El Pecado

 
 


Introducción:
     
A. La palabra “pecado” (o sinónimos) se encuentra repetidas veces en la Biblia.
      B. Al hablar del “Plan de salvación” estamos hablando de cómo ser salvos de la culpa, del dominio y de las consecuencias del pecado. Rom. 6:23, “la paga del pecado es la muerte”.
      C. El pecado es universal, pues todos han pecado. Isa. 53:6, “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino”; Rom. 3:23; 1 Jn. 1:8.

I. La definición del “pecado”.
      A. La palabra hamartía, traducida “pecado”, significa literalmente “un errar al blanco”.
      B. 1 Juan 3:4, “Todo el que practica el pecado (hamartía), practica también la infracción de la ley (anomía), pues el pecado es infracción de la ley (anomía)”.
      C. La palabra anomía significa carencia de ley. No se refiere solamente a los vicios comunes sino también a prácticas religiosos que el Señor no autoriza.
            1. Por ej., Mat. 7:22, 23, “Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: "Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad (anomía)"; es decir, supuestamente practican la religión de Cristo, pero no conforme a su ley o autoridad. Hacen lo que es contra la ley.
            2. Esto representa rebelión contra la ley aun de parte de los que profesan ser amigos de la ley de Cristo. El problema es que son indiferentes hacia la ley de Cristo y suponen que sus ideas y prácticas son tan buenas como las que Cristo autoriza.
            3. Ejemplos de la anomía religiosa son el uso de instrumentos mecánicos de música en el culto (violando Efes. 5:19; Col. 3:16), la predicación de la mujer (violando 1 Tim. 2:11, 12; 1 Cor. 14:33), hablar en falsamente llamadas “lenguas” (no como las lenguas de Hech. 2:6.11); profesión de hacer milagros y echar demonios que son “con todo poder y señales y prodigios mentirosos” (2 Tes. 2:9), etc. De estos Jesús habla en Mat. 7:23.
      D. Otros sinónimos: maldad, perversidad, prevaricación, etc. 1 Jn. 5:17, “toda maldad (injusticia) es pecado”.

II. La realidad del pecado.
     
A. Muchos no quieren hablar de “pecado”. Prefieren las palabras más suaves como “equívoco” o “falla”.
            1. El adulterio no es pecado, es simplemente una “aventura” o un “amorío”.
            2. El mentiroso no es pecador; más bien es persona con imaginación muy viva. Por ejemplo, el exagerar, ¿qué es? ¿Verdad o mentira? ¿O el jactarse, dejando que la imaginación vaya más allá de la verdad? ¿O la madre que miente al niño, “te voy a castigar”, “te voy a pegar”? Un niño mintió y la mamá le dijo, “No debes mentir porque si mientes, un monstruo con cuernos te puede llevar a una caverna muy oscura. ¿Entendiste? ¿Ya no mentirás más?” Responde el niño, “No, mamá, ya no voy a mentir más, porque las mentiras tuyas son mejores que las mías”.
            3. El borracho está “enfermo”. Aunque sea abusivo con su familia, lo que necesita es la simpatía y paciencia.
            4. El homosexual nació así. Está en los genes. No puede cambiar.
            5. Los padres, el gobierno y la sociedad en general es responsable de la existencia de pandilleros. Necesitan comprensión. Se están rebelando contra una sociedad injusta e hipócrita.
      B. Pero ¿qué dice la Biblia? 1 Cor. 6:9, 10.
      C. Y ¿qué diremos de los corajes, el guardar rencor, la malicia? Efes. 4:30, 31.
      D. ¿O el dejar de reunirse? Heb. 10:25.
      E. ¿O el no vestirse honestamente? 1 Tim. 2:9 (“hay que seguir la moda”; “es la única clase de ropa que venden”, etc.)
      F. ¿O el descuido, la negligencia, la desidia? Apoc. 3:17; Rom. 12:11; Heb. 6:12.
      G. El problema es que muchos simplemente no toman en serio el pecado.
            1. Es uno de los temas principales de los cómicos. Es pura comedia hablar del pecado. Por ejemplo, esposos infieles (adulterio), borrachera, homosexualidad. Prov. 14:9, “Los insensatos se burlan del pecado (lit., de la culpa)”. También los pecados como odio, corajes, celos, pleitos, etc. son los temas básicos de las novelas y la gente las consume como si fueran nieve y galletas. Los pecados más abominables, más groseros, son diversión. Son fascinantes. ¿Qué indica esto en cuanto al apetito de la gente? ¿Por qué les gusta la comida tan corrupta y podrida?
            2. El pecado no es broma. Rom. 6:23, “la paga del pecado es la muerte”.
            3. Ser separado de Dios eternamente y sufrir tormento en el infierno no es chistoso.
            4. Sant. 4:9, “Afligíos, lamentad y llorad; que vuestra risa se torne en llanto y vuestro gozo en tristeza”. En esta vida muchos están riéndose todo el camino al infierno, pero estando allá no habrá más risa. Más bien, “habrá el lloro y el crujir de dientes” (Mat. 13:42). El pecado y el infierno no son asuntos chistosos.
      H. Hay peligro de que aun los más fieles se acostumbren al pecado y que no lo tomen muy en serio. Es como lo que vemos en las noticias: guerra, muchos muertos, toda clase de crímenes, pero lo vemos sin reacción alguna. No son “noticias”; es la repetición diaria de la maldad que prevalece en el mundo.
            1. Como los que viven aquí cerca de las vías ferrocarriles. Posiblemente al principio los trenes serían un estorbo, pero después de un tiempo pasan todo el día y ni cuenta se dan de ellos.
            2. En las fábricas de jabón el olor de cadáveres de caballos es horrible, pero los trabajadores se acostumbran. En ese ambiente sofocante aun se sientan al mediodía a comer.
            3. ¿Qué pasó con algunas iglesias del primer siglo? Sin duda al principio el pecado y el error en la iglesia les molestaban, pero los descuidaban porque llegaron a ser acostumbrados a ellos.
            4. Al oír, ver y observar continuamente tanta maldad, uno se acostumbra. Lenguaje pesado, ropa indecente y desnudez, violencia. Personas que pasan mucho tiempo viendo cosas en la televisión que no deben ver se acostumbran a toda la perversidad y suciedad que el mundo produce.
            5. Por eso, Pablo les decía, “ya es hora de despertaros del sueño” (Rom. 13:11); “Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos” (Efes. 5:14).
      H. Es muy inquietante que tantos miembros piensan que el error doctrinal es “pura opinión” y hablan de la “unidad en la diversidad”. Se tolera el error con respecto al divorcio y nuevas nupcias, la deidad de Cristo, la creación y otros temas que no son opinión sino la doctrina de Cristo (2 Jn. 9).

III. Clases de pecado.
     
A. Hechos pecaminosos, 1 Jn. 5:17, “toda maldad (injusticia) es pecado”.
      B. Palabras pecaminosas, Efes. 4:29, “Ninguna palabra obscena salga de vuestra boca”. Mentira, chisme, maldición. Prov. 14:21, “El que desprecia a su prójimo peca”. Prov. 20:25, votos rotos, “Es una trampa para el hombre declarar a la ligera algo como consagrado, y reflexionar sólo después de haber hecho los votos”. Muchos declaran “a la ligera” que serán fieles a Cristo, o fieles a su cónyuge y reflexionan “sólo después de haber hecho los votos”.
      C. Pensamientos pecaminosos, Efes. 4:31, “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira”. Gál. 5:19, “celos, enojos, envidia”. Prov. 24:9, “La intención del insensato es pecado”.
      D. Pecado de omisión (Mat. 23:23; 25:45). El pecado de omisión principal es el no obedecer mandamientos positivos como el obedecer al evangelio (oír, creer, arrepentirse, confesar, bautizarse), adorar como miembro de la iglesia (cantar, orar, estudiar, participar de la cena del Señor, ofrendar), el descuido de obligaciones. Luc. 12:47, “aquel siervo que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes”. Sant. 4:17, “Por tanto, al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado”.
      E. Pactos pecaminosos. Éxodo 34:12, “Cuídate de no hacer pacto con los habitantes de la tierra adonde vas, no sea que esto se convierta en tropezadero en medio de ti”. Josué 23:13, “estas naciones… serán como lazo y trampa para vosotros, como azote en vuestros costados y como espinas en vuestros ojos, hasta que perezcáis”. Prov. 22:25, amistad y alianzas con personas violentas: “No hagas amistad con el iracundo, ni tengas tratos con el violento, no sea que aprendas sus maneras y pongas una trampa para tu propia vida”. 1 Cor. 15:33; Sant. 4:4, “la amistad del mundo es enemistad hacia Dios”.
      F. Pecado secreto. Sal. 19:12, “¿Quién entenderá los errores? ¡Líbrame de los que me son ocultos!”
      G. Pecado por yerro (descuido o negligencia). Lev. 4:2; 5:17. Se contrasta con el pecado cometido “con mano alzada”, es decir, con soberbia o arrogancia, desafiando a Dios (Núm. 15.30, 31).
      H. Heb. 10:26 habla de pecar “voluntariamente” después de exhortarnos a no dejar de congregarnos (v. 25).
      I. 1 Jn. 5:16, “Si alguno ve que su hermano comete pecado que no es de muerte, pedirá, y se le dará vida”. Se refiere a los que decían que no tenían pecado. Dios no da vida a ninguno que rehúse reconocer su necesidad de salvación.
      J. Marcos 3:29, blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada, “Porque decían: Tiene un espíritu inmundo”.

IV. El poder del pecado.
     
A. El pecado atrae, seduce. Sant. 1:14, “Pero cada uno es tentado cuando es arrastrado y seducido por su propia pasión”. Heb. 11:25, “los placeres temporales del pecado”.
      B. El pecado engaña. Satanás presenta la desobediencia como algo atractivo y fascinante. Promete mucho pero paga con tristeza, pobreza y miseria.
            1. Rom. 7:11, “el pecado… me engañó”. 1 Tim. 2:14, “la mujer (Eva), al ser engañada, incurrió en transgresión”. 2 Tim. 3:13, “Pero los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados”. Heb. 3:13, “exhortaos los unos a los otros cada día, mientras aún se dice: "Hoy", para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”. Una de las deficiencias de la iglesia, la falta de exhortarnos los unos a los otros para no ser engañados por Satanás.
            2. Satanás exhibe el placer del pecado (pero oculta el dolor y la vergüenza). Satanás engaña al hombre presentando el pecado como muy atractivo, placentero, deseable. Job 20:12, “Aunque el mal sea dulce en su boca, y lo esconda debajo de su lengua, aunque lo guarde y no lo deje ir, sino que lo retenga en su paladar, con todo la comida en sus entrañas se transforma en veneno de cobras dentro de él. Traga riquezas, pero las vomitará; de su vientre se las hará echar Dios. Chupa veneno de cobras, lengua de víbora lo mata”.
                  a. Sal. 52:3, “Amas el mal más que el bien, la mentira más que decir lo que es justo”.
                  b. Prov. 2:14, “los que se deleitan en hacer el mal, y se regocijan en las perversidades del mal”.
                  c. Jer. 14:10, “¡Cómo les ha gustado vagar! No han refrenado sus pies”.
                  d. 2 Tes. 2:12, “no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”.
            3. Muchos creen que los pecados son cubiertos y olvidados después de cien o mil años.
                  a. Creen que si ellos los han olvidado también Dios los ha olvidado.
                  b. Creen que van a morir en sus pecados y que luego después de 10,000 años todo será olvidado. 2 Ped. 3:9.
                  c. Pensar que los pecados son borrados y olvidados por Dios cuando en realidad Dios no los ha perdonado es una condición deplorable, sumamente triste. No debemos olvidar ningún pecado a menos que Dios lo haya olvidado. El promete hacerlo, Heb. 8:12, “seré misericordioso en cuanto a sus injusticias y jamás me acordaré de sus pecados” pero esto es después de nuestra obediencia.
            4. Muchas veces alguien comete un pecado y los amigos le dicen, “no te preocupes, olvídelo”. No hay peligro más grande que esto. Todo esto es táctica (“artimaña”) de Satanás para engañar.
      C. El pecado esclaviza. Juan 8:34, “todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado”. Rom. 6:16, “¿No sabéis que cuando os ofrecéis a alguien para obedecerle como esclavos, sois esclavos del que obedecéis; ya sea del pecado para muerte o de la obediencia para justicia?”
            1. Todos oyen de adicción a la droga, al alcohol, al tabaco, pero hay muchas adicciones.
            2. Hay personas adictas a todas las obras de la carne, Gál. 5:19-21.
            3. Muchos son adictos a los deportes, o al trabajo o negocio, a la televisión.
            4. Cualquier cosa que consuma la atención y actividad de la persona es adicción. 1 Cor. 16:15, “a casa de Estéfanas, que fueron los primeros convertidos de Acaya, y que se han dedicado al servicio de los santos”; “se han puesto a sí mismos”, como “adictos” al servicio de los santos.
      D. El pecado ensucia y contamina. Mancha la reputación. Contamina la mente, los pensamientos, el habla, el cuerpo, las acciones, la familia, los negocios. En todo aspecto de la vida corrompe, destruye y arruina.
      E. El pecado destruye. Sal. 34:21, “La maldad dará muerte al impío”. Sal. 140:11, “Que el hombre de {mala} lengua no permanezca en la tierra; que al hombre violento lo persiga el mal implacablemente”. Prov. 8:36, “Pero el que peca contra mí, a sí mismo se daña; todos los que me odian, aman la muerte”. Prov. 11:3, “Destruirá a los pecadores la perversidad de ellos”. v. 19, “el que sigue el mal lo hace para su muerte”. Prov. 18:7, “La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma”. 1 Tim. 6:9, “los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición”.

V. Por eso, el pecado (todo pecado de toda clase) debe ser aborrecido por el cristiano.
     
A. Dios lo aborrece. Deut. 25:16, “todo el que comete injusticia, es abominación para el SEÑOR tu Dios”. 2 Sam. 11:27, “lo que David había hecho fue malo a los ojos del Señor”.
      B. Sal. 5:4, “tú no eres un Dios que se complace en la perversidad; la maldad no habitará junto a ti”. Sal. 11:5, “su alma aborrece al que ama la violencia”. Luc. 16:15, Jesús dice a los fariseos que amaban el dinero: “lo que entre los hombres es de alta estima, abominable es delante de Dios”. Sal. 101:3, “No pondré delante de mis ojos cosa indigna; aborrezco la obra de los que se desvían. Esta no se me pegará”. Sal. 119:104, “De tus preceptos recibo entendimiento, por tanto aborrezco todo camino de mentira”.
      C. Prov. 6:16-19, “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente (por ej. el aborto), un corazón que maquina planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, el testigo falso que habla mentiras y el que provoca discordia entre los hermanos”. Prov. 8:7, “mi boca hablará la verdad, y mis labios abominan la impiedad”. V. 13, “El temor del SEÑOR es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco”.
      D. Rom. 12:9, “Aborreced lo malo, seguid lo bueno”.
      E. Heb. 1:9, hablando de Jesús, “Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad”.
      F. Por eso, el hombre debe anhelar la libertad de esta esclavitud y este engaño, la limpieza de esta contaminación. Hechos 2:38 nos dice cómo obtener la remisión de los pecados: “Arrepentíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
      G. Luego, “absteneos de toda forma de mal”. 1 Ped. 2:11, “os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma”.

VI. Los esfuerzos por cubrir el pecado. Prov. 28:13, “El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia”. Sal. 85:2, “Perdonaste la iniquidad de tu pueblo, cubriste todo su pecado”.
      A. Esconderse de Dios.
            1. Adán y Eva. Gén. 3:8, cuando pecaron, “se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto”.
            2. Josué 7:21, “cuando vi entre el botín un hermoso manto de Sinar y doscientos siclos de plata y una barra de oro del peso de cincuenta siclos, los codicié y los tomé; y he aquí, he aquí, están escondidos en la tierra dentro de mi tienda con la plata debajo”.
            3. Sal. 139:7-12, “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia?”
            4. Jer. 16:17, “Porque mis ojos {están puestos} sobre todos sus caminos, que no se me ocultan, ni su iniquidad está encubierta a mis ojos”.
            5. Heb. 4:13, “Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”.
      B. Negarlo, 2 Reyes 5: 25, “Entonces él entró y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: Dónde has estado, Giezi? Y él respondió: Tu siervo no ha ido a ninguna parte”.
      C. Cambiar el tema. Gén. 4:9, cuando Caín mató a Abel y Dios le pregunta por su hermano responde, “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”
      D. Cometer otro pecado como David. Primero comete adulterio con Betsabé y luego mandó que el marido de ella fuera puesto al frente de la batalla para que lo mataran (2 Sam. 11:4, 15).
      E. Culpar a otros.
            1. Gén. 3:11, 12, “Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”. Muchos jóvenes que caen en pecado y culpan a sus padres y aun la iglesia.
            2. Ex. 32:22, “Y Aarón respondió: --No se encienda la ira de mi señor. Tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal”.
2. 1 Sam. 15:21, cuando el rey Saúl desobedeció a Dios, salvando vivos algunos animales de los amalecitas, Samuel le llama la atención a éstos y él responde, “el pueblo tomó del botín ovejas y bueyes, lo mejor de las cosas dedicadas al anatema, para ofrecer sacrificio al Señor”.
      F. Algunos dicen, “¿Para qué arrepentirme? ¿Para qué cambiar? Así soy yo y otros son iguales o peores”. ¿Qué significa esto? Que todos están mal y juntos van al infierno.
      G. Otros cubren sus pecados dando la apariencia de ser muy religiosos (Mat. 6:1-18).
      H. Las dos causas principales del pecado
            1. Por no temer a Dios. Rom. 3:18, “no hay temor de Dios delante de sus ojos”.
            2. El orgullo (soberbia). Efes. 4:17-19, “ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón. Y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas”.

VII. El hombre no “tiene que pecar”.
     
A. Muchos aceptan el pecado como conducta normal. Dicen que el hombre peca porque es hombre, que es humano errar, etc. Conviene preguntar, “¿Exactamente qué pecado tiene que come-ter?”
            1. Citan Ecles. 7:20, “no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque”.
            2. Pero ¿eso prueba que el hombre tiene que pecar? No, sino que todos eligen pecar.
      B. Entonces ¿por qué dice Juan, “os escribo estas cosas para que no pequéis” (1 Jn. 2:1).
      C. ¿Por qué dice Pablo, “Sed sobrios, como conviene, y dejad de pecar”. 1 Cor. 15:34.
¿Cómo dejar de pecar si tenemos que pecar?
      D. La gente dice, “¡Cómo me gustaría dejar de tomar o fumar o maldecir o enojarme”. ¿El cristiano tiene que hacer estas cosas? ¿Tiene que mentir, robar, adulterar?
      E. ¿Qué pasó con 1 Cor. 10:13? “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la podáis resistir”.
      F. Mat. 4:1-11, Jesús nos enseña cómo resistir al diablo. Simplemente decir, “Escrito está”.
      G. Sant. 4:8, “Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros”.
      H. Sant. 1:14, “que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión”. Por eso, ¿qué hacer para resistir al diablo? ¿Qué hacer para que no nos pueda tentar?

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