Columna y baluarte de la verdad

1 Tim. 3:15

Introducción.

            A. Pablo escribe esta carta para que sepamos cómo conducirnos en la casa de Dios.

            B. Para reforzar su enseñanza y para enfatizar la responsabilidad de los evangelistas, ancianos, diáconos, y todos los santos, él se refiere a la iglesia como la casa de del Dios vivo, y como columna y baluarte (sostén, LBLA) de la verdad.

            C. La palabra verdad se refiere al Nuevo Testamento, el evangelio de Cristo. No tiene nada que ver con los decretos de los concilios de la Iglesia Católica Romana, ni con los credos, “confesiones de la fe”, etc. de las varias denominaciones.

I.  Definición e ilustración de columna.

            A. La definición de columna por Larousse: “Pilar cilíndrico, con base y capitel, que sostiene un edificio … Fig. Apoyo, sostén”.

            B. Dios sostiene y controla el universo. Job 9:6. “El remueve la tierra de su lugar,  Y hace temblar sus columnas”. Sal. 75:3, “Se arruinaban la tierra y sus moradores;  Yo sostengo sus columnas”.

            C. Columnas literales:

                        1 Había columnas, macizas y hermosas, en el templo de Salomón. 1 Reyes 7:21, “Estas columnas erigió en el pórtico del templo”.

                        2. Jueces 16:23-30. Sansón echó su peso sobre las columnas del templo de Dagón, el dios de los filisteos, y se derrumbó el templo. “Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida”. Esto bien ilustra la importancia de las columnas.

                        3. En Efeso (1:3) las columnas sostenían el famoso templo de Diana, la mayor gloria de los efesios (Hech. 19:28).

            D. “Fig. Apoyo, sostén”.

                        1. Gál. 2:9, “Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas”.

                        2. Apoc. 3:12, “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios”.

II. Pablo no quiere decir que la verdad procede de la iglesia.

            A. La iglesia no es la fuente de la verdad. En esto está muy errada la Iglesia Católica Romana, pues piensa que la iglesia misma revela la verdad. Habla de “la voz viva de la iglesia viva”. En realidad, en lugar de ser la fuente de la verdad, la Iglesia Católica Romana es la iglesia apóstata. En esta misma carta (4:1-5), Pablo describe dos aspectos de la apostasía: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;  2  por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,  3  prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó”. Pablo habla de esta apostasía también en 2 Tes. 2:1-12.

            B. La verdad no es la palabra de la iglesia, sino la palabra de Dios. 2 Tim. 3:16, 17; 2 Ped. 1:20, 21. El único fundamento verdadero de la iglesia es Cristo (1 Cor. 3:11). Como dice Pablo (Efes. 2:20), “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Así, pues, la iglesia apoya la verdad, pero al mismo tiempo depende de la verdad.

            C. Además, la iglesia no puede cambiar o modificar la verdad. Apoc. 22:18, 19.

                        1. Muchos creen que la verdad que fue revelada en el primer siglo tiene que modificarse para los tiempos modernos, pero la iglesia no debe cambiar o modificar lo que Dios reveló.

                        2. La verdad que la gente necesitaba en el primer siglo es la misma verdad que la gente de este siglo necesita, y es la verdad que se necesitará hasta el fin del mundo.

            D. El papel de la iglesia es apoyar la verdad revelada por Dios.

III. ¿Cómo es la iglesia columna y apoyo de la verdad?

            A. La iglesia está compuesta de los que oyen y obedecen la verdad. Hech. 2:37-47.

            B. La palabra (la verdad) mora en los que componen la iglesia. Col. 3:16, “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros”.

            C. Los que componen la iglesia son luminares, asidos de la palabra. Fil. 2:15, “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;  16  asidos de la palabra de vida”. De la manera que se levantan las estatuas de los hombres famosos sobre columnas, así también se levanta la verdad en alto sobre una columna (la iglesia), para que todos la puedan ver, aun de lejos.

            D. La iglesia exhíbe a las huestes celestiales la multiforme sabiduría de Dios, Efes. 3:10.

            E. La iglesia predica la verdad a todo el mundo. 1 Tes. 1:8, “Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada”.

            F. La iglesia usa bien la verdad. 2 Tim. 2:15.

            G. La iglesia defiende la verdad. Fil. 1:16; Judas 3. Desde luego, Pablo habla de la iglesia verdadera. El no reconoce a ninguna iglesia que no apoye la verdad de Cristo.

            H. La iglesia debe conservar la verdad. 2 Tim. 1:13, “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús”. Los santos son conservadores de la verdad.

IV. La iglesia fiel siempre ha sido columna y baluarte para defender la verdad contra errores populares.

            A. Los judaizantes querían convertir la iglesia en otra secta de los judíos (fariseos, saduceos, herodianos, esenios, etc.), todas las cuales han perecido. Hech. 15:1-5.

            B. Los gnósticos querían convertir la iglesia en una sociedad de filósofos griegos. Col. 2:8; 1 Jn. 2:20; 4:1-4.

            C. Los concilios católicos,  los credos protestantes, el Libro de Mormón, los escritos de los testigos del Atalaya, etc. han querido acabar con la iglesia verdadera, pues en lugar de apoyar la verdad, estas organizaciones religiosas han querido sepultarla.

            D. En el siglo pasado, los proponentes de la Sociedad Misionera querían convertir la iglesia en otra secta.

            E. En el siglo XX:

                        1. Algunos hermanos predican que, al volver Cristo, establecerá su reino para reinar mil años sobre la tierra, aunque la Biblia enseña claramente que el reino de Cristo es la iglesia, y aunque Cristo dijo claramente que su reino no es de este mundo (Jn. 18:36).

                        2. Algunos hermanos han querido duplicar la sociedad misionera, nada más dándole el nombre “iglesia patrocinadora”. Centralizan los fondos de cientos (o miles) de iglesias en la “iglesia patrocinadora” para hacer obras de evangelismo, de edificación o de benevolencia. De esta manera, en lugar de apoyar la verdad de la autonomía de cada congregación, la niegan.

                        3. Algunos hermanos han establecido instituciones de toda clase (escuelas, clínicas, etc.) para que éstas hagan la obra de la iglesia. La mayoría de las iglesias de Cristo se han llevado con estas digresiones. En lugar de apoyar la verdad, se han apartado de ella. Estos hermanos promueven el evangelio social; es decir, enfatizan las necesidades físicas y sociales de la gente. Aun tienen sus llamados “misioneros médicos” y toda clase de personal para tales actividades.

                        4. Estos mismos hermanos enfatizan también la necesidad de actividades sociales. Comenzaron con comidas y cenas sociales en el sitio de reunión, y pronto comenzaron a construir salones especiales para comidas y cenas, fiestas de cumpleaños y fiestas de toda clase “como tienen todas las naciones” (1 Sam. 8:5). Las iglesias de Cristo de Estados Unidos han gastado millones de dólares para entretener a los miembros y visitantes. Para ser como “las naciones” que les rodean han construido cocinas, comedores, gimnasios, etc. Ponen el rótulo “Centro familiar” en estos salones, y animan a los miembros y visitantes a aprovechar estas facilidades para la diversión y actividades sociales de todos los miembros de sus familias.

                        5. Las iglesias de Cristo, que de tantas maneras imitaban a las sectas, han comenzado a tener cada vez más comunión con esas mismas sectas.

                        6. Muchos hermanos abogan por la llamada “Nueva hermenéutica”, pues niegan que Dios revela su voluntad por medio del ejemplo aprobado y la enseñanza implícita.

                        7. Algunos aun insisten en que la mujer debe hacer el papel de liderazgo.

                        8. Algunos hermanos, que profesan ser conservadores, han rechazado la enseñanza de Cristo sobre el divorcio y segundas nupcias, inventando “doctrinas diversas y extrañas” (Heb. 13:9) acerca del significado de los términos bíblicos (aun de la palabra adulterio, Mat. 5:32; 19:9, diciendo que este pecado no se comete en cama, sino que sólo significa los dos pasos legales de repudiar y volverse a casar). Ultimamente han salido con la enseñanza de que hay un solo pacto en toda la Biblia, para borrar la distinción entre la ley de Moisés y la de Cristo sobre el divorcio y segundas nupcias.

                        9. Algunos hermanos, que profesan ser conservadores, han tergiversado Fil. 2:7, afirmado que, al venir Cristo a la tierra, se despojó a sí mismo de sus atributos divinos (después de algún tiempo cambiaron y ahora dicen que los tenía pero que no los usaba). Dicen que no tenía autoridad inherente, ni poder inherente; es decir, que al perdonar pecados no lo hizo por su propia autoridad, y que en cuanto al poder de hacer milagros, El era igual a los apóstoles.

                        10. Algunos hermanos, que profesan ser conservadores, enseñan que Jesucristo tuvo dos espíritus, el divino y el humano, aunque no hay ningún texto que lo afirme. Si hubiera tenido dos espíritus, habría sido dos personas.

                        11. Algunos hermanos, que profesan ser conservadores, han caído en los errores del calvinismo.

Conclusión.

            A. Es necesario, pues, que la iglesia sea la columna y baluarte de la verdad, practicándola en la vida diaria, en el culto y servicio a Dios.

            B. También es necesario que la iglesia sea la columna y baluarte de la verdad, predicando y defendiendo la verdad contra los errores que enseñan los católicos, protestantes, mormones, testigos, y aun por los hermanos en Cristo.

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