¿Es Ley de Cristo o Es Opinión Humana?

Introducción:

     A. todos los hermanos fieles, y espe­cialmente los predicadores, queremos ser estrictos y fuertes. Debemos enseñar mu­cho sobre la santidad y condenar la mundanalidad. La disciplina en la iglesia es muy importante.

     B. Pero es indispensable que se haga distinción entre la ley de Cristo y la opinión humana. Cristo es el único legis­lador (Sant. 4:12).

     C. Debemos predicar y enseñar las leyes de Cristo, contendiendo ardiente­mente por la fe una vez dada a los santos (Judas 3).

I. La Ley De Cristo. 

     A. Todo el mundo proclama, "La Biblia dice", y "La Biblia enseña", pero no todos usan bien la Palabra (2 Tim. 2:15). Muchos la tuercen (2 Ped. 3:16).         

     B. Debemos distinguir entre la ley de Cristo y la ley de Moisés; observar con cuidado el contexto (quién habla, a quién, cuándo); reconocer que había dones del Espíritu Santo en la iglesia primitiva que no fueron dados para la iglesia universal de todo siglo; etc. Es decir, estudiar la Biblia con inteligencia y con objetividad. No hay otro libro peor abusado que la Biblia.

     C. Cristo revela Su ley en cuatro maneras:

          1. Por medio de una declaración o afirmación clara. La mayoría de Sus en­señanzas se aprenden en esta forma. El y los apóstoles afirmaban muchas verdades y las encontramos en los 27 libros del Nuevo Testamento.

         2. Por medio de un mandamiento. Por ejemplo, dice con respecto a la cena del Señor, "Haced esto en memoria de mí" (1 Cor. 11:24). En Hech. 2:38 hay dos mandamientos claros: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados". Nos reunimos, oramos, cantamos, ofrendamos, enseñamos la Pa­labra y tomamos la cena porque se nos ha mandado hacerlo.

         3. Por medio de los ejemplos deja­dos por los apóstoles. Por ejemplo, Hech.14:23 dice que "constituyeron ancianos en cada iglesia". Esto nos enseña claramente que es ley de Dios que cada iglesia, por pequeña que sea, sea independiente de las demás en cuanto a su gobierno congrega­cional. En Hech. 20:7 "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para par­tir el pan, Pablo les enseñaba". Este texto nos hace saber que debemos participar de la cena del Señor el primer día de la se­mana (domingo).

        4. Por medio de la inferencia nece­saria. Una declaración o afirmación clara es enseñanza explícita, dicha en tantas y cuantas palabras. Pero lo que la Biblia en­seña implícitamente es de importancia igual, es la Palabra de Dios. Su voluntad se revela tanto por la enseñanza implícita como por la enseñanza explícita. Todos pueden entender la enseñanza implícita, pero se requiere más estudio.

             a. Toda la enseñanza de Cristo y Sus apóstoles que emplea lenguaje figurado (por ejemplo, las parábolas) es enseñanza por implicación, enseñanza implícita y no explícita. De tales enseñanzas inferimos la verdad.

             b. Hech. 15 es un ejemplo claro de aprender la voluntad de Dios en esta forma. V. 6, se reunieron para conocer; v. 7-11, Pedro habla de la conversión de Cornelio; v. 12, Pablo y Bernabé hablan de las señales hechas entre gentiles; v. 13, Jacobo da un resumen, cita al profeta Amós, y presenta una conclusión lógica: que la ley de Moisés no debe imponerse sobre conversos gentiles.

 c. Las señales implicaban una ver­dad, de que Cristo es el Hijo de Dios (Jn. 20:30,31), y que El estaba con los após­toles (Mar. 16:17-20).

     5. Por medio del silencio de las Es­crituras. 1 Ped. 4:11, "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios". Debemos hablar donde la Biblia habla y callar donde la Biblia calla. Rechazamos, pues, el instrumento de música en el culto, como también la "iglesia patrocinadora".

II. Rom. 14; 1 Cor. 8 Y 10:23-33 Explican Que También Hay Diversas Opiniones

Entre Los Hermanos.

     A. Rom. 14:1 "Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones". Las opiniones no deben estor­bar la comunión entre hermanos.

          1. El bautismo (la inmersión en agua para perdón de pecados para ser añadido a la iglesia del Señor), la cena del Señor y la ofrenda el primer día de la se­mana, el cantar sin instrumentos;  estas cosas sí afectan la comunión.  No son cuestiones de opinión.

2. Pero algunos comían legumbres y hacían caso de algún día que les era especial en días pasados; o rehusaban comer de carne que se había ofrecido a los ídolos. Estas cosas sí eran cuestiones de opinión (Rom. 14:1).

           3. Pablo dice: no contender sobre opiniones; no menospreciar ni juzgar el uno al otro, sino promover la unidad y paz (Rom. 14:19).

     B. ¿Por qué existen tantas diferen­cias de opinión?

            1. 1 Cor. 8:7 "algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina". No podían desasociar la carne que se ofreció a los ídolos de los ídolos mismos. Sus mentes estaban acondicionadas así durante mu­chos años.

            2. Las opiniones que tenemos no se basan solamente en nuestro estudio de

la Biblia, sino también en lo que estábamos "habituados" a pensar aun antes de

la con­versión, en la educación que recibimos o no recibimos, en la cultura y

ambiente en que nos criamos, y en las normas acepta­bles y no aceptables dentro

de nuestra cul­tura. A consecuencia de estas influencias, las opiniones de

muchos hermanos son el fruto no tanto de estudio bíblico objetivo, sino de su

"estudio" subjetivo. Leen la Biblia a través de lentes de prejuicio.

           3. Desde luego, algunos tienen opiniones fuertes porque han oído mucha

predicación y enseñanza sobre ellas. Si al­gún predicador enseña constante-

mente sobre alguna opinión, la iglesia la aceptará como ley de Cristo. Ha

habido mucha di­visión a causa de la promoción fuerte de opiniones.

III. Algunas Opiniones Discutidas Entre Hermanos.

     No debemos contender unos con otros sobre estas cosas. No debemos menospreciar ni juzgar el uno al otro. No es posible hacer ley con respecto a estas cosas, y deben dejarse en la

categoría de la opinión.

     A. ¿Jurar o no jurar ante algún tri­bunal civil? No hay ley que lo prohíba. Cristo condena el jurar a la ligera. Pero si algún hermano no quiere jurar nunca, él no debe ser menospreciado y él no debe juzgar a los que no están de acuerdo con él. Esta cuestión no debe causar contienda en la iglesia.

     B. ¿Resistir o no resistir? ¿Puede el cristiano defenderse si es asaltado? Algunos dicen que no. Si la conciencia de algún hermano no le permite defenderse, él no debe ser menospreciado; tampoco debe él condenar a los demás.

     C. ¿Ayunar o no ayunar? Algunos creen que los cristianos deben ayunar. ¿Qué

pues? que ayunen, que nadie les des­precie, y que ellos no juzguen a otros.

     D. ¿Segundas nupcias si se divorcia por causa de fornicación. Algunos dicen que

no. Dicen que se puede divorciar, pero que no se puede casar otra vez. Que se abstengan, pues, los que tienen esta duda, y que nadie les menosprecie, pero que no condenen a otros que no están de acuerdo con ellos.

           1. La ley de Cristo dice claramente en Mat. 19:9 que el que se divorcia de su

esposa no por causa de fornicación y se casa con otra adultera y que el que se casa con la mujer divorciada comete adulterio. Esta ley es explícita.

           2. Si se enseña que el fornicario queda libre para casarse otra vez, se hace burla de esta ley de Cristo.

           3. Pero el que enseña que el que di­vorcia a su esposa por fornicación no puede casarse otra vez tiene una opinión (escrúpulo, duda) que no debe imponer sobre otros. Si él quiere abstenerse, debemos respetar su conciencia; pero que él no juzgue a los demás, ni trate de im­poner su opinión sobre la iglesia.

     E. ¿Arrodillarse para orar? Algunos creen que es la única postura del cuerpo que refleja la humildad. Que los tales siempre oren arrodillados, pues, y no deben ser menospreciados. Pero que no condenen a los que no están de acuerdo.

     F. ¿Cubrir la cabeza o no? Algunos hermanos creen que la mujer debe cubrir su cabeza con velo, sombrero o algo para orar. Las hermanas que usan alguna cubierta deben ser respetadas y nunca menospreciadas; pero éstas no deben juzgar (condenar) a los que no están de acuerdo con ellas. En 1 Cor. 11:4,5 aparece la palabra "profetiza" que sig­nifica proclamar la Palabra bajo ins­piración del Espíritu Santo. Es imposible quitar esta palabra de este contexto, y por eso, es imposible establecer una ley uni­versal al respecto.

     G. ¿Cortar el cabello o no? 1 Cor. 11:14,15 no establece ley que prohíba que la mujer toque su cabello con tijeras, sino que “A la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso”; es se gloria femenina. El cabello le da apariencia femenina. “Al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello” si a él también le da apariencia femenina.

 Sin embargo, si alguna mujer nunca toca su cabello con tijeras, esta debe ser respetada, sólo  que ella no haga ley sobre ello para otras.

     H. ¿Matrimonio mixto? Algunos usan (mal) 2 Cor. 6:14 para prohibirlo. Si usan este texto, deben ser consecuentes y aplicar el v. 17 y separar a los que están en este "yugo desigual". Si el v. 14 se aplica, también el v. 17. Todos sabemos que es mucho mejor que los cristianos se casen con cristianos, pero 1 Cor. 7:2 dice que el matrimonio es para evitar la fornicación. Debemos tener mucho cuidado de no cancelar este texto para algunos. Hay mu­chos (mayormente hermanas) que sim­plemente no pueden casarse si son limi­tadas a compañeros cristianos. 1 Cor. 7:39, "en el Señor" no significa en este texto "en la

iglesia", sino "de acuerdo a la voluntad del Señor" (compárese Efes. 6:1; Col. 3:18, "como conviene en el Señor"; v. 20 "esto agrada al Señor", etc.).

     I. ¿Pueden las hermanas hablar en una clase bíblicas si hay varones presentes? 1 Cor. 14:33,34 se refiere a la congregación misma (v. 23, "toda la iglesia se reúne"); pero en una clase bíblica, si al­guna hermana no quiere participar, su conciencia debe ser respetada; pero que no se haga ley que prohíba que la mujer participe en un estudio informal.

     J. ¿Puede la mujer usar joyería y maquillaje? Los textos que hablan del atavío de la mujer (1 Tim. 2:9,10; 1 Ped. 3:1-4) enseñan la modestia y el pudor. Condenan la extravagancia. En los dos textos se habla de vestidos costosos (lujosos), pero ¿quién podrá fijar límites para las hermanas en cuanto a qué tanto pagar por un vestido? Algunos condenan aretes y todo oro y

no dicen nada de plata, ni de diamantes y otras piedras preciosas, ni de perfumes. Que las mujeres que quieran abstenerse de toda forma de jo­yería, perfume y Maquillaje, lo hagan, y no deben ser menospreciadas; pero que no condenen a las hermanas que modesta­mente emplean estas cosas.

     K. ¿Pantalón en la mujer? Desde luego, Pablo y Pedro no hablan del "pantalón", sino simplemente de ropa modesta y decorosa, pero es necesario aplicar los términos bíblicos a nuestras prácticas hoy en día.

     Muchas mujeres visten pantalones escandalosos que exhiben su cuerpo en forma provocativa. Hay estilos de jeans y otros que se ajustan al cuerpo como otra capa de piel; esos son condenables, porque  violan todos los requisitos de las palabras "modestia" y "pudor" (pero tam­bién hay muchos vestidos, faldas y blusas que hacen lo mismo).

     Sin embargo, no conviene establecer como ley de Cristo una prohibición terminante que prohíba el pantalón en la mujer. Hay muchas hermanas que no los usan, y deben ser respetadas y nunca menospre­ciadas, pero no conviene hacer una  ley prohibitiva que comprenda toda clase de pantalón, porque en algunas actividades--no solamente en los deportes, sino también en el trabajo-- el vestido en la mujer no es decente.

     L. ¿Control de la natalidad? Al­gunos hermanos dicen que es pecado, pero no pueden probarlo con la Biblia. Mucho cuidado con las opiniones que se convierten en leyes. Gén. 1:28 no dice cuántos hijos para cada familia.

     M. ¿Pecado no asistir el miércoles? Algunos enseñan que es pecado no asistir a las dos reuniones el domingo y la de miércoles. Todos predicamos acerca de la importancia de asistir fielmente, pero ¿hay ley en el Nuevo Testamento que requiera bajo pena de ser cortados de co­munión que todo miembro tiene que asis­tir a cada reunión y a cada clase arreglada por la congregación? Las opiniones de al­gunos hermanos llegan a ser muy fuertes, muy intensas y llegan a ser leyes que es­torban la unidad de la iglesia.


IV. Debe Ser Respetada La Libertad En Cristo De Cada Cristiano.

     A. 1 Cor. 7:23 "Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres". Aun los esclavos eran hombres libres en Cristo, y deberían sentirse tranquilos y contentos. El alma, la mente y voluntad de ellos estaba sujeta sólo a Cristo. Asimismo hoy día todo cristiano debe estar sujeto solamente a Cristo, y no a las opiniones de los hombres.

     B. No faltan hermanos que quieren reglamentar a los demás. Establecen su "régimen" (el conjunto de reglas, opi­niones de ellos) y se esfuerzan mucho por imponerlo sobre la iglesia. De esto han re­sultado muchas contiendas y hasta divisiones. No promueve la edificación, sino el sectarismo.

          1. Los jefes mormones prohíben el tomar café y Coca Cola, y celebran bailes. Su inconsecuencia no les acusa en abso­luto. Es su "régimen".

          2. El sacerdote romano tiene sus reglamentos que impone sobre sus feligreses. ¿Qué se puede decir del sis­tema católico de moralidad? ¿Qué tan efectivos son sus penitencias, rezos, pro­hibiciones, etc.?

          3. El pastor pentecostal tiene su lista de cosas prohibidas, especialmente para las damas. Le gusta ser muy impo­nente. Algunos son papas pequeños.

         4. Los "esclavos de la torre" tienen su cuota de libros, "Atalaya" y "Despertad" que deben vender, su cuota de horas que deben sonar puertas, etc. ¿Se debe insta­lar sistema semejante en la iglesia? ¿No daría buenos resultados?

         5. Los fariseos imponían muchos reglamentos con el propósito de santificar más

a la gente. Eran muy estrictos, muy exigentes. Pero también hipócritas.

         6. Dios quiere santidad, pero no quiere regimentación. Es posible que a al­gunos hermanos les gustaría que todos los miembros de alguna congregación llevaran uniformes como los niños en la escuela, que todos vistieran la misma ropa, que todas las hermanas arreglaran su cabello en la misma forma, etc.

         7. Pero esta "santidad" cambia siempre con el cambio de predicador o de otro líder fuerte. La pobre congregación practica una especie de "santidad" por un año o dos, y luego viene otro predicador y comienza a practicar otra clase de piedad, según los caprichos de los predicadores imponentes.

        8. Esta mentalidad lleva a la des­trucción. El caso de Jim Jones es raro y excepcional, pero es una realidad ya que unas 900 personas tomaron veneno cuando su jefe religioso así lo requirió. Fue el fruto maduro de la regimentación religiosa, y hay millones que son partida­rios de algún aspecto de ello.

     C. "Pero abusaran de su libertad".

           1. El temor de algunos hermanos es que si predicamos libremente sobre la libertad del cristiano, explicando que cada cristiano tiene que ejercer su propio juicio en la aplicación de muchos textos, ellos abusarán de la libertad.

          2. Es cierto. 1 Cor. 8:9 "Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles". Sin em­bargo, no por esto se les quitó.

          3. 1 Ped. 2:16 "como libres, pero no como los que tienen la libertad como

pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios".

     D. ¿Qué tan fuertes son los her­manos "fuertes" que son tan estrictos y quieren imponer sus opiniones sobre la iglesia? ¿Cuántos hermanos (predicadores entre nosotros) han predicado casi exha­lando lumbre para imponer leyes estrictas sobre las iglesias y ahora están totalmente en el mundo? Puedo nombrar cuatro o cinco sin reflexionar. ¿Qué tan fuertes eran en verdad? Estrictos, sí. ¿Fuertes? No. La triste verdad es que muchas veces sucede lo

mismo que en Rom. 14; las opiniones son "escrúpulos" o dudas de al­gún hermano, y ya que él tiene conciencia inquieta él quiere inquietar la conciencia de los demás hermanos también. Además, algunos parecen tener la enfermedad de Diótrefes (3 Jn. 9,10).

Conclusión:

     A. Debemos estudiar con mucho cuidado para distinguir entre lo que la Biblia dice y lo que los hombres dicen acerca de lo que la Biblia dice. A veces hay gran diferencia. Cuando predicamos debemos distinguir claramente entre lo que la Biblia dice y lo que decimos nosotros.

     B. Desde luego todo predicador sincero explicará sus convicciones sobre todo tema bíblico. Dirá a los hermanos lo que él piensa sobre toda cuestión. Pero debe estar muy seguro de lo que afirma cuando dice que "la Biblia enseña" tal o cual cosa.

     C. Sería difícil encontrar a dos predicadores que estén de acuerdo en to­das las cuestiones de opinión. Los her­manos más "estrictos" no están de acuerdo entre sí mismos. ¿Cómo pueden ser leyes de Cristo sus opiniones?

     D. Recuérdese: el plan bíblico es que en cuestiones de opinión, no menos preciemos ni juzguemos el uno al otro. Que cada uno esté plenamente con­vencido en su propia mente y sirva a Dios sinceramente, buscando la edificación y la comunión del hermano.

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