Representaciones de la Iglesia
(¿Con qué se compara?)

 
 


Introducción.
       A. El N. T. emplea figuras que ilustran la relación entre Cristo y la iglesia. Son metáforas o representaciones; se habla de una cosa como si fuera otra cosa.
       B. Se usan para enfatizar cierta relación. No dice que es “como” (la figura “simil”), sino que “es”. “Yo soy el camino…” “Vosotros sois la luz…” “Esto es mi cuerpo”.

I. La iglesia es el reino de Cristo.
       A. Jesús se presenta como el Rey sobre su reino, cumplimiento de 2 Sam. 7:12, 13; Hech. 2:29-30.
       B. Este reino se identifica con la iglesia, Mat. 16:18, 19. Los que son añadidos a la iglesia (Hech. 2:47) son trasladados al reino, Col. 1:13. Apoc. 1:6, “hizo de nosotros un reino”.
       C. Este reino no es de este mundo, Juan 18:36. Es un reino espiritual, Luc. 17:20, 21. Los que están en la iglesia están sujetos al “reinado” de Cristo. Somos vencedores, reinamos con Cristo.

II. La iglesia es el cuerpo de Cristo.
       A. Cristo es la única cabeza (autoridad) del cuerpo, Efes. 1:22, 23; Col. 1:18; 3:17. Es la fuente de todo conocimiento, sabiduría, 2:3
       B. El cuerpo de nosotros lleva a cabo los deseos de la cabeza. La iglesia hace lo mismo. Es el agente de la voluntad de Cristo aquí en la tierra. Lleva a cabo la obra de Cristo en la tierra.
       C. El cuerpo es uno pero está compuesto de varios miembros. Estos tienen una variedad de habilidades y funciones. Hay obra para cada uno de ellos, Rom. 12; 1 Cor 12.

III. La iglesia es el templo de Dios.
       A. Es la morada de Dios, Efes. 2:19-22. Somos piedras vivas edificadas como casa espiritual para adorar a Dios, 1 Ped. 2:5; Heb. 13:15, 16.
       B. Este templo puede ser destruido por la carnalidad de los miembros, 1 Cor. 3:3, 17, como los templos de Salomón y de Herodes fueron destruidos por causa de la desobediencia del pueblo de Israel.

IV. La iglesia es una nación santa.
       A. Esta figura se encuentra en 1 Ped. 2:9; Gál. 6:16. Como Dios escogió a Israel (Deut. 7:6-8), ahora ha escogido a la iglesia, Efes. 1:4.
       B. La iglesia ha sido consagrada, separada, apartada del mundo. 2 Cor. 6:14-7:1; Efes. 5:11. De otro modo no somos hijos de Dios.

V. La iglesia es la esposa de Cristo.
       A. 2 Cor. 11:2, “Porque os celo con celo de Dios, pues os he desposado con un solo marido, para presentaros como una virgen pura a Cristo”.
       B. V. 3, “Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, de alguna manera vuestros pensamientos se hayan extraviado de la sencillez y la pureza que debéis a Cristo”.
       C. Efes. 5:26, 27 Cristo murió por la iglesia “para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, para presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin falta”.
       D. Apoc. 19:7, “Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su novia se ha preparado. V. 8. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, resplandeciente y limpio. Porque el lino fino es los actos justos de los santos”. Apoc. 21:9, “Y vino uno de los siete ángeles … y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero”.
       E. Cristo no es un polígamo (no tiene muchas esposas). Es fiel en todo, digno de toda fidelidad. Ampliamente ha mostrado su amor (Efes. 5:25). Por eso, seamos una iglesia santificada, “sin mancha ni arruga”.

VI. La iglesia es el rebaño de Cristo.
       A. Juan 10:14-18. Cristo es “el buen Pastor”, el único Pastor. Dio su vida por sus ovejas (v. 11). Hech. 20:28, Compró su iglesia con su vida.
       B. Sus ovejas conocen su voz, Jn. 10:4. “Al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”. V. 5
       C. Figura apropiada. Isa. 53:6, “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre El la iniquidad de todos nosotros”. 1 Ped. 2:25.
       D. Hay un solo rebaño, Jn. 10:16. Y hay solamente una puerta de entrada, Jn. 10:9, “Yo soy la puerta; el que por mí entrare será salvo”.


VII. La iglesia es un candelero.
       A. Apoc. 1:20, “y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias”. Compárese Ex. 25:31 “Harás además un candelabro de oro puro”.
       B. Cristo está presente con ellas: Apoc. 2:1, “el que anda en medio de los siete candeleros de oro”. Mat. 18:20; 28:20. Para inspeccionar, aprobar, desaprobar.
       C. Los candeleros son de oro, Apoc. 1:20. La iglesia es de gran valor, de mucha estima, ante los ojos de Cristo. (Muchos dicen que la iglesia no importa, que no es necesario ser miembro de la iglesia, etc.).
       D. Su propósito es dar luz (entendimiento), Fil. 2:15, 16. Será quitada si no da luz, Apoc. 2:5, “vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero”.

VIII. La iglesia es la Nueva Jerusalén.
       A. En el A. T. Jerusalén era la ciudadela (el baluarte) contra la invasión. Ofrecía seguridad al pueblo de Dios. Era la ciudad del gran rey David.
       B. La iglesia se representa en Apoc. 21:2, 9, 10 como “la nueva Jerusalén”. Véase Gál. 4:26, “la Jerusalén de arriba.” En contraste con “la Jerusalén actual” que “está en esclavitud”.
       C. Apoc. 21:4, “Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron."


Conclusión:
       A. Estas figuras nos explican la naturaleza de la iglesia y deben convencernos de su importancia. Nadie debe menospreciarla.
       B. Cuando uno obedece al evangelio de Cristo, es añadido a la iglesia (Hech. 2:47), es bautizado en el cuerpo (1 Cor. 12:13), es trasladado al reino (Col. 1:13). Forma parte del pueblo de Dios.

 

* * * * * * * * * *

 

Free Site Counters

A página principal