Mateo 19:9 - ¿Es esta enseñanza parte, o confirmación, de la ley de Moisés? De ninguna manera

Introducción.

      A. Mateo 19:9, “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. ¿Es para nosotros esta enseñanza o era solamente para los judíos? ¿Es parte de la ley de Cristo o es parte de, o confirmación de la ley de Moisés?

      B. Algunos hermanos que profesan ser “conservadores” enseñan que este texto no es para cristianos, que no es parte de la ley de Cristo? Otros hermanos que profesan ser “conservadores” enseñan que esta enseñanza no es para inconversos, sino solamente para cristianos. Estos hermanos tienen algo en común: todos enseñan error, porque sin lugar en a dudas en este texto  (Mat. 19:9) Jesucristo entrega doctrina para todo el mundo.

      C. Este estudio tiene que ver principalmente con el error de que Mat. 19:9 no era para cristianos sino para judíos.

I. ¿Son del Antiguo Testamento la enseñanza de Mateo, Marcos, Lucas y Juan?

      A. Es cierto que Jesús vivió bajo la ley de Moisés. Gál. 4:4, “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley”. Es cierto que El enseñó a sus discípulos que ellos deberían guardar la ley de Moisés. Mat. 5:19, “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”.

      B. Pero durante todo su ministerio El enseñaba doctrina que pertenece al Nuevo Pacto (Testamento).

          1. Mat. 4:23, “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino”. Jn. 3:5, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Esta enseñanza, claramente repetida en 1 Ped. 1:23 y otros textos era parte del Nuevo Testamento (no era enseñanza de la ley de Moisés). Jesús y los apóstoles no enseñaban la ley de Moisés, pues ésta se había revelado en su totalidad mucho antes de nacer Jesús. El “evangelio del reino” de Dios no era parte de la ley de Moisés.

          2. Mat. 13. Todo este capítulo registra los parábolas de Jesús que explicaban la naturaleza del reino de Dios. P. ej., v. 11, dijo a sus discípulos, “a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos”; v. 24, “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo”; v. 31, “El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza … 33  Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina”. Así también en los v. 44, 45, 47, 52 y en todas las parábolas. El no estaba explicando el reino de Israel o el reino de los judíos, sino el reino de Dios (el reino de Cristo).

          3. Mat. 18:15-17, “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16  Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.  17  Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”. ¿Esta enseñanza es para la gente bajo la ley de Moisés? ¿Los judíos habían de practicar esta enseñanza en la sinagoga? Claro que no. Es enseñanza para la iglesia de Cristo que El prometió edificar (Mat. 16:18).

          4. Jn. 14:26, “el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. ¿Por qué recordar a los apóstoles de enseñanza que era parte de la ley de Moisés, puesto que esa ley pronto sería clavada a la cruz (Col. 2:14; Efes. 2:15)?

          5. Mat. 28:19, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. ¿Los apóstoles habían de predicar solamente a los judíos (los que vivían bajo la ley de Moisés)? Claro que no, porque para cuando los apóstoles comenzaran a predicar el evangelio (el día de Pentecostés, Hechos 2), la ley de Moisés ya se habría clavado a la cruz de Cristo y ni siquiera estaría en vigor. Los apóstoles habían de predicar la enseñanza que encontramos en Mateo, Marcos, Lucas y Juan a todas las naciones. Si la enseñanza de Jesús encontrada en estos libros (p. ej., Mat.19:9) no era para cristianos sino solamente para judíos, ¿POR QUE PREDICARLA A TODAS LAS NACIONES? Y obsérvese que ellos deberían enseñar todas las cosas que os he mandado y eso incluye Mat. 19:9.

II. Hay contraste entre lo que la ley de Moisés enseñaba sobre el divorcio y lo que Cristo enseña.

      A. Mat. 19:7, “Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8  El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.  9  Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. ¿Quién no puede ver el contraste entre lo que Moisés enseñaba y lo que Jesús enseña? El lenguaje es muy sencillo y claro. Es muy fácil entenderlo. Moisés dijo una cosa y Cristo dijo otra cosa.

      B. Lo que Moisés dijo se encuentra en Deut. 24:1, “Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente (ervah, desnudez, cosa vergonzosa; palabra griega es aschemon), le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa”. Pero Jesús dice (Mat. 19:9), “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación (porneia), y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. Una “cosa indecente” no es “fornicación”. La ley de Moisés requería que el adúltero fuera apedreado (Lev. 20:10); por eso la “cosa indecente” NO ERA ADULTERIO (FORNICACIÓN). Pero Jesús dice claramente “salvo por causa de fornicación”. La palabra hebrea para “fornicación” no es ervah, sino taznut.

      C. Si Mat. 19:9 hubiera sido parte de la ley de Moisés, y solamente para los judíos, entonces Mat. 19:9 sería idéntica a Deut. 24:1 (sería repetición de Deut. 24:1). Jesús citó muchos textos del Antiguo Testamento y le hubiera sido muy fácil simplemente citar Deut. 24:1 como su respuesta a los fariseos. Pero no lo hizo. Más bien, El dijo “yo os digo” otra cosa diferente.

      D. Además, bajo la ley de Moisés se permitían LA POLIGAMIA y el CONCUBINATO. Si la enseñanza de Cristo es la misma que la ley de Moisés, entonces Jesús también permite la poligamia y el concubinato. ¿Así creen los hermanos que dicen que Mat. 19:9 es parte de la ley de Moisés? Hay que ser consecuentes.

III. El argumento basado en Deut. 24:1-4 se basa en la traducción incorrecta del texto.

      A. Lamentablemente algunas versiones (incluyendo la Versión Valera Revisada 1960) dicen, “Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.  2  Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre”, pero esta traducción se ha corregido en otras versiones. La versión castellana correcta es La Biblia de las Américas, la cual dice, “Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, 2 y ella sale de su casa y llega a ser mujer de otro hombre …” Esta versión concuerda con la muy confiable versión griega del Antiguo Testamento llamada la Septuaginta. Sin lugar a dudas es la traducción correcta del texto.

      B. Por lo tanto, no se puede decir que Moisés permitió que el hombre que repudiara a su mujer se volviera a casar. Además, el resto del texto confirma esta traducción, pues dice, “Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer,  4  no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad”. Cuando la mujer se casó con otro hombre “fue envilecida” y tal práctica causaba “abominación delante de Jehová”.

      C. Hay otro detalle más: esta ley decía que “no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer”. Pero ¿cómo podría tomarla para que fuera su mujer otra vez si él ya se hubiera vuelto a casar? Obviamente el “primer marido” se quedaba sin casar.

      D. Así, pues, los hermanos que enseñan que bajo la ley de Moisés, tanto el marido que repudió a su mujer, como la mujer misma, podían volverse a casar, están equivocados. La ley de Moisés no permitía tal cosa. Por el contrario, en cuanto a lo que la ley decía, ni el marido ni la mujer tenían libertad para volverse a casar. ¿Qué permitía la ley de Moisés? Deut. 24:1, le permitía repudiar a su mujer si encontró algo reprochable (vergonzosa) en ella.

      E. Pero la ley de Cristo es diferente. Mat. 19:9, “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”.

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