La abstinencia de la carne

      (En el periódico, "EL ECO", de McAllen, Texas, se publicó la siguiente carta de un sa­cerdote católico y la contestación mía que le siguió en la siguiente edición).

      "Sr. González:

      En 'EL ECO' fechado el día 16 abril, en la columna 'Por la Calle 17' usted pregunta por una explicación sobre el porque se come pescado en vez de carne los viernes. Primera­mente, me parece que su entendimiento, o al menos por su explicación de esa costumbre del viernes, no está correcto. Por sus palabras usted conduce uno a creer que pescado se debe comer en vez de carne. Eso es un error. El comer carne es prohibido, es verdad, pero no se obliga a comer pescado. Uno puede comer cualquier otra cosa que no sea carne. Yo, per­sonalmente, no me gusta el pescado y lo como de vez en cuando; y sin embargo yo no como carne. Se puede substituir fácilmente con huevos, queso o vegetales.

      "Esto trae otro asunto: ¿Por qué se pro­hibe comer carne? La Biblia nos dice: Colosenses 3:5 'Mortificad vuestros miembros terrenos'. San Lucas 9:23 'Si alguno quiere venir en pos de Mi niéguese a sí mismo, tome cada día su cruz y sígame'. De estas palabras de San Pablo y de nuestro Señor Jesucristo vemos claramente que penitencia y sacrificio es nece­sario para el bien de nuestras almas. Nosotros somos débiles e inconstantes, y dejados a sí mismos hiciéramos poquito o nada de mortifi­cación o penitencia. Así es que la Iglesia, como una buena Madre, nos manda de hacer peni­tencia por el bien de nuestras almas. Casi to­dos, con pocas excepciones, nos gusta comer carne en las comidas. Si nuestra Iglesia nos dice: 'El viernes se prohibe comer nabos,' ¿dónde está el sacrificio porque a la mayoría de la gente no les gusta los nabos. Pero en cambio a todos nos gusta la carne -- es la co­mida común. Así es que dejar de comer carne en un día particular es un sacrificio, penitencia. El día viernes fue elegido porque en ese día Cristo hizo el sacrificio más grande -- cuando El dio su consentimiento de ser crucificado por nosotros los pecadores. Por eso en honor de la Pasión y la Muerte de Nuestro Señor Jesucristo y para hacer sacrificio por el bien de nuestras almas inmortales, no comemos carne los viernes".

        -- El “Rev.” Padre Tomás Colón, O.M.I.

"Abstinencia De Carne"

      "En este periódico (mayo 1) salió una carta publicada en la columna, 'Respuestas Oportu­nas', por el Sr. Tomás Colón (no le llamamos 'Padre' porque Cristo lo prohibe, Mateo 23:9; ni 'Reverendo', porque tal exaltación de líderes religiosos es vana y nunca leemos de 'El Re­verendo Pablo' o 'El Reverendo Pedro'). En esta carta dos o tres cosas deben notarse:

      1. Col. 3:5 y Luc. 9:23 se usan para probar que debemos hacer sacrificio; los pasajes en­señan esto, pero la inferencia es que así con es­tos pasajes se establece la prohibición de comer carne. Col. 3:5, 'Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, malicia, mala concu­piscencia, y avaricia, que es idolatría:' Y no dice nada de no comer carne. ¡La cosa más rela­cionada con estos pecados sería el gran baile que se celebró después de la abstinencia de carne! Luc. 9:23 dice 'Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz cada día y sígame'. ¿Negarse en qué? ¿En no comer carne? No lo dice. Cristo nunca dio tal prohibición.

      2. Pero, ¿por qué introducir textos bíbli­cos? La razón sencilla dada en este artículo (la carta) se ve claramente: es la iglesia la que dirige en este asunto, y no la palabra de Cristo. ¡El cuerpo (la iglesia) ha llegado a ser la cabeza para legislar! Jesucristo, la cabeza (Efes. 1:22, 23) no ha legislado así; al contrario él dice por Pablo (para no decir 'El Reverendo Padre Pablo') 1 Tim. 4:1-4, 'Empero el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe, es­cuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios; Que con hipocresía hablarán men­tira, teniendo cauterizada la conciencia. Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios crió para que con acción de gracias participasen de ellas los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios crió es bueno, y nada hay que desechar, tomándose con acción de gracias:' Esto de prohibir casarse, y mandar abstenerse de comer carne es señal de la gran apostasía predicha por Pablo.

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