hermano errado él muestra que ve el asunto como opinión, pues de otro modo no podría tener comunión con el errado.

          Es necesario reconocer que aun nuestros hermanos enseñan doctrinas que son falsas y destructoras, 2 Ped. 2:1, 2.

                   1. La enseñanza de que muchas iglesias pueden enviar sus fondos a los ancianos de una iglesia patrocinadora o a una institución humana (escuela, clínica, asilo para niños, etc.) para que tales ancianos o mesas directivas se encarguen de la obra es una herejía destructora, porque  viola la autonomía y la función de la iglesia local, que es la adoración, la edificación, la evangelización y la benevolencia limitada (ayudar a los santos necesitados).

                   2. La enseñanza de que la iglesia puede promover o proveer actividades sociales para los miembros y otros, aun construyendo “salones de comunión” (así llamados) y teniendo comidas, fiestas, diversiones, etc. en el local es una herejía destructora , porque  viola la función bíblica de la iglesia.

                   3. La enseñanza de que el adulterar de Mat. 5:32; 19:9 es figurado (que no es adulterio sexual) es doctrina falsa y lleva a la práctica del pecado (adulterio); es decir, las personas que se convencen de esta falsa doctrina y siguen en una unión adúltera cometen pecado (Rom. 7:2, 3). Esta es otra herejía destructora.

                   4. La enseñanza de que Jesucristo nunca usó ningún atributo divino durante su vida en la tierra es una herejía destructora, porque niega la Deidad de Jesús. Es imposible probar que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios aparte de las señales que El hacía (Jn. 20:30, 31).

                   5. La enseñanza de que los días de Génesis 1 no eran días literales (días consecutivos de 24 horas cada uno) es herejía destructora, porque niega la palabra explícita de Dios (es decir, lo que la Biblia dice claramente en tantas y cuantas palabras como, por ejemplo, el nacimiento de Jesús de una virgen). Es herejía destructora porque intenta armonizar la Biblia con la evolución. (Afirmar que los días de la creación eran de millones de años o que había millones de años entre los días de la creación es pura evolución). Es herejía destructora. Dios no tiene comunión con el error (tinieblas) (2 Cor. 6:14-18; 1 Jn. 1:5-7) y, por eso, el cristiano no debe tener comunión con las tinieblas.

 

 

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