Debemos Aceptar La Corrección

Introducción

      A. No nos gusta la corrección.

      B. Sin embargo, la corrección es muy necesaria.

      C. Prov. 10:17, “Camino a la vida es guardar la instrucción;  Pero quien desecha la reprensión, yerra”.

I. Muchos prefieren palabras de aprobación, alabanza, adulación, halagos, pero la Biblia nos da muchas advertencias contra tales palabras.

      A. Prov. 28:23, “El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia  Que el que lisonjea con la lengua”.

      B. Prov. 29:5, “El hombre que lisonjea a su prójimo,  Red tiende delante de sus pasos”.

      C. Hech. 12:21, “Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó.  22  Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre!  23  Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos”.

      D. 1 Tesal. 2:5, “Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni con pretexto de lucrar; Dios es testigo;  6  ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros”.

II. La reprensión y la corrección son necesarias para nuestro crecimiento.

      A. Salmo 141:5, “Que el justo me castigue, será un favor,  Y que me reprenda será un excelente bálsamo  Que no me herirá la cabeza”.

      B. Prov. 15:5, “El necio menosprecia el consejo de su padre;  Mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente”.

      C. Prov. 17:10, “La reprensión aprovecha al entendido,  Más que cien azotes al necio”.

      D. La gente que seguía a Jesús la necesitaba:

      -- Juan 6:26, “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.  27  Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre”.

      E. Aun el apóstol Pedro la necesitaba:

      -- Mat. 16:21, “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.  22  Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.  23  Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”.

      --  Gálatas 2:11, “1  Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.  12  Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión”.

      F. Todos los apóstoles la necesitaban:

      --  Marcos 16:14, “Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado”.

      G. Mat. 18:15, “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16  Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos  conste toda palabra.  17  Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”.

      H. Luc. 17:3, “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale”.

      I. Apoc. 3:19, “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.

III. Los que rechazan la corrección son necios.

      A. Prov. 1:7, “Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”.

      B. Prov. 1:22, “¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza,  Y los burladores desearán el burlar,  Y los insensatos aborrecerán la ciencia?”

      C. Prov. 12:1, “El que ama la instrucción ama la sabiduría;  Mas el que aborrece la reprensión es ignorante”.

      D. Prov. 23:9, “No hables a oídos del necio,  Porque menospreciará la prudencia de tus razones”.

IV. La Disciplina bíblica es un acto de amor.

      A. Prov. 27:6, “Fieles son las heridas del que ama;  Pero importunos los besos del que aborrece”.

      B. Prov. 23:13, “No rehúses corregir al muchacho;  Porque si lo castigas con vara, no morirá.  14  Lo castigarás con vara,  Y librarás su alma del Seol”.

      C. Prov. 29:15, La vara y la corrección dan sabiduría;  Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”.

      D. Hebreos 12:7, “Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?  8  Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.  9  Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?  10  Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.  11  Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”.

      E. 1 Cor. 5:5, “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”.

V. Consecuencias de no aceptar la corrección.

      A. Prov. 5:12, “ … ¡Cómo aborrecí el consejo,  Y mi corazón menospreció la reprensión;  13  No oí la voz de los que me instruían,  Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!  14  Casi en todo mal he estado,  En medio de la sociedad y de la congregación”.

      B. Prov. 13:18, “Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo;  Mas el que guarda la corrección recibirá honra”.

      C. Prov. 15:31, “El oído que escucha las amonestaciones de la vida,  Entre los sabios morará.  32  El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma;  Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento”

      D. Prov. 1:24-33, “Por cuanto llamé, y no quisisteis oír,  Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese,  25  Sino que desechasteis todo consejo mío  Y mi reprensión no quisisteis,  26  También yo me reiré en vuestra calamidad,  Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;  27  Cuando viniere como una destrucción lo que teméis,  Y vuestra calamidad llegare como un torbellino;  Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.  28  Entonces me llamarán, y no responderé;  Me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría,  Y no escogieron el temor de Jehová,  30  Ni quisieron mi consejo,  Y menospreciaron toda reprensión mía,  31  Comerán del fruto de su camino,  Y serán hastiados de sus propios consejos.  32  Porque el desvío de los ignorantes los matará,  Y la prosperidad de los necios los echará a perder;  33  Mas el que me oyere, habitará confiadamente  Y vivirá tranquilo, sin temor del mal”.

      E. Prov. 29:1, “El hombre que reprendido endurece la cerviz,  De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina”

Conclusión.

      A. 2 Tim. 4:2-4, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.  3  Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,  4  y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.

      B. Tito 2:15, “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie”.

      C. Siempre con el propósito de salvar el alma. Gálatas 6:1, “1  Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”.

      D. Sant. 5:19, “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver,  20  sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados”.

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