“AUMÉNTANOS LA FE”

LUCAS 17:5.

 

INTRODUCCIÓN.

          A. La fe es preciosa. 2 Pedro 1:1, “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra”.

          B. Sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11:6, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

          C. Pero la Biblia habla de varias clases de fe: “poca fe” (Mateo 8:26), “grande” fe (Mateo 15:28), “tanta fe” (Lucas 7:9), “fe muerta” (Santiago 2:26).

          D. Obviamente debemos desear que el Señor nos aumente la fe pero ¿cómo lo hace? Romanos 10:17, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Es imposible que el Señor nos aumente la fe si no oímos y leemos la palabra de Dios.

          E. 2 Tesalonicenses 1:3, “Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás”.

                   1. “Va creciendo” (aumentando) si aumentamos el tiempo dedicado a oír y leer la palabra de Dios.

                   2. Los nuevos cristianos son “confirmados en la fe” cuando perseveran en la fe, en la asistencia a los servicios y clases bíblicas, siendo activos en buenas obras, sembrando la simiente del reino para ganar almas por Cristo, etc.

 

I. EXAMINAR NUESTRA FE.

          A. 2 Corintios 13:5, “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

          B. Santiago 1:23-25, debemos observar nuestra fe y nuestra obediencia “atentamente en la perfecta ley” de Cristo como si fuera espejo, para estar seguros de la condición de nuestra fe y nuestra vida. Al ver que solamente tenemos “poca fe” debemos pedir fervientemente que el Señor nos aumente la fe y luego cooperar oyendo y leyendo la palabra y ejercitando nuestra fe en la obediencia y buenas obras.

          C. Es bueno y necesario que los cristianos tengan confianza en la fe que tengan, pero es peligroso ser demasiado confiados. Pablo dice, “El que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12).

          D. Tampoco conviene confiar demasiado en la aprobación de hermanos y otros. Hay peligro de ser como la iglesia de Sardis (Apocalipsis 3:1), “Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives, y estás muerto”. Lucas 6:26, “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!” Esto puede engañarnos y producir una confianza falsa.

          E. A fin de cuentas, aun los más fuertes, los que tengan “fe grande” deben pedir, “Auméntanos la fe”. Siempre hay lugar para crecer. Pueden tropezar y caer sobre problemas, dificultades y tribulaciones que jamás hubieran esperado, pero así es la vida.

 

II. ¿QUIÉNES DEBEN PEDIR “AUMÉNTANOS LA FE”?

          A. Los que apenas han obedecido al evangelio. Desde luego, tienen fe y esa fe les movió a arrepentirse, confesar la Deidad de Cristo y ser bautizados para el perdón de pecados. (Romanos 10:10; Hechos 2:38), pero obviamente su fe debe crecer para que sean fieles en el servicio del Señor.

          B. Los que no han crecido espiritualmente. Hebreos 5:12-14, “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.

                   1. Normalmente cuando uno obedece al evangelio su fe es fuerte pero si la descuida irá debilitándose y vuelven a necesitar leche en lugar de alimento sólido.

                   2. Por lo tanto, debe ejercitarla. La fe es como el músculo del cuerpo físico; necesita ejercicio. La fe que produce obediencia, fidelidad y buenas obras crecerá (aumentará) en lugar de morir.

          C. Los que han permitido que su fe falle. Lucas 22:32, “yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”. La fe de Pedro sí le falló. Era muy importante que él dijera, “Señor, auméntame la fe”.

          D. Los que tienen fe sin obras. Santiago 2:14-26. La fe sin obras no salva (justifica). Por lo tanto, los que tengan “poca fe” deben pedir “Auméntanos la fe” y esforzarse para fortalecerla para que no muera porque “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe …26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”.

 

III. EL CONTEXTO DE LUCAS 17:5.

          A. Lucas 17:1-5, “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos” (sus discípulos).

                   1. 1 Reyes 14:16, “Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel”.

                   2. Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”; es decir, “Auméntanos la fe” para que no seamos culpables de causar tropiezos. Cristo describe lo terrible de causar tropiezo que significa poner lazo o trampa en el camino como hacían los fariseos y escribas para evitar que la gente aceptara a Cristo.

                   3. ¿Qué tiene que ver el aumentar la fe con el no causar tropiezos?

No seremos culpables de tal cosa si tenemos una fe “grande” como la fe de la mujer cananea (Mateo 15:28; Lucas 7:9) o una fe excepcional como la fe del centurión (Lucas 7:9).

          B. Lucas 17:3, “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”.

                   1. Jesús les dijo a los apóstoles y dice lo mismo a nosotros: “Mirad por vosotros mismos”. Desde luego, los fariseos y escribas y muchos otros necesitaron esta enseñanza pero primero que todo “mirad por vosotros mismos”. Compárese Hechos 20:28, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”.

                   2. Siempre somos tentados a aplicar las enseñanzas de Cristo y los apóstoles a otros, pero para comenzar es indispensable que las apliquemos a nosotros mismos.

                   3. Los apóstoles tenían razón. Hay relación estrecha entre la fe y el obedecer estos mandamientos de Jesús. Parece que los apóstoles se sentían deficientes en cuanto a su espíritu de perdonar tantas veces.

                   4. Nos conviene a todos pedir “Auméntanos la fe” para poder reprender el pecado y perdonar al pecador que se arrepiente. El llamar la atención del hermano a su pecado es acto de amor pero al mismo tiempo es acto de fe. Hay peligro de descuidar este mandamiento porque muchos no quieren ser reprendidos por sus pecados.

          C. Se requiere una fe fuerte (“grande”) para obedecer los mandamientos más difíciles del Señor. Es fácil decir “arrepentirse” pero en realidad es difícil abandonar las obras de la carne (Gálatas 5:19-21). No es fácil despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo hombre (Efesios 4:22-32). Para muchos es casi imposible quebrantar adicciones (usar drogas, fumar, tomar, maldecir, etc.).

          D. Es importante reconocer que la fe tiene mucha fuerza. Lucas 17:6, “Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería”.

 

IV. SI TENEMOS VERDADERA FE EN DIOS, LE GLORIFICAREMOS Y SEREMOS OBEDIENTES A SU PALABRA.

          A. Lo muy importante es que simple y sencillamente hagamos la voluntad del Señor, que hagamos lo que debemos hacer de acuerdo a la palabra de Dios.

          B. Lucas 17:7-10, “¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?

¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”.

          C. Cada persona debe creer en Dios como el apóstol Juan dice del amor, “no de palabra ni de lengua sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18).

          D. Y creyendo en Dios, “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”. (Marcos 12:30).

          E. Siendo agradecidos debemos honrarle y glorificarle, dándole gracias no solamente en palabra sino manifestando la gratitud con los hechos.

                   1. Romanos 1:20, 21, “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”.

                   2. Desde luego, el darle gracias implica que le adoramos. Efesios 5:19, “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Colosenses 3:17, “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.

 

CONCLUSIÓN¿QUÉ PASA SI LA FE NO CRECE (NO AUMENTA)?

          A. ¿Qué es lo opuesto de crecer o aumentar? ¡Debilitarse! ¡Decrecer! Hebreos 5:11-14. En lugar de poder enseñar a otros, necesitan ser enseñados. En lugar de poder comer alimento sólido necesitan leche.

          B. Si la fe no va aumentando no estamos creciendo. 2 Pedro 3:18, “ Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”

          C. Si la fe no crece estamos en peligro de desviarnos. Hebreos 2:1, “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos (nos desviemos, LBLA)”.

          D. Hebreos 11:6, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay (que Él existe, LBLA), y que es galardonador de los que le buscan”. Entonces para agradar a Dios ¿no es necesario aumentar la fe? ¿No se agrada más de una fe grande y excepcional?