Comer en el Local (2)

Un estudio de 1 Cor. 11:17-34

 

Introducción

      A. Al estudiar esta cuestión recordemos estos textos: “Contendáis ardientemente por la fe” (Judas 3) y también 2 Tim. 2:24, “no debe ser contencioso, sino amable para con todos”. Efes. 4:31, “quítense de vosotros toda amargura … malicia”. Rom. 12:3, que nadie “tenga más alto concepto de sí que el que debe tener”.

      B. Todos debemos someternos a la palabra de Dios. Debemos aprobar lo que Dios aprueba y desaprobar lo que Dios desaprueba. Por eso, seamos completamente sinceros y honestos con la verdad. Siempre decimos a los sectarios y a los hermanos liberales que deben tener mentes abiertas. Este consejo es bueno para nosotros también. Seamos objetivos y estudiar y razonar sin prejuicio. 2 Tim. 2:15, "que usa bien la palabra”; 2 Ped. 3:16, no ser culpable de torcer o tergiversar textos como lo hacen los sectarios.

      C. No conviene ser nada precipitados. Tengamos paciencia los unos con los otros. Es muy importante recordar (y practicar) todos los textos que hablan de nuestra relación “los unos con los otros”. Somos hermanos. Hemos trabajado juntos por años y esto no debe cambiar. Sigamos siendo amigos y no enemigos.

 

I.  ¿De dónde viene la práctica de comer en el local (el sitio de reunión que es propiedad de la iglesia o lugar alquilado por la iglesia para la adoración a Dios)?

      A. Esta práctica viene de las “Confraternidades” establecidas por los “misioneros” (los autonombrados directores de las iglesias). No son idénticas las dos prácticas, pero los principios básicos de las dos son iguales.

         1. Y todos saben que las “Confraternidades” son parte integral del plan de los “misioneros” para centralizar la obra de las iglesias para controlarlas. Es parte de su  “obra misionera”.

         2. La autonomía (independencia) de cada iglesia local es violada y cancelada por la centralización. Si la iglesia de cierta ciudad tiene alguna actividad a nivel nacional, no es que estas iglesias necesariamente busquen señorío, pero tal actividad sí les da influencia especial entre las otras iglesias.

      B. Las “Confraternidades” son parte integral del “evangelio social” predicado por los “misioneros”. No creemos en  el “evangelio social”, pero el comer en el local es el primer paso del “evangelio social”. 

      C. Muchas iglesias se han alejado de los “misioneros” y sus prácticas; ahora deben tomar este último paso. Si no dejan esta práctica, siguen tomando el primer paso del “evangelio social”.  ¿Cómo pueden discutir el “evangelio social” con ellos? Rom. 2:21.

 

II. No consiste en simplemente suplir una necesidad como el proveer agua y baño para los asistentes.

      A. No es pecado tomar un bocado en el local al limpiarlo o repararlo, etc., pero el comer en el local al limpiarlo o repararlo no está relacionado con ninguna clase de servicio religioso, ni mucho menos con las “Confraternidades”.

      B. Las reuniones a nivel nacional imitan las “Confraternidades”. Su propósito es religioso y social y en el caso de los “misioneros” también es político.   

      C. Si somos sinceros y objetivos (evitando el prejuicio), reconocemos que el propósito de comer en el local no es solamente para estudiar. Más bien, hay propósito doble, porque también la reunión es para disfrutar de una actividad social. (Desde luego, es muy bueno que los hermanos se junten socialmente, Hech. 2:46, pero la Biblia no autoriza que la iglesia provea tales actividades).

 

III. Mat. 21:25 ¿Del cielo o de los hombres?

      A. Si fuera del cielo sería autorizado por mandamiento, ejemplo o inferencia necesaria. Carece de autoridad bíblica, pues las Escrituras no autorizan que la iglesia provea o promueva actividades sociales. Este es argumento bíblico y sencillo. No se puede negar.

      B. Es necesario respetar el silencio de las Escrituras. La Biblia revela la naturaleza y obra de la iglesia. ES ESPIRITUAL (“mi reino no es de este mundo”, Jn. 18:36) y su función es adoración, edificación, evangelización y benevolencia limitada, pero no social. La Biblia no dice nada sobre esto y hay que respetar el silencio de las Escrituras.  Véase Heb. 7:14, “de la cual nada habló”. Compárese el uso de instrumentos musicales en el culto.

      C. No se puede justificar bajo el encabezado de “autoridad genérica” (la Biblia autoriza lo que sea necesario para llevar a cabo un mandamiento: p. ej., IR a predicar en carro, en tren, a caballo, etc.), porque en realidad no es necesario comer en el local cuando hay estudios de todo el día. La “necesidad” de comer en el local tiene que ver con una “necesidad creada”; es decir, se planifica una actividad a nivel nacional (imitando las “Confraternidades” de los misioneros) y luego es “necesario” comer en el local. Esta es una “necesidad creada”.

      D. No es asunto de opinión; por eso, cada iglesia local no puede tomar su propia decisión al respecto. Es asunto de “la fe” porque tiene que ver con la naturaleza y obra de la iglesia.

 

IV. Es necesario repetir y enfatizar que el comer en el local es el primer paso del “evangelio social”.

      A. Primero iglesias liberales comieron en el local, entonces construyeron cocinas y comedores, salones de recreo bien equipados para toda clase de actividad social. Algunas iglesias tienen lo que se llama “centro familiar”.

      B. Si el comer en el local está bien, entonces la cocina está bien. Si la cocina está bien, el comedor está bien. Si el comedor está bien, el salón de recreo está bien. Si el salón de recreo está bien, el gimnasio está bien. Por eso, no tomar el primer paso del evangelio social.

      C. Las iglesias liberales establecen escuelas, clínicas (con misioneros médicos), asilos para niños y ancianos, etc. No conviene tomar ni siquiera el primer paso en imitación de ellas.

 

V. No borrar la distinción entre la iglesia y el individuo.

      A. La iglesia tiene su obra o función: adorar, edificarse, evangelizar, benevolencia limitada.     

      B. El individuo tiene su obra: deberes para con la familia, prójimo, gobierno, negocio (empleo).

      C. Borrar esta distinción produce instituciones de iglesia y también produce la división.

      D. 1 Tim. 5:16, que la iglesia no sea gravada con los deberes del individuo.

 

VI. Algunos textos que se usan. “Usa bien la palabra” (2 Tim. 2:15).

      A. Hech. 2:46, “perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas”. Este texto enfatiza la unidad (aun vendían posesiones). El v. 46 no significa que tenían que comer “en las casas” y no en el local, pues no había local. Desde luego, no comían en el templo de Herodes. No hay contraste en este texto. Comían en sus casas, pero también varias iglesias se reunían en sus casas para adorar a Dios (Rom. 16:5; Col. 4:15; Filemón 2). No hay patrón en este texto.. Tengamos cuidado con la palabra “patrón” porque el patrón excluye todo lo demás; es decir, si comer “en las casas” fuera patrón, entonces no podríamos comer en el parque ni en ningún otro lugar.  Hech. 14:23 establece patrón; 20:7 establece patrón, pero en Hech. 2:46 no hay patrón. En algunas iglesias de Cristo, los hermanos siempre oran arrodillados, pues creen que  Hech. 20:36; 21:5 lo enseña, pero no es patrón. Hay hermanos que imponen la cubierta en la mujer porque creen que 1 Cor. 11:5 lo enseña, pero no es patrón (la mujer que oraba o profetizaba hacía lo que el varón hacía y, por eso, tenía que cubrir la cabeza con velo como señal no de sujeción sino de autoridad, v. 10). Es muy necesario estudiar todos estos textos en su contexto y a la luz de otros textos.

      B. Hech. 20:11. No dice nada de “local”. No prueba ni desaprueba. Recuérdese que la Biblia no autoriza que la iglesia provea actividades sociales aunque ésta se reúna en casa particular.

      C. 1 Cor. 11:17-34. Al leer este texto vemos que algunos corintios eran culpables de conducta escandalosa y de graves errores: corrompían la cena del Señor, dividían la iglesia, menospreciaban a los hermanos pobres, se emborrachaban, etc. En lugar de participar de la cena como el Señor había ordenado (v. 23-26), la convertían en una fiesta pagana. De esa manera no podían discernir el cuerpo de Cristo y comían y bebían juicio para sí (v. 27-29). En lugar de reunirse para adorar a Dios y edificarse unos a otros, se dividían en bandos y avergonzaban a los hermanos pobres (v. 21, “cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga”). Ellos se reunían para dividirse. ¿Por qué reunirse? ¡Mejor quedarse en casa si su deseo principal era comer! Es por esto que Pablo pregunta, “¿No tenéis casas en que comáis y bebáis?” ¿Comer y beber en casa en lugar de qué? En lugar de convertir la asamblea y la cena del Señor en fiesta regular. Comer en casa en lugar de adelantarse cada uno para comer su propia cena como si tuvieran mucha hambre y no pudieran considerar a los otros hermanos. Obviamente su único interés era comer. Entonces, que comieran en casa.

      El v. 22 es muy citado como si Pablo hablara de no comer en el local, pero esta enseñanza era y es para toda iglesia, si se reúne en local o en casas privadas. El local no tiene nada que ver con el asunto. Observe: v. 17, “os congregáis”; v. 18, “os reunís como iglesia”; v. 20, “cuando, pues, os reunís vosotros”; v. 22; “menospreciáis la iglesia”; v. 33, “cuando os reunís a comer”; v. 34, “para que no os reunáis para juicio”. Este texto no habla del local sino de la iglesia (asamblea) para participar de la cena del Señor.

      La iglesia que se reunía en la casa de alguna familia tampoco podía usar la ofrenda para proveer o promover actividades sociales. Desde luego, Aquila, Ninfas o Filemón podían tener actividades sociales en sus propias casas, pero tal actividad hubiera sido de la familia y no actividad de la iglesia. Por ejemplo, para que un grupo de cristianos comieran en la misma casa en la que la iglesia se reunía, habría gastos para proveer comida y bebida pero no le tocaba a la iglesia como colectividad pagar tales gastos con la ofrenda. Además, las actividades no estarían bajo la dirección de la iglesia.

      D. Los hermanos liberales saben que 1 Cor. 11:17-34 no se debe usar para condenar el comer en el local y cuando lo usamos así ellos se confirman más en sus prácticas. Los textos indicados para probar que la Escritura no autoriza esa actividad son 2 Tim. 3:16, 17; 1 Ped. 4:11; 2 Ped. 1:3; Judas 3, etc. Los que tienen esta práctica están obligados a probar que la Biblia autoriza que la iglesia provea actividades sociales. Deben respetar el silencio de la Escrituras. El argumento válido es simple y  sencillamente que la Biblia no autoriza que la iglesia provea y promueva actividades sociales.