LOS INGRATOS NO APRUEBAN TENER EN CUENTA A DIOS

A PESAR DE TODO LO QUE HA HECHO Y HACE POR LOS HOMBRES

Romanos 1:20, 21, 28

 

Introducción.

   OJO: Amados hermanos, este estudio bien puede ser una herramienta muy útil para motivar a los que no han obedecido al evangelio o que no perseveran.

   A. Buena pregunta para el individuo que no ha obedecido al evangelio: ¿En verdad usted se siente satisfecho siendo ingrato? Es lo que es si no obedece al evangelio y sigue fiel al Señor.

   B. ¿Qué piensa de los nueve leprosos sanados por Jesús que no le dieron gracias? (Lucas 17:12-19). La lepra es una plaga que destruye el cuerpo pero el pecado es una plaga que hace sufrir el alma y cuerpo resucitado en el infierno de fuego para siempre.

   C. ¿Qué piensa de hijos ingratos? Sin el cuidado de los padres los hijos pequeños pueden enfermar y aun morir, pero el ser ingratos hacia Dios tiene consecuencias mil veces más horrible que la enfermedad y muerte.

   D. Romanos 1:20-21, 28, “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido …  ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios.

 

I. DIOS HA MOSTRADO DE MÚLTIPLES MANERAS SU AMOR POR EL HOMBRE.

   A. Creó el mundo para el hombre (Génesis 1), la luz, los cielos, la tierra con hierba verde, árboles frutales, lumbreras en los cielos, aves, peces, animales de toda clase. Génesis 1:26-30, “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra,  en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así”. El punto sobresaliente: Dios creó este mundo para el hombre.

      1. Obviamente Dios hizo el mundo para el beneficio del hombre. Creó al hombre hasta el sexto día para tener todo listo para él.

      2. Al observar este mundo que Dios ha creado el hombre puede y debe saber que existe el Dios Vivo, Omnipotente, Omnisciente, el Dios de perfecto amor. Romanos 1:20, 21.

      3. Hechos 14:15, Pablo anunció al “Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. 16 En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; 17 si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones”.

    4. Hechos 17:24-25, 28, “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas … 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos”.

 

II. MEDITEMOS SERIAMENTE EN ESTO:

   A. Dios ha creado este mundo para el hombre, la tierra que produce su alimento y llena su corazón de alegría y contentamiento, la gran variedad de animales, aves y peces, árboles, flores (“los lirios del campo … ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos”, Mateo 6:28, 29), montañas, valles y océanos.

   B. Todo esto y mucho más lo ha creado para el bienestar y felicidad del hombre.

   C. Y el cuerpo del hombre, el cuerpo vivo, el cuerpo con aliento, el cuerpo con cabeza (mente, inteligencia), el cuerpo con varios sistemas maravillosos, sistema digestivo, la circulación de sangre, el cuerpo con cinco sentidos. Nos da vida y aliento todos los días, cada momento. Cada latido del corazón es regalo de Dios.

   D. Y sobre todo, Romanos 5:5, 8, “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado… Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. 1 Juan 4:9, “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” … 1 Juan 3:16, “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros”… Tito 3:4, “se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres”.

   E. 2 Corintios 13:14, “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”. 2 Tesalonicenses 2:16, “Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia”.

  

III. POR LO TANTO, ES MUY RAZONABLE QUE EL HOMBRE AME A DIOS, QUE GLORIFIQUE A DIOS, QUE LE DÉ GRACIAS.

   A. Marcos 12:30, “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” … Salmo 18:1, “Te amo, oh Jehová, fortaleza mía” … Salmo 31:23, “Amad a Jehová, todos vosotros sus santos” …

   B. Romanos 8:28, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

   C. Y, desde luego, si amamos a Dios, le glorificaremos y le daremos gracias por todas sus bendiciones.

 

IV. PERO A PESAR DE TODA MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS, MUCHOS HOMBRES PIENSAN QUE DIOS NO ES DIGNO DE SER GLORIFICADO Y AGRADECIDO.

   A. Romanos 1:28, “ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios” … Juan 5:42, “ Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros”.

   B. Millones de hombres viven porque Dios les da vida, respiran porque Dios les da aliento, disfrutan muchísimas bendiciones de este mundo que Dios creó para el hombre y en lugar de glorificarle y agradecerle, le dan la espalda.

   C. ¡Y los falsos testigos de La Atalaya y otros materialistas dicen que no hay infierno! El resultado de su actitud es que no importa que el hombre desprecie a Dios y su amor, que es perfectamente aceptable que los hombres desprecien a Cristo y su sufrimiento en la cruz, que aunque la salvación que Cristo ofrece sea pisoteada, Dios nunca echaría a los desobedientes a un lago de fuego. ¡Un día entenderán!

   C. Amigo, escúcheme, el no obedecer al evangelio, el no glorificar a Dios

y el no dar gracias a Dios no se puede describir como mero descuido y negligencia. Más bien, tal conducta es desprecio de primera clase. El hombre se atreve a despreciar el amor de Dios. No toma en cuenta su bondad. Y luego dice, “¡No hay infierno!” ¡Qué ilusiones!

   D. Viven como si Dios no existiera. No lo toman en cuenta, no obedecen al evangelio. Pedro pregunta, “¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” (1 Pedro 4:17) y Pablo contesta: “cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:7,8).

      1. Génesis 1:27 “Creó Dios al hombre a su imagen” con inteligencia, voluntad, emociones y consciencia, pero el hombre abusa de esa inteligencia despreciando a Dios como si no fuera digno de ser retenido en la mente del hombre, que no es digno de ser conocido, adorado y servido.

      2. Los hombres ponen el conocimiento de Dios a prueba y lo rechazan. Piensan que es inútil retener el conocimiento de Dios.

      3. Piensan que no vale la pena prestarle atención a Dios y a su palabra.

      4. 1 Tesalonicenses 2:4, “fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio”. La palabra “aprobados” en este texto es la misma que aparece en Romanos 1:28. Dios aprueba a los fieles pero los infieles no aprueban a Dios.

      5. Rechazan el conocimiento de la voluntad de Dios porque quieren seguir sus propios pensamientos y seguir sus propios caminos. Isaías 55:8, 9, “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. No quieren conformar su conducta a los pensamientos y caminos de Dios y, por eso, expulsan el conocimiento de Dios de sus mentes y vidas. Romanos 1:21, 22.

 

V. La ingratitud.

   A. Lucas 17:12-19. Jesús sanó a diez leprosos, hombres desesperados porque el leproso era como “hombre vivo pero muerto” porque su cuerpo día con día iba desapareciendo. No solamente la piel sino miembros del cuerpo (manos, pies, nariz, labios) pueden desaparecer.

      1. Jesús sanó a los diez pero solamente uno, “viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz”.

      2. Entonces Jesús dice, “¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?”

      3. ¿Dónde están los nueve? La Biblia no contesta, pero seguramente andaban muy contentos y gozosos de poder volver a su familia y una vida normal. Recibieron bendiciones riquísimas pero ¿dónde estuvo la gratitud?

      4. ¿Dónde están? De seguro, no estuvieron con el samaritano que volvió a Jesús, “glorificando a Dios a gran voz”. Estuvieron muy tristes cuando en necesidad, pero callados cuando les convenía expresar gratitud.

      5. Era fácil que con “gran voz” se regocijaran con sus familias y otros siendo limpiados de su lepra, pero no hubo voz alguna para expresar la gratitud a Cristo.

      6. Pensamos en aquellos leprosos (ex leprosos) y preguntamos “¿cómo es posible que no se sintieran gratitud por una bendición tan importante? Pero surge otra pregunta: ¿Cómo es posible que millones reciban innumerables bendiciones de Dios a diario sin glorificarle y darle gracias? La respuesta es obvia: es el desprecio. Desprecian a Dios y sus bendiciones. Desprecian a Cristo y su sufrimiento en la cruz. ¡Y si no se arrepienten, tal desprecio les llevará al infierno de fuego para sufrir eternamente!

      7. Y la otra palabra igualmente fea es “ingratitud” y la causa de la ingratitud es el desprecio de los beneficios de Dios.

   B. Los falsos “testigos” de La Atalya dicen que el verbo kolasin (castigo) debe ser traducido “cortamiento”. Con esto contradicen los léxicos griegos. Según ellos no habrá castigo eterno en el infierno de fuego. Dicen que el infierno del cual Jesús habla (Mateo 5:22, 29, 30; 10:28; 13:49, 50; 23:33) es nada más el sepulcro. Según su manera de torcer las Escrituras el único “castigo” que los desobedientes van a sufrir es la muerte física que, desde luego, todo ser humano sufrirá con la excepción de los que estén vivos cuando Cristo vuelva. Igualmente los mormones, adventistas y otros niegan la existencia del infierno de fuego como lugar de castigo eterno.

   C. Imagínese que Cristo hubiera sufrido una muerte tan horrible en la cruz para salvar al hombre de la aniquilación (el dejar de existir). Todo pecador convencido de tal fin disfrutaría aun más del pecado pensando que la consecuencia de una vida pecaminosa sería simple y sencillamente la muerte física como la muerte de un animal.

   D. Los que enseñan que no habrá infierno minimizan el pecado contra Dios y, en turno, desprecian la majestad y gloria de Dios. Tal doctrina materialista enseña que no es gran cosa pecar contra Dios. Al “razonar” humanamente concluyen que no puede haber infierno de castigo eterno porque el despreciar a Dios es cosa insignificante. Con razón Pablo dice que “se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21).

CONCLUSIÓN:

   A. La ingratitud es una de las faltas más condenables en el hombre. Era detestable la conducta de los nueve leprosos que no dieron gracias a Cristo.

   B. Lo mismo en hijos desagradecidos con sus padres.

   C. Pero esos casos no se pueden comparar con lo condenable de recibir tantas bendiciones riquísimas de Dios y no tomarle en cuenta, no glorificarle y no darle gracias.

   D. Este estudio debe ser muy efectivo para convencer a los desobedientes de las consecuencias espantosas de no tomar en cuenta a Dios.

   E. En “Aquel Día” todos los que rehúsan humillarse delante de Dios para obedecer al evangelio y servirle como verdaderos cristianos hasta la muerte oirán las palabras de Jesús, “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41).