Hechos De Los Apóstoles

Introducción.

A. Hechos es un libro sumamente im­portante. Fue escrito por Lucas. Com­párense Luc. 2:1-4 con Hech. 1:1-3. El mismo autor escribió el Evangelio Según Lucas y Hechos de Los Apóstoles. Esta verdad es obvia también en los textos en Hechos que dicen "nosotros" cuando Lu­cas estuvo con Pablo (por ejemplo, véase Hech. 20:13).

B. Este libro no registra todos los he­chos de todos los apóstoles, sino algunos de los hechos más importantes, hechos típicos de algunos de los apóstoles.

C. Un versículo clave es Hech. 2:42, "Y perseveraban en la doctrina de los após­toles ..."

I. ¿Por Qué Perseveraban En La Doctrina De Los Apóstoles?

A.       ¿Quiénes son los apóstoles? ¿Por qué debemos perseverar en su doctrina?

B.        Los apóstoles son los hombres es-cogidos por Cristo para ser:

1. Sus mensajeros, Mat. 10:7 (la comisión limitada); Mat. 28:19, 20 (la comisión universal, "la Gran Comisión").

2.    Sus testigos, Hech. 1:5, 8 "me seréis testigos"; véase también 1 Jn. 1:1-4.

3.    Sus embajadores, 2 Cor. 5:18-20. Rogaban en nombre de Cristo.

4.    Sus representantes, Mat. 10:40, "El que a vosotros recibe, a mí me recibe

C. Los apóstoles fueron bautizados en el Espíritu Santo.

1.     Hech. 1:5; 2:1-4 (esto fue el cumplimiento de Mat. 3:11).

2.     Sus palabras son inspiradas. Mat. 10:19, 20; Hech. 2:4; 1 Cor. 2:10-13.

D. Cristo estaba y está con ellos todos los días hasta el fin del mundo. Mat. 28:20; Mar. 16:20. Cristo envió al Espíritu Santo a los apóstoles para recordarles de la en­señanza que Jesús les entregó personal-mente y para guiarles a toda la verdad (Juan 14:26; 16:13). Además, estaba con ellos para confirmar con señales la predi­cación de ellos (Mar. 16:20; Hech. 14:3; Heb. 2:3, 4).

E. Los apóstoles hacían las señales de apóstol, 2 Cor. 12:12. Estas servían como sus "credenciales".

F. Con razón, la iglesia perseveraba en la doctrina de los apóstoles porque ésta era y es la doctrina de Cristo, la doctrina del Espíritu Santo.

G. Lo que ellos hicieron sirve de ejem­plo para nosotros: por ejemplo, los casos de conversión (lo que predicaron los após­toles y lo que la gente cuando obedeció al evangelio); la selección de ancianos para cada congregación (Hech. 14:23); la cele­bración de la cena del Señor el primer día de la semana (Hech. 20:7).

H. 1 Jn. 4:6, dice Juan, "Nosotros (los apóstoles) somos de Dios; el que conoce a Dios nos oye; el que no es de Dios, no nos oye".

II. "Hechos" Es El Puente Entre Mateo, Marcos, Lucas, y Juan Y El Resto Del Nuevo Testamento.

A. ¡Qué incompleta estaría la Biblia sin el libro de Hechos!

B. Varias promesas fueron hechas du­rante el ministerio de Jesús y están re­gistradas en los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan que no fueron cumplidas du­rante ese tiempo y, por lo tanto, su cumplimiento no está registrado en estos cuatro libros.

1.    Mat. 3:11 - la venida del Espíritu Santo. No hallamos el cumplimiento de esta promesa en estos cuatro libros.

2.    Mat. 16:18 - Cristo dice, "Edificaré mi iglesia" - no hallarnos el cumplimiento de esta promesa en estos cuatro libros.

3.    Mar. 9:1 - el reino vendría con po­tencia. Los primeros cuatro l; faros del Nuevo Testamento no revelan el cumplimiento de esta promesa.

4.    Mat. 28:19 - Cristo comisiona a los apóstoles y con esas palabras se termina el libro. Se repite en Marcos y Lucas en la conclusión de los libros, pero no vemos el cumplimiento de este ministerio en los primeros cuatro libros del Nuevo Testa-mento.

C. "Hechos" es el libro de cumplimiento de promesas que hallamos en Mateo, Mar­cos, Lucas y Juan.

1.    Mat. 3:11 - esta promesa fue cumplida en Hech. 2:1-4.

2.    Mat. 16:18 - esta promesa fue cumplida en Hech. 2 (véase ver. 47).

3.    Mar. 9:1 - esta promesa fue cumplida en Hech. 2. Estúdiense bien Luc. 24:49 y luego Hechos 1 y 2. Los após­toles habían de volver a Jerusalén para esperar el poder. Léase Hech. 1:5, 8 otra vez también. El Poder, el Espíritu Santo, vino el día de Pentecostés (Hech. 2:1-4). El Reino iba a venir con poder. El reino vino, pues, cuando vino el Espíritu Santo, el día de Pentecostés.

D. Lucas habla en su primer libro ("tratado") del nacimiento y ministerio de Jesús, y en su segundo libro ("Hechos") habla del nacimiento y el ministerio de la iglesia de Cristo.

E. "Hechos" habla de Cristo. Es la con­tinuación de la historia de Cristo.

1.  El ascendió al cielo, Hech. 1:9-11.

2.  Está sobre Su trono, el trono de David, a la diestra de Dios, Hech. 2:29-33.

3.  Pedro y los once predicaron a Cristo el día de Pentecostés: Su vida, Su muerte, Su resurrección, Su coronación.

4.  Hech. 8:5, Felipe predicó a Cristo y Su reino (ver. 12).

5.  Hech. 10:36, Pedro predicó a Cristo en la casa de Cornelio.

6.  La Resurrección de Cristo es el gran tema de la predicación apostólica: Hech. 13:33 (la promesa hecha a los padres); 26:6, 7; 28:20 (la esperanza de Is­rael).

7.  Así es que el evangelio según Lu­cas se halla en dos tomos: en Lucas y en Hechos.

III. "Hechos" Revela La Misión Y Obra Del Espíritu Santo.

A. La promesa y explicación de la obra del Espíritu Santo. Jn. 14:25,26, "os en­señará (a los apóstoles) todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho"; 15:26, "él dará testimonio de mí"; 16:8, ""convencerá al mundo de pecado, de justi­cia y de juicio"; 16:13, "él os guiará a toda la verdad"; 16:14, "El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber".

B. Vemos el cumplimiento de estas promesas en los "Hechos" y en todo el resto del Nuevo Testamento, en los sermones predicados y en los hechos de los após­toles y en las epístolas que escribieron que componen el Nuevo Testamento.

C. Desde el día de Pentecostés cuando fueron bautizados en el Espíritu Santo ellos comenzaron a hablar como el Es­píritu les guiaba (Hech. 2:4).

     1. El Espíritu Santo les hizo recordar las enseñanzas que Jesús les dio per­sonalmente. Frecuentemente ellos repi­tieron estas enseñanzas; se hallan en va­rios textos. (Hech. 20:35; 1 Cor. 7:10; 2 Ped. 1:14; etc.). Los libros de Mateo, Mar­cos, Lucas y Juan son el fruto de esta promesa.

          2. El Espíritu Santo convenció a los pecadores a través de la predicación inspi­rada de los apóstoles (Hech. 2:23; 3:14-15; y así a través de su ministerio y en sus epístolas).

          3. El Espíritu Santo les guió a toda la verdad. Fue cumplida esta promesa en el primer siglo. Juan escribió "Apocalipsis" a fines del primer siglo y desde entonces no ha habido más revelación y no habrá. Todo llamado "profeta" moderno es falso. Todo libro (como el Libro de Mormón) que profesa ser inspirado es fraudulento. Si hay profeta ahora, o si hay libro inspi­rado aparte de la Biblia entonces Juan 16:13 es una mentira.

D. El Espíritu Santo confirmó el evange­lio, la revelación completa y perfecta.

1.    Mar. 16:20; Mar. 28:20; Heb. 2:3, 4; Hech. 14:3.

2.    Esto fue el propósito de los mila­gros. Eran "señales" que indicaron y pro­baron que el mensaje apostólico era men­saje divino. Los milagros eran sus creden­ciales, "señales de apóstol" (2 Cor. 12:12).

3.    La gente hoy en día pide milagros porque no cree Juan 16:13; Mar. 16:20; Heb. 2: 3,4, etc. No aceptan la revelación del Nuevo Testamento como final y com­pleta. No aceptan los milagros registrados en el Nuevo Testamento como adecuados para confirmar, una vez por todas, el mensaje divino. Quieren más mensaje y quieren más confirmación. No están con­tentos con lo que Dios ha hecho por nosotros y manifiestan su falta de agradecimiento insistiendo que hay más milagros y señales, lenguas y sanidades. Y ya que Dios no da estos poderes a nadie, mucha gente obra "señales y prodigios mentirosos" (2 Tes. 2:9; Mat. 24:24).

Conclusión:

A.    Debemos leer y estudiar con dili­gencia este hermoso libro. Debemos re-conocer su importancia y enfatizado mu­cho en la enseñanza y predicación.

B.     Mucha gente reparte "porciones" del Nuevo Testamento, mayormente el libro de Juan, si alguien lee nada más el libro de Juan (El Evangelio Según Juan) puede creer que este libro solo contiene todo el evangelio. Este estudio nos hace ver lo in-completa que sería la Biblia sin "Hechos".

C.    No me gusta la práctica de repartir un solo libro del Nuevo Testamento. Mejor regalar una Biblia completa a la gente, explicando la unidad de los 66 li­bros.

 

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