Mateo 6:9, Padre nuestro ... santificado sea tu nombre


Introducción.

          A. Mat. 6:9-13; Luc. 11:1-4. En estos textos Jesús nos enseña cómo orar. No era su propósito revelar una oración que debería ser memorizada y rezada (recitada) repetidas veces. (Mas bien esto es lo que estaba condenando, ver. 7). Esta verdad es obvia cuando se considera que estos dos textos ni siquiera son iguales; hubiera sido idéntica la oración en los dos textos si Jesús la hubiera entregado para ser rezada. La iglesia del primer siglo no rezaba el "Padre Nuestro".

          B. Los discípulos querían orar correctamente, y Jesús les dice, "Oraréis así". Dice que debemos orar "así'" (de esta manera), y entonces nos da un ejemplo de cómo orar correctamente. Algunos de los elementos principales de la oración aceptable son:
                   1. Alabar y exaltar al Padre.
                   2. Pedir que se haga su voluntad.
                   3. Pedir por su reino.
                   4. Pedir el pan de cada día (el sostén, 1 Tim. 6:8).
                   5. Pedir el perdón.
                   6. Pedir la dirección divina.
          C. Desde luego, hay otros textos que nos enseñan cómo orar: Juan 14:13; 16:26 nos enseñan que debemos orar en el nombre de Jesús; 1 Tim. 2:1,2 agrega detalles importantes; también 1 Tes. 5:17, Sant. 1:5; 5:16, etc. Aparte de instrucciones y mandamientos, hay buenos ejemplos que seguir.

I. "Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre".

          A. Los paganos no podían decir, "Padre Nuestro", porque los dioses paganos eran, según la imaginación de ellos, crueles, despóticos y caprichosos. No había relación padre-hijo con los dioses paganos y sus adoradores.

          B. Isa. 64:8, "Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros". Pero los dioses paganos, en lugar de haber formado a sus adoradores, fueron formados por ellos.

          C. "que estás en los cielos". Esta expresión habla de la majestad y grandeza de Dios; sirve para exaltarle. El es el único Dios que está en los cielos. Decimos esto, pues, para expresar gran reverencia. Desde luego, su presencia llena el universo, como dijo Salomón, cuando dedicó el templo, "He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?" (1 Reyes 8:27). Pero la palabra "cielos" es muy apropiada para expresar la exaltación de Dios.

          D. ¿Cómo es santificado su nombre? Es fácil decir esto sin pensar en lo que se dice. Al decir "Santificado sea tu nombre", pedimos que su nombre sea adorado, reverenciado, respetado y glorificado. (Recuérdese Mat. 5:34-37, el nombre de Dios no es santificado si nuestra palabra no vale o si tomamos en vano su nombre).

                   1. Su gran nombre es glorificado por el culto que le ofrecemos: los cantos, las oraciones, la predicación y los demás actos de culto.

                   2. Pero también es glorificado por nuestras vidas. "Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (1 Ped. 3:15).

                   3. Glorificamos a Dios cuando predicamos y practicamos la enseñanza del Sermón del Monte (por ejemplo, las bienaventuranzas, 5:1-12; buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, 6:33, etc.), y toda la enseñanza del Nuevo Testamento.

II. "Venga tu reino".

          A. 1 Crón. 29:11, dice David, "Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos".

          B. Mat. 3:2; 4:17, "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado". Así predicaron Juan y Jesús.

                   1. Mar. 9:1 "hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder". El reino iba a venir con poder.

                   2. Luc. 23:51, José de Arimatea, "esperaba el reino de Dios".

                   3. Luc. 24:49, los apóstoles recibirían poder. Hech. 1:5,8, el poder del Espíritu Santo. Ese poder vino el día de Pentecostés.

                   4. Por lo tanto, el reino vino el día de Pentecostés.

          C. ¿Qué es el reino? ¿Qué vino el día de Pentecostés? ¿Qué sucedió ese día?

                   1. Jesús ya había ofrecido su vida en la cruz por los pecados del mundo. De esa manera El compró su iglesia (Hech. 20:28); es decir, El pagó el precio de nuestra redención (1 Ped. 1:18) e hizo posible la salvación, el perdón de pecados. Pedro y los apóstoles explicaron este plan de salvación el día de Pentecostés, y tres mil almas obedecieron al evangelio (Hech. 2:37-41).

                   2. Estas personas fueron trasladadas al reino de Cristo (Col. 1:12, 13).

                   3. Fueron bautizados en un cuerpo, 1 Cor. 12:13.

                   4. Jesús había dicho, "Edificaré mi iglesia" (Mat. 16:18). ¿Qué es su iglesia? ¿Cuándo la edificó? La palabra "iglesia" significa los "llamados", los que son llamados por el evangelio (2 Tes. 2:14). Son simplemente los salvos. Los primeros que fueron salvos por el evangelio predicado por los apóstoles fueron los tres mil en el día de Pentecostés.

                   5. Los términos "reino", "iglesia", "cuerpo", "rebaño", etc. todos se refieren a la misma cosa. La palabra "reino" significa "poder, autoridad", y también el "imperio" de Dios, o sea, los súbditos o ciudadanos del reino. Col. 1:13 lo indica claramente.

                   6. Si la iglesia no es el reino, entonces los milenarios (premilenialistas) tienen razón al decir que el reino todavía no se ha establecido. Pero recuérdese: (a) el reino y la iglesia se establecieron el mismo día; (b) tienen la misma cabeza; (c) tienen las mismas condiciones de entrada; (d) la cena del Señor está en la iglesia y está en el reino; y (e) todas las enseñanzas del Nuevo Testamento son para la iglesia y también son para los ciudadanos del reino.

                   7. Si los miembros de la iglesia no son los ciudadanos del reino, ¿quiénes son los ciudadanos del reino? Si los miembros de la iglesia no están en el reino, ¿quiénes están en el reino?

                   8. Hay un solo cuerpo (Efes. 4:4), pero si la iglesia no es el reino, y el reino no es la iglesia, y si el reino ya se ha establecido, entonces hay dos cuerpos. Esta conclusión es ineludible. La implicación y consecuencia de la enseñanza de los que dicen que la iglesia no es el reino es que en realidad hay dos cuerpos.

                   9. 2 Sam. 7:12, 13, el "linaje" de David (Cristo) "edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su REINO". La casa de Dios es la iglesia (1 Tim. 3:15), pero el profeta habló con David de su trono en su casa o reino. Además el ángel dijo a María, "Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre". Hech. 2:29-30, David sabía que Dios levantaría al Cristo para que se sentase en su trono. Así dijo Pedro en su sermón el día de Pentecostés. En ese mismo día Jesús estaba sobre el trono de David y en ese mismo día edificó su casa, su iglesia según la profecía de 2 Sam. 7:13 y Mat. 16:18.

                   10. Los que dicen que la iglesia no es el reino de Mat. 3:2; Mar. 9:1; Col. 1:13 son compañeros de doctrina de los milenarios. Los dos minimizan la bendita iglesia del Señor Jesús, diciendo que no es el reino de Cristo.

III. "Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra".


          A. Primero, es necesario aprender la voluntad de Dios por el estudio y por la experiencia. Rom. 12:2 "para que comprobéis (por la experiencia) cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". Mat. 7:21; 12:50. Los salvos son los que hacen la voluntad de Dios. Jn. 6:44,45, Todos serán enseñados de Dios. Mat. 28:19, el evangelio (la voluntad de Dios) fue predicado a todas las naciones. Hechos de los Apóstoles nos dice que los apóstoles llevaron a cabo esa comisión. Efes. 5:17 dice, "no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor". La persona que dice, "Hágase tu voluntad" cuando no le gusta estudiar la Biblia, ni la lee, ni asiste a las clases bíblicas hace burla de esta oración.

          B. ¿Cuál es la voluntad de Dios para nosotros? 1 Tes. 4:3 "pues la voluntad de Dios es vuestra santificación". Debemos apartarnos de todo mal. Debemos limpiar el corazón (la mente, voluntad, emociones) y presentar el cuerpo como sacrificio vivo al Señor (Rom. 12:1), para ser transformados a la imagen de Cristo (Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18; Gál. 4:19).

          C. Los que hacen esta oración deben obedecer al evangelio y cumplir la voluntad de Dios. ¿Qué nos aprovecha orar, "hágase tu voluntad" si no la queremos hacer nosotros? Esta oración significa que estamos sumisos a Dios.

          D. Entonces, si estamos haciendo la voluntad, debemos enseñar, amonestar y exhortar a otros para que hagan lo mismo. Debemos "cooperar" con la oración.

          E. "como en el cielo". Véase Apoc. 4.

Preguntas sobre Mateo 6:9

          1. Según Luc. 11:1 ¿qué pidieron los discípulos?

          2. Mat. 6:9-13 y Luc. 11:2-4 registran la llamada "Oración del Señor" (el "Padre Nuestro"). ¿Son idénticos los dos textos?

          3. ¿Enseñó Jesús que esta oración debe ser memorizada y rezada?

          4. ¿De dónde vino la idea de aprender rezar (recitar oraciones)?

          5. Esta oración fue dada para enseñarnos cómo orar. ¿Qué aprendemos acerca de cómo orar de los siguientes textos: Jn. 14:13; 1 Tim. 2:1,2; 1 Tes. 5:17?

          6. ¿Decían los paganos "Padre Nuestro"?

          7. ¿Está Dios solamente en "los cielos"?

          8. ¿Qué significa la expresión, "Santificado sea tu nombre"?

          9. ¿Cómo es santificado el nombre de Dios?

          10. ¿Qué dijo Juan y Jesús acerca del reino en Mat. 3:2; 4:17?

          11. ¿Fue establecido el reino antes de morir Jesús?

          12. ¿Qué aprendemos de Mar. 9:1 y Luc. 23:51 acerca del reino?

          13. ¿Cuándo "vino" (fue establecido) el reino?

          14. ¿Cuándo fue establecida la iglesia?

          15. Dios dijo que el linaje de David (Cristo) "edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino". ¿Qué es la casa de Dios según 1 Tim. 3:15?

          16. Si oramos, "Hágase tu voluntad", ¿qué debemos hacer?

          17. ¿Quiénes serán salvos? Mat. 7:21; 12:50.

          18. ¿Cómo se hace la voluntad de Dios en el cielo?


Mateo 6:11, Danos el pan de cada día"


I. "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy".

          A. La palabra "pan" es palabra genérica y significa lo necesario para sostener la vida física, Gén. 3:19. Es correcto y necesario pedirlo.

          B. "de cada día". Los israelitas recogían cada mañana el maná (el sexto día recogían para dos días). Cada noche al acostarse no tenían comida para otro día. Cuando algunos lo guardaron de un día para otro, crió gusanos y hedió. Se acostaban cada noche durante cuarenta años (Ex. 16:35), totalmente dependientes de Dios para el sostén del siguiente día. Deut. 8:3, 4 "te sustentó con maná ... para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre", es decir, por la voluntad de Dios. Jesús citó este texto (Mat. 4:4), indicando que El no dependía de pan para vivir, pues Dios podía sostenerle con o sin comida. El punto es que todos somos totalmente dependientes de Dios.

II. ¿Cómo podemos pedir el pan de cada día cuando ya tenemos comida almacenada para una semana o para un mes (o más)?

          A. El tener una cantidad de alimento en casa no es garantía de nada. Lo que se haya acumulado se puede destruir de un momento a otro en muchas formas, ver. 19.

          B. Muchos tienen dinero, educación, buen empleo, ahorros, inversiones, etc., pero no hay nada de seguridad en tales cosas. Vivimos porque Dios lo quiere y lo permite. Sin El no hay vida (Hech. 17:25). Debemos poner toda la confianza en El en lugar de ponerla en causas secundarias.

III. "Dánoslo hoy". ¿Cómo puede el hombre decir "dame el pan" cuando tiene que trabajar y ganar su pan con el sudor del rostro?

          A. Porque por más que el hombre trabaje, él solo nunca podría mantenerse. Dios pone los medios. El hace que el sol salga, que la lluvia caiga y que la tierra fructifique. Mat. 5:45; Hech. 14:17; 17:25, 28.

          B. El hombre tiene que trabajar (Efes. 4:28; 2 Tes. 3:10), pero antes de trabajar debe pedir "Danos hoy nuestro pan" y antes de comer debe dar gracias. Tenemos que cooperar con la oración. (Así es cuando pedimos la sanidad: Dios sí sana pero tenemos que hacer nuestra parte, buscando la ayuda de médicos y medicina, que también son bendiciones de Dios.)

          C. ¡Cuán agradecidos debemos estar por sus grandes bendiciones! No conviene pedir el pan de hoy si no estamos agradecidos por el pan de ayer.

          D. Debemos siempre estar contentos. 1 Tim. 6:8, "Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto". Heb. 13:5,6, "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre". Fil. 4:11, "he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación" (así dijo Pablo cuando estaba preso en Roma).

IV. Debemos ser sabios administradores de estos beneficios, practicando la frugalidad y sobriedad.

          A. Jn. 6:12, 13, Jesús alimentó a los cinco mil, "Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada".

          B. No debemos malgastar nada. Uno de los pecados del "Hijo Pródigo" se describe en Luc. 15:14, "Y cuando todo lo hubo malgastado". También Luc. 16:1 habla del "hombre rico que tenía un mayordomo que fue acusado ante él como disipador de sus bienes". Dios nos da ciertos "talentos" (Mat. 25:14), tanto materiales como espirituales, y con estos debemos servirle, sin malgastarlos. Por lo contrario, debemos "negociar" (ver. 16) con ellos para que sean multiplicados en su servicio, para su gloria, y para avanzar su obra.

          C. Muchas personas (hasta hermanos) sufren mucho por no trabajar diligentemente, por no cuidar su empleo o su negocio, y por no administrar bien lo que ganan. Además malgastan dinero especialmente en los niños, dándoles con exceso tantas cosas que piden (por ejemplo, juguetes, diversiones), y aun cosas que perjudican su salud (exceso de dulces, refrescos, fritos, etc.). Todo esto cuesta, y a mucha gente no les queda a ellos dinero para cosas más básicas (por ejemplo, para atención médica).

          D. También es necesario evitar todo aspecto de avaricia. Dios nos bendice no solamente para que vivamos y proveamos por los nuestros (1 Tim. 5:8), sino también para beneficiar a otros (Ef. 4:28). Debemos estar siempre preocupados por otros, y no pensar solamente en nuestras propias necesidades. (Desde luego, primero que todo, debemos apartar nuestra ofrenda, 1 Cor. 16:1, 2; 2 Cor. 9:7).

Conclusión:

          A. Pedimos el pan porque todo proviene de Dios (Sant. 1:17). El nos da vida y salud y hace que la tierra produzca para mantenernos.

          B. Pedimos solamente el pan de cada día. No pedimos el pan para mañana (no debemos preocuparnos por el día de mañana, ver. 34). Prov. 30:8, 9 es una oración muy apropiada: "No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios".

          C. Entonces cooperemos con la oración: "que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente, para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada" (1 Tes. 4:11, 12).


          D. Demos gracias a Dios, reconociendo que aunque trabajemos por el pan, de todas maneras es don de Dios, porque sin El nadie vive.

          E. Cuidemos lo que El nos da, no malgastando. Seamos sabios mayordomos.

          F. Nos preocupemos por otros. No vivamos solamente para mantener nuestras propias vidas, sino para ser útiles al Señor (2 Tim. 2:21).

Preguntas sobre Mateo 6:11

          1. ¿Para cuánto tiempo era la porción de maná que Dios dio a los israelitas? (Ex. 16:19-22).

          2. Según Deut. 8:3, 4 ¿por qué Dios les alimentaba así?

          3. ¿Debemos pedir el pan de cada día si ya tenemos comida almacenada para una semana o más? Véase Mat. 6:19.

          4. La mayoría de la gente no pide a Dios el pan de cada día. ¿En qué cosas confían?

          5. ¿Debe el hombre decir "Dame" el pan aunque tenga que ganar su pan con el sudor de su frente?

          6. Nómbrense las tres ocasiones cuando Jesús dio gracias por el pan.

          7. ¿Qué textos nos enseñan que debemos estar contentos con lo que tenemos?

          8. ¿Qué nos enseña Jesús en Juan 6:12, 13 acerca del alimento?

          9. Nómbrense varias maneras de malgastar lo que Dios nos da.

          10. Debemos trabajar para suplir las necesidades de la familia y ¿con qué otro propósito según Efes. 4:28?

          11. ¿Qué pidió Agur en Prov. 30:8, 9?


Al Estudio Anterior: Mateo 6:5-8, Orar con sinceridad
Sermones Index
Al Siguiente Estudio: Mateo 6:12, Perdónanos nuestras deudas, como también perdonamos a nuestros deudores