"¿Podéis...? ...Podemos"

Introducción:

     A. Jacobo y Juan querían sentarse el uno a la derecha de Jesús y el otro a su izquierda en su reino (Marcos 10:35-37). Querían ser como vicepresidente y primer ministro en el nuevo reino de Jesús. Jesús les pregunta, "¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?" (Es decir, ¿Están dispuestos a sufrir conmigo?)

     B. Dijeron: "Podemos". Aunque no entendieron lo que pidieron, sí de­mostraron que estaban dispuestos a sufrir con Jesús (Hech. 4,5,12; Apoc. 1:9).

     C. Su actitud de confianza es digna de imitarse. No rehusaron sufrir por Cristo. Dijeron, "Podemos".

I. ¿Podemos Soportar Pruebas? Digamos Como Ellos: ¡Podemos!

     A. 1 Cor. 4:9-13 da una descripción amplia de los sufrimientos de los apóstoles. Demostraron muchas veces que sí podían soportar pruebas.

     B. Varios textos explican el propósito de las pruebas. Dios tiene todo poder y si fuera su voluntad, fácilmente podría evitar que los cristianos sufran. Pero los sufri­mientos son necesarios para nosotros, como la disciplina es necesaria para nues­tros hijos. Estúdiense con cuidado los siguientes textos: Heb. 12:1-13; Rom. 5:3-5; 2 Cor. 12:7-10; y Santiago 1:2-4.

     C. Podemos soportar, porque Dios nos ayuda. Efes. 6:11, "Vestíos de toda la armadura de Dios", la armadura descrita en los v. 13-18. Dijo a Pablo, "Bástate me gracia" (2 Cor. 12:9). 1 Ped. 5:7, "echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros".

II. ¿Podemos Vencer Las Tentaciones?

     A. En 1 Cor. 10:13 dice Pablo que to­das las tentaciones son humanas; son normales, ordinarias, no hay tentaciones sobrehumanas o sobrenaturales. Por lo tanto, todas las tentaciones son soporta­bles.

         1. "Fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo podéis resistir". ¡Podéis resistir!

         2. "Sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar". ¡Podéis soportar!

     B. Sant. 1:13,14 nos explica que Dios no nos tienta.

    1. "Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido" ("concupiscencia" es el "deseo inmoderado de los bienes terrenos y de los goces sensuales" (Larousse); "pasión", Ver. La Bíblica de las Américas).

        2. Por lo tanto, podemos soportar la tentación, porque podemos controlar los deseos inmoderados. Todos sabemos lo que son deseos malos. Si controlamos los pensamientos y los deseos malos, contro­lamos la fuente y causa de la tentación del diablo.

     C. Tenemos mucha ayuda divina (John 10:29; Rom. 8:31; 14:4); pero te­nemos

que aprovecharnos de esta ayuda, siguiendo las enseñanzas de Jesús.

     D. Podemos soportar si oramos fer­vientemente: "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mat. 26:41). "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal" (Mat. 6:13). Debemos orar a Dios y luego coo­perar con la oración, evitando el camino de tentación lo más que podamos.

III. Podemos Ser Cristianos Maduros Y Responsables.

     A. 1 Cor. 3:1-3; 14:20; 16:13 Los co­rintios tuvieron muchos problemas, por ser tan inmaduros. Se portaron como niños (la palabra "niños" no significa que tuvieron poco tiempo en la iglesia, sino se refiere a su carnalidad, como dice 1 Cor. 3:1-3). Por ser ellos niños y carnales, la iglesia fue afligida por la división, por la fornicación, por el litigio, por el desorden con respecto a la cena, los dones espiri­tuales, etc., y por el error doctrinal.

     B. Pero ellos podían estar firmes en la fe y podían portarse varonilmente (1 Cor. 13; 16:13). El amor combate y vence la carnalidad.

     C. Podían ser maduros y vencer problemas si practicaran el amor (1 Cor. 13; 16:14). 

     D. Podemos ser maduros si avan­zamos en el conocimiento bíblico (Heb. 5:12-14). La ignorancia es otro enemigo grande de la madurez. Los miembros no doctrinados fácilmente se llevan por el diablo (Efes. 4:14).

     E. Podemos ser "perfectos" (maduros) en Cristo (Col. 1:28).

IV. Podemos Cumplir Con Los Deberes Y Con Las Responsabilidades.

A. Mateo 25:24-28 El siervo que recibió sólo un talento lo escondió, y quiso justificarse echando la culpa en su señor y diciendo que tuvo miedo. Pero su señor le llamó "siervo malo y negligente". Es decir, él no tenía excusa aceptable; él podía haber cumplido con su deber, y no lo hizo.

          1. Así también nosotros. Dios nos da talentos (oportunidades), a cada quien según su capacidad, y todos podemos cumplir con nuestra responsabilidad al igual que los otros dos que recibieron dos y cinco talentos.

         2. No habrá ninguna excusa aceptable en el día final; ¡Podemos!

     B. La paciencia de Dios pronto se agota con los que dicen, "no podemos":

         1. Núm. 13:30-31; 14:11 Los diez que espiaron la tierra prometida.

         2. Nehemías 4:10 "No podemos edi­ficar el muro"(pero véase 6:15).

     C. Podemos cumplir porque el servi­cio de Dios y bueno y razonable.

         1. Mat. 11:30 El yugo (la autoridad) de Cristo es razonable.

    2. Rom. 12:1 Es "culto racional" pre­sentar el cuerpo como sacrificio vivo a Dios. Somos siervos de él (Rom. 6:13, 17,18).

         3. 1 Jn. 5:3 Los mandamientos de Dios no son gravosos.

     D. Podemos hacer su voluntad en todo:

         1. Podemos asistir fielmente a las reuniones de la iglesia, y participar con gozo en todos los actos de culto. Muchos no asisten diciendo "No puedo", cuando deben decir "No quiero" (Heb. 10:24,25).

         2. Podemos ofrendar. Hay hermanos muy pobres que dicen "No puedo ofrendar", pero si hay dinero para comer, para pagar casa, para comprar ropa, etc., y aun para malgastar en cosas innece­sarias, hay dinero para la ofrenda. Debemos apartar la ofrenda primero, y luego comprar comida, etc. Sí, ¡podemos!

         3. Rom. 15:14 "Estáis llenos de bon­dad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros". De esta manera podemos restaurar a los descarriados (Gál. 6:1,2), y ayudar a todos a ser fieles y cumplidos en su servicio a Dios.

        4. Podemos adorar y trabajar unidos en la congregación. Podemos solucionar a todo problema. ¡Podemos! Es cuestión de querer hacerlo.

        5. Podemos predicar el evangelio a todo el mundo. Es cuestión de imitar a los cristianos primitivos (Hech. 8:4; 11:19; Rom. 1:8; 1 Tes. 1:8; Fil. 1:5; 4:15,16, etc.). Resultados: Rom. 10:18; Col. 1:23. Además, podemos hacer esto sin estable­cer sociedades misioneras, institutos y otras escuelas para predicadores, etc. La iglesia misma es columna y baluarte de la verdad, 1 Tim. 3:15.

       6. Podemos ayudar a los santos po­bres, otra vez imitando a los hermanos primitivos (1 Cor. 16:1-4; 2 Cor. 8, 9). La iglesia misma puede hacerlo, sin estable­cer sociedades benévolas (asilos para an­cianos, niños, clínicas y hospitales).

Conclusión:

     A. Ud. sí puede obedecer al evangelio. Dicen muchos "No puedo" y luego salen con toda clase de pretexto. Hermanos y amigos, no debemos mentir a Dios (Hech. 5:3,4). Los que dicen "No puedo" cuando deben decir "No quiero" están mintiendo a Dios.

     B. Todos podemos reproducir en nues­tras vidas la vida de Cristo.

          1. Podemos imitar a Cristo, andando en sus pisadas, cuando sufrimos (1 Ped. 2:20-23). Es difícil hacerlo, pero podemos hacerlo.

         2. Podemos decir lo que Pablo dice en Gál. 2:20, "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" (véase también Rom. 6:6).

        3. Podemos ser "transformados de gloria en gloria en la misma imagen"(2 Cor. 3:18). Si fijamos los ojos en Jesús (Heb. 12:2), seremos transformados para ser semejantes a él.

     C. Podemos ser fieles, podemos so­portar pruebas, podemos vencer tenta­ciones, podemos cumplir con todos los deberes y, en fin, cumplir con la voluntad de Dios, para ir al cielo.

     D. Podemos porque Dios nos ayuda. "Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Sal­vador, sea gloria y majestad, imperio y po­tencia, ahora y por todos los siglos. Amén" (Judas 24,25).

     E. Hagamos, pues, lo que podemos hacer. "Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán" (Luc. 13:24). Ahora puede entrar; pero si no en­tra ahora, en aquel día no podrá.

     F. Dice Dios: "¿Quién, pues, podrá estar delante de mí?" (Job 41:10). Seguramente en aquel día nadie podrá es­tar delante de El excepto por la "gran salvación" de nuestro Señor Jesucristo.

G. "El gran día de su ira ha llegado, ¿y quién podrá sostenerse en pie?"

(Apoc. 6:15-17).

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