“NO OS CONFORMÉIS …  SINO TRANSFORMAOS”

Romanos 12:2

Introducción.

     A. Es imposible ganar la victoria so­bre la carne sin la transformación del corazón (el intelecto, la voluntad, las emociones, la conciencia).

     B. Hay muchos textos que enseñan, directa o indirectamente, la necesidad de tal transformación.

I. "No Os Conforméis A Este Siglo", Romanos 12:2.

     A. "No os adaptéis a este mundo" (LBLA) Muchos creen que lo más importante en esta vida es conformarse a la moda, a la práctica común y aceptable de la sociedad. "A la tierra que fueres, haz lo que vieres". Aullar con los lobos, y can­tar con los canarios.

     1. De otro modo, si somos diferentes se burlarán de nosotros.

     2. El mundo persigue a los mejores y a los peores, y por la misma razón: no son conformistas. En la misma cárcel con los ladrones y otros criminales estaban tam­bién Pablo y Silas. En el Calvario crucifi­caron a dos malhechores y también a Cristo.

     B. "Como hijos obedientes, no os con­forméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia", 1 Pedro 1:14.

     C. Conformarse, "suschematizo, dar la misma figura o apariencia que, conformar a ... Este verbo tiene una refe­rencia más especial a aquello que es transitorio, mutable, inestable ... no podría ser usado de una transformación interna" (Diccionario del Sr. W. E. Vine).

     1. La "forma" del mundo es transitoria, inestable, pasajera (1 Corintios 7:31, "porque la apariencia (schema) de este mundo se pasa"; 1 Juan 2:17). 

     2. El mundo no tiene "forma" perma­nente. Su "forma" es pura apariencia figura (sombra). ¡Qué insensatez confor­marnos a lo pasajero e inestable!

II. "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento".

     A. "En Rom.12:2 se contrasta el ser conformado exteriormente a las cosas de este mundo en contraste a ser transfor­mado (o transfigurado) internamente por la renovación de los pensamientos me­diante el poder del Espíritu Santo" (Diccionario del Sr. W. E. Vine).

     B. El Espíritu Santo efectúa esta transformación a través de su palabra. Lo hace con su espada ("Y tomad... la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios", Efesios 6:17).

     1. Nos convierte por medio de su pa­labra (Lucas 8:11; 1 Corintios 4:15; 1 Pedro 1:23-25).

     2. También lleva a cabo la transfor­mación espiritual a través de la palabra. Es por eso que Pablo dice "por medio de la renovación de vuestro entendimiento".

     C. Transformaos, "metamorphoo, cambiar en otra forma... se emplea en la Voz Pasiva, (a) de la transfiguración de Cristo, Mat. 17:2... (b) de creyentes, Rom. 12:2, 'transformaos', estando obligados a efectuar un cambio total que, en el poder de Dios, hallará su expresión en el carác­ter y en la conducta; morphe destaca el cambio interno, schema ... destaca lo externo" (Diccionario del Sr. W. E. Vine).

     1. Es interesante observar que Pablo, para hablar de nuestra "transformación" emplea el mismo término que Mateo y Marcos usa para hablar de la transfigu­ración de Cristo.

    2. También es interesante (e impor­tante) observar el contraste entre la "forma" del mundo (pura apariencia, pasajera, inestable) y la "forma" del cristiano (un cambio interno que nos hace como Cristo para tener "una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos", 2 Corintios 5:1).

III. "Por Medio De La Renovación De Vuestro Entendimiento". ("Vuestra mente").

     A. La "renovación de la mente" es efectuada por el evangelio. No hay otra manera de lograrla, y sin la renovación de la mente no habrá transformación.

     B. Por lo tanto, la religión de Cristo es una religión de enseñar y predicar. Juan predicaba. Jesús predicaba. Los doce predicaban. También los 70. Cristo envió a los doce apóstoles y a los setenta discípulos a predicar a los judíos. Envió a los doce a evangelizar al mundo. Los hermanos perseguidos "iban por todas partes anunciando el evangelio (Hechos 8:4).

     C. Cristo trajo al mundo una nueva enseñanza, la enseñanza del Padre, se la entregó a los apóstoles y éstos, guiados por el Espíritu Santo, se la entregaron al mundo. La tenemos en el Nuevo Testa­mento.

     D. Es imperativo que se predique, se enseñe, se crea, se obedezca.

     E. Porque si los hombres no se trans­forman, no pueden ir al cielo, y no pueden transformarse si no oyen, aprenden, creen, y obedecen la enseñanza de del Nuevo Testamento. Es un mensaje trans­formador. Nos hace dejar una forma y aceptar otra forma.

     F. El evangelio se dirige al corazón del hombre. El Creador del hombre es el Autor del evangelio. El evangelio es apropiado al hombre. Hay una co­rrespondencia, una concordancia perfecta entre el hombre y el evangelio.

IV. Varios Aspectos De Esta Transforma­ción.

     A. Es un nuevo nacimiento (una regeneración) efectuado por la simiente espiritual, la palabra de Dios (Juan 3:3-5; 1 Corintios 4:15; 1 Pedro 1:23 Tito 3:5).

     B. Es una crucifixión, una sepultura y una resurrección (Romanos 6:3-6; Colosenses 2:12). Uno muere al pecado, es sepultado en el bautismo, resucita a vida nueva.

     C. Es Despojarse de una vida con­taminada y vestirse de una vida nueva (Efesios 4:22-32 "y renovaos en el espíritu de vuestra mente"; Colosenses 3:10 "y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno").

     D. Se llama en varios textos simple­mente convertirse o volver a Dios (Mateo 18:3, "si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cie­los"; Hechos 3:19, "Así que, arrepentíos y convertíos"; 1 Tesalonicenses 1:9, "os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero"; Hechos 14:15, "os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay"; Hechos 26:18, "para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios".

V. Somos Transformados A La Semejanza De Cristo.

     A. El pueblo de Dios son los imita­dores de Dios, son como Dios. Poseen las mismas cualidades, las mismas caracterís­ticas. No somos semejantes a Dios en poder, desde luego, pero en carácter sí.

     B. Conocemos a Dios porque Cristo vino al mundo para revelarlo. 

     1. Juan 14:9 "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre". Como Cristo demostró al Padre en su vida, debemos demostrar a Cristo en la nuestra. (Además, debemos imitar a Pablo, como él imita a Cristo, 1 Corintios 11:1).

     2. Juan 17:21 "para que todos sean uno; como tú oh Padre, en mí, y yo en ti ... " No son la misma persona. Son personas distintas, pero son "uno" (unidos) en propósito y obra.

     3. Al observar a Cristo, estamos ob­servando al Padre. Al imitar a Cristo imi­tamos al Padre. Si somos "cristianos" so­mos verdaderos "hijos" (imitadores) de Dios. 

     C. 1 Pedro 2:21, "Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas". Debemos imitarlo en todo (aunque en este contexto el tema es imitarlo en el padecimiento).

     D.   2 Corintios 3:18, "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor". "2 Co 3:18 describe a los creyentes como siendo 'transformados de gloria en gloria en la misma imagen' (esto es, en la de Cristo en todas Sus excelencias morales)" (Diccionario del Sr. W. E. Vine). 

     E. Romanos 8:29, "Porque a los que antes conoció también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su hijo". En este hermoso texto Pablo desa­rrolló el plan eterno de Dios. El corazón del plan es que Dios nos salva para que seamos transformados en la imagen de Cristo.

     F.    Gálatas 2:20, "ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí"; 4:19, "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros". El gran propósito del evangelio es que la gente se salve y que Cristo sea formado" en ellos. Si Cristo no es formado en nosotros, no vamos al cielo.

Conclusión:

     A. Dios requiere una transformación de nuestra vida, comenzando con el corazón ("por la renovación de la mente"). No aceptará substituto. La Biblia no habla de "enmendar" la vida. No dice "mejorarla".

     B. Los términos que la Biblia usa (y los que tenemos que usar, 1 Pedro 4:11) in­dican una completa transformación de vida, un nuevo nacimiento, una crucifi­xión, sepultura y resurrección, un cambio radical (despojarse, vestirse de nuevo), una verdadera conversión.

     C. "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento".