La lengua

Introducción.

      A. “La muerte y la vida están en poder de la lengua” (Prov. 18:21). Literalmente, “en mano de la lengua”, pues la mano simboliza el poder.                                  

      B. Compárese Deut. 30:15, “Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal”. Esta es la gran alternativa puesta delante del hombre: la vida y el bine, la muerte y el mal.

      C. Así pues, según usemos la lengua caemos bajo el poder de la muerte o alcanzamos la vida.

      D. “El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad” (Prov. 13:3). “El que guarda su boca y su lengua,  Su alma guarda de angustias” Prov. 21:23. Hay una relación estrecha entre el alma y la boca, porque el habla es la expresión continua del alma (Prov. 4:23; Mat. 15:19); por lo tanto, el que guarda su boca y su lengua guarda su alma. No permite que pensamientos vanos nazcan en su alma que se expresarán en palabras, y de esta manera se guarda a sí mismo de los efectos dañinos de los pecados de la lengua.

      E. La persona que abre su boca para expresar cualquier pensamiento que llegue a su mente, sin haberlo pensado o examinado, se destruye a sí mismo, lastimando su propia conciencia y causando tristeza, a veces muy profunda, para otros.

I. Textos en los Salmos acerca de la lengua.

      5:9, “Porque en la boca de ellos no hay sinceridad;  Sus entrañas son maldad,  Sepulcro abierto es su garganta, con su lengua hablan lisonjas (hacen muy suaves sus lenguas, LBLA, margen)”. La boca revela la sinceridad y la insinceridad. La garganta de los mundanos es como un sepulcro, lugar de muerte.

      34:11-15, “Guarda tu lengua del mal,  Y tus labios de hablar engaño” (1 Ped. 3:10-12). Contesta la pregunta, “¿Quién es el hombre que desea vida; que desea muchos días para ver el bien?”

      35:28, “Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día”. 71:24, “Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día”. La lengua debe ser usada para hablar y cantar de la perfecta justicia de Dios.

      37:30  “La boca del justo habla sabiduría,  Y su lengua habla justicia”, porque su mente está llena de la palabra de Dios (Mat. 12:34).

      45:1 “Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero”. Compárese Esdras 7:6, Esdras “era escriba diligente en la ley de Moisés”. Como escriba diligente o escribiente muy ligero, la lengua del hijo de Dios es muy capaz de alabarle y enseñar su palabra.

      50:19 - 21, “Tu boca metías en mal,  Y tu lengua componía engaño. Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano;  Contra el hijo de tu madre ponías infamia. Estas cosas hiciste, y yo he callado;  Pensabas que de cierto sería yo como tú;  Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos”.

      51:13-15, “Entonces (después de ser perdonado) enseñaré a los transgresores tus caminos,  Y los pecadores se convertirán a ti.  Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;  Cantará mi lengua tu justicia. Señor, abre mis labios,  Y publicará mi boca tu alabanza”. En este salmo David confiesa su pecado, pide perdón y promete que después de ser perdonado, él publicará la alabanza de Dios y enseñará a los transgresores los caminos de Dios para que se conviertan a El. Esta es la actitud correcta para todo hijo de Dios. Con corazón limpio, la gratitud por el perdón nos mueve a alabar a Dios y a enseñar a otros sus caminos.        52:2, 3, “Agravios maquina tu lengua;  Como navaja afilada hace engaño. Amaste el mal más que el bien,  La mentira más que la verdad. Has amado toda suerte de palabras perniciosas,  Engañosa lengua”.

      57:4, “Mi vida está entre leones;  Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;  Sus dientes son lanzas y saetas,  Y su lengua espada aguda”.

      64:3, “Que afilan como espada su lengua;  Lanzan cual saeta suya, palabra amarga”. 64:8, “Sus propias lenguas los harán caer; se espantarán todos los que los vean”.

      6:16-19  “Venid, oíd todos los que teméis a Dios,  Y contaré lo que ha hecho a mi alma. A él clamé con mi boca,  Y fue exaltado con mi lengua. Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,  El Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó Dios;  Atendió a la voz de mi súplica”. Oró en voz alta (“con mi boca”). Si Dios nos ha escuchado y bendecido, con toda gratitud debemos contar a otros lo que El ha hecho a nuestra alma. 126:1-3, “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion,  Seremos como los que sueñan.  Entonces nuestra boca se llenará de risa,  Y nuestra lengua de alabanza;  Entonces dirán entre las naciones:  Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.  Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros;  Estaremos alegres”.

      73:8, 9, “Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;  Hablan con altanería (desde arriba hablan de opresión, LBLA, margen). Ponen su boca contra el cielo,  Y su lengua pasea la tierra”. Se exaltan solos. Profesan ser sabios, muy educados, tienen títulos. En Atenas Pablo fue llamado un “palabrero”. Hoy en día los que se exaltan solos se burlan de la creación como si fuera mitología. Defienden el aborto y la homosexualidad, diciendo que los que se oponen a tales prácticas son fanáticos y extremistas. Pero ¿qué dice Pablo sobre esto en 1 Cor. 1:21-23?

      109:2, 3, “Porque boca de impío y boca de engañador se han abierto contra mí;  Han hablado de mí con lengua mentirosa; Con palabras de odio me han rodeado”.

II. Textos en Proverbios sobre la lengua.

      6:17, “Los ojos altivos, la lengua mentirosa”. La lengua mentirosa se encuentra entre siete cosas que Dios abomina.

      6:24, “Para que te guarden de la mala mujer,  De la blandura de la lengua de la mujer extraña”.

      10:11, “Manantial de vida es la boca del justo;  Pero violencia cubrirá la boca de los impíos”. Lo que el justo habla ayuda, edifica, fortalece, anima, porque habla de acuerdo con la palabra de Dios (1 Ped. 4:11). El hombre es conocido por su habla. Su boca es un manantial de vida, o es una fuente de perdición y ruina.

      10:14, “Los sabios guardan (como tesoro) la sabiduría;  Mas la boca del necio es calamidad cercana”. Como una tormenta (un huracán) que se acerca. En cualquier momento habrá un desastre.

      10:19, “En las muchas palabras no falta pecado;  Mas el que refrena sus labios es prudente”. Entre más hablamos más peligro habrá de que pequemos con la lengua. Si alguno habla casi sin cesar, ¿será siempre cierto lo que dice? ¿será con amor? ¿con buen propósito?

      10:20, 21, “Plata escogida (no mezclada con otra cosa) es la lengua del justo;  Mas el corazón de los impíos es como nada. Los labios del justo apacientan a muchos (informando, instruyendo, animando, exhortando),  Mas los necios mueren por falta de entendimiento”.

      10:31, “La boca del justo producirá sabiduría;  Mas la lengua perversa será cortada”. Como el buen árbol que produce buen fruto, la boca del justo produce sabiduría (buenos consejos). 10:32, “Los labios del justo saben hablar lo que agrada;  Mas la boca de los impíos habla perversidades”. Lo que agrada quiere decir lo que es aceptable ante los ojos de Dios. Compárese Col. 4:6, “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”. También 1 Ped. 3:15.

      12:13, “El impío es enredado en la prevaricación de sus labios;  Mas el justo saldrá de la tribulación”. Está creando un juego de circunstancias que lo van a arruinar. Está cavando un hoyo en el cual él mismo caerá, está haciendo una trampa, y él mismo (como Amán) será la víctima.

      12:14, “El hombre será saciado de bien del fruto de su boca;  Y le será pagado según la obra de sus manos”. Seguramente en el Día Final, pero ahora también (Mat. 12:34-36). Si la boca del hombre habla la sana doctrina, consejos sanos, palabras consoladoras y alentadoras, él trae muchas bendiciones para otros, pero al mismo tiempo bendice a sí mismo. Lo mismo se puede decir de sus acciones: lo que hace se le devuelve, sea como castigo o sea como galardón. Véase Isa. 3:10, “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos”. (Gál. 6:6, 7; 2 Cor. 9:6).

      12:18, 19 “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada (sólo molesta, irrita, inquieta);  Mas la lengua de los sabios es medicina (sana, LBLA). El labio veraz permanecerá para siempre;  Mas la lengua mentirosa sólo por un momento”. “Hay quien habla sin tino (sin haber pensado; por eso no tiene sentido) como golpes de espada (LBLA).”. ¿Cómo es nuestra lengua? ¿ruido o medicina?

      12:19  “El labio veraz permanecerá para siempre (porque no se puede refutar; nadie lo avergüenza);  Mas la lengua mentirosa sólo por un momento” (porque se expone y queda avergonzada).

      15:1, 2, “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. La lengua de los sabios adornará la sabiduría;  Mas la boca de los necios hablará sandeces (tontería, despropósitos)”.

      15:4, “La lengua apacible es árbol de vida (compárese Gén. 2:9; Apoc. 22:2; la lengua apacible es la lengua que sana, LBLA, margen, conserva la vida por medio de enseñar, alentar y guiar);  Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu” (la lengua perversa hiere, lastima, ofende, desanima y destruye).

      17:4, “El malo está atento al labio inicuo;  Y el mentiroso escucha la lengua detractora (son gemelos)”. Los que escuchan a las mentiras, los chismes y los chistes sucios se identifican con ellos. 25:23, “El viento del norte ahuyenta la lluvia, y el rostro airado la lengua detractora”. El rostro airado o disgustado hará callar al que ande sembrando chismes y discordia. Los cristianos no deben prestar sus oídos a los carnales para ser usados como botes de basura.

      17:20, “El perverso de corazón nunca hallará el bien,  Y el que revuelve (agita, derriba) con su lengua caerá en el mal”.

      18:7,  8, “La boca del necio es quebrantamiento para sí,  Y sus labios son lazos para su alma. Las palabras del chismoso son como bocados suaves (se reciben con ganas, con hambre y sed de lo carnal),  Y penetran hasta las entrañas”.

      20:15, “Hay oro y multitud de piedras preciosas;  Mas los labios prudentes son joya preciosa”. Véase Mat. 13:45. El tesoro producido por labios prudentes que hablan el evangelio tiene mucho más valor que el oro y piedras preciosas. Es la perla de gran precio, porque es la verdadera sabiduría (3:15; 8:11, 1 Cor. 1:23).

      21:6, “Amontonar tesoros con lengua mentirosa  Es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte”.

      23:9, “No hables a oídos del necio,  Porque menospreciará la prudencia de tus razones”.

      24:26, “Besados serán los labios  Del que responde palabras rectas”. Mejor LBLA, “Besa los labios el que da una respuesta correcta (honesta, margen)”. La pregunta no tiene nada que ver con un beso, pero si quien pregunta recibe una respuesta correcta (honesta), un consejo bueno y práctico, es como recibir un beso.

      25:15, “Con larga paciencia se aplaca el (se persuade al) príncipe,  Y la lengua blanda quebranta los huesos”. Cuando alguna persona es acusada de conducta incorrecta o sospechosa, debe actuar y hablar de manera desapasionada y con calma. Esto convence al juez, pero si reacciona con enojo, palabras violentas y amenazas, el juez concluirá que es culpable. La paciencia vence. La paciencia quebranta el hierro.

      26:28, “La lengua falsa atormenta al que ha lastimado,  Y la boca lisonjera hace resbalar”.

      28:23, “El que reprende al hombre (que anda mal, que va hacia atrás dejando lo bueno y lo correcto), hallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua”, porque los buenos consejos y la reprensión hecha con amor sirven para convencer a muchos de los que andan mal, porque ellos mismos saben que andan mal y aprecian la ayuda de personas sinceras. Sin embargo, desprecian a los que lisonjean porque saben que dicen la verdad, sino que sólo buscan algún beneficio para ellos mismos.

      31:26, “Abre su boca con sabiduría (porque siendo una mujer virtuosa (v. 10) ella es una persona de mucha sabiduría, una mujer prudente y juiciosa; por lo tanto, sus palabras corresponden a su carácter),  Y la ley de clemencia (enseñanza de bondad, LBLA) está en su lengua”. Toda su conducta indica que ella ama a su marido y a sus hijos (Tito 2:4). Enseña la voluntad de Dios con amor.

III. Textos en el Nuevo Testamento sobre la lengua.

      En el NT su justicia es el evangelio. “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela” (Rom. 1:17). Sal. 119:172, “Hablará mi lengua tus dichos,  Porque todos tus mandamientos son justicia”.

      Rom. 10:9, 10, “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”. Compárense Mat. 10:32, 33; Hech. 8:37; Fil. 2:9-11. Confesamos a Cristo de muchas maneras. La lengua se usa para predicar, enseñar, exhortar, amonestar, alentar y consolar. Se usa también para cantar himnos y para orar a Dios, dándole gracias por tantos favores, pidiendo el perdón de pecados y  para hacer muchas súplicas.

      Heb. 13:15, “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”.

      Efes. 4:29, “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. 5:3, 4, “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;  4  ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias”.

      Col. 3:8, 9, “Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.  9  No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre  con sus hechos”. 4:6, “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.

      1 Tim. 3:8, “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez”.

      Sant. 3:1-12, “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.  2  Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.  3  He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.  4  Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.  5  Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!  6  Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.  7  Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;  8  pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.  9  Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. 10  De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.  11  ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?  12  Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

Conclusión.

      A. Prov. 18:21, “La muerte y la vida están en poder de la lengua,  Y el que la ama comerá de sus frutos”.

      B. Sal. 39:1, “Yo dije: Atenderé a mis caminos,  Para no pecar con mi lengua;  Guardaré mi boca con freno,  En tanto que el impío esté delante de mí”.

      C. Sal. 139:4, “Pues aún no está la palabra en mi lengua,  Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda”.

      D. Mat. 12:34, “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

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