El Discriminar – Malo y Bueno

 

I. Definición. Larousse: “Diferenciar, separar (sinon., distinguir); dar trato de inferioridad a una persona o colectividad”. Discriminación – trato desigual: discriminación racial.

       A. Vemos que la palabra se usa en dos sentidos. Casi siempre se usa en sentido negativo, pero también se usa en sentido positivo.

       B. Los que aman la verdad deben usar la palabra (y palabras semejantes) según la enseñanza bíblica y no según las ideas humanas.

       C. Por ejemplo, si enseñamos lo que la Biblia dice acerca del papel de los judíos en la crucifixión de Jesús se nos acusa del “antisemitismo” (anti-judío), o sea, de discriminar a los judíos, pero leamos Hech. 2:23; 5:28; 1 Tes. 2:15, etc.

       D. Lo mismo se dice en cuanto a condenar la homosexualidad. Se nos acusa de la “homofobia” (palabra nueva, temor del “hombre” o sea, el homosexual) y de discriminar a los homosexuales, pero leamos Rom. 1:26, 27; 1 Cor. 6:9-11. Aun argumentan que el discriminar al homosexual es igual a discriminar al hombre negro.

       E. El apóstol Pablo enseña sobre la sujeción de la mujer y se le acusa de practicar la discriminación hacia  la mujer. Es otra acusación necia que contradice la Biblia. Los que hacen tales acusaciones no usan bien la Palabra, 2 Tim. 2:15. Más bien, la tuercen, 2 Ped. 3:16.

 

II. No es discriminación reconocer distintos papeles y relaciones.

       A. La Biblia distingue entre el papel del hombre y el papel de la mujer

               1. La Biblia hace diferencia o distinción entre el hombre y la mujer que no es “discriminación” en sentido malo. 1 Cor. 11:3; 1 Tim. 2:8, 11-15.

              2. La mujer no debe hablar (predicar) en la asamblea, 1 Cor. 14:33-35. Por eso, algunos acusan a Pablo de tener prejuicio contra la mujer y de discriminarla.

               3. Muchos no hacen caso a la Biblia. Más bien escuchan a los que propagan el “feminismo”, un concepto que no honra a la mujer sino que menosprecia el papel bíblico de la mujer y por eso la desprecia.

       B. En cuanto a escoger ancianos y diáconos, la Biblia distingue entre los varones de la iglesia, en cuanto a su edad, su estado marital y otras cosas.

               1. Dios “no hace acepción de personas” entre los varones en cuanto a la salvación y bendiciones espirituales, pero sí distingue entre los varones al especificar requisitos para obispos y diáconos. 1 Tim. 3; Tito 1.

               2. Esto es diferenciar y separar pero no es discriminar en sentido malo.

       C. La Biblia hace distinción entre hermanas avanzadas en años y las hermanas jóvenes. Tito 2:3-5. ¿Esto es practicar la discriminación que se condena?

       D. La Biblia hace diferencia las viudas, 1 Tim. 5:3, 4, 5, 9, 10, 11-16. ¿Pablo hacía “acepción de personas”? ¿Puede alguien acusarle de discriminar a las hermanas jóvenes?

       E. La Biblia hace diferencia entre el marido y la esposa. Efes. 5:22-28; Col. 3:18, 19.

              1. Dice Pablo que el marido es cabeza de la mujer. ¿Esto es discriminación mala? Según feministas sí.

               2. Y que la mujer debe estar sujeta a su marido. Muchas mujeres rechazan esto, diciendo que Pablo, siendo soltero, no entendía este asunto y que discrimina a la esposa.

       F. La Biblia hace diferencia entre los padres y los hijos. Efes. 6:1-4; Col. 3:20, 21.

 

III. Entonces ¿Qué es lo que se condena en cuanto a la discriminación?

       A. Recuerde la definición de Larousse: “dar trato de inferioridad a una persona o colectividad”. Discriminación – trato desigual: discriminación racial.

       B. Un ejemplo claro: Sant. 2:1-4 (compárese Lev. 19:15), discriminación contra hermanos pobres.

               1. Esto es trato desigual.

               2. Esto es ejemplo de mostrar parcialidad carnal, dar trato de inferioridad a otra persona o colectividad.

               3. Pero se debe mencionar que esta es espada de doble filo: los pobres discriminan a los ricos también y también la raza que grita “discriminación” siempre práctica la discriminación contra los que son acusados de la discriminación. ¿Quién puede negar esto? Es obvio.

       C. No discriminar en aplicar la enseñanza del Señor. 1 Tim. 5:21. Por ejemplo, el matrimonio, repudio y nuevas nupcias. Muchos hermanos no quieren aplicar la enseñanza del N. T. a sus seres queridos.

               1. Esto es difícil, porque queremos favorecer a algunos (familia, amigos, hermanos más cercanos), personas que nos hayan ayudado, etc.

               2. Sobre todo en la cuestión de la disciplina (Rom. 16:17; 1 Cor. 5; 2 Tes. 3).

       D. Siervos (trabajadores) no deben discriminar a los amos (patrones), Col. 3:22-25; 1 Ped. 2:18.

       E. Amos (patrones). Efes. 6:9. Que en cuanto a la obediencia a su enseñanza Dios no hace acepción de personas. Los amos tienen que someterse al igual que los esclavos.

       F. Dios hace diferencia entre los gobernantes y los demás ciudadanos, Rom. 13:1-4; Tito 3:1; 1 Ped. 2:13-17.

       G. Sobre todo debemos entender que Dios no hace acepción de personas en cuanto al derecho de ser salvo. En cuanto a la salvación, todos son iguales, Gál. 3:28; Hech. 10:34,35 (todos son aceptables ante los ojos de Dios, todos pueden obedecer al evangelio, sin excepción alguna); Rom. 2:11.

              

Conclusión.

       A. Tengamos cuidado, pues, cuando hablamos de la discriminación. Muchos de los que gritan “discriminación” muestran que ellos mismos practican la discriminación hacia la verdad, escogiendo solamente la enseñanza que les conviene y rechazando la que no les conviene.

       B. Es indispensable que reconozcamos y aceptemos las “diferencias” que Dios hace en cuanto al papel de varios individuos, sea en el hogar, en la iglesia.

       C. Igualmente es indispensable que evitemos toda discriminación condenada por la Biblia.

       D. Juan 7:24, “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”.