La autoridad

 

Introducción.                 La pregunta, "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?" (Mateo 21:23) es una pre­gunta legítima y buena con respecto a las innovaciones de los hermanos liberales.

I. ¿Cómo se establece la autoridad? ¿Cómo podemos saber con toda seguridad que Dios autoriza cierta práctica?

          A.  Cuando nos da un mandamiento explícito; por ejemplo,  He­chos 2:38.

          B.  Cuando nos deja un ejemplo apostólico aprobado; por ejem­plo, Hechos 14:23 (ancianos en cada iglesia); 20:7 (participar de la cena el primer día de la semana).

          C.  Por implicación; es decir, cuando nos enseña cierta ver­dad por implicación (de la cual sacamos una inferencia o con­clusión necesaria). La Biblia enseña no solamente con lenguaje explícito (en tantas y cuantas palabras), sino también muchas veces con lenguaje implícito (no declara cierta verdad en forma explícita, sino la implica). El hombre tiene que usar la in­teligencia que Dios le da para entender la palabra de Dios.

                   1. En realidad es necesario estudiar la Biblia, usando el ra­zonamiento lógico, para llegar a una conclusión con respecto a lo que Dios requiere de nosotros.

                   2. Por ejemplo:

                             a. Hechos 14:23 nos enseña que debemos tener an­cianos en cada congregación, pero ¿cómo llegamos a esa con­clusión? Es un ejemplo practicado por los apóstoles y las igle­sias del primer siglo (Hech. 2:42).

                             b. Hechos 20:7 nos enseña a tomar la cena cada primer día de la semana, pero no nos lo dice directamente a nosotros en tantas y cuantas palabras. Tenemos que razonar y sacar con­clusiones; es decir, era práctica de los apóstoles y las iglesias del primer siglo (Hech. 2:42).

                             c. Los dones espirituales cumplieron su propósito en el primer siglo, y ahora no existen en la iglesia. ¿Cómo lo sabe­mos?  Por haber estudiado y razonado acerca de ciertos textos (Mar. 16:20; Hech. 14:3; 1 Cor. 13:8-10; Heb. 2:3,4), y por lle­gar a esta conclusión lógica y necesaria (no hay otra conclusión razonable).

                             d. Las palabras "iglesia" y "reino" se usan intercam­biablemente en algunos textos, pero para llegar a esta con­clusión, tenemos que estudiar dichos textos y llegar a una con­clusión o in­ferencia necesaria.

                             e. La iglesia fue establecida el día de Pentecostés, pero no hay texto que lo diga en tantas y cuantas palabras.

                   3. Algunos hermanos liberales desprecian la inferencia nece­saria como un medio de aprender la voluntad de Dios,  di­ciendo que es razonamiento humano, ya que la inferencia nece­saria re­quiere que razonemos, deduzcamos y concluyamos nosotros mis­mos.  Pero la inferencia necesaria no es ley hu­mana, sino lo que Dios revela. Dios revela su voluntad en lenguaje explícito y tam­bién en lenguaje implícito (por ejemplo, en parábolas y lenguaje figurativo).

                   4. Por lo tanto, lo que Dios enseña a través de sus após­toles -- sea en forma explícita o en forma implícita -- es "atado" o "desatado" en el cielo (Mat. 16:19; 18:18). Dios no enseña toda su voluntad en lenguaje explícito, sino emplea también lenguaje figurativo, parábolas, preguntas retóricas, modismos, etc.

II. La autoridad no es establecida de las siguientes maneras:

          A. Por los ancianos.  Un concepto muy común entre los her­manos liberales es que los ancianos tienen autoridad casi ilimitada.  Muchos miembros que no están de acuerdo con cier­tas prácticas de la iglesia se consuelan con la idea de que "es la decisión de los ancianos; allá ellos".  Muchos ancianos asumen para sí mismos -- y los miembros les conceden -- autoridad que Dios no les da.

          B. Por la iglesia.  El concepto de que los ancianos tienen grandes poderes se basa realmente en otro concepto erróneo; es decir, de que la iglesia de Cristo tiene el derecho de legislar.  La manera de pensar de muchos miembros es que lo que la iglesia de Cristo practica tiene que ser correcta, pues "es la igle­sia correcta", "es la iglesia verdadera", "es la iglesia del Nuevo Testamento".  Por lo tanto, concluyen que la iglesia práctica­mente no puede equivo­carse.  El concepto del clero romano ("la voz viva de la iglesia viva") no se limita a ellos.  Pero re­cuérdese siempre que la iglesia es el cuerpo, no la cabeza.

          C. Por la tradición.  Este concepto está bien ligado con los primeros dos.  Tiene que ver con lo que la iglesia y sus líderes siempre han hecho.  La tradición, o sea, las prácticas ya es­tablecidas hace años por nuestros antecedentes, son sagradas e in­tocables, según el concepto de muchos hermanos liberales.  En to­dos los escritos y en todos sus debates apelan mucho a los predi­cadores "pioneros" y a otros hombres destacados en el pasado.  Según este concepto, la autoridad que seguir en la igle­sia es la práctica de nuestros antepasados.

                   Pero debemos aclarar que también los que se oponen a las innovaciones modernas pueden citar a varios hermanos ilus­tres para apoyar su oposición a tales innovaciones; por ejemplo, el hermano David Lipscomb (ya mencionado en este estudio), fun­dador de David Lipscomb College (Universidad) en Nashville, Tennessee, condenó fuertemente toda forma de cen­tralización que las iglesias querían practicar. Este amado her­mano murió hace muchos años, pero si él volviera a su propia escuela, no lo aceptarían por maestro, porque esta universidad promueve con en­tusiasmo las mismas actividades que el her­mano Lipscomb con­denó.

                   También se puede citar a los escritos de los hermanos que ahora son campeones liberales, porque éstos no pueden refutar lo que escribieron contra la centralización y el institucionalismo hace unos cuarenta años.  Muchos hermanos se oponían a las innova­ciones hasta darse cuenta de que la mayoría de los hermanos se dejarían llevar por la digresión y entonces aban­donaron su oposi­ción y comenzaron a escribir y debatir en pro del movimiento.

                   Sin embargo, lo que se ha dicho o lo que digan los hom­bres en pro o en contra de tales innovaciones no es prueba de nada; lo importante es lo que enseña la voluntad de Dios.

          D. Por los evangelistas (los ministros).  Los predicadores del evangelio son solamente pregoneros de la palabra, y no pueden -- ni uno por uno ni en grupos (concilios) -- formular reglamen­tos para imponerlos sobre las iglesias.  Esta lección es dura para mu­chos ministros del evangelio porque no han aprendido Ro­manos 12:3, 16, y también porque los hermanos liberales que han comen­zado la obra en varios países han enseñado concep­tos e inaugu­rado prácticas que no provienen de la Biblia, sino del sectarismo.

                   1. Se habla a veces de los "líderes" de las iglesias, término que se refiere a los evangelistas y a los varones más preparados y dispuestos.  Desde luego en cada congregación los varones fieles tienen que ser responsables de la obra de la congregación hasta que se escojan ancianos.

                   2. Sin embargo, no es bíblico que se reúnan los evangelis­tas y "líderes" de varias congregaciones para planificar proyec­tos para las iglesias, ni mucho menos para decidir en cuanto a doctrina y práctica.

III.  La autoridad genérica.

          A. La autoridad genérica incluye (autoriza) los métodos o medios necesarios para llevar a cabo el mandamiento.

          B. Ejemplos.

 

                   1.  Génesis 6:14, hacer el arca.  Este mandamiento le dio a Noé el derecho de emplear los instrumentos necesarios para com­pletar el trabajo.  Dios no especificó nada en cuanto a ins­trumentos para la construcción.

                   2.  Mateo 28:19, ir a predicar.  Este mandamiento es genérico en cuanto a cómo ir.  Los apóstoles podían ir a pie, a caballo, en barco, etc.

                   3.  Mateo 28:20, enseñar.  Podemos enseñar en varias ma­neras, empleando varios métodos; por ejemplo, predicando ser­mones, enseñando clases, predicando por radio o televisión, em­pleando la pizarra o proyector, enseñar por la hoja impresa, etc.

                   4.  Hebreos 10:25, reunirse. Este texto dice, "no dejando de congregaros", pero no especifica dónde debemos reunirnos; por lo tanto, podemos reunirnos en casa propia, en casa alquilada, en el patio, junto al río, etc.

                   5.  Santiago 1:27, visitar a los huérfanos y a las viudas.  La palabra "visitar" incluye ayuda, pero la ayuda depende del caso;  podemos ayudar con dinero, con comida, con ropa, con aten­ción médica, o es posible que en algunos casos simplemente con aliento y consuelo.  Pero tales mandamientos son genéricos y para ejecu­tarlos se emplearán varios métodos o medios.

                   Así vemos que la autoridad genérica incluye  (autoriza) los métodos o medios necesarios para ejecutar o llevar a cabo el mandamiento.

          C. Abuso de la libertad de usar métodos.  Sin embargo, los her­manos liberales abusan mucho de esta libertad, porque di­cen que sus empresas gigantescas son simplemente métodos de obrar. (Por eso, se llaman hermanos liberales). No importa lo grande o lo ex­tenso que sean sus empresas, todas son, para ellos, simplemente los métodos necesarios para ejecutar el mandamiento.

                   1. La empresa emplea métodos.  Las empresas de los her­manos liberales no son métodos, sino son sociedades u or­ganizaciones que usan métodos; es decir, como todo cristiano y toda congregación utilizan ciertos métodos para hacer la obra, así también las empresas de los hermanos liberales utilizan cier­tos métodos para hacer la obra que hacen.

                   2. Hay gran diferencia entre un método y la institución que lo usa. No se dejen engañar con la astucia de algunos her­manos. Es cierto que tanto la iglesia como los individuos tienen que em­plear ciertos medios o métodos al llevar a cabo su obra; pero es igualmente cierto que la iglesia patrocinadora o la insti­tución es­tablecida por iglesias de Cristo tiene que usar medios o métodos para llevar a cabo su obra.

IV.  La autoridad específica.

          A. Esta es la clase de autoridad que los sectarios y algunos hermanos no han querido aceptar.  No toda autoridad es genérica;  muchos asuntos bíblicos caben bajo este segundo en­cabezado; por ejemplo:

                   1. Génesis 6:14, hacer arca, un tipo específico de embar­cación.  Otra clase de embarcación quedó prohibida.

                   2. Génesis 6:14, hacer arca de madera de gofer.  Otro tipo de madera quedó excluido.  Dios especificó la clase de madera.  No dijo "madera", sino madera de gofer.  Noé fue limitado en cuanto a qué madera usar.

                   3. Exodo 12:4, cordero pascual.  Otra clase de animal quedó excluida.  Dios especificó qué animal.

                   4. Romanos 6:4, el bautismo es sepultura en agua.  Aunque la palabra misma significa zambullir o sumergir, también sig­nifica "lavar", y por lo tanto, varios grupos sectarios hablan de los "modos" del bautismo y optan por la aspersión (el derra­mamiento).  Pero Romanos 6:4 y Colosenses 2:12 revelan clara­mente que el bautismo es un acto específico, es una sepul­tura y una resurrección, y por lo tanto, no admite de "modos" (como si fuera un mandamiento general).

                   5. Efesios 5:19, cantar.  La Biblia no manda que haya música en la iglesia, sino que cantemos.  Tener música en la iglesia sería una generalidad que admitiera tanto la música ins­trumental como la música vocal.  Pero la Biblia no dice nada de tener música en la iglesia, sino que cantemos.

                   6. 1 Corintios 16:1-4; 2 Corintios 8 y 9, la cooperación de las iglesias de Galacia, Macedonia y Acaya es una cooperación especí­fica.  La Biblia no enseña que debiera haber "cooperación" de cualquier clase en la iglesia, sino revela una forma específica de cooperar:  todas las iglesias que participaron en mandar ayuda a los santos pobres en Jerusalén escogieron a sus propios men­sajeros y funcionaron indepen­dientemente.  Fue una cooperación concurrente o coincidente, no ligada (no hubo iglesia patroci­nadora u otra agencia central por la cual centralizaran la ofrenda antes de que llegara a su destino).

                             a. El proceder de los hermanos liberales es así:  encuen­tran una cosa específica (la cooperación de las iglesias del primer siglo), y luego hablan de ella como si fuera una cosa general (es de­cir, la cooperación de cualquier clase); entonces, su siguiente paso es inventar toda clase de "cooperación" (centralización) y afirmar que es bíblica.

                             b. Instrumentos de música en el culto. Es lo que hacen los sectarios con la cuestión de la música instrumental en el culto.  Encuentran la práctica de cantar (que es una forma es­pecífica de hacer música) pero ya no hablan de cantar, sino de la música y al usar toda clase de instrumentos musicales afir­man que es práctica bíblica.

                             c. En breve:  tanto los hermanos liberales como los sec­tarios comienzan con un mandamiento o ejemplo específico, proce­den a lo que sería el genérico de tal mandamiento o ejem­plo (como si el mandamiento o ejemplo específico fuera en rea­lidad un man­damiento o ejemplo genérico), y luego afirman que su práctica es bíblica.

V. Inventaron la práctica primero, entonces buscaron auto­rización bíblica para ella.

          A.  El primer paso. Este es el proceder de nuestros hermanos liberales, y así ha sido desde el principio.  Primero, empiezan al­gún proyecto porque lo quieren (lo quieren porque los sec­tarios tienen tales proyectos, y según la sabiduría humana es una "buena obra").

          B. El segundo paso.  El segundo paso es buscar textos bíbli­cos que al ser mal explicados y aplicados les dan aparente apoyo. Nadie encontrará la iglesia patrocinadora en Hechos 11:27-30.  Tampoco en 1 Corintios 16:1-4; 2 Corintios 8,9.  Nadie encontrará un orfanato en Santiago 1:27.  Estas cosas no se hallan en el Nuevo Testamento.

          C. Es sumamente importante que todos reconozcan esto:  los hermanos liberales no han escudriñado las Escrituras para en­contrar sus prácticas (innovaciones), porque no están en las Es­crituras, sino han observado las obras de las denominaciones y se sienten avergonzados por no tener tan grandes y notables obras que llaman la atención del mundo, y luego resuelven du­plicarlas.

          D. No han tomado en cuenta que las escuelas, hospitales, asilos para niños y ancianos, etc. son el fruto del evangelio social, ya que las sectas ponen más énfasis en los asuntos de este mundo que en las del mundo venidero; es decir, en la salvación del alma.

          E. Ser como las naciones. Los hermanos liberales hacen lo mismo que Israel; quieren "rey" "como tienen todas las naciones ... seremos también como todas las naciones" (1 Samuel 8:5, 20). Es otro ejemplo triste de imitar el pueblo de Dios a las re­ligiones hu­manas.  Optan por seguir la sabiduría humana en lugar de la sabiduría divina.

Conclusion: ¿Cuáles son las verdaderas cuestiones de esta contro­versia?

          A.  La autoridad.  Muchos hermanos son liberales porque "toman la libertad" de practicar varias cosas sin autorización bíblica. Siguen la tradición de la iglesia ("siempre lo hemos he­cho"; "hermanos destacados lo aprueban"); o aceptan lo que los an­cianos o los "ministros" hacen y dicen, como si éstos tuvieran poder legislativo.  Muchos dicen que no hay patrón bíblico en cuanto a la obra de la iglesia, y que no es necesario tener au­torización para lo que practicamos.  También en forma despre­ciativa comparan sus prácticas sectarias con el sitio de reunión, el bautisterio, los himnarios, etc., diciendo que "no hay autori­dad para estas cosas tampoco" (desde luego, sí hay autoridad genérica para tales cosas porque son cosas necesarias para lle­var a cabo los mandamientos de reunirse, bautizar y cantar).

          B.  La autonomía (independencia) congregacional.  Las prácticas discuti­das en este estudio destruyen la independencia -- la au­tonomía -- congregacional. Todas las iglesias que aportan dinero para la actividad de alguna iglesia patrocinadora entregan a ella una parte de su propia responsabilidad.  Hay poder en el dinero; el dinero se convierte en servicios (sea para la edificación, para el evangelismo, o para la benevolencia).  Cada congregación debe cumplir con todas sus propias responsabilidades, y no entre­garlas a otra iglesia o institución.

          C. Lo adecuado o lo suficiente de cada congregación.  Una táctica común de los hermanos liberales es despreciar lo que las iglesias más pequeñas pueden hacer.  Dicen que es mejor que és­tas manden sus donativos a alguna iglesia patrocinadora para par­ticipar en hacer cosas grandes.  Esta actitud reprocha la sabiduría de Dios y la sustituye con la sabiduría humana.

                   1.  Cada iglesia local es adecuada para ofrecer culto a Dios.  No necesita que otra iglesia se encargue de esto.

                   2.  Cada iglesia local puede y debe practicar la disciplina y no debe someterse a otra iglesia para efectuar esta obra.

                   3.  Cada iglesia local debe administrar sus fondos de acuerdo a las instrucciones divinas.

                   4.  Cada iglesia local puede y debe edificarse en todo sen­tido:  no solamente con sermones y clases generales, sino con un buen plan de entrenar obreros (para que haya ancianos, diá­conos, maes­tros, directores de cantos, y evangelistas, 2 Timoteo 2:2).  Cada iglesia local debe ser una escuela para predicadores.  Si una congregación no depende de otras congregaciones para que les conduzcan el culto, o para que les administren la disciplina, o que administren sus fondos, etc., ¿por qué permite que otras iglesias u otras instituciones entrenen a sus evangelis­tas (ministros)?  Una iglesia de Cristo no tiene que depender de arreglos humanos para nada.

          D.  La obra o misión de la iglesia.  Se habla mucho de buenas obras, pero es necesario que no se olvide cuál es la misión de la iglesia.  La iglesia de Cristo es columna y baluarte de la verdad, 1 Timoteo 3:15.  Su obra es espiritual.  El mundo está perdido y necesita urgentemente del evangelio de Cristo.  El "evangelio so­cial" no salva a las almas perdidas, y no puede en ningún sentido sustituir al evangelio verdadero.

          E.      ¿Cuántos cuerpos?  Durante el estudio de estas cues­tiones es urgente que sigamos preguntándonos, "¿cuántos cuer­pos hay?  ¿Seguiremos aceptando lo que Biblia dice ("un cuerpo"), o aceptaremos los varios cuerpos adicionales creados por los her­manos liberales?

          F. ¿Podemos sustituir a la iglesia local?  Es decir, en cuanto a hacer la obra.  Esta es la cuestión.  ¿Puede la iglesia misma hacer la obra que Dios le ha encargado, o puede servir solamente para recaudar fondos para que alguna iglesia pa­trocinadora o alguna institución hagan la obra?

          G. ¿Ancianos sobre dos o más iglesias?  ¿Aceptamos en rea­lidad que la obra de los ancianos se limita a una sola congregación, o lo aceptamos solamente en teoría?  Esta pre­gunta cabe en este estu­dio, porque actualmente varios ancianos patrocinadores ejercen completo control sobre los recursos de miles de iglesias.

          H. ¿Ancianos como mesa directiva?  ¿Es bíblico que los an­cianos de una congregación se conviertan en una mesa directiva sobre la obra de un grupo de congregaciones?

          I. ¿Pueden muchas iglesias funcionar a través de una igle­sia? Si lo pueden hacer varias o muchas iglesias, desde luego, todas pueden hacerlo. Así es el plan católico y protestante.

          J. ¿Qué es la iglesia universal?  ¡He aquí la pregunta más básica de todas!  ¿Está compuesta la iglesia universal de todas las iglesias de Cristo?  La respuesta es negativa.  Pero esto es justamente el concepto de nuestros hermanos liberales.  Por esto hablan de "una congregación de la Iglesia de Cristo".  Este concepto es errado, porque la iglesia universal está compuesta no de congregaciones sino de individuos.  Todos los cristianos integramos la iglesia uni­versal de Cristo.  La iglesia universal no tiene organización.  Cristo es la Cabeza, y bajo El no hay ninguna organización.  La única unidad de acción en la iglesia universal es el cristiano, cada miem­bro de la familia de Dios.

                   Nótese:  El hermano Dewayne Shappley insiste en que la congregación local no es la única organización pero no se atreve a nombrar otra.

          K.  Muchos hermanos liberales dicen que esta controversia tiene que ver con cuestiones necias.  Para los tales las cuestiones de la autoridad, la autonomía, lo adecuado de cada iglesia local, la obra de la iglesia, el papel de los ancianos, son cuestiones ne­cias. Cuando el apóstol Pablo habló de "cuestiones necias", ¿cree usted que él se refería a estos asuntos?

 

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