REPARTIR (DAR) CON SENCILLEZ (LIBERALIDAD)
Romanos 12:8, “El que da, con liberalidad”
INTRODUCCIÓN.
A. Romanos 12:11, “No seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes
en espíritu, sirviendo al Señor”.
B. Esta exhortación tiene que ver con el uso de los dones
mencionados por Pablo en Romanos 12:7, 8. Estos “dones” son las varias funciones
de los miembros del cuerpo de Cristo y deben ser ejercitados con diligencia.
Debemos ser “fervientes en espíritu”.
C. El repartir (dar, ofrendar) debe ser con “sencillez”,
japlotes, traducida “liberalidad”
porque el repartir con toda sencillez y sinceridad resulta en liberalidad.
I. UNO DE LOS PELIGROS MÁS GRANDES PARA MIEMBROS DE LA IGLESIA.
A.
Gastamos miles y miles de nuestra “abundancia” en nosotros
mismos (casas, muebles, vehículos, viajes y vacaciones, deportes y recreo de
toda clase, ropa, joyería, celulares, etc., etc.,) y ¿cuánto para ayudar a los
hermanos necesitados?
1. ¿Qué necesitan? Sobre todo necesitan atención médica.
Hechos 11:27-30 habla de “una gran hambre” y los hermanos de Antioquía enviaron
socorro a los hermanos de Judea.
2. Pero Romanos 15:26 habla de “una ofrenda para los
pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén”. La gran necesidad ahora
de “los pobres que hay entre los santos” en algunos países es la ayuda
para gastos médicos. Las iglesias de muchos países son pequeñas y pobres y
no pueden suplir la necesidad de sus miembros enfermos y envían peticiones a
otras iglesias e individuos. “¡Oh, sí, vamos a ayudarles si hay una gran hambre
porque no queremos que nuestros hermanos mueran de hambre!” Qué actitud más
curiosa. No queremos que mueran de hambre ¿pero está bien que mueran del cáncer
o por falta de una cirugía urgente? ¿El que muera de hambre está más muerto que
el que muera del cáncer o porque no hubo dinero para la cirugía necesaria?
3. 2 Corintios 8:14 Pablo enseña que “la abundancia
vuestra” debe suplir “la escasez de ellos”.
Estos hermanos necesitados pueden vivir en la sombra de
alguna clínica que tiene rayos X, terapias de toda clase, ultrasonido, etc. pero
no hay fondos para tales gastos pesados. El enfermo no los tiene y la iglesia de
la cual es miembro no los tiene. Por eso necesitan urgentemente la benevolencia
de sus hermanos que tengan “abundancia”.
4. Iglesias por todo lado leen cada domingo 1
Corintios 16:1-3 para que haya buena ofrenda pero ¿cuántas de ellas usan la
ofrenda para santos necesitados?
B. Los miembros de la iglesia que no han aprendido o
no practican este don (privilegio) con
liberalidad no solamente al ofrendar a la iglesia sino también en ayudar
personalmente a los hermanos necesitados
están en gran peligro espiritualmente.
C. ¿Dónde están los hermanos necesitados?
Si no hay hermanos necesitados en el país donde
usted vive, le conviene alzar los ojos y abrir los oídos para estar conscientes
de los hermanos necesitados que viven en otros países. Cristo tiene hermanos
enfermos en muchos países y Él dice que cuando les visitamos “en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo
25:40). (Desde luego, el “visitar” de este texto significa “visitar con ayuda”.
Compárese Santiago 1:27, “La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios
y Padre es ésta: visitar a los huérfanos y viudas en sus aflicciones, y
guardarse sin mancha del mundo”).
1. Por
lo tanto el repartir (dar) los bienes
materiales para ayudar a los hermanos necesitados de cualquier país es asunto
sumamente grave y urgente, porque al hacerlo rendimos servicio a Cristo
Mismo.
2. Estos “mis hermanos más pequeños”, ¿dónde viven?
Si yo vivo en Odessa, Texas, ¿debo ayudar solamente a los hermanos necesitados
de Odessa, Texas?
3. Si ayudamos a los hermanos necesitados de
Guatemala o Argentina ¿estamos ayudando a Jesús? ¿Tiene Jesús “hermanos más
pequeños” en esos países?
D. Acusar recibo. Conviene agregar aquí que es
indispensable que las iglesias necesitadas que reciban fondos de hermanos de
otros lugares acusen recibo a cada contribuyente de toda la ayuda recibida.
E. ¿Cuántos textos revelan la enseñanza de Cristo y los
apóstoles acerca del uso del dinero? ¿Cuántos hablan de la mayordomía? Las dos
palabras “buenas obras” ocurren repetidas veces.
Todos daremos cuenta
de nuestra mayordomía en Aquel Día.
F. ¿Damos a Dios primicias o gastamos casi todo en nosotros
mismos y luego ofrecer el ciego, el cojo y el enfermo a Dios? Malaquías 1:8.
¡Dios no acepta sobrantes!
II. DIOS ES EL DADOR PRINCIPAL
A. Hechos 17:25, “Él es quien da a todos vida y aliento y todas las
cosas”.
B. Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna”. Romanos 8:32, “El que no escatimó (eximió) ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas?”
C. Santiago 1:5, “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala
a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será
dada”.
D. Gálatas 1:3, 4, “nuestro Señor Jesucristo, 4 el cual se
dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo…”
III. TODO PERTENECE A DIOS.
A. Salmo 50:10-12, “Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de
animales en los collados.11 Conozco a todas las aves de los
montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. 12 Si
yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud”.
B. Deuteronomio 10:14, “He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los
cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella”.
C. Hageo 2:8, “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los
ejércitos”.
D. 1 Crónicas 29:14, “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que
pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de
lo recibido de tu mano te damos”.
E. Deuteronomio 8:18, “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el
poder para hacer las riquezas…”
F. 1 Timoteo 6:17, “… el Dios vivo, que nos da todas las cosas en
abundancia para que las disfrutemos”.
IV. SOMOS MAYORDOMOS DE LAS BENDICIONES RECIBIDAS DE DIOS.
A. Es indispensable que entendamos que no somos “dueños” de nuestras
“posesiones”. Más bien, todo pertenece a Dios y somos mayordomos y daremos
cuenta a Dios en cuanto al uso de todo lo que nos da.
B. Las parábolas de Jesús enfatizan este principio:
1. La
parábola de los talentos. Mateo 25:14-30.
2. La parábola del rico insensato, Lucas 12:15-21.
3. La parábola del mayordomo infiel, Lucas 16:1-13.
4. La parábola de las minas, Lucas 19:11-27.
C. Los cristianos son mayordomos de Dios y deben administrar la gracia de Dios
con toda diligencia.
1. En el primer siglo los apóstoles imponían manos sobre ciertos
miembros de la iglesia para impartirles dones del Espíritu Santo (1 Corintios
12:4-11).
2. Ahora tenemos “dones” no milagrosos que administrar. Romanos
12:6-8, “6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la
gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o
si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el
que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad;
el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con
alegría”. (Obsérvese que el “repartir” o dar es don de Dios).
3. Debemos administrar estos dones conforme a la voluntad de Dios. 1
Pedro 4:10, “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”.
V. LA GRACIA DE OFRENDAR
A. 2 Corintios 8:1-4, “Asimismo, hermanos, os hacemos
saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; 2 que
en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza
abundaron en riquezas de su generosidad. 3 Pues doy testimonio
de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus
fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos
el privilegio de participar en este servicio para los santos. 5 Y
no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y
luego a nosotros por la voluntad de Dios”.
B. Pablo habla de la liberalidad de la ofrenda de los macedonios para
ayudar a los pobres de entre los santos de Jerusalén (1 Corintios 16:1-3;
Romanos 15:26). No ofrecieron “sobrantes” al Señor. Lo que hicieron los
macedonios es la manera segura de eliminar toda avaricia.
C. Es posible saber cuánto debemos ofrendar. Hechos 11:29 dice que los
hermanos de Antioquía “cada uno conforme a lo que tenía, determinaron
enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea”.
D. Pero Pablo habla de “la gracia de Dios”. ¿Qué tiene que ver la gracia
con el ofrendar? Tiene mucho que ver. La palabra “gracia” significa “favor”; por
lo tanto, el ofrendar es una expresión del favor de Dios, una bendición de Dios.
Al ofrendar nosotros Dios nos está bendiciendo. No estamos llenando el
platillo de Dios. Más bien Él está llenando el nuestro.
VI. EL DAR ES PRUEBA DEL AMOR.
A. 2 Corintios 8:8, 24, “ No hablo como quien manda, sino
para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad
del amor vuestro,,. 24 Mostrad, pues, para con ellos
ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro gloriarnos
respecto de vosotros”.
B. 1 Juan 3:17, 18, “Pero el que
tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él
su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos
míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”.
C.
¿Es posible “ver” a los hermanos tener necesidad si viven
en otro país, lejos de donde uno vive? Ante los ojos de Dios para que hermanos
de Estados Unidos ayuden a los hermanos necesitados de Nicaragua o Venezuela es
como cruzar la calle. Para Dios no hay “distancia” como no hay “tiempo”.
VI. MUCHOS TEXTOS ENSEÑAN LA NECESIDAD DE DAR CON LIBERALIDAD PARA HACER BUENAS
OBRAS.
A.
B. Efesios 4:28, “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con
sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece
necesidad”.
C. 1 Timoteo 6:17, 18, “17 A los ricos de este siglo
manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales
son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia
para que las disfrutemos. 18 Que hagan bien, que sean
ricos en buenas obras, dadivosos, generosos”.
D. Tito 2:14, “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda
iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras…
3:1, que estén dispuestos a toda buena obra … 3:8, que los que creen en
Dios procuren ocuparse en buenas obras...3:14 Y aprendan también los
nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que
no sean sin fruto”.
CONCLUSIÓN.
A. Dios nos ha bendecido de muchas maneras. Nos da la vida misma. Provee
para nuestro sustento físico (alimento, abrigo). La familia es una bendición muy
especial de Dios. La iglesia es una bendición muy especial de Dios.
B. En fin, como dice Santiago 1:17, “Toda buena dádiva y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni
sombra de variación”.
C. Los cristianos son imitadores de Dios (Efesios 5:1). Por lo tanto,
debemos ser benévolos, generosos, dadivosos.
D. Es deber, pero al mismo tiempo, es el medio de encontrar
la verdadera felicidad. Hechos
20:35, “Es más dichoso dar que recibir”.
¿Cuántos realmente creen esto? Es
cierto. Los generosos son más felices que los tacaños.
E. El deseo de ser feliz es deseo normal, pero ¿cuántos saben lo que se
requiere para ser feliz?
F. Dios es nuestro Creador. Él sabe y nos dice cómo
encontrar la verdadera felicidad.
G. “El que da … con liberalidad”.