La Profecía de Oseas

(El libro de Oseas)

El profeta Oseas y el profeta Amós contrastan mucho entre sí. Amós dijo al pueblo que el juicio se acercaba y que merecían toda la tristeza que se les acercaba debido a su maldad. La justicia de Dios es vívidamente descrita en el libro de Amós a medida que vemos a Dios, resuelto a castigar a los malvados. Sin embargo, si ese fuera el único cuadro que tuviésemos de Jehová, sería algo incompleto. Osea aparece y muestra que en verdad el juicio es inevitable, pero que el corazón de Dios estaba partido porque el pueblo lo había hecho necesario. La ira de Dios se levantó contra Israel por su constante idolatría y por su gran inmoralidad, pero la ira no era la única emoción que sentía mientras observaba la infidelidad de Israel. También sintió el dolor del amor no correspondido. El pueblo elegido de Dios no reciprocó Su amor.

Por todo el libro Dios les censura por su maldad e idolatría,  pero Él lo hace, no sólo desde el punto de vista de la justa indignación que un esposo habría sentido al hallar a su esposa infiel, sino también mediante el corazón roto de un amor no correspondido.

 Ya que Oseas profetizó en los días de Jeroboam rey de Israel, como también en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías en Judá, muy probablemente comenzó a profetizar en el reinado posterior de Jeroboam. Esta obra es fechada usualmente en el 750 al 725 a. de C. raramente más tarde que Amós. Habló al reino norteño de Israel, y el juicio que predice  es para Israel, no Judá, aunque Judá es advertido a estar alerta para que no viniese la misma suerte sobre ella.

El adulterio de Israel (capítulo 1-3):

Capítulo 1:

La historia de Oseas y Gomer es la clave para entender todo el libro. En 1:2  a Oseas le fue dicho: «tómate una mujer fornicaria,» esto es, una mujer que creció bajo la influencia de la idolatría y en quien la simiente de la infidelidad ya había sido segada. Mediante las experiencias con Gomer cuando ella se alejaba de él para conseguir amantes, Dios reveló su propia amargura por el rechazo a Él por parte de  Israel.

Oseas tomó la esposa como le fue dicho, y ella le dio tres hijos. A cada uno le fue dado un nombre profético. El nombre del primer hijo fue Jezreel  - «Jehová dispersa» - prediciendo que Dios dispersaría a Su pueblo por sus pecados. «Yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.»

La segunda hija fue llamada Lo-ruhama - «sin compasión.» Dios dijo: «no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo. Mas de la casa de Judá tendré misericordia.» El juicio de Dios sería esta vez sin misericordia. Parece que había duda sobre si este hijo era o no de Oseas.

El tercer hijo fue llamado Lo-ammi - «no sois mi pueblo» - dando  a entender el rechazo de Israel de parte de Dios. El hijo definitivamente no era de Oseas, de la misma manera que Israel no era más el pueblo de Dios. Su pacto con ellos fue roto; no existía más. (El pacto declaró: «Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo.» Ahora Dios dice: «... porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.»

Pero aun aquí, mientras Dios declara que Israel no merece el título de pueblo de Dios, mira hacia el futuro y ve un día en que un espiritual Israel purificado sería su pueblo - «como la arena del mar, que no se puede medir ni contar.» En ese día: « en el lugar en donde les fue dicho: ‘Vosotros no sois pueblo’ mío, les será dicho:  ‘Sois hijos del Dios viviente.’  Habrá un nuevo líder y el pueblo se congregará en Él.» [Este pasaje se cumple en el Nuevo Testamento cuando los judíos y los gentiles son unidos bajo el Mesías, y aquellos que no habían sido pueblo de Dios se convertirían en Sus hijos. ¡Qué bendición!]

Capítulo 2

En el capítulo 2 Dios hace una comparación entre la historia de Gomer e Israel. Dios es figurado como el esposo; y la nación como la esposa infiel; y los individuos dentro de la nación como los hijos. Dios habla a la nación por todo el capítulo. Llama a sus hijos a contender con su madre para que aleje sus fornicaciones para que no le destituya de sus bendiciones. Dios se aleja de ella disgustado. «Porque ella no es mi mujer, ni yo su marido.» Podría manifestar que todavía era Su esposa, pero se había alejado de Él como una prostituta. Hacedla remover toda traza de su adulterio y regresar a su esposo en servicio amoroso o seria quitada para siempre.

Dios no tendría más misericordia de sus hijos de prostitución que él había tenido de la malvada esposa: «Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. La que los dio a luz se deshonró.» «Israel (la malvada esposa) ha salido a buscar nuevos amantes entre los seguidores de Baal. Ella cree que ellos dan las bendiciones. Pero Dios dice: «he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos.» La esperanza de Dios era el que si sus bendiciones le eran quitadas, Israel regresaría de nuevo a su primer esposo (Dios) en busca de reconciliación.

Dios había dado a Israel muchas bendiciones, pero ella las había utilizado en sus sacrificios a Baal. No había reconocido que Dios era el único quien le había dado todo cuanto tenía. Por tanto, El iba a quitarle todas las bendiciones y la dejaría desnuda totalmente ante sus amantes - «y nadie la librará de mi mano.»

Ninguno de sus amantes desearía ayudar a la inmunda prostituta que fue desnudada.

Dios le había dado a ella varias fiestas y días especiales, pero ella los había corrompido hasta el punto en que no eran más Sus días sino los de «ella.» Ella había considerado los varios regalos y bendiciones como premios de los baales por su fiel servicio a ellos. Por tanto, Dios mostraría su necedad convirtiendo la tierra en una selva donde vivirían las bestias salvajes.

Pero Dios es generoso. Los baales habían seducido a Israel para alejarle de Dios, pero Él busca atraerla de vuelta. Un enemigo la llevará al desierto, pero ese enemigo  es meramente un instrumento en manos de Dios mientras lleva a cabo Su plan para recuperar el amor de Su esposa. «La llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.» El lugar de castigo se convertiría en un lugar para purgar a la nación. Las bendiciones de Israel comenzarían de nuevo tan pronto como la maldad fuese juzgada y alejada. El nuevo vínculo sería muy estrecho. «En aquel tiempo,» declara el Señor: «me llamarás esposo mío,» no «mi amo.» Su amor por Dios llenaría tan completamente su mente que aun el recuerdo de los baales se desvanecería.

Capítulo 3:

Para ayudar al profeta a comprender la posición de Dios, le ordenó a Oseas a ir con su alejada esposa  Gomer, mostrarle su amor, y hacerla volver a él. Oseas lo hizo y mostró cómo hablaría Dios amablemente para traerle de nuevo a Sí. Pero como en el amor de Dios, el amor de Oseas no pasaría por alto su malignidad. Se le exigiría a Gomer que demostrase su fidelidad a Oseas. Debería demostrar su actitud cambiada alejándose del pecado durante «muchos días». De ese modo Israel sería castigado, su gobierno y religión serían destruidos, y sería exiliado en tierra extraña, pero al final aun ese castigo sería para su bienestar. Un remanente espiritual es prometido - un Israel que regresaría y buscaría al Señor su Dios y a David su rey.

Los milenaristas creen que Dios traerá de nuevo a Israel  a Jerusalén, y que renovará su pacto nuevamente con ella y le dará sus bendiciones prometidas en los profetas. Si así fuese, los gentiles no tienen derecho a un vínculo de pacto con Dios. Pronto los reinos físicos de Israel y Judá fueron llevados en cautiverio como fue predicho por profetas tales como Oseas. Un remanente purificado regresó a la tierra resuelto a renunciar a la idolatría y a servir a Dios con devoción. Desafortunadamente, la mayoría de quienes regresaron no fueron verdaderamente fieles. Por tanto,  Dios no pudo bendecirles como lo hubiese hecho, lo mismo que no había podido bendecirles durante los años anteriores. El pequeño remanente espiritual que guardó su vínculo de pacto con Dios fue ampliado en el Nuevo Testamento para incluir también a los gentiles - aquellos que no habían sido pueblo de Dios, ahora podían ser de Él. Pasajes tales como Oseas 1:10 y 2: 21-23 se citan en el Nuevo Testamento (Rom. 9:25-26; 1 Ped. 2:10) para mostrar que los Gentiles han sido aceptados.

Discursos Proféticos: La Impureza de Israel y su Inevitable castigo (capítulos 4-13):

Por supuesto, estos discursos son en realidad discursos de Dios presentados casi como si fuese un juicio en el cual Dios presenta la evidencia que justificará las acciones que está a punto de emprender contra Israel.

Capítulos 4-6:

Jehová tiene una acusación contra Israel debido a que no hay veracidad, ni bondad en la tierra, como tampoco conocimiento del Señor. Sólo hay juramentos y perjurar, asesinato, y robo. Por tanto, la tierra está devastada.

Oseas dijo: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.» (4:6), y Dios culpa a los sacerdotes. Condujeron al pueblo al error. Dios les castigará por sus hechos. [Según la ley de Moisés, los sacerdotes y levitas debían enseñar al pueblo, para mantener vivo el conocimiento de la ley de Dios en la tierra. Ver Dt. 17:10-11; 33:8-11.]

Su fornicación y borrachera han alejado el sentido común del pueblo. Piden consejo a un madero, y sus bastones les hablan. El pueblo está entregado totalmente a la idolatría y la fornicación. 

Se le advirtió a Judá que dejase solo a Efraín porque el se ha unido a los ídolos. A pesar de ello Judá también tropezará y participará del castigo que Dios tiene reservado para Israel. [Efraín era la tribu más grande y prominente del reino norteño de Israel. Por tanto, en todos los profetas, el nombre de Efraín se usa intercambiadamente con el nombre Israel. Y ya que Efraín era el hijo de José, la expresión «casa de José» se usa a menudo de la misma manera.]

En el capítulo 6 Oseas exhorta al pueblo al arrepentimiento y a regresar al Señor. Jehová mismo se lamenta por la infidelidad de Israel y Judá. Han violado todo acuerdo con Dios y se han alejado totalmente de Él.

La Corrupta Condición Política de Israel y sus Consecuencias (Capítulos 7-8):

El rey y los príncipes se deleitan con la maldad. Todos son adúlteros. Preparan sus corazones como un horno para hacer lo malo. Devoran a sus jueces, y sus reyes han caído.

Invariablemente Efraín  se dirige a las fuentes equivocadas buscando ayuda. Es como una paloma necia sin entendimiento. Recurren a Egipto y a Asiria. Hacen todo menos volverse a Dios.

Israel ha violado el pacto de Dios y ha quebrado Su ley. Sus reyes se escogen sin Su aprobación; han levantado sus ídolos. Sembraron viento; cosecharán torbellino. A medida que Israel ha aumentado el número de sus ídolos, simplemente ha multiplicado sus pecados. Dios escribió para Israel las diez mil cosas de Su ley, pero ellas son cosas extrañas para Efraín, cosas de las que obviamente él no sabe nada. Por tanto, Jehová no acepta sus sacrificios. Él recordará su iniquidad y castigará sus pecados. Volverán a Egipto. [Varias veces en Oseas y en otros escritos proféticos, Egipto se usa como un símbolo de esclavitud. Sin embargo, su cautiverio literal estaría en manos de Asiria (5:13; 7:11; 9:3; 10:6; 11:5).]

La Apostasía Moral y Religiosa de Israel — Su Castigo: Exilio y Destrucción (capítulos 9-11):

Efraín se ha comportado como una prostituta, por tanto, no morarán en la tierra de Jehová. Volverán a Egipto [cautiverio] y comerán alimentos inmundos en Asiria. Ha llegado el tiempo de que sean visitados por sus pecados.

Dios dice: «Consideraba a Israel como uvas halladas en el desierto, como los higos tempranos, pero eligieron rechazarme y adorar ídolos. Quitaré los hijos de Efraín» (9:10-12).

Oseas dice: «Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.» (9:17).

A medida que Israel ha sido bendecido, ha aumentado sus idólatras altares. Por las becerras de Bet-avén el pueblo de Samaria será aterrorizado. Sus ídolos serán llevados al rey de Asiria. [Hay un juego de palabras en este párrafo. El nombre Bet-el significaba «casa de Dios,» pero al poner sus becerros de oro allí, lo convirtieron en «casa de vanidades, la casa de la vacuidad» - en su lugar, Bet-avén.]

Israel ha pecado más que en los días de Gabaa (Jueces 19:10-30). [En esa ocasión, casi toda la tribu de Benjamín fue borrada.] Debe  buscar al Señor, ya que esta llena de maldad, les espera la destrucción de sus fortalezas y ciudades.

Cuando Israel era niño Dios le amaba y a Su hijo llamó de Egipto (ver Mt. 2:15). A pesar de ello, mientras más les alcanzaba Dios, más sacrificios le hacían a los baales. No regresarán a Egipto, sino que el asirio será su rey.

La angustia de Dios por la pérdida de Su pueblo es expresada cuando dice: «¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel?» (11:8). Las compasiones de Jehová se encendieron dentro de El. No los entregaría totalmente. «Como ave acudirán velozmente de Egipto [su cautiverio], y de la tierra de Asiria  como paloma; y los haré habitar en sus casas, dice Jehová.» (11:11)

La Apostasía de Israel y la Fidelidad de Dios (Capítulos 12-13):

Efraín se alimenta con el viento [vacuidad]. No sólo tiene Jehová una controversia con él sino también con Judá. Jehová castigará a Jacob según sus hechos. En el vientre él tomó a su hermano por los pies. En su madurez tuvo fuerza contra el ángel, y prevaleció (Gen. 32:24-28). Se encontró con Dios en Bet-el, y Dios le habló, Jehová mismo, el Dios de pacto de Israel.

Efraín es un cananeo. Él dice, me he hecho rico. Dice: «nadie hallará iniquidad en mí» (12:8). Efraín, dice Dios, ha sido totalmente infiel mientras que Dios le ha bendecido y buscado hacer sólo el bien para Su pueblo.

Cuando Efraín habló, hizo atemorizar al pueblo, pero cuando pecó en Baal, murió. El pueblo de Efraín se hizo imágenes de plata de sus becerros y dijo: «a los hombres que sacrifican, que besen los becerros.» (13:2). Por tanto, pasarán como la hierba de la mañana, como el rocío de la mañana, como el tamo que la tempestad arroja de la era, como humo que sale de la chimenea.

Dios dice: «Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí. Yo te conocí en el desierto, en tierra seca.»

A pesar de ello, Israel se alejó de Dios. El Señor les acecha como un león o un leopardo. Como una osa que ha perdido los cachorros, les buscará y desgarrará las fibras de su corazón. Los devorará como león.

Será la destrucción de Israel puesto que está contra el Señor. ¿Quién te ayudará? Su pecado está guardado. Es tiempo para el castigo.

Aunque él es fructífero entre sus hermanos,  vendrá el viento del este y se secará su manantial. Samaria cargará su culpa; porque se ha rebelado contra su Dios. Caerán por la espada.

Conversión y Perdón de Israel (capítulo 14):

Jehová llama a Israel: «Vuelve, Oh Israel, a Jehová tu Dios. Volved y decidle: quita toda iniquidad» (14:1, 2).

Israel debe decir: «Asiría no nos salvará, nunca más diremos a la obra de nuestras manos: «sois nuestros dioses» (14:3).

El Señor sanará a Israel. Será como el rocío para refrescarles. El Señor será como el olivo, y el pueblo volverá bajo Su sombra. Bendecirá a Israel y restaurará sus bendiciones.

Aunque tanto Oseas como Amós declaran que se ha acercado el tiempo del juicio, y que la nación está madura para ser recogida – el clamor surge de Jehová: «Vuelve, Oh Israel, a vuestro Dios. Suplicadle que quite toda iniquidad.»  Aun hasta ahora en su historia, y en el aumento de su maldad, Dios hubiese estado gozoso de aceptarles sólo que  se hubiesen arrepentido. La historia del reino dividido es una historia muy triste, pero la parte triste no es porque hayan sido castigados, sino porque rehusaron escuchar las advertencias y regresar a Dios. La misericordia de Dios es tan evidente como Su justicia en los profetas. La justicia de Dios no podía pasar por alto su maldad, pero su misericordia le hizo anhelar que las condiciones pudiesen ser distintas



JUDA.

15° año de Uzías

38° año de Uzías

39° año de Uzías 

 

ISRAEL

Muerte de Jeroboam II (2 Re. 14:28-29):

Jeroboam murió en el quinto año de Usías rey  de Judá. Recuerde que Jeroboam era el tercer descendiente de Jehú que iba a gobernar en cumplimiento de la promesa que Dios le hizo a él (2 Re. 10:30).

Revise de nuevo su mapa de la tierra en los días de Uzías y Jeroboam II. Recuerde que la tierra se veía más próspera de lo que había sido por mucho tiempo. Es por ello que el mensaje de Amós y Oseas se destaca en relieve agudo. ¿Por qué predecir ahora la destrucción? Todo parece bueno, ¡pero esa prosperidad está a punto de terminar!

Nota Cronológica:

Una comparación entre 2 Re. 14:23 y 15:1, 2, 8 muestra que aparentemente hubo un vacío de veintidós años entre el reinado de Jeroboam y el reinado de sus hijo Zacarías.

Zacarías — 6 meses (malo)

(2 Re. 14:29; 15:8-12):

Zacarías era el cuarto y último descendiente de Jehú que se sentó en el trono de Israel. La promesa de Dios no se cumplió en Jehú. Jehú y sus hijos fueron   malvados y habían continuado en los caminos de Jeroboam el hijo de Nabat. Por tanto, tan pronto como se cumplió  su promesa, Dios terminó la dinastía.

 

Seis meses después que comenzó a gobernar Zacarías estaba muerto; lo hizo un hombre llamado Salum. La Biblia dice que Salum le mató «en presencia de su pueblo» y reinó en su lugar.

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Salum — 1 mes (malo)

(2 Re. 15:13-15):

Salum sólo gobernó un mes en Samaria antes de ser muerto por Manahem.

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Judá

39° año de Uzías 

Pecado y Castigo de Uzías (2 Re. 15:5; 2 Crón.  26:16-21):

Uzías había sido un rey justo y muy exitoso. Pero, desafortunadamente, el éxito se le subió a la cabeza. Estaba resuelto a ofrecer incienso en el templo, un acto que sólo podían ejercer los sacerdotes. Azarías el sumo sacerdote, con otros 80 valientes sacerdotes, le siguieron al templo.

Azarías dijo: « No te corresponde a ti, oh Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo. Sal del santuario, porque has prevaricado, y no te será para gloria delante de Jehová Dios.»

Uzías quien ya tenía un incensario en mano listo para quemar incienso, estaba muy airado con los sacerdotes. En su ira la lepra le brotó en la frente. Le hicieron salir rápidamente del templo, pero el rey no requería que le apresurasen ya que sabía que el Señor le había herido.

Uzías tuvo lepra desde este día hasta cuando murió. Tuvo que vivir en una casa separada, mientras Jotam su hijo se hacía cargo del palacio y ejercía el gobierno verdadero del pueblo. Este es otro ejemplo de corregencia.

No hay suficiente información dada para saber con certeza cuando ocurrió este evento.

50° año de Uzías 

Israel

Manahem — 10 años (malo)

(2 Re. 15:16-18):

Manahem continuó en el camino de los reyes de Israel. Fue un hombre cruel. Cuando se hizo rey, hubo ciudades que no le abrían las puertas [o sea, que no aceptaban su mandato]. Destruyó la ciudad de Tirsa y acuchillaba aun a mujeres embarazadas, matándolas a ellas y a sus bebés por nacer.

Nota Histórica: Tiglat-Pileser III 

En el 745 a. de C.. alrededor del tiempo en que Jeroboam murió en Israel, y los siguientes dos reyes fueron muertos, un rey poderoso se  levantó en Asiria. Su nombre era Pul, pero tomó el título de Tiglat-Pileser III (también deletreado Tiglat-Pilneser en las escrituras). Demostró ser el más poderoso rey  que Asiria hubiese tenido. Después de reunir todas las facciones guerreras en su imperio, organizó una campaña decidida de conquista. Gobernó hasta el 727, sólo seis años antes de la caída de Samaria.

Invasión de Israel por Tiglat-Pileser III (Pul) (2 Re. 15:19-20; 1 Crón.  5:26):

No pasó mucho tiempo antes de que el rey de Asiria se interesase por el oeste. Ningún ejercito ni coalición de ejércitos podría oponerse a él. Marchó hacia el mar y obligó a Siria, Fenicia, Israel, y Arabia a pagarle tributo. La parte correspondiente a Israel era de 1.000 talentos de plata (aprox. 37 toneladas) - una cantidad asombrosa para un país tan pequeño. Manahem recolectó el dinero mediante la imposición a todo hombre rico de un cuarto de libra de plata a cada uno. A propósito, ello requeriría que hubiera 59.200 hombres ricos en Israel en ese entonces.

Pekaía — 2 años (malo)

(2 Re. 15:22-25):

Cuando murió Manahem, fue sucedido por su hijo Pekaía. Pekaía era malvado y pronto siguió a su padre en la muerte. Uno de sus capitanes, Peka, conspiró contra Pekaía y le mató en el palacio de Samaria.


Judá

52° año de Uzías

Uzías Muere (2 Re. 15:6-7; 2 Crón.  26:22-23):

Recuerde que durante algún tiempo antes de que muriese Uzías, su hijo Jotam había gobernado como corregente. Cuando Uzías murió, fue sepultado en un terreno de sepultura que perteneció a los reyes. Esto es, fue sepultado cerca del lugar normal de enterramiento, pero no en los sepulcros con los otros reyes debido a que era leproso.

Este es el tercer rey de Judá que no fue sepultado en las tumbas con los reyes. Joram y Joás no lo fueron debido a su maldad. Uzías fue un buen rey, excepto por su intento de quemar incienso; pero era leproso, y por tanto considerado inmundo. Fue sepultado cerca de los reyes pero no con ellos.

Isaías Recibe su Mandato a Profetizar (Is. 6:1-13):

El día en que murió el rey Uzías, Isaías vio al Señor sobre su trono, alto y sublime, y sus faldas [el borde de Su vestido] llenaban el templo. Por encima de Él estaban los serafines. Cada serafín tenía seis alas. Con dos se cubrían el rostro, con dos sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro proclamaba: «Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.»

Con eso los fundamentos se estremecieron, y la casa se llenó de humo. Isaías tuvo miedo y dijo: «¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.»

Uno de los serafines tomó un carbón encendido del altar de delante del Señor y lo trajo tocando los labios de Isaías con este dijo: «He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpió tu pecado.»

Después Isaías escuchó la voz del Señor diciendo: «¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?»

Israel

Peka — 20 años (malo)

(2 Re. 15:25-31; 16:1-5; 2 Crón.  28:5-15):

Peka era uno de los capitanes del ejército de Pekaía. Conspiró contra Pekaía. Tomando cincuenta hombres de Galaad con él, fue al palacio en Samaria y mató al rey y dos de sus oficiales. Luego Peka se proclamó rey a sí mismo.

Peka fue muy malvado y continuó en los caminos de los reyes de Israel anteriores a él.

Judá

Es interesante que Isaías fuera lo suficientemente osado para decir: Heme aquí, envíame a mí.»

Uno se pregunta si hubo algo de tiempo para que Isaías esperase a ver si algún mensajero celestial era escogido. De alguna manera, sintió que esto era algo que se esperaba que él hiciese.

Inmediatamente, el Señor aceptó el ofrecimiento de Isaías. Dijo al profeta cuál era la misión: « Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.»

El mandato de Dios fue el de predicar a un pueblo contumaz y rebelde aquello que no deseaban oír. El escuchar más enseñanzas de Dios meramente los haría más contumaces.

Pero Dios dijo: «Predicad mi voluntad hasta que ensordezcan y se enceguezcan.»

Para explicar el principio, nosotros utilizamos esta antigua ilustración: cuando alguien está resuelto a clavarse a sí mismo en un ataúd, Dios le dará los clavos. Desde otro punto de vista, Dios se está asegurando de que nadie diga que no tuvo la oportunidad de saber lo suficiente. Dios siempre advirtió a su pueblo antes de castigarlo, esperando que se arrepintiesen, pero sabiendo que en ese punto se habían hecho tan malvados que sólo rehusarían escuchar.

Isaías preguntó: « Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto.»

¡Qué noticias escalofriantes! El resultado cierto de la rebeldía y desobediencia de Israel sería la destrucción nacional.

Israel



Advertencia: Mantenga su Perspectiva en el Estudio:

Este libro es un estudio del reino dividido, con una introducción a los profetas cuando llega a ellos en su lugar correcto en la historia. Llegando hasta este punto, los profetas que hemos presentado han sido libros cortos que podían ser revisados de manera relativamente rápida y fácil, pero ahora llegamos al libro más largo de la Biblia aparte de los Salmos. No olvide lo que está estudiando. Está más allá del enfoque de éste material hacer un estudio detallado de Isaías,  o de algún otro profeta, pero esperamos dar una sinopsis lo suficientemente adecuada para que se tenga una idea de su mensaje. Es un libro precioso, merecedor de un estudio más detallado.

Si interrumpiera su estudio de la historia, y fijara la atención en el profeta para hacer un estudio detallado, perdería lo que está tratando de hacer con respecto  a los distintos períodos de tiempo. Perdería el hilo de la historia, y no lograría ver lo que pasa  a los dos pequeños reinos. Utilice este estudio para establecer los fundamentos para un posterior estudio detallado de los profetas.

 

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