El Matrimonio

Introducción.

      A. El matrimonio es un arreglo divino. Dios es su Originador y Director.

          1. Sal. 127:1, "Si Jehová no edificare la casa, en vano tra­bajan ..."

          2. Dios tiene leyes y enseñanzas que gobiernan el matri­monio.

      B. El hogar es un arreglo básico; es el fundamento de la so­ciedad humana.

I. ¿Qué es el matrimonio?

      A. No es un "sacramento" ("Acto religioso que tiene por ob­jeto la santificación de una persona", Larousse). Según la Iglesia Católica Romana el matrimonio es uno de los siete sacra­mentos que son administrados por el clero romano que son el "canal de gracia" entre Dios y el pueblo.

          1. Pero el matrimonio tuvo su origen en Edén.

          2. El matrimonio es para la humanidad entera.

          3. No tuvo su origen en la iglesia del Señor, mucho menos en una iglesia falsa, y no es gobernado por la iglesia.

      B. Los requisitos para casarse conforme a la voluntad de Dios son:

          1. Dos personas que están libres para casarse consienten en ser esposos. Se comprometen el uno al otro y hacen votos el uno al otro (hacen pacto entre sí y con Dios, Prov. 2:17; Mal. 2:14).

          2. Según la costumbre de su cultura, ratifican (hacen público) su acuerdo de unirse en matrimonio. En muchos países este acto público es una cena. Mateo 1 indica que el acuerdo entre José y María era un acuerdo conocido por otros. José no quería difamarla; esto indica que otros sabían que María era su desposada. Mateo 25:1-13 y otros textos describen la costumbre con respecto al matrimonio en el primer siglo en­tre los judíos.

          3. Viven juntos como esposos. Esto es lo que observamos en la Biblia. El matrimonio consiste básicamente de estas tres cosas.

      C. Pablo y Pedro nos enseñan a cumplir con las ordenanzas del gobierno (Rom. 13:1,2; 1 Ped. 2:13-17), y por eso la pareja debe sujetarse a ellas (obtener licencia, comparecer ante el juez civil, etc.).

          1. Pero Dios junta en matrimonio a los que cumplan con los requisitos básicos (el compromiso o pacto entre ellos y con Dios; dar evidencia pública de que ahora serán esposos; y vivir juntos). Cuando dos personas cumplen con estos requisitos básicos del matrimonio, el no cumplir con requisitos legales no equivale a la fornicación ni al concubinato, como algunos her­manos afirman.

          2. Ha habido casos de parejas que han llevado muchos años como esposos y tienen hijos, que cuando dijeron a ciertos her­manos (evangelistas) que querían bautizarse, les han acusado de fornicación o de concubinato, y rehusaron bautizarles por no haber obtenido licencia para casarse ante algún juez.

          3. Esto es un agravio serio contra tales parejas. Los tales deben ser bautizados inmediatamente e instruidos a cumplir cuanto antes con los requisitos del gobierno.

          4. Todos pueden ser bautizados hoy mismo. Hoy es el día de salvación para todos, sin excepción. Los esposos que no han cumplido con la ley civil con respecto a su matrimonio pueden ser bautizados en día domingo (arrepintiéndose de todos sus pecados, incluyendo el de no haber cumplido con la ley, pero no de fornicación), y luego al día siguiente pueden cumplir con la ley.

      C. La unión (el matrimonio) que estoy defendiendo es así: El hombre habla abiertamente de la mujer como “mi esposa” y ella habla abiertamente del hombre como “mi marido”. Nunca dicen “no estamos casados”. Si dicen que no están casados, entonces están en fornicación. Si quieren decir que no están casados por algún juez que lo digan claramente, pero que no digan “no estamos casados”.  En Estados Unidos esta unión se llama “common law marriage” (matrimonio de ley común) y si declaran públicamente que son esposos (p. ej., tener cuenta bancaria a nombre de los dos), la unión es legal (se considera matrimonio). Algunos describen tal unión como “unión libre”. En tal caso hay que preguntar, ¿libre de qué? Si se comprometieron a ser esposos y se casaron formalmente (con testigos), Dios los juntó y no están “libres” para divorciarse excepto por causa fornicación (Mat. 19:9). La realidad es que en muchos de estos casos, se siente libres para separarse y casarse con otra persona. Si es así, viven en fornicación.

II. El matrimonio es para todos.

      A. No es requerido para todos, 1 Cor. 7:1, 6-9. Obsérvese el contexto de estos versículos (por ejemplo, el ver. 26).

      B. Pero el matrimonio no debe prohibirse para nadie, 1 Tim. 4:1-3.

III. Propósitos del matrimonio.

      A. El compañerismo, Gén. 2:18, "Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él". Fue la primera vez que Dios dijo, "no es bueno".

      B. Satisfacer los deseos sexuales de los dos (para evitar la for­nicación), 1 Cor. 7:1-5. Muchas personas -- aun hermanos en Cristo -- ignoran este texto. Además, muchos hombres no con­sideran la necesidad de que la mujer también reciba satisfac­ción en el acto sexual.

      C. La procreación (Gén. 1:28; 1 Tim. 2:15; 5:14) no significa simplemente "tener" hijos, sino "criar" hijos. Hay gran diferencia entre las dos cosas.

      D. La protección. La familia provee una cerca de protección para cada miembro, no solamente para los hijos, sino también para los padres.

      E. La felicidad. No se afirma aquí que los solteros no son fe­lices; muchos cristianos solteros son felices toda la vida. Pero sin lugar a dudas el matrimonio contribuye en gran manera a la felicidad de muchos. Léanse Prov. 18:22; Ecles. 9:9. Aun los solteros participaron, desde luego, en la felicidad del hogar du­rante su niñez y juventud.

      F. Es un arreglo económico, 1 Tim. 5:8; Tito 2:5.

      G. Contribuye al desarrollo de la personalidad. Muchos se sienten más completos en el matrimonio.

      H. Contribuye al bienestar de la sociedad. El hogar es, pues, un arreglo básico de la civilización humana.

IV. El matrimonio es un arreglo permanente.

      A. No es un arreglo eterno, Mat. 22:29, 30; Luc. 20:36. Los mormones rechazan este texto y hablan del matrimonio celes­tial, pero los que aceptan la Biblia reconocen que la relación familiar existe solamente en esta vida. En el mundo venidero seremos las mismas personas, pero no sostendremos la misma relación familiar con nuestros seres queridos.

      B. Pero es para toda la vida, Ecles. 9:9.

      C. Lo que Dios juntó "no lo separe el hombre", Mat. 19:6.

      D. El concepto bíblico es que el matrimonio dure "hasta que la muerte nos separe". Pero el concepto humano es que dure solamente "hasta que nos convenga el divorcio", o "hasta que dejemos de amarnos".

Conclusión:

      A. Lo serio del matrimonio se ve en que se compara con la relación de Cristo con la iglesia, Efes. 5:22-32.

      B. El matrimonio es pacto solemne, hecho entre dos per­sonas y Dios (Prov. 2:17; Mal. 2:14).

      C. Recuérdese que Dios dice, "dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Gén. 2:24).

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