La mala obra de los apóstatas

2 Timoteo 3:6-9

Introducción.

            A. Dice el v. 5, “a éstos evita”.

            B. Ahora le explica por qué debería evitarlos.

            C. Al leer este texto recuérdese que se trata del error y conducta de los gnósticos que enseñaban que la materia es mala y que, por eso, el cuerpo es malo. A consecuencia de esta falsa doctrina algunos practicaban el ascetismo (“el duro trato del cuerpo”) y otros practicaban el libertinaje (satisfacer todos los deseos del cuerpo), diciendo que lo que el cuerpo hiciera no afectaba el alma.

I. Llevan cautivas a las mujercillas (impresionables, inestables, fácilmente influidas, volubles). “El gnosticismo se apoderó especialmente del sexo femenino” (JFB).

            A. Se meten en las casas, se introducen a hurtadillas, probablemente estando ausentes los maridos. Se especializan en esto. ¿Por qué mujeres? Porque la mujer se engaña más fácilmente que el hombre (Gén. 3; 1 Tim. 2:10, 11; 5:13).

            B. Compárese Gál. 2:4 “falsos hermanos introducidos a escondidas”; 2 Ped. 2:1 “falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras”; Judas 4. Profesan piedad (v. 5) para engañar, pero empleaban tácticas carnales. 2 Cor. 11:13-15 describe esta clase de “ministros”.

            C. Las llevan cautivas con palabras suaves y lisonjeras. Les enseñaban toda clase de doctrina nueva para satisfacer su curiosidad intelectual.

                        1. Estos falsos maestros destruían matrimonios con su doctrina sensual. Enseñaban su doctrina a las mujeres impresionables y el resultado era que la mujer rompía las relaciones maritales con su esposo para vivir con su maestro. Uno de los llamados “padres” de la iglesia primitiva, Ireneo, en una obra titulada Contra las herejías, l, 13.3, describe el proceder de un falso maestro que decía a las mujeres que tenían riquezas que por medio de sus encantamientos ellas podrían profetizar. Decía a la mujer, “Abre tu boca, habla sobre todo lo que te ocurra, y profetizarás”. La mujer, intensamente emocionada, lo hace, y se engaña, pensando que puede profetizar. Luego se esfuerza por recompensar a su maestro no sólo con el don de sus posesiones, sino también entregándole su persona para estar muy unida a él” (WB).

                        2. Las “llevan cautivas”, porque controlan las mentes de ellas. Compárense Hech. 8; 8:9-11; 13:7,8. Usan “palabras suaves y lisonjas”. “Es sorprendente lo crédulas que pueden ser algunas mujeres ante charlatanes religiosos” (ATR).

                        2. Usan doctrinas falsas (p. ej., ofrecían licencia o libertinaje bajo el disfraz de la libertad en Cristo; hoy en día los testigos del Atalaya dicen que no habrá infierno, etc.)

                        3. Hechos de los Apóstoles da ejemplos de los que se aprovecharon de mujeres con fines de engañar a la gente y causar problemas para los apóstoles y sus compañeros. Hech. 13:50, “Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites”. 16:16-18, “Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando.  17  Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.  18  Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora”.

                        4. Pero las mujeres fieles son muy útiles al Señor: Hech. 9:36; 16:13-15; 17:4, 12, 34; 18:18; Rom. 16:1, 2; Tito 2:3-5.

            D. A las mujercillas, expresión de desdén, débiles en sentido moral. Engañan a las mujeres para que éstas engañen a sus maridos (Gén. 3; 2 Cor. 11:3). Pablo describe estas mujeres como “cargadas de pecados” y “arrastradas por diversas concupiscencias”.

II. Siempre aprenden y nunca llegan al conocimiento de la verdad (1 Tim. 2:4).

            A. ¿Quiénes aprendían etc.? Todos los del contexto. La palabra “estas” no está en el griego (véase LBLA). El siempre aprender significa que escuchan a cualquiera. Estos tienen curiosidad intelectual. Son como los de Atenas que querían oír cosas nuevas.

            B. ¿Qué aprendieron? Doctrinas de conveniencia, porque tenían comezón de oír cosas placenteras.

            C. No podían aprender la verdad porque la “religión” de ellos no tenía “eficacia” (fuerza). No podían llegar al conocimiento de la verdad porque rechazaban a la verdad y a los que la predicaban.

            D. Nunca aprenden la verdad porque prefieren doctrinas carnales. Véase 1:13, 14.

III. Resisten a la verdad, Hech. 13:8.

            A. Como Janes y Jambres resistieron a Moisés (Ex. 7:11, 22; 8:7,18, 19; 9:11). “Ellos ilustran las acciones de quienes Pablo aquí expone, pues como ellos endurecieron el corazón de Faraón, de la misma manera los falsos maestros mencionados en el contexto cautivaban los corazones de las mujercillas” (BHR).

            B. Siempre los falsos maestros exhiben maravillas mentirosas. Mat. 24:24; 2 Tes. 2:9; Apoc. 13:14, 15.

            C. Eran hombres corruptos de entendimiento y reprobados (adokimos, lo opuesto de aprobados) en cuanto a la fe. Rom. 1:28; 1 Cor. 9:27; 2 Cor. 13:5-7; Tito 1:16; Heb.6:8. Este es el fin ineludible de los tales. Por eso, así sería el fin de Himeneo, Fileto y Alejandro si no se arrepintieran.

            D. El término “reprobados” se pone en contraste con “aprobados” (Rom. 16:10; Fil. 2:22; 2 Cor. 8:22). Jer. 6:30, “Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó”. Por lo tanto, dice a Timoteo (2:15), “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.

            E. En realidad lo que Pablo dice desde 2:14 hasta 3:9 tiene que ver con vasijas aprobadas, vasijas que sirven para usos honrosos, y las vasijas que son para usos deshonrosos.

IV. Mas no irán más adelante.

            A. Con toda franqueza Pablo habla de los logros de los falsos maestros. Al principio todo suena bien y muy plausible. Enseñan doctrinas muy interesantes y fascinantes para ganar el corazón de la gente (mayormente el de las mujeres). Así es que debería evitar “profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad” .

            B. Parecen ser victoriosos sobre la iglesia, pues su palabra carcome como gangrena (2:16, 17), pero véase 2:19 (Mat. 16:18, “edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”; Heb. 12:28, Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia”.

            C. No podrán vencer la verdad, 2:9. El error pierde su fuerza cuando la verdad se predica y se practica. La insensatez del error será manifiesto a todos. Esto pone límite a su obra. No pueden engañar a los que estudien todo a la luz de la verdad. “Ya una vez que la doctrina falsa y la verdadera se comparan, la insensatez de los falsos queda bien expuesta a la vista de los que aman la verdad” (BHR).

            D. Como también lo fue la de aquéllos (Exodo 8:18, 19). Compárese Hech. 8:9-13. Simón el mago podía engañar, pero cuando el pueblo vio los verdaderos milagros hechos por Felipe, se dieron cuenta de la falsedad de la obra de Simón.

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