Lengua no Refrenada – Religión Vana – Sant. 1:26

Unbridled Tongue – Vain Religión – James 1:26

 

Introducción.

       A. Santiago 1:26 -- “Si alguien parece ser (se cree) religioso y no refrena su lengua, sino que engaña a su corazón, la religión del tal es vana”.

       B. Esta es enseñanza de “la perfecta ley de la libertad” (v. 25).

       C. Si pensamos que somos fieles y agradables ante los ojos de Dios, pero no controlamos lo que decimos, nos estamos engañando solos.

 

3:1 Hermanos míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos juicio más severo;

       -- Con esto Santiago enfatiza la necesidad de que el maestro (1) sea fiel, (2) que esté bien preparado y (3) que sea responsable como guía de hermanos e inconversos.

       -- Y con esto introduce el uso correcto e incorrecto de la lengua.

 

3:2 porque todos ofendemos en muchas cosas.

       -- “ofendemos” = “tropezamos, caemos”. 2:10.

       -- 1 Jn. 1:8; Rom. 3:23.

 

       -- Si alguno no ofende (tropieza) en palabra, éste es hombre perfecto (maduro), capaz también de frenar al cuerpo entero.

       -- “Perfecto” no quiere decir que nunca peca (1 Jn. 1:8). Más bien quiere decir completo, maduro, cabal, capaz de controlar la lengua para no hacer daño con ella. 1:2-4.

       -- En esto se ve la gran importancia de controlar la lengua. Dice Santiago que si podemos controlar la lengua podemos controlar el cuerpo entero o sea la vida misma.

 

3:3  He aquí, ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan y dirigimos también su cuerpo entero.

       -- Cosas pequeñas controlan cosas grandes.

       -- ¡Qué ilustración más apropiada! Es algo que todos saben. Por grande y fuerte que sea el caballo, el freno en su boca se usa para controlar su cuerpo.

       -- Sal. 39:1, "Cuidaré mis caminos para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté frente a mí”.

 

3:4 Considerad también los barcos: Aunque son tan grandes y son llevados por impetuosos vientos, son dirigidos con un timón muy pequeño a dondequiera, según el antojo del que los conduce.

       -- La lengua tiene la fuerza del freno de caballo y la del timón de barco.

       -- Si tenemos madurez para frenar y controlar este pequeño “freno” o “timón” en la boca, podemos controlar todo el curso de la vida.

       -- Ejemplo de esto: Job 1:1, “perfecto”; 2:10 “no pecó con sus labios”.

 

3:5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.

 

       -- ¡Mirad cómo un fuego tan pequeño incendia un bosque tan grande!

       -- Con mucha razón tememos el fuego. Una chispa puede destruir todas las posesiones del hombre. El incendio de bosque (o de ciudad) puede comenzar con una chispa.

       -- Prov. 16:27, “El hombre indigno trama el mal, y en sus labios hay como fuego abrasador”.

       -- Si alguien le amenaza de cerca (en su presencia) se puede defender con la mano o con armas, pero el “asalto” verbal puede suceder mil millas lejos de su presencia.

       -- Una vez dicha alguna palabra queda dicha y no puede deshacerse (des-decirse). Y es imposible matar un chisme o rumor. Una vez pronunciada una palabra está fuera de su control.

      

3:6 Y la lengua es un fuego; es un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y es la que contamina el cuerpo entero. Prende fuego al curso de nuestra vida, y es inflamada por el infierno.

       -- Prov. 26:20, “Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda. 21 El carbón es para las brasas, la leña para el fuego, y el hombre rencilloso para provocar peleas. 22 Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo de las entrañas. 23 Como escorias de plata arrojadas sobre un tiesto, son los labios enardecidos y el corazón vil”.

       -- Familias, amigos, iglesias han sido destruidas por el fuego de lenguas no frenadas.

       -- La lengua influye fuertemente en todo el curso de la vida de nosotros y de otros.

       -- La lengua inflamada, ardiente, abrasadora es la fuente de gran parte de los problemas del hombre.

 

3:7 Pues fieras y aves, reptiles y criaturas marinas de toda clase pueden ser domadas, y han sido domadas por el ser humano.

       -- Gén. 1:28. No se refiere a mascotas de casa (perritos, gatitos), sino de fieras como leones y tigres.

       -- El circo y el zoológico son prueba y evidencia de esta verdad: se exhiben leones, tigres, elefantes, reptiles, etc. Muchos de estos son entrenados para la diversión de la gente.

 

3:8 Pero ningún hombre puede domar su lengua; porque es un mal incontrolable, llena de veneno mortal.

       -- El hombre solo, sin la ayuda de Dios, no puede domar la lengua.

       -- Pero Dios nos ayuda. Sal. 141:3, “Señor, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios”.

       -- Con ayuda de Dios, las Escrituras, la oración, la iglesia, el hombre sí puede domar la lengua, v. 2.

       -- Efes. 4:29, “No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación… para que imparta gracia a los que escuchan”.

       -- Pero la lengua no sujetada a la voluntad de Dios es como víbora, llena de veneno.

       -- Salmo 140:3, “Agudizan sus lenguas como una serpiente; veneno de víbora hay debajo de sus labios”. El alacrán lleva el veneno en la cola, pero el hombre lo lleva en la lengua.

       -- Rom. 3:13, “Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Hay veneno de serpiente debajo de sus labios”.

       -- Sant. 5:12, otro ejemplo de la lengua no refrenada es el jurar a la ligera. “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento. Más bien, sea vuestro sí, sí; y vuestro no, no; para que no caigáis bajo condenación”.

 

3:9 Con ella bendecimos al Señor y Padre,

       -- Con la lengua bendecimos al Señor, alabando su nombre, enseñando su palabra, exhortando, animando y reprendiendo los unos a los otros. Col. 4:6; Rom. 12:14.

       -- Sin la lengua la madre no podría cantar a su bebé. Sin la lengua no podría haber conversaciones placenteras entre familiares y amigos. Con la lengua nos saludamos, nos despedimos, nos felicitamos cariñosamente.

       -- Sant. 5:13, “¿Está afligido alguno entre vosotros? ¡Que ore! ¿Está alguno alegre? ¡Que cante salmos!” Tanto el orar como el cantar son para la honra de Dios. De esta manera bendecimos a Dios.

       --

 

       --  y con ella maldecimos a los hombres, que han sido creados a la semejanza de Dios

       -- ¡Imagínese! Usar el mismo instrumento para bendecir y para maldecir.

       -- La misma lengua, si no está sujeta a las influencias divinas, se usa para maldecir y dañar al hombre (con mentiras, chismes, difamaciones, críticas).

       -- La lengua se usa para hacer mucho daño a otros:

       -- Prov. 26:28, “La lengua mentirosa atormenta a su víctima, y la boca lisonjera causa la ruina”.

       -- Prov. 16:28, “El hombre perverso provoca la contienda, y el chismoso aparta los mejores amigos”.

       -- 3 Juan 10, “acusándonos injustamente con palabras maliciosas”.

       -- Prov. 6:19, “sembrar discordia entre hermanos” (Dios aborrece esto).

       -- Mat. 7:1-5, juzgar con hipocresía.

       -- 1 Tes. 2:5, “palabras lisonjeras” (palabras insinceras para agradar).

 

       -- Los pecados de la lengua se encuentran en todas las listas de pecados:    

       -- Rom. 1:30, “calumniadores”;  Efes. 4:29, 31, “palabra obscena… gritos, maledicencia”;  Efes. 5:4, “bromas groseras”.

       -- 1 Tim. 5:13, “chismosas y entremetidas, hablando lo que no conviene”.

       -- Fil. 2:14, “murmuraciones y contiendas”.

 

3:10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

3:11 ¿Será posible que de un manantial brote agua dulce y amarga por la misma abertura?

       -- El manantial brota agua dulce en los servicios y también en los convivios de los hermanos.

       -- Pero entonces ¿brota agua amarga quejándose los unos de los otros?

       -- Sant. 4:11, “Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si tú juzgas a la ley, entonces no eres hacedor de la ley, sino juez”.

       -- Sant. 5:9, “Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas”. Muchos hermanos que nunca serán culpables de mentir o maldecir, pero sí caen en el error de quejarse y murmurar.

       -- 1 Cor. 10:10, “Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y fueron destruidos por el destructor”. El pueblo de Israel murmuraba contra Dios porque a pesar de todo lo que había hecho por ellos eran ingratos.

       -- Mal. 1:13, también murmuraban porque estaban fastidiados del servicio de Dios. “También decís: "Ay, qué fastidio!" Y con indiferencia lo despreciáis -- dice el SEÑOR de los ejércitos -- y traéis lo robado, o cojo, o enfermo; así traéis la ofrenda. Aceptaré eso de vuestra mano? -- dice el SEÑOR”.

       -- Mal. 1:10, con razón el Señor dijo, “Oh, si hubiera entre vosotros quien cerrara las puertas para que no encendierais mi altar en vano!”

3:12 Hermanos míos, ¿puede la higuera producir olivas, o la vid higos?

       -- El árbol es conocido por sus frutos,

       -- Tampoco de una fuente de agua salada brota agua dulce.

Conclusión.

       A. La lengua indica la condición espiritual de la persona que profesa ser fiel a Dios. Como el doctor dice, “Saca la lengua”. Eso le dice mucho acerca de la salud de la persona.

       B. Jesús conoce nuestra salud por el uso de la lengua, Mat. 12:34.

       C. Prov. 18:21, “La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto”.

       D. Sant. 5:16, otro uso importante de la lengua es la confesión de faltas.

       E. Sant. 5:19, 20, también usar la lengua para restaurar al hermano caído.

       F. Desde luego, el verdadero problema es el corazón. Mat. 12:34; Mar. 7:20, 21.

       G. Por último, recordemos Mat. 12:37, “Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.