NO RESUCITAR EL MONSTRUO LLAMADO “CARNE”

 

I. Matar el monstruo llamado carne”. Véase este sermón en la página web de waynepartain.com, bajo Sermones, Obras de la Carne.

   A. Romanos 6:4-6, En la conversión debemos crucificar el viejo hombre (matar el montruo llamado “carne”) en el verdadero arrepentimiento y después de sepultarlo en el bautismo, resucitarlo como nueva criatura.

   B. Gálatas 5:24, “los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”.

 

II. Sin embargo, Colosenses 3:5, Pablo dice a los santos de Colosas, “haced morir lo terrenal (la carne) en vosotros”.

   A. Por lo tanto, cuando los miembros de la iglesia de Colosas se convirtieron, si en realidad habían crucificado la carne, ¿qué pasa aquí? Cuando se convirtieron ¿no hicieron morir lo terrenal en ellos?

   B. Igualmente Gálatas 5:16 dice, “Andad en el Espíritu and no satisfagáis (no cumpliréis) los deseos de la carne”. Pregunta: ¿Los hermanos de las iglesias de Galacia todavía tenían “deseos de la carne”?

   C. Efesios 4:22,  En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente … v. 31, quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”.

   D. ¿Habían resucitado los deseos de la carne o habían fallado en matarlos? En realidad estos textos enseñan que la lucha entre el espíritu (o el Espíritu) y la carne es una lucha interminable…

 

III. La “carne” es la fuente de los pecados. Es la sede de la cual proceden los pecados.

   A. Igualmente el corazón (intelecto, voluntad, emociones, conciencia) es la fuente de las palabras y acciones.

      1. Mateo 12:34, “de la abundancia del corazón habla la boca”.

      2. Mateo 15:19, “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”. Entonces, obviamente la carne y el corazón corrupto son la misma fuente de la cual proceden los pecados.

     3. Proverbios 4:23, “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida”. Este texto dice que el corazón es la fuente (manantial) de todas nuestras acciones.

    4. Entonces es obvio que la “carne” equivale al “corazón corrupto”.

 

IV. Por lo tanto, es necesario que el corazón sea limpiado continuamente. Mateo 5:8, “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.

   A. No nacemos con corazones corruptos. El calvinismo enseña que cuando Adán pecó fue castigado con una “naturaleza caída” (corrupta) y que todos (como descendientes de Adán) nacen con “naturaleza caída” y que esta supuesta “naturaleza caída” se llama la “carne”.

      1. Esta es una vil mentira de Satanás, el padre de mentiras (Juan 8:44). Es  doctrinas de demonios, 1 Timoteo 4:1,

      2. Génesis 3 describe el castigo de Adán y Eva y no hay la más mínima sugerencia de una “naturaleza caída” o corrupta.

   B. Dios forma el cuerpo del hombre en el vientre de su madre (Job 31:15; Salmo 139:13). Además Dios forma el espíritu en el hombre (Zacarías 12:1) y acusar a Dios de formar un espíritu corrupto en el bebé es blasfemia contra Dios.

   C. Eclesiastés 7:29 dice que “Dios hizo al hombre recto pero ellos buscaron muchas perversiones”. Génesis 8:21, “el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud (no dice “desde nacer”). Estos textos enseñan claramente que al nacer el hombre su corazón es puro pero que él mismo lo mancha y corrompe desde la juventud.

 

V. Cada persona es culpable de corromper su propio corazón.

   A. No puede echar la culpa en Adán, ni mucho menos en Dios. Tampoco en sus padres. Él mismo, desde la juventud, lo corrompe.

   B. Al convertirse el hombre debe crucificar (hacer morir, destruir) la carne.

   C. Si uno no la destruye completamente, puede ser comparado al pueblo de Israel que no mató a todos los cananeos y los que sobrevivieron eran como aguijones en sus ojos y espinas en sus costados (Números 33:55).

   D. Entonces la lucha continúa, Gálatas 5:16; Colosenses 3:5, etc.

 

VI. Pero sobre todo, lo importante es no corromper el corazón, recibiendo en él los deseos, pensamientos y propósitos malos.

   A. Para resolver el problema de la carne, conviene no crearla, o si al convertirse crucificamos el viejo hombre, lo dejemos muerto y no resucitarlo.

   B. Esto significa llenar el corazón con la Escritura, buenos pensamientos y propósitos y llenar la vida con buenas actividades y obras en el servicio de Dios.

      1. Filipenses 4:8, “ Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. ¡Qué buen consejo!

     2. Hebreos 4:12  Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.

     3. Isaías 55:8, 9, “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. Si llenamos el corazón con los pensamientos y caminos de Dios, no habrá lugar para deseos, pensamientos y propósitos malos.

   C. Por todo lado estamos expuestos a lo que puede contaminar el corazón: la mala compañía, conversaciones corruptas, lenguaje pesado, música mundana, televisión y videos carnales, pornografía, etc. pero podemos rechazar todas estas malas influencias en lugar de recibirlas en el corazón.

   D. No olvidemos que lo que entra en el corazón saldrá en las palabras y acciones. Por eso, tengamos cuidado de lo que veamos, leamos y escuchemos.

 

VII. Santiago 1:14, “cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia (malos deseos y propósitos) es atraído y seducido”.

   A. ¿Cómo entra Satanás en uno?

      1. Judas. Juan 13:27, “Satanás entró en él”. ¿Con o sin su permiso? Entró en él porque era ladrón (Juan 12:6) y avaro.

      2. Lo mismo Acán, Josué 7:21, “Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello”.

      3. Ananías y Safira, Hechos 5:3, “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?”

      4. David, 2 Samuel 11:2, “Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa… v. 4 y la tomó; y vino a él y él durmió con ella”.

   B. En todo caso Satanás entra en el corazón por medio de los deseos malos de la persona. No puede entrar en los que tienen corazón puro.

 

Conclusión.

   A. Si no crucificamos la carne, la carne nos matará. Es cuestión de matarla o nos mata.

   B. El remedio principal es la prevención por medio de mantener limpio el corazón. Si está lleno de la palabra de Dios y la vida está llena de buenas actividades en el servicio de Dios, evitaremos toda clase de problema. Filipenses 2:12, “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”.

   C. Si hemos dejado vivos algunos de los cananeos, reconocer que es indispensable que acabemos con ellos. Pablo no dice “herir” sino crucificar, “haced morir”.

   D. Romanos 8:1, “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu… v. 9  Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”. El Espíritu mora en nosotros, dirige y controla nuestra vida, por medio de la palabra de Dios que Él revela (Efesios 6:17).

   E. Romanos 8:31, “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:37, “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.