El Papel del Padre

Introducción.

       A. En USA un gran porcentaje de los hijos viven en hogares sin el padre biológico. Tales hijos son “huérfanos” (“fatherless”) según el significado bíblico de la palabra.

       B. Aproximadamente la tercera parte nacen fuera del matrimonio. En la mayoría de los certificados de nacimiento de estos el espacio para el nombre del padre (papá) queda en blanco.

       C. Más de la mitad de los hijos que viven con su madre soltera viven en pobreza. También entre ellos hay más problemas de salud, más violencia y crimen.

       D. Este país urgentemente necesita restaurar el papel del padre en el hogar. Por más que trabaje la madre soltera, ni ella ni ella y otro hombre (marido, amante) pueden reemplazar al padre biológico.

      

I. Primero debe ser fiel y amoroso marido.

       A. Al casarse, debe amar a su esposa con todo el corazón porque ella es la persona más importante en su vida. Gén. 2:24. El matrimonio es el más grande contrato humano.

               1. El marido cristiano reconoce que no se casó con su esposa simplemente para dormir con ella, o para que ella cocinara, limpiara la casa y cuidara los niños. Más bien se casó con su ella porque la amaba de todo corazón y quería tenerla como compañera durante el resto de su vida.

               2. El marido fiel debe reconocer que el matrimonio es arreglo permanente. Mat. 19:3-6.

               3. 1 Cor. 7:10-12, muchos creen que está bien que el marido o la esposa se separe con tal que no se vuelva a casar, pero el separarse o dejar o abandonar es pecado si no es por causa del pecado sexual.

       B. El marido no es “una sola carne” con su padre o madre o hermanos o amigos. El hombre no debe casarse hasta que esté dispuesto a dejar padre y madre para unirse con su esposa.

               1. Tampoco está casado con los deportes. Ni siquiera está casado con su trabajo o negocio.

               2. La expresión “ha unido” significa “cementar juntamente”. Ya son UNO, completa y perfectamente unidos en amor, en propósito, en todo. El fiel marido siempre procura profundizar y enriquecer la unión con su esposa con expresiones y acciones de amor.

       C. Debe amar a su esposa como ama su propio cuerpo y como Cristo ama la iglesia, Efes. 5:29, “Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia”.

               1. Debe expresar libremente los sentimientos de amor, con risa y sonrisa, con el gozo de dos corazones bien unidos, y a veces con lágrimas.

               2. El hombre que se siente incapaz de expresar sus emociones, aun con lágrimas, no es hombre fuerte como se supone. Para muchos el ser “muy hombre” significa que puede tomar, maldecir, contar chistes sucios, pelear, que es muy fuerte físicamente. Gran parte de esto (llamado “machismo”) es cortina de humo para ocultar su complejo de inferioridad debido a su ignorancia o incapacidad.

               3. “Sustentar”. ¡Con cuánta atención el hombre sustenta su propio cuerpo! Con la misma atención y dedicación debe sustentar a su esposa, no sólo con alimento y ropa sino también con todo lo que su vida requiera.

               4. “Cuidar” con ternura, alentar con un tierno cuidado”. De la manera que el hombre cuida con ternura su propio cuerpo, así debe cuidar a su esposa. (En inglés, “cherish”, que significa no sólo apreciar, estimar, sino también querer o amar cariñosamente).

               5. Debe estar dispuesto a morir para protegerla y salvarla como Jesús murió por la iglesia. Y si está dispuesto a morir por ella, aun más debe estar dispuesto a vivir por ella.

               6. Cuánto más debe estar dispuesto a sacrificarse para el bienestar físico, emocional y espiritual.

       D. 1 Ped. 3:7, debe vivir con ella con prudencia y cordura.

               1. El marido fiel considera a su esposa en todo, le escucha, le consulta.  En fin, la cuida no solamente de manera física sino también de manera emocional.

               2. Busca maneras de promover la felicidad, tranquilidad y contentamiento de su esposa, y al hacerlo produce la misma dicha para sí mismo.

       E. Col. 3:19, “no seáis ásperos con ellas”. No ser cruel. Algunos maridos, aun hermanos, siempre son de mal humor, mayormente al llegar del trabajo cansados y tal vez disgustados con el patrón o compañeros de trabajo.

              1. O si la esposa le llama para avisarle que tuvo choque en el nuevo carro, ¿qué le dice? “¿Hizo mucho daño al carro?” Esto le dará mucho gusto a su esposa si el marido se preocupa más por el carro que por ella.

               4. O al regresar ella del salón de belleza con su nuevo peinado, le pregunta, “¿Qué pasó? ¿Estaba cerrado?”

               5. O si le habla con el mismo tono que usa para su hijita de siete años ¿cómo se va a sentir?

               6. Por el contrario, en lugar de tales insultos, debe expresar su amor por ella repetidas veces y alabarla por todo lo que es y por todo lo que hace como fiel esposa y madre de sus hijos. Prov. 31:28. (Temo que en algunos casos si el marido alabara a su esposa ella caería desmayada).

       F. Mat. 7:12, el marido no quiere que su esposa le critique o que haga burla de él; por eso, él  no debe criticarla o burlarse de ella.

       G. El fiel marido tiene buena comunicación con su esposa. Le habla. No está callado. Muchas mujeres dicen, “No sé lo que mi marido piensa o siente. Nunca platica conmigo”. O en alguna ocasión el marido expresa cierta opinión y la esposa queda sorprendida y dice, “No me imaginaba que tú pensabas así”. Todo matrimonio tiene sus problemas pero todos se pueden resolver si hay buena comunicación.

       H. Debe cumplir con sus votos, Ecles. 5:2-5. El matrimonio es pacto con Dios y El aborrece el repudio, Mal. 2:14-16.

       I. Aparte del pecado contra la esposa, el repudiar o abandonar a su esposa es pecado contra los hijos. Muchos hijos se están criando sin padres.

      

II. El padre debe amar a sus hijos.

       A. Sal. 127:3, “herencia del Señor son los hijos”. Gen. 33:5, “los hijos que Dios” me ha dado.

       B. El padre debe ser buen ejemplo para sus hijos en su vida, carácter, actitud, asistencia, en todo.    

       C. Prov. 11:29, “El que perturba su casa heredará viento”. El marido egoísta, tacaño, amador de sí mismo, movido por la avaricia, descuida, priva y maltrata a su familia. Su ganancia será el viento.

       D. El marido, siempre que vuelva a casa, debe desear una bienvenida calurosa de parte de su esposa e hijos. ¡Qué tragedia es cuando la familia espera al marido y padre con ansiedad y temor y el único deseo es evitarlo!

       E. Una de las principales quejas de parte aun de hermanas en Cristo es que sus maridos no muestran interés en los hijos, que son impacientes con ellos, y que no ayudan con la enseñanza bíblica y la disciplina de ellos.

      

III. El padre debe ser cabeza de su familia.

       A. No dictador, no tirano, sino cabeza como Cristo es Cabeza de la iglesia, Efes. 5:23.

       B. Debe dirigir sirviendo. Mat. 20:25-28. Los apóstoles sí serían grandes líderes de la iglesia, de eso no hay duda, pero Jesús no enfatiza la grandeza del oficio mismo sino su papel de servidores. Así también el marido y padre.

       C. Significa que él es el líder de su familia. Guía con firmeza  pero con espíritu bondadoso.

       D. Debe imitar a Josué (24:15), hablando no sólo de sí mismo sino también por su familia: “Serviremos al Señor”.

       E. Ser cabeza de la familia significa que él es el director, el superintendente, el responsable del cuidado de su familia, 1 Tim. 5:8 (no sólo provee pan y techo, sino dirección, cuidado en todo sentido).

       F. Es el protector de su familia. Protege a sus hijos del frío, calor, hambre, desnudez y también de malas influencias (1 Cor. 15:33).

       G. Para cumplir con todo esto él tiene que estar con su familia. No puede ser “padre ausente” por largos períodos de tiempo (mucho menos abandonar su hogar).

      

IV. El padre debe ser el principal maestro de su familia.

       A. Gén. 18:19, “Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Señor”.

       B. Deut. 6:6, 7, “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”.

       C. Efes. 6:4, “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y la instrucción del Señor”.¿Cómo puede provocar a ira a sus hijos?

               1. Siendo parcial a cierto hijo como Jacob con José, Gén. 37:3-4. Esto produjo envidia y enojo en los hermanos de José.

               2. Siendo abusivo o injusto hacia sus hijos. Los hijos saben cuando deben ser castigados y también reconocen el castigo injusto.

               3. Avergonzando a sus hijos en la presencia de sus amigos.

       D. En muchos hogares este trabajo se deja en manos de la madre, pero estos textos no dicen “madres”. El marido y padre es el más responsable porque él es la cabeza (director, superintendente, etc.)

       E. El padre debe enseñar a sus hijos varones no sólo a ser cumplidos en sus estudios sino también a trabajar.

               1. Debe enseñar a sus hijas a ayudar a su madre en la cocina, en el aseo, y los deberes domésticos.                 2. En cuanto a la enseñanza sobre el pudor y la modestia el padre puede enseñar a sus hijas porque él entiende mejor que su madre el peligro del atavío deshonesto.      

       F. El padre responsable dirá a su hijo: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre” (Prov. 1:8); Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento, porque os doy buena enseñanza; no abandonéis mi instrucción” (Prov. 4:1, 2); “Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no consientas… hijo mío, no andes en el camino con ellos, aparta tu pie de su senda,” (Prov. 1:10, 15); “En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si le buscas, El te dejará encontrarle; pero si le abandonas, El te rechazará para siempre” (1 Crón. 28:9, palabras de David).

       G. Muchos padres sólo quieren que sus hijos sean súper atletas o que ganen buen dinero. Con orgullo hablan del éxito de su hijo. Pero no se preocupan cuando sus hijos abandonan al Señor y la iglesia.

       H. El padre debe regocijarse cuando su hijo es fiel a Dios. “El hijo sabio alegra al padre, pero el hombre necio menosprecia a su madre” (Prov. 15:20); “Hijo mío, si tu corazón es sabio, también a mí se me alegrará el corazón” (Prov. 23:15

 

V. El padre debe encargarse de la disciplina de sus hijos.

       A. 1 Sam. 3:11-13; 2:22-25, los hijos de Elí eran perversos porque su padre no los refrenó.

       B. 1 Reyes 1:6; Prov. 13:24; 19:18; 22:15.

       C. Heb. 12:7-11.

 

VI. ¿Quiénes son los “huérfanos”?

       A. Todos saben que si un niño pierde ambos padres queda “huérfano”.

       B. Pero el niño sin padre es huérfano. La Biblia habla mucho de “la viuda y el huérfano” (Deut. 14:29; 24:17, 19-21; Jer. 22:3; Sant. 1:27). El inglés no dice “huérfano” (orphan) sino “fatherless” (sin padre).

       C. Es obvio que en muchos textos “huérfano” quiere decir sin padre (papá) porque en el mismo texto habla de viuda. Por ej., Lamentaciones 5:3, “Huérfanos sin padre; madres como viudas”. Sal. 68:5, “Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada”.

       D. En muchos casos el padre vive, no está muerto, pero es ausente del hogar, separado de su esposa, porque no se entienden, ya no se aman, ya no son “compatibles,” etc.

       E. En otros hogares el padre está “ausente” aunque esté presente (en cuerpo). Muchos hijos son “fatherless” aunque el padre viva bajo el mismo techo con ellos porque el padre es desobligado.

       F. Muchos padres proveen alimento, techo, educación pero no les dan la atención que necesitan. No les enseñan. No les disciplinan. No se interesan en su vida social. No juegan con ellos. No les enseñan a trabajar y ser responsables. No les enseñan cómo portarse durante el noviazgo. No les enseñan las responsabilidades del matrimonio.

       G. En tal caso sus hijos son por lo menos medio-huérfanos, desprovistos de padres responsables y cumplidos.

       H. Los hijos que no son disciplinados por su padre son como huérfanos o peor (bastardos, Heb. 12:8). Es vergonzoso que un hombre sea padre solamente en nombre. El mundo está lleno de los tales.

       I. Zacarías 7:10, “no oprimáis a la viuda, al huérfano”. En un sentido el padre negligente es culpable de esto porque el padre no responsable y cumplido es cruel hacia sus hijos.

 

Conclusión.

       A. Los niños no piden el derecho de nacer. No tienen elección alguna en el asunto. Los padres deciden esto.

       B. Cuando un hombre y una mujer toman la decisión de tener un hijo son responsables delante de Dios por cuidar y criar a ese hijo en el temor de Dios.

       C. Al llegar a ser padres, traen a este mundo un ser inmortal, un ser que después de unos años en la tierra será eternamente feliz o eternamente en el tormento.

       D. Los padres enseñan a sus hijos cómo vestirse, cómo comer, cómo llevarse bien con otros, cómo manejar un carro. Les guían durante su educación. Pero ¿cuántos padres se preocupan sinceramente por el desarrollo espiritual de sus hijos? ¿Qué tanta ayuda les dan para prepararse para el matrimonio?

       E. Por eso, los padres (y el hombre es cabeza y director) deben muchas cosas al niño: el buen ejemplo, el liderazgo, el entrenamiento, la disciplina, la instrucción, cosas que darán a su hijo la oportunidad de escapar el tormento del infierno y ser salvo en el cielo.