Mateo 7:24-29, El sabio pone en práctica el sermón del monte


I. La importancia de oír. "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras".

          A. Mat. 13:9, "El que tiene oídos para oir, oiga". Mar. 4:24, "Mirad lo que oís". Luc. 8:18, "Mirad cómo oís".

          B. Rom. 10:17, "Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios". Por lo tanto, es sumamente importante oír las palabras de Cristo. Muchísimas personas no las oyen. La Biblia para ellos es libro desconocido, es un libro cerrado. La Biblia ni siquiera se encuentra en muchos hogares, y en muchos otros es puro ornamento. Los humanistas hacen burla de estas enseñanzas para destruir todo aspecto de la moralidad bíblica para promover el libertinaje.

          C. Entre los que oyen estas palabras, hay cuatro clases de oyentes (Mat. 13:3-9, 18-23). Esta parábola indica que la mayoría de los oyentes no aprovechan las grandes bendiciones que Jesús ofrece.

II. Y las pone en práctica (La Biblia de las Américas).

          A. Es una gran bendición oír la palabra de Cristo, pero no basta con solamente oír.

          B. Muchos están contentos con solamente oír la palabra y leerla. Existe una actitud muy peligrosa con respecto a oír la palabra. Muchas personas leen la Biblia, permiten que se les presente estudios bíblicos, y aun asisten a las reuniones. Pero hasta allí llegan. Dicen que reciben una gran bendición porque leen y oyen la palabra. Se sienten muy contentos, muy bendecidos por hacerlo. Después de oír una lección dicen, ¡Qué bonito fue el sermón! ¡Me gustó mucho! No dejan de aplaudir al maestro o predicador, pero creen que basta con solamente oír.

          C. "La gente se admiraba". La gente que escuchó el Sermón del Monte se admiraba de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Reconocieron que Jesús no decía, "Así dice el Rabí Hillel", o "Así dice el Rabí Shammai", etc., sino que dijo, "Pero yo os digo". La palabra ekplesso, traducida "admirarse", es palabra fuerte. "De ek, fuera de, plesso, golpear, lit., golpear afuera, significa estar sumamente chocado en la propia mente de uno, estar atónito". Es semejante a la expresión "sacar de las casillas". Quedaron boquiabiertos.

          D. Pero ¿cuántos de ellos ponían en práctica este sermón? Es lo que Jesús buscaba y busca. El no busca personas que simplemente "se admiren" de El y de su doctrina. El no vino al mundo para exhibir su talento y capacidad como el Maestro de maestros. El busca el verdadero discipulado.

          E. Las palabras importantes son hacer, obedecer, poner en práctica. Esto es lo que El busca. Véanse Mat. 6:10; 7:21, 24; 12:50; Luc. 6:46; 11:28; Jn. 7:17; Rom. 2:13; 1 Jn. 3:7, etc.

          F. ¿Poner en práctica que cosa? "Estas palabras", el Sermón del Monte, y, desde luego, por extensión, todas sus enseñanzas.

III. El hombre sabio (prudente) es el que pone en práctica estas enseñanzas.

          A. Hay muchos "sabios" que no son sabios. Job 32:9, "No siempre los grandes son sabios" (VM). Los de años avanzados deben ser sabios, pero la mayoría de ellos ni siquiera obedecen al evangelio. El mundo ha sido bendecido por hombres muy sabios en su campo de estudio (científicos, médicos, matemáticos, etc.), pero esto no necesariamente significa esto que los tales poseen la sabiduría verdadera. Se cree a veces que si alguno de éstos habla sobre asuntos religiosos, deben escucharse con mucho respeto. Pero, por lo contrario, "el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría" (1 Cor. 1:21). "Profesando ser sabios, se hicieron necios" (Rom. 1:22). Hay muchísimos profesores que no son nada sabios en el sentido de Mat. 7:24, sino más bien se identifican con los insensatos del texto.

          B. La Biblia habla mucho acerca de la sabiduría verdadera.

                   1. Prov. 9:10, "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia".

                   2. Prov. 9:8,9, "No reprendas al escarnecedor, para que no te aborreza; Corrige al sabio, y te amará". Es precisamente lo que Jesús hace en el Sermón del Monte, nos corrige, quiere cambiarnos. El sabio acepta la corrección.

                   3. Prov. 9:9, "Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber". Así dice Pablo (2 Tim. 3:15), "desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús".

                   4. Los sabios son los que siempre están preparados. Mat. 25:1-13, las cinco vírgenes prudentes o sabias eran las que estaban preparadas. Los sabios están preparados y listos para la venida del Señor (o para la muerte). No es "sabio" posponer esta preparación.

          C. Debemos mostrar la sabiduría en la conducta. Sant. 3:13, "¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre". Es exactamente lo que Jesús dice en Mat. 7:24; es necesario poner en práctica estas enseñanzas para ser sabio. Léase Santiago 3:13-18, un buen comentario sobre la necesidad de poner en práctica el Sermón de Monte: "Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica". Estos no son sabios porque no ponen en práctica las bienaventuranzas (no son misericordiosos, no son de limpio corazón, no son pacificadores, etc.); tampoco practican Mat. 5:21-24. Sant. 3:16,17, "Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía". Este texto suena como comentario sobre Mat. 5:38-48. Santiago dice la misma cosa que Jesús en Mat. 7:24, los únicos sabios son los que siguen la sabiduría "que es de lo alto" y ponen en práctica las hermosas enseñanzas del Sermón del Monte. La conducta del sabio muestra la divina sabiduría que dirige su vida.

          D. Los sabios no tropezarán. Prov. 4:10-13, "Oye, hijo mío, recibe mis palabras, y muchos serán los años de tu vida. Por el camino de la sabiduría te he conducido, por sendas de rectitud te he guiado. Cuando andes, tus pasos no serán obstruidos, y si corres, no tropezarás. Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, porque ella es tu vida" (BAS). ¡Es la pura verdad! ¡Es consejo práctico! La práctica del Sermón del Monte evitará y eliminará muchísimos problemas en esta vida, problemas en el hogar, problemas en la iglesia, y aun problemas con los del mundo. Es una conducta sana y noble, digna de aceptación entre todos. Es una vida de sinceridad y de conducta honrada. También es una vida de visión clara y una vida sin afán. Estas palabras de Jesús nos traen pura bendición, ¡bendiciones inefables!

IV. Los dos fundamentos (cimientos).

          A. La casa de esta ilustración es la vida, el carácter, la preparación.

          B. El sabio o prudente, el que pone en práctica las palabras de Jesús, "cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca" (Luc. 6:48), un fundamento firme y duradero. 1 Jn. 2:17, "el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". Prov. 12:7, "la casa de los justos permanecerá firme".

          C. El insensato, el que no pone en práctica estas enseñanzas, "edificó su casa sobre la arena".

V. Vienen las pruebas de la vida.

          A. Descendió lluvia, vinieron ríos (los torrentes, una inundación) y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra (azotaron) las dos casas. Este lenguaje indica fuertes pruebas. Todos son azotados y sacudidos por contratiempos, problemas, dificultades, aflicciones, tribulaciones de toda clase. La vida es una prueba. Es una disciplina, una escuela de preparación.

          B. Los que ponen en práctica las enseñanzas de Jesús aguantan y soportan todas las pruebas de la vida, los demás no. El obedecer o no obedecer es el fundamento, la base, de la vida. Determina todo el curso de la vida.

          C. ¿En qué sentido somos probados? Pensando en el contexto, o sea, en el mismo Sermón del Monte, considérense los siguientes pensamientos:

                   1. La prueba del carácter. El carácter de todos se sujeta a duras pruebas todos los días, en el hogar, en el trabajo, en la escuela, y en todas las relaciones y actividades de la vida. Las tentaciones y pruebas, como tormentas violentas, nos azotan y atacan los cimientos de la vida. Los vientos y las inundaciones que nos sacuden y azotan prueban y manifiestan la clase de fundamento que escogimos para nuestra casa. Pero el carácter desarrollado y afinado por las bienaventuranzas y las demás enseñanzas del Sermón del Monte soporta todo ataque contra el alma. Esta "casa" resiste porque está cimentada sobre la Roca que es Cristo.

                   2. La influencia está probada (Mat. 5:13-16). Nuestra influencia es probada todos los días. ¿Somos en verdad la sal de la tierra, la luz del mundo? El fundamento determina esto. La obediencia es el fundamento sólido que produce la buena influencia. La falta de obediencia destruye la influencia.

                   3. La prueba de nuestra relación con otros (Mat. 5:21-48). Los que no practican las enseñanzas de Jesús hacen las obras de la carne (Gál. 5:19-21). Los problemas y conflictos de la vida solamente producen odio, amargura y pleitos entre hombres. La casa de estos es azotada por los vientos y ríos de pasiones humanas y cae. Pero los que ponen en práctica las enseñanzas de Jesús llevan el fruto del Espíritu (Gál. 5:22,23).

                   4. La prueba de la confianza. (Mat. 6:19-34; 7:7-11). ¿Confiamos en Dios o en las cosas materiales? ¿A cuál de los dos servimos? ¿Nos preocupamos (nos afanamos) por las cosas materiales o por los asuntos del reino? Todos son probados en este sentido todos los días. Job 14:1, 2, "El hombre, nacido de mujer, corto de días y lleno de turbaciones, como una flor brota y se marchita, y como una sombra huye y no permanece" (BAS). La vida está llena de problemas serios. Hay enfermedades, aflicciones, pérdidas, quiebras, desempleo, revoluciones y toda clase de "turbaciones". ¿En quién o en qué confiaremos? ¿Adónde iremos para buscar ayuda y apoyo? Así somos probados. ¿Resistirá la casa o caerá?

          5. De esta manera nuestra casa (vida) es probada con respecto a todas las enseñanzas de Jesús. Seguimos en pie si las obedecemos, caemos si no.

Conclusión.

          A. Por lo tanto, los que no ponen en práctica estas palabras no son sabios, sino insensatos. Por educados que sean son insensatos. Construyen su casa como casa de verano en lugares placenteros pero sin tomar en cuenta las pruebas de la vida.

          B. Job 8:13-15, "Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; y la esperanza del impío perecerá; porque su esperanza será cortada, y su confianza es tela de araña. Se apoyará él

en su casa, mas no permanecerá ella en pie; se asirá de ella, mas no resistirá".

          C. Prov. 10:25, "Como pasa el torbellino, así el malo no permanece; mas el justo permanece para siempre". (Véase 1 Jn. 2:17).

Preguntas sobre Mateo 7:24-29

          1. Jesús habla de los que "oyen" estas palabras. Estúdiense los siguientes textos para recordar la importancia de oir la palabra: Mat. 13:9; Mar. 4:24; Luc. 8:18; Rom. 10:17.

          2. En la parábola de Mat. 13:3-9, 18-23 nómbrense las cuatro clase de oyentes.

          3. ¿Por qué se contentan muchas personas con solamente oír?

          4. ¿Por qué se admiraba la gente de la enseñanza de Jesús?

          5. Estúdiense los siguientes textos que hablan de hacer la voluntad de Dios: Mat. 6:10; 7:21,24; 12:50; Luc. 6:46; 11:28; Jn. 7:17; Rom. 2:13; 1 Jn. 3:7.

          6. ¿Por qué no son sabios tantos hombres que son sabios según el mundo?

          7. Según Prov. 9:10, ¿cuál es el principio de la sabiduría?

          8. Según Prov. 9:8, 9 ¿cuál es la diferencia entre el sabio y otros?

          9. ¿Cuál es la lección principal en la parábola de las diez vírgenes? Mat. 25:1-13.

          10. Estúdiese Sant. 3:13-18 y explíquese cómo el cristiano muestra la sabiduría que es de lo alto.

          11. Jesús habla de los sabios cuya casa permanecerá. ¿Qué promesa hay para el sabio en Prov. 4:10-13?

          12. Descríbase cómo son probadas las casas del sabio y del insensato. Compárese también Luc. 6:48.

          13. Nómbrense varias pruebas de la vida, y explíquese cómo la obediencia a las enseñanzas del Sermón del Monte nos ayuda a resistirlas.

 

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