Lección XLI

Las finanzas de la iglesia

 

Introducción.  La iglesia de Dios se halla ocupada en la misión más grandiosa debajo del cielo.  El dinero es un requisito ab­soluto para llevar a cabo esta obra y por ello el uso correcto de los recursos financieros es un tema tan importante en el Nuevo Testamento y asume un lugar muy importante en la vida del cristiano.  El primer pecado en la iglesia de Jerusalén de que tenemos noticia fue el pecado de Ananías y de Safira al dar de su dinero al Señor (Hech. 5:1,2).  Los cristianos cuando ganan dinero deben "hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres" y, al usar su dinero, deben tener presente la gloria de Dios como fin.

 

Principios generales que gobiernan las fi­nanzas de la iglesia

I. Mayordomía (Luc. 16:1-14).  Los cristianos son mayordo­mos.  Los mayordomos son administradores, encargados de lo que pertenece a otro:

 

          1. Debemos ser hallados fieles como buenos administradores (1 Pedro 4:10; 1 Cor. 4:1,2).  No desperdiciando los bienes (Luc. 16:1).

          2. Deben algún día rendir cuentas de su mayordomía (Rom. 14:12).

          3. No debemos atesorar para nuestra propia seguridad (Luc. 12:13-21).

          4. Dios no permite que tomemos todo lo que queremos o creemos necesario y le demos un poco de lo que nos queda.  El demanda "ofrenda de primicias" (Lev. 23:9-14).

          5. La cuestión, por lo tanto, no es "¿cuánto de los bienes que tenemos vamos a darle al Señor?" Por el contrario, el problema es: "¿cuánto de lo que el Señor me ha confiado guardaré para mí?"

 

II. Comunión, (Hech 2:42), coordinación, participación mutua y esfuerzo:

 

          1. En amor. "Amaos los unos a los otros de corazón puro" (1 Pedro 1:22).  "Unidos en amor" (Col. 2:2).

          2. En el sufrimiento. "Sobrellevad los unos las cargas de los otros " (Gál. 6:2).

          3. En el servicio (Gál. 2:9,10; Fil. 1:5; 4:16).

          4. En las finanzas.  "Cada uno de vosotros" (1 Cor. 16:1,2). "Conforme a lo que uno tiene" (2 Cor. 8:12). "Con igualdad" (2 Cor. 8:13-15).  Igualdad en llevar la carga financiera de la igle­sia no quiere decir que uno debe dar como otro (2 Cor. 10:12), sino que cada uno debe dar conforme a su capacidad.  La ca­pacidad individual es la base de la responsabilidad personal (Mat. 25:41-44).  Nadie puede estar en "plena comunión" hasta que comience a hacer su parte.  Véase la comparación que se halla en las "dos blancas de la viuda" (Mar. 12:41-44).

 

III. El discipulado (Mat. 16:24).

 

          1. Requiere abnegación y abandono del mundo  (Luc. 9:57-62;  Mat. 19:27-29).

          2. El joven rico falló en esta prueba (Mat. 19:16-22).

          3. Cristo es nuestro modelo (Fil. 2:5-8; 2 Cor. 8:9).

          Mídase usted mismo por esta norma y no tenga miedo de dar "demasiado".

 

Preguntas

 

          1. ¿Qué importancia tiene la misión de la iglesia? ¿Qué es necesario emplear para cumplir esta misión?

          2. ¿Cuál fue el pecado de Ananías y Safira?

          3. ¿Qué son los cristianos en cuanto al uso de sus riquezas?

          4. ¿Cómo debe cada administrador manejar los asuntos de su Señor?

          5. ¿Cuál es la gran cuestión de la mayordomía?

          6. ¿Cómo se manifiesta la comunión cristiana?

          7. ¿Qué podremos decir de la "igualdad"?  ¿Qué significa esto?

          8. Qué diremos del costo del discipulado?

          9. ¿Quién falló en esta prueba esencial?

          10. ¿Quién es el patrón para el cristiano en cuanto a ofren­dar? ¿para el sacrificio?


 

 

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