La resurrección de Cristo

Introducción.

    A. Pablo dice en Rom. 1:4 que Cristo "fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos". Este texto nos hace ver la gran importancia de la resurrección: Cristo fue declarado Hijo de Dios por la resurrección. Si El no resucitó, entonces no era y no es en realidad el Hijo de Dios.

    B. Dice en Romanos 4:25 que Cristo "fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación". Nuestra justificación depende de la realidad de su resurrección. Si Cristo no resucitó, no hemos sido justificados. Desde luego, nuestra conversión a Cristo pierde su significado si en realidad Cristo no resucitó (1 Ped. 1:3, "nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos").

    C. Veremos en este estudio varias otras cosas que demuestran la gran importancia de la resurrección de Cristo.

I. Primero, es importante enfatizar que Jesús estaba muerto.

    A. Algunos incrédulos dicen que Jesús no estaba muerto, sino que solamente se desmayó, pero el Espíritu Santo ha guiado a los escritores inspirados a registrar varios detalles importantes acerca de la sepultura de Jesús.

    B. Según Juan 19:33, 34, los soldados pensaron quebrar las piernas de Jesús para que muriera más pronto, "Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua".

        1. Juan agrega, "Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis" (ver. 35).

        2. Mar. 15:43, "José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. E informado por el centurión, dio el cuerpo a José".

        3. Es muy importante que se observen los detalles registrados por estos escritores. Juan era un testigo ocular. Podemos leer estos detalles con indiferencia pensando ¿por qué será importante todo eso? Precisamente porque hay incrédulos que dicen que Jesús no murió y, por eso, no resucitó.

        4. Pero los que confirmaron que Jesús estaba muerto eran los mismos romanos: el soldado que le abrió el costado a Jesús; el centurión encargado del asunto; Pilato que investigó la cuestión; José de Arimatea, un miembro del concilio, hombre responsable.

        5. ¿Era posible que tales hombres responsables se engañaran y que en realidad sepultaran a Jesús vivo (solamente desmayado)? Solamente personas controladas por fuertes prejuicios aceptarán tal idea.

        6. Sin lugar a dudas, Jesús estaba muerto cuando lo sepultaron.

II. Obsérvese, pues, el sepulcro de Jesucristo.

    A. Mat. 27:60 dice que José "lo puso en su sepulcro nuevo"; dice Luc. 23:53, "en el cual aún no se había puesto a nadie"; y

Juan 19:41 dice, "sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno".

        1. ¿Por qué hacen mención del detalle de que era un "sepulcro nuevo", "en el cual aún no se había puesto a nadie"? Son detalles muy importantes para confirmar la resurrección.

        2. Era importante confirmar la identidad de Jesús con respecto a su sepultura y resurrección. El fue sepultado de una manera muy especial para evitar cualquier sospecha de engaño o decepción. Al leer estos detalles nadie debe pensar que fue así por casualidad, sino que debe reconocer que todo se llevó a cabo bajo la dirección de Dios para producir fe y eliminar toda duda.

        3. Según la costumbre de los judíos se sepultaban familias juntas en el mismo sepulcro, pero en tal caso es más difícil preservar la identidad de cada persona. Jesús no fue sepultado en un sepulcro familiar, sino en un sepulcro nuevo en el cual todavía no se había puesto a nadie.

    B. Mat. 27:60 dice también que ese sepulcro "había sido labrado en la peña"; también Marcos 15:45 dice, "que estabas cavado en una peña".

        1. ¿Era importante este detalle o se menciona simplemente como detalle incidental? Es otro detalle muy importante.

        2. Los judíos acostumbraban sepultar a sus seres queridos en cuevas. Recuérdese la cueva de Macpela comprada por Abraham (Gén. 23:7-20; 50:13).

        3. Pero en tales cuevas comúnmente hay túneles y si el cuerpo de Jesús se hubiera puesto en una cueva, entonces con más razón los enemigos pudieran decir que los discípulos llevaron el cuerpo a otra parte.

        4. Por lo tanto, el cuerpo de Jesús fue sepultado en un sepulcro nuevo en el cual todavía nadie se había puesto -- para que no hubiera duda alguna acerca de la identidad de la persona sepultada o resucitada -- y era un sepulcro cavado en la peña y, por eso, nadie podía decir que fue sacado por alguna salida del sepulcro. Los dos detalles evitaron toda posibilidad de decepción.

    C. Mat. 27:60 agrega otro detalle importante: "y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue"; Marcos 15: 46 dice "e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro" y luego en 16:1-4 registra la conversación de las mujeres que llegaron el primer día para ungir el cuerpo con especias aromáticas: "decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande".

        1. ¿Por qué mencionar la piedra "muy grande" que fue colocada en la entrada del sepulcro?

        2. Por un momento vamos a suponer que los incrédulos tienen razón cuando dicen que Jesús solamente se desmayó. ¿Qué tan fuerte estaba físicamente después de estar azotado sin misericordia, clavado a la cruz, y su costado abierto por una lanza? Después de estar en un sepulcro labrado en la peña con una piedra rodada a la entrada desde el viernes en la tarde hasta el domingo en la madrugada sin atención médica y sin comida -- aun suponiendo que había aire que respirar en el sepulcro -- ¿hubiera tenido la fuerza necesaria para remover la piedra? Los incrédulos no pueden creer la verdad, pero sí pueden creer esta teoría absurda.

    D. Mateo 27:62-66 explica el apuro de los judíos. Recordaron que Jesús había dicho: "Después de tres días resucitaré";

 Querían que los romanos aseguraran el sepulcro aun más. Con el permiso de los romanos "aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia". Esta precaución dio más tranquilidad a los judíos, pero al mismo tiempo sirvió para confirmar aun más el milagro de la resurrección.