LUCAS 2

 
 
Continúa
2:25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. -
Hay mucho énfasis sobre la hipocresía de muchos de los líderes judíos, pero la Biblia también destaca a varias personas piadosas aun en ese tiempo de tanta decadencia espiritual.

2:26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. - Compárese Mar. 9:1, “También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder”.

2:27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. (No entró por casualidad). Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, -- Obsérvese cómo Lucas enfatiza la ley, y cómo José y María la obedecía. En este capítulo habla de la ley cinco veces. Pablo dice que Cristo fue “nacido bajo la ley” (Gál. 4:4). Además Cristo honraba la ley de Moisés, insistiendo en que sus discípulos la guardaran hasta que fuera cumplida (Mat. 5:17-20). La ley terminó cuando Cristo murió en la cruz (Col. 2:14).

2:28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: 29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, -- No solamente lo vio, sino que también “él lo tomó en sus brazos”. Al decir, “han visto mis ojos tu salvación” Simeón confesó a Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios. Al recibir a Cristo estamos preparados para la muerte. Fil. 1:21, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.

2:31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32 Luz para revelación a los gentiles, (Isa. 42:6; 49:6) Y gloria de tu pueblo Israel. 33 Y José y su madre (los padres, LBLA; lit., su padre y madre) estaban maravillados de todo lo que se decía de él. - Nuestra versión (Valera 1960) dice “José y su madre”, pero Lucas dice “su padre y su madre”. No hay excusa para decir “José y su madre”. Aunque José no era el padre biológico de Jesús, sí era su padre legal. Al escribir “su padre y madre” Lucas no quita nada de todo lo que había dicho acerca de María (1:34-38). Es más. Sin lugar a dudas Mateo presenta la genealogía de José, y probablemente Lucas también. Nunca fue puesto en tela de juicio el nacimiento de Jesús de una virgen por causa de reconocer a José como su padre legal.

2:34 Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, -- Jesús es para muchos la piedra del ángulo del templo de Dios. Estos se levantan, se edifican para salvación. Sin embargo, para otros es roca de tropiezo. Es ocasión de caer. 1 Ped. 2:7, “Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, … 8 … Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados”. La palabra destinados no es la “predestinación” del calvinismo. Más bien quiere decir colocar bajo ciertas circunstancias definidas. Al poner al hombre bajo ciertas circunstancias en las cuales hay la posibilidad de gran beneficio y también de terribles peligros Dios quiere que el hombre aproveche los beneficios y que evite los peligros. Si el hombre rehúsa hacerlo, no puede quejarse contra Dios, pues es culpa del hombre mismo (GNW).

Mat. 21:44, “Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”.

Jesús es la ocasión para la caída de algunos y para el levantamiento de otros no solamente en Israel sino también en todo el mundo, porque “el que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado” (Marcos 16:16). Los que no obedecen al evangelio caen (son condenados), y los que lo obedecen se levantan (son salvos). Desde luego, la causa de la condenación es el pecado, pero el evangelio lleva a todos a la “y” en el camino. Tienen que escoger. ¿Caerán o se levantarán? El evangelio es, pues, la ocasión de división en el mundo.

Por eso, Cristo habla de dos caminos; (Mat. 7:13, 14) y de dos fundamentos (2:24-27). Habló de los humildes y los orgullosos. Luc. 14:11, “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”. Los orgullosos caen, pero los humildes se levantan.

Juan 3:19, “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”. Los que aman las tinieblas caen, pero los que aman y vienen a la luz se levantan.

Mat. 25:31, “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos”. Esto sucederá porque Jesús (el evangelio) divide (polariza) al mundo en dos grupos opuestos. El evangelio tiene imán, pues atrae a algunos y repele a otros. Es como el sol que derrite o endurece. Depende del objeto.

La neutralidad es imposible. Lucas 11:23, “El que no es conmigo, contra mí es, y el que conmigo no recoge, desparrama”.

Juan 9:39, “Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados”.

2 Cor. 2:14, “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida”. Cada persona toma la decisión con respecto al evangelio. Puede ser “olor de vida para vida” o puede ser “olor de muerte para muerte”.

“Muchos en Israel” se levantaron del pecado, la ignorancia y una religión de tradiciones humanas. Se levantaron de tristeza y aun desesperación. De esto el libro de Hechos de los Apóstoles testifica. Los humildes, los penitentes y sumisos, “los publicanos y pecadores” (aun rameras), se levantaron al aceptar a Jesús.

Muchos se levantaron de las aguas del bautismo para andar en vida nueva (Rom. 6:4), se levantaron para estar sentados en lugares celestiales con Cristo (Efes. 2:5, 6). Sin embargo, muchos de los líderes de los judíos (fariseos, escribas, saduceos, herodianos) cayeron. Rom. 11:22, “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado”.

2 Tes. 1:6-10, “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, 7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).” Este texto enseña que cuando Cristo venga, los que han obedecido al evangelio se levantarán para estar con Cristo, pero los demás (los que no han obedecido al evangelio) caerán, siendo excluidos de la presencia del Señor.

-- y para señal que será contradicha - Una señal significa algo. En este caso tiene significado importantísimo, porque Cristo vino al mundo para llevar a cabo el plan de Dios para la salvación del mundo. Sin embargo, los judíos decían que Jesús tenía demonio, que era “samaritano”, que blasfemaba. Él era contradicho a través de su ministerio (Luc. 4:28, 29; Hech. 28:22; Heb. 12:3) y aun en la cruz. Mat. 27:39, “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, 40 y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 41 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: 42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. 43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. 44 Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él”.

Sus apóstoles eran contradichos porque predicaban la resurrección (Hech. 4:1-4). La iglesia de Cristo siempre ha sido contradicha.

Muchos, por causa de su propia indiferencia, contradicen a Cristo. Cuando el evangelio es predicado, todos los oyentes reaccionan de alguna manera. Algunos lo aceptan. Otros abiertamente se oponen al evangelio. Pero la reacción más común y muy insultante es la de simplemente no hacerle caso, no tomarle en cuenta. Esta actitud indica que el evangelio no es importante, que no vale la pena. Es la actitud de los de Mat. 22:4, “Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. 5 Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios”.

2:35 (y una espada traspasará tu misma alma), -- Luc. 4:29; Mat. 12:46; Jn. 19:25, 26.

-- para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. - Esta es la conclusión del versículo 34. La referencia a la espada es un paréntesis. La verdadera condición del corazón de los judíos se revelaba cuando crucificaron a Jesús. Hech. 3:13-15.

2:36 Estaba también allí Ana, profetisa, -- Había mujeres inspiradas. María, hermana de Aarón y de Moisés (Exodo 15) era profetisa. Débora era profetisa (Jueces 4:4, 5, 6, 14). Ella era juez (al igual que Jefté, Sansón, Gedeón, etc.). Instruía y juzgaba al pueblo de Israel y dio órdenes a su general Barac. Otra profetisa se llamaba Hulda. Aprendemos en 2 Reyes 22:11-20 que el rey Josías ordenó al sumo sacerdote que consultara con ella acerca del libro de la Ley hallado en el Templo. Cinco varones fueron a consultarla y ella profetizó los juicios de Dios sobre el pueblo rebelde. También había profetisas en la iglesia. Hechos 2:17, “Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán”. Hech. 21:8, “Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban”. 1 Cor. 11:5 habla de hermanas que profetizaban. “Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado”. La profetisa hizo la misma cosa que el profeta (las palabras del v. 5 son idénticas a las del v. 4). Por eso, la mujer que profetizaba había de cubrir su cabeza como señal de autoridad (v. 10).

-- hija de Fanuel, de la tribu de Aser, -- Octavo hijo de Jacob (su madre siendo Zilpa, la criada de Lea (Gén. 30:13). Algunos hablan de “las tribus perdidas de la casa de Israel”. Una de aquellas tribus hubiera sido la de Aser, pero no estaba perdida, pues aquí está una persona muy importante de esa tribu. El concepto de las supuestas “tribus perdidas” se basa en la apostasía de las diez tribus que fueron llevadas por Jeroboam hacia la idolatría cuando se dividió el reino. Sin embargo, 2 Crón. 11:13, “Y los sacerdotes y levitas que estaban en todo Israel, se juntaron a él desde todos los lugares donde vivían. 14 Porque los levitas dejaban sus ejidos y sus posesiones, y venían a Judá y a Jerusalén; pues Jeroboam y sus hijos los excluyeron del ministerio de Jehová. 15 Y él designó sus propios sacerdotes para los lugares altos, y para los demonios, y para los becerros que él había hecho. 16 Tras aquellos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres”. Ana es un buen ejemplo de aquellos fieles que se apartaron de las diez tribus que apostataron. La profecía de Ezequiel 48:2 se refiere a la heredad de Aser en el nuevo templo (espiritual) del “Israel de Dios” (Gál. 6:16). Véase Hech. 26:7.

Lo que hicieron los fieles de aquellas diez tribus es precisamente lo que hacen hermanos fieles hoy en día. Al ver que la iglesia de la cual son miembros se aparta de la verdad, la abandonan para unirse a hermanos fieles. Como en los días de Jeroboam, así también ahora hay quienes se apartan de la ley de Dios enseñando que las iglesias pueden centralizar sus fondos en una “iglesia patrocinadora” o en alguna institución (escuela bíblica, asilo para niños, clínica, etc.). Otros se apartan de la verdad enseñando que cuando Jesucristo vino al mundo dejó sus atributos divinos (o dejó el uso de ellos) y que en toda palabra y actividad actuaba como un mero hombre (como los apóstoles). También muchos se han apartado de la verdad enseñando varios errores sobre el matrimonio y nuevas nupcias (p. ej., que todos los divorciados se pueden volver a casar; que el fornicario repudiado se puede volver a casar; que los del mundo no están sujetos a las enseñanzas de Jesús sobre el matrimonio y divorcio, etc.). Y para colmo de males, algunos que profesan ser hermanos fieles y conservadores apoyan la “evolución”, enseñando que los seis días de la creación no eran días consecutivos y literales de 24 horas, sino largos períodos de tiempo (que un “día” podría haber sido de millones de años).

-- de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; (37 y después de viuda, hasta los ochenta y cuatro años, LBLA; y era viuda de hasta ochenta y cuatro años, Versión Moderna) -- ¿De qué edad era? ¿84 años o 105 años? Si había sido viuda por 84 años más los 7 años de estar casada más los por lo menos 14 años antes de casarse, tenía unos 105 años (de veras “de edad muy avanzada”), pero la traducción de La Biblia de las Américas y la Versión Moderna parece indicar que tenía 84 años de edad. El Interlineal de Francisco Lacueva dice que “era viuda hasta años ochenta y cuatro”. Una cosa es cierta, si tenía 84 o si tenía 105 era muy activa en el servicio de Dios.

-- y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. - Es posible que hubiera tenido lugar de habitación en el templo pero esto no se puede confirmar. Probablemente el lenguaje enfatiza que ella era muy fiel, que estaba presente en cada servicio, tanto de noche como de día. Nunca faltaba. Es como diríamos “estaba allí todo el tiempo”, o “cada vez que se abrieron las puertas”. Las hermanas más avanzadas en años pueden servir a Dios haciendo súplicas por todos los santos y por la obra del Señor. Col. 4:12, “Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. 13 Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis”. Efes. 6:18, “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”.

2:38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén. - A pesar de su “edad muy avanzada” todavía era muy útil al Señor. Ejercía un don muy importante. 1 Cor. 14:1, “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. 2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. 3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación”. Según los textos que hemos citado sobre las profetisas, éstas instruían a todos. Débora gobernaba e instruía al pueblo. Hulda instruía al rey y a todos los que estaban asociados con él. Así también Ana “hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén”.

¿Cómo puede la hermana de edad avanzada servir a Dios ahora? Hay mucho que puede hacer. La primera cosa es que tenga un espíritu amable y apacible. Deben concentrarse en llevar el fruto del Espíritu (Gál. 5:22, 23). Hay ancianas que al parecer sólo viven para quejarse, murmurar y causar miseria para sí mismas y otras personas. Quieren toneladas de simpatía y compasión para sí mismas sin expresar compasión por otros. Esto es puro egoísmo.

Desde luego, si son así en la vejez es porque así eran cuando eran más jóvenes. Una anciana de carácter dulce no llegó a ser dulce simplemente por cumplir los 80 años. Lo que somos en la vejez es el colmo de lo que hemos sido por años.

Otra cosa muy importante es la fiel asistencia a todos los servicios de la iglesia. Ana “no se apartaba del templo”. Es posible que ella vivía allí, pero el lenguaje no requiere eso. Probablemente significa que ella constantemente frecuentaba el templo. Toda hermana de edad debe ser tan fiel en asistir a los servicios de que puedan decir de ella, “no se apartaba del templo”. Recuerdo una hermana de 95 años de edad a la que trajeron cada noche al servicio en silla de rueda. Le pregunté cómo estaba y dijo que no servía para nada. Tuve que asegurarle con todo énfasis que su presencia en la reunión era un ejemplo (un sermón) tremendo.

Las hermanas de edad avanzada no tienen que estar en el sitio de reunión todos los días para poder orar y para oír la palabra de Dios. Pueden leer sus Biblias. Si no pueden leer o si batallan para leer, pueden escuchar la palabra grabada en casetes. También pueden escuchar himnos y sermones. Muchos ancianos llenan sus días viendo la televisión y consumiendo la basura de las novelas y programas de conversación mundana.

La hermana de edad puede servir al Señor según sus posibilidades, visitando enfermos, hermanos débiles en la fe, miembros nuevos, etc. Si no puede ir en automóvil o en transportes públicos, puede ir donde pueda a pie. O puede usar el teléfono. Si no tiene teléfono, puede escribir cartas y postales. En fin, hay maneras de servir.

De esta manera las personas de edad no están simplemente sentadas en mecedoras pensando en los problemas de la vida, queriendo que alguien les visite para escuchar sus quejas.

Es importante enfatizar lo que Pablo dice a Tito (2:3-5), “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. De la manera que

la obra de supervisar la congregación se reserva para los varones de edad y experiencia, así también las hermanas “ancianas” tienen la responsabilidad de enseñar a las mujeres jóvenes sobre sus deberes como ama de casa. Sin lugar a dudas las hermanas de edad avanzada pueden solucionar muchos problemas en el hogar de hermanos más jóvenes y evitar el divorcio.

Caleb es buen ejemplo. Josué 6:2 registra lo que pidió con respecto a su herencia en la tierra de Canaán. “Dame, pues, ahora este monte”. No quería decir “dame” en el sentido de que otros lo ganaran por él, sino que pedía el permiso de pelear contra los gigantes de la tierra para tomar posesión de ese monte (Hebrón). ¿Su edad? 85 años.

Prov. 16:31, “Corona de honra es la vejez Que se halla en el camino de justicia”.

Todos queremos una vida larga pero nadie quiere ser viejo.

CRECIMIENTO DE JESÚS

2:39 Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. - Otra vez Lucas habla de cumplir con la ley de Moisés. Los justos y piadosos cumplían con la ley de Moisés, y los que ahora son justos y piadosos cumplen con la ley de Cristo.

2:40 Y el niño crecía y se fortalecía, -- Los versículos 40 y 52 cubren la historia de los treinta años preparativos de la vida de Jesús antes de entrar en su ministerio. Al estudiar las actividades de la vida de Jesús vemos la necesidad de un cuerpo fuerte y sano. Su trabajo como carpintero le hizo vigoroso para aguantar las pruebas físicas de su ministerio.
-- y se llenaba (siendo llenado, FL) de sabiduría; -- Estaba lleno de sabiduría y crecía en la aplicación de ella. Lucas no dice que a consecuencia de crecer en conocimiento reconocía a la edad de doce años que Dios era su Padre en sentido especial. Cristo (Dios el Hijo) vino al mundo para llevar a cabo el papel de siervo, y El experimentaba la vida humana como la experimenta todo hombre, pero siempre sabía quién era, quién era su Padre, de dónde venía, por qué estaba aquí, quién le entregaría, que sería crucificado y al tercer día resucitaría del sepulcro y volver al Padre. (Léanse los siguientes textos: Juan 1:18; 3:12-14; 6:38, 62, 64; 7:29, 33; 8:42;12:32, 33, 49, 50; 13:1, 3; 18:4; 19:28; 20:17; Luc. 19:10; 24:44).

Todo esto simplemente no se podría haber dicho de Jesús si no hubiera sido Dios omnipotente y omnisciente. No se podría decir de ningún mero hombre.

Jesús mostraba sus atributos divinos muchas veces pero nunca los mostró cuando tal acción pudiera haber contradicho su papel como siervo.

Los versículos 40 y 52 estorban a algunos y les hacen dudar de la Deidad de Cristo porque dudan de su omnisciencia. ¿Tan pronto se olvidan de Mat. 2:11, “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron” (el mismo adorar de Mat. 4:10)? Si Jesús no era en verdad Dios (Emanuel, Dios con nosotros), entonces no les convenía a los magos adorarle. Si Cristo no era en verdad Dios entonces los magos eran idólatras que en lugar de adorar a Dios adoraban a una criatura.

Los que dudan de la Deidad de Cristo son semejantes a los testigos del Atalaya que dicen que Jesús era simplemente “un dios” (así traduce Juan 1:1 la Traducción del Nuevo Mundo).

Guillermo Hendriksen dice en su comentario sobre estos versículos lo siguiente: “El carácter finito de la naturaleza humana de Cristo es negada a veces. Por ejemplo, cuando se sugiere que en su calidad de hombre había ciertas cosas que según su naturaleza humana Jesús no sabía, algunos creyentes devotos se sienten molestos. ¿Olvidan pasajes tan claros como Mt. 24:36; Mr. 5:32; 11:13; Lc. 8:45? Este pasaje también muestra muy claramente que en conformidad con su naturaleza humana había ciertas cosas que el niño Jesús no conocía al principio. Tuvo que aprenderlas. Tuvo que crecer, y esto no solamente física sino también intelectualmente, etc.” ¿Está negando la omnisciencia de Jesús? Parece que sí.

Obsérvese lo que Jesús, como muchacho de doce años de edad, dice en el v. 49. ¿Cuándo aprendió esta gran verdad? ¿Apenas en esa ocasión lo aprendió o ya lo sabía antes? ¿Desde cuándo pues? ¿Desde la edad de diez o siete o cinco? Si no se puede contestar esta pregunta ¿por qué sembrar dudas sobre la Deidad (la omnisciencia) de Jesús?

La Biblia no habla del “carácter finito de la naturaleza humana de Cristo”. Hendriksen están pisando terreno muy resbaloso. Si lo que Jesús dice en Mat. 24:36 (y texto paralelo, Mar. 13:32) quiere decir que El no era Dios omnisciente, entonces, tampoco lo es el Espíritu Santo, porque El dice, “nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”. Hay que tener cuidado cuando “probamos algo” porque hay peligro de probar demasiado (probar lo que no queremos probar). En cuanto a lo que “Jesús no sabía”, compárese Gén. 18:21, Dios dice acerca de Sodoma y Gomorra, “descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré”. ¿Dios tuvo que descender para ver y saber? ¿No era omnisciente? Otra vez en Gén. 22:12, “Y dijo (a Abraham): No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”. ¿Dios no es omnisciente? ¿No lo sabía antes? Se mencionan estos textos solamente para recordarnos que debemos tener mucho cuidado cuando sacamos conclusiones precipitadas de algún texto.

Además, Hech 1:7 dice, “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en sus sola potestad”; es decir, el papel de saber “tiempos” y “sazones” pertenece al Padre. Cada miembro de la Deidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo) tiene su papel especial que llevar a cabo. Conviene escribir esta cita (Hech. 1:7) en el margen de su Biblia al lado de Mat. 24:36 y Marcos 13:32.

-- y la gracia de Dios era sobre él, -- Jesús siempre gozaba del favor del Padre porque siempre hacía la voluntad de El. Jn. 4:34, “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”. Gén. 8:21 dice, “el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud”. No fue así con Jesús. Cuando “Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él … Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” Juan sabía que Jesús había llevado una vida pura.

JESÚS, UN JOVEN DE 12 AÑOS DE EDAD, DISCUTE CON LOS MAESTROS EN EL TEMPLO

2:41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; -- La palabra pascua significa “pasar por encima”. Ex. 12:1-27; Deut. 16:1-8 explican esta fiesta. La Pascua conmemoraba la misericordia de Dios en no matar a los primogénitos de los israelitas cuando castigó a los egipcios con esta décima plaga. Ex. 12:7, “Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. … 13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de (sobre) vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto”. La ley (Ex. 23:14-17; 34:23; Deut. 16:16) requería que todo varón asistiera a tres fiestas solemnes en Jerusalén cada año: (1) la Pascua; (2) la fiesta de Pentecostés, cincuenta días después de la Pascua, que conmemoraba la entrega de la ley, y (3) la fiesta de Cabañas a fines de nuestro septiembre, que conmemoraba el cuidado del pueblo durante sus cuarenta años en el desierto y se celebraba como acción de gracias por los favores de Dios durante el año. Como vemos aquí, mujeres piadosas asistían también.

2:42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. - Jesús subía a Jerusalén con sus padres para la fiesta, pero no estudiaba en las escuelas de los rabinos. Por eso, vemos la reacción de la gente cuando Jesús enseñaba. Por ejemplo, Mar. 6:2, “Y llegado el día de reposo, {Aquí equivale a [sábado]}comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos?” También Juan 7:15, “Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?”

2:43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño (muchacho, FL; joven, Hech. 20:12) Jesús en Jerusalén (en la casa de su Padre, que era también la casa suya), sin que lo supiesen José y su madre. 44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; -- Muchísimas personas cometen este error. Piensan o suponen que Jesús está “entre la compañía” de ellos, pero Cristo no está con los que enseñan tradiciones de hombres (Mateo 15:8, 9). Mat. 7:21, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

-- y le buscaban entre los parientes y los conocidos; -- Este es el mismo error que cometen millones. Buscan a Cristo entre sus propios “parientes y conocidos”, suponiendo que tiene que estar con ellos, pues creen que ellos no pueden estar equivocados. Hay un famoso libro titulado, “La Fe de Nuestros Padres” que reclama ser la única y verdadera religión de Cristo, pero lamentablemente esa fe no se basa en la enseñanza pura de Cristo, sino en dogmas y decretos y tradiciones de hombres, cosas que se han inventado y agregado a la iglesia a través de los siglos.

2:45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. - Esto es precisamente lo que muchos deben hacer. Deben reconocer que Jesús no está en su compañía y deben volver a Jerusalén donde el evangelio fue predicado por primera vez, donde vino el Espíritu Santo sobre los apóstoles, donde la gente oyó el evangelio puro y sano y donde miles de personas obedecieron al evangelio para salvar sus almas (Hechos 2:38, 41, 46). Deben volver a Jerusalén donde el reino de Cristo fue establecido.

2:46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, -- ¿Cuántos hijos “perdidos” se pueden encontrar en el lugar de culto? Este muchacho de doce años no estaba jugando en el templo, sino que estaba sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. - Lucas no explica qué preguntas discutían. Algunas de las cuestiones tratadas por Jesús durante su ministerio eran (1) Mat. 19:3, si era lícito repudiar a su esposa por cualquier causa; (2) Mat. 22:15-22, la cuestión del tributo; (3) Mat. 22:23-33, la pregunta sobre la resurrección; (4) Mat. 22:34-40, cuál es el gran mandamiento de la ley; (5) Mat. 22:41-45, ¿de quién es hijo el Cristo?; (6) Luc.10:29, ¿quién es mi prójimo?

2:47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. - “Se maravillaban” viene del verbo ekplesso, golpear fuera de, “significa estar sumamente perturbado en la propia mente” (WEV). La inteligencia y respuestas de Jesús los dejaban asombrados o atónitos. Juan 7:46, “Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” Y aquí podemos agregar que jamás joven alguno ha hablado como este joven.

Obsérvese que no se maravillaban solamente de su preguntas, sino también de sus respuestas. Lo que Lucas dice en los versículos 40, 52 inquietan a algunos con respecto a la Deidad de Cristo, pero luego ¿qué piensan del versículo 47? ¿Cuántos jóvenes de doce años de edad habían causado tanto asombro entre los más grandes rabinos de Jerusalén?

A. T. Robertson dice, “Pero es un error pensar que los niños de doce años no reflexionan profundamente acerca de las cuestiones de la vida. ¿Qué padre o madre ha podido nunca dar respuesta a las preguntas de un niño?” ¿Por qué descontar de esta manera la inteligencia especial de Jesús? Aun Robertson admite, comentando sobre el v. 51, que Jesús “conocía más que los padres y rabinos”.

2:48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. - Parece que por el momento por causa de su angustia se le olvidó lo que leemos en Luc. 1:30-35, o por lo menos no conecta aquellas palabras con esta acción de su hijo. María dice, “tu padre”, José, pero en el siguiente versículo Jesús habla de “mi Padre”, el Padre Celestial.

2:49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? - Ahora le toca a Jesús mostrar su sorpresa. Después de recibir tan maravillosas revelaciones acerca de este hijo muy especial, María no debería estar sorprendida al encontrarlo en el templo. ¿Dónde esperaban encontrarlo? ¿Jugando con otros jóvenes? ¿Paseándose observando con admiración la arquitectura de “los edificios del templo” (Mat. 24:1)?

Que nos digan los que dudan de la Deidad de este joven cuándo por primera vez estaba consciente de su relación con el Padre? Ellos dirán que El tuvo que “crecer” en este conocimiento. ¿Qué texto lo afirma?

Jesús siempre decía “mi Padre” y “vuestro Padre”, indicando que El sostenía una relación única con el Padre. Juan 2:16, “y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado”; Juan 5:17, “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”; Juan 10:29, “Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos”; Juan 20:17, “Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”.

Estas son las primeras palabras de Jesús que la Biblia registra. Aquí está otro ejemplo de lo muy especial del libro de Lucas, pues sólo él registra estas palabras. Las últimas palabras de Jesús aquí en la tierra también son registradas por Lucas (Hech. 1:7, 8).

-- en los negocios (lit., las cosas) de mi Padre me era necesario estar -- Es la primera de muchas veces que Jesús usa la palabra “necesario” para expresar el cumplimiento ineludible de los designios divinos (Luc. 22:22; Hech. 2:23) y la responsabilidad y la compulsión del deber que aceptaba para cumplirlos. La palabra necesario significa “Que hace absolutamente falta: la respiración es necesaria para la vida” (Larousse). La palabra necesidad significa “Carácter de aquello de que no se puede prescindir: el agua es de primera necesidad” (Larousse).

Aun a la edad de doce años Jesús estaba consciente de lo que le era necesario hacer. Entendía las palabras deber y responsabilidad. ¿Cuántos jóvenes aun de la edad de quince o dieciocho entienden estos términos?

Le era necesario predicar. Luc. 4:42, “Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. 43 Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. 44 Y predicaba en las sinagogas de Galilea”.

Le era necesario continuar en la obra a pesar de la amenaza de Herodes. Luc. 13:31, “Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra. 33 Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén”

Le era necesario hacer las obras de Dios. Juan 9:4, “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”. En este caso la “obra” que tenía que hacer era abrir los ojos del hombre que nació ciego.

Le era necesario traer otras ovejas al redil. Juan 10:16, “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo (me es necesario, LBLA) traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Le era necesario estar en el hogar de Zaqueo. Luc. 19:5, “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”.

Le era necesario sufrir. Mat. 16:21, “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día”. (Mar. 8:31; Luc. 9:22; 24:7).

Le era necesario ser levantado. Juan 3:14, “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 20:9, “Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos”.

Le era necesario cumplir las Escrituras. Mat. 26:54, “¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?”

Le era necesario entrar en su gloria. Luc. 24:26, “¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”.

Le era necesario sufrir para que se predicase el arrepentimiento. Luc. 24:46, “y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén”.

Todos estos textos claramente ilustran la urgencia del ministerio de Jesús. El espera que sus discípulos compartan este sentido de urgencia en la obra de El.

Los apóstoles comprendieron que la obra de Jesús era urgente. Mateo 4:18, “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”.

Hechos 5:42, “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”.

Gálatas 1:15, “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre”.

Juan 4:35, “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”.

Jeremías 48:10, “Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová”.

La iglesia tiene que mostrar diligencia y urgencia en todo aspecto de la obra del Señor, incluyendo la disciplina. Recuérdese el ejemplo de Josué (7:16), “Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus” para descubrir el pecado de Acán. Y lo que Pablo dice a los corintios cuando ellos se apartaron del hermano pecador. 2 Cor. 7:11, “Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto”.

Hebreos 3:12, 13 es lenguaje de urgencia. “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”.

La actitud de mucha gente con respecto a la salvación, es todo lo opuesto del lenguaje de Cristo, pues dicen “mañana”, “otro día”, “después”, “un día de estos”, “cuando tenga tiempo”, etc. Por eso, es necesario estudiar estos textos con cuidado, porque los negocios del Padre no pueden esperar. Son de urgencia. La palabra de Cristo es aun más importante que el aire que respiramos y el agua que tomamos, porque sin ella perecemos para siempre.

Millones nunca captan este espíritu de urgencia. Hay muchos que piensan seguir a Jesús, pero no quieren aceptar que El ocupe el primer lugar en sus vidas. Lucas 9:57, “Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59 Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”.

Jesús dice a todos como dijo a Zaqueo (Luc. 19:5), “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”.

Judas (23) bien ilustra la urgencia de rescatar almas de la perdición: “A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne”.

Es interesante observar que Jesús quería que Judas hiciera con prisa lo que iba a hacer. Juan 13:27, “Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”. Jesús detesta la desidia aun en sus enemigos.

2: 50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. - Así era la experiencia de Jesús aquí en la tierra. No le entendían. Luc. 9:45; 13:34; Mar. 9:32; Jn. 10:6.

2:51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. - Este es otro ejemplo de la sujeción de Jesús a la ley de Moisés. El estaba sujeto a sus padres porque estaba sujeto al quinto mandamiento del decálogo. Sujetarse a sus padres era asunto del Padre también. Si no hubiera estado sujeto a ellos, habría obrado en contra de los asuntos del Padre.

Como Jesús es nuestro ejemplo en todo, aquí se ve como un perfecto ejemplo para nuestros hijos.

Otro buen ejemplo es su práctica de un oficio. En los años de su juventud El llevó a cabo el oficio de carpintero. Mar. 6:3, “¿No es éste el carpintero …?”

Después de esto José se menciona solamente una vez más, en la genealogía del siguiente capítulo (3:23).

-- Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. - 2:19. Tuvo mucho que recordar: las palabras del ángel, de los pastores, de los magos, de Simeón y de Ana, y ahora las palabras de Jesús mismo. “No entendieron las palabras que les habló” cuando lo encontraron en el templo y sin duda le faltaba a María comprensión de muchas cosas con respecto a su maravilloso hijo, pero ¡cómo las guardaba en su corazón para meditarlas!

2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. - Lo que Lucas dice en el v. 40 y el v. 52 cubren todos los años de la vida de Jesús hasta que empezó su ministerio. Siempre hacía lo que agradaba al Padre (Juan 4:34) y por eso, siempre estaba en la gracia del Padre. Lucas no explica cómo podía “crecer … en gracia para con Dios”.

Al principio de su ministerio Jesús disfrutaba de mucho favor entre la gente. Había gran admiración de su poder, sabiduría y santidad. Sin embargo, cuando El se puso más agresivo contra el pecado, la hipocresía, la tradición, etc. de ellos, esa admiración se convirtió en profunda malicia.

 
 

A la primera parte

Al contenido