El papel de la mujer

1 Tim. 2:15

Introducción.

            A. La mujer debe estar en sujeción. No debe enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre.

            B. “Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”. “Pero. Se introduce un contraste. El haber incurrido en transgresión, de parte de la mujer (ver. 14), con la sujeción subsecuente, no quitará que ella se salve eternamente (ver. 15). Aquí hay consolación” (BHR). “Se salvará en esta función, no por medio de ella” (ATR, énfasis suplido).

            C. La mujer debe estar en sujeción, pero en cuanto a su estado espiritual delante de Dios es igual al hombre (Gál. 3:28; 1 Ped. 3:7). Además, la Biblia no dice que el papel del hombre es más importante que el papel de la mujer.

            D. Por eso, conviene estudiar con cuidado lo que la Biblia dice acerca del papel de la mujer.

I. La mujer fue creada por Dios para ser una “ayuda idónea” para su marido.

            A. Gén. 2:18, “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. La palabra idónea significa apropiada.

            B. Fue creada, pues, para ser la compañera del hombre.

            C. Esto quiere decir que ella debe identificarse con su marido y ayudarle.

            D. Le escucha y le ofrece palabras sabias de consuelo, de ánimo y de consejo, porque sinceramente está interesada en él, en su trabajo, en sus problemas como también en sus planes y anhelos. Los dos son uno en sus propósitos y planes. Están unidos en enseñar, en guiar y en disciplinar a los hijos.       

            E. La sujeción de la mujer no requiere que ella simplemente diga, “lo que tú quieras”, porque el marido no es infalible. El puede equivocarse. Puede cometer un error. Si él anda mal y está llevando a sus hijos hacia el mundo, la mujer fiel no dice, “lo que tú quieras”, sino que le exhorta con buenas palabras, citándole textos apropiados para hacer que reflexione.

            F. La mujer hace del hogar un paraíso, un refugio, un castillo. El propósito principal de la “ayuda idónea” es que su marido y sus hijos amen su hogar, que estén contentos en su hogar. Muchas familias tienen problemas con sus hijos que siempre quieren “salir”; la mujer cristiana hace todo lo posible por crear un ambiente de amor, armonía, paz, tranquilidad y belleza, para que toda la familia encuentre puro contentamiento en su hogar.

II. La mujer buena es una gran bendición para el hombre.

            A. Prov. 18:22, “El que halla esposa halla el bien,  Y alcanza la benevolencia de Jehová”.

            B. Prov. 19:14, “La casa y las riquezas son herencia de los padres;  Mas de Jehová la mujer prudente”.

            C. Prov. 12:4 habla de la mujer virtuosa y también de la mujer mala: “La mujer virtuosa es corona de su marido;  Mas la mala, como carcoma en sus huesos”.

            D. Prov. 14:1, “La mujer sabia edifica su casa;  Mas la necia con sus manos la derriba”. Es muy cierto esto, pues la mujer sabia edifica y estabiliza la familia. Es el apoyo tan necesario para su marido e hijos.

            E. La influencia positiva que una esposa y madre tiene sobre su familia es muy grande. Al hablar de la importancia del papel de la mujer, no hay peligro de exagerarla.

III. ¿Cuál es, pues, el papel de la mujer?

            A. 1 Tim. 2:15, “se salvará engendrando hijos”. ¿Qué significa esto?

                        1. No se refiere a la obra personal. Es casi increíble pero hay hermanos que, basándose en 1 Cor. 4:15, argumentan que la palabra “engendrar” significa convertir gente, pues Pablo dice, “pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”.

                        2. No se refiere al nacimiento de Jesús como la glorificación de la condición femenina. “Algunos creen que la referencia de Pablo apunta a Gén. 3:15, y al nacimiento virginal de Jesús. Pero tal interpretación ignora el hecho de que tanto la salvación del hombre, como la de la mujer, dependen de que Jesús nació de mujer” (BHR).

                        3. La palabra griega es teknogonia, un sustantivo compuesto de teknon (hijos) y gennao, engendrar, denota el acto de tener hijos, “implicando los deberes de la maternidad, 1 Ti 2:15” (WEV). Compárese el uso de esta misma palabra en la misma carta, en el cap. 5:14, “Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos ”. Aquí se usa el verbo, teknogoneo. “La peculiar función de la mujer es la maternidad, no la enseñanza pública” (ATR).

            B. 1 Tim. 5:14, “Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa”. Al hablar Pablo del papel de la mujer él emplea una palabra muy significativa. El habla mucho acerca de la sujeción de la mujer (aun en esta carta, 2:11, 12), pero en 5:14 dice que ella debe gobernar su casa. Desde luego, lo hace estando sujeta a su marido, pero a todo marido juicioso y maduro le da gusto que su esposa se encargue de muchos detalles de la casa. Ella es reina del hogar. En un sentido importante ella comparte la dirección del hogar.

IV. El concepto de las feministas.

            A. A muchas mujeres modernas no les gusta el papel de la mujer presentado en la Biblia, pues creen que la mujer deber ser independiente del hombre, que debe tener su propia carrera. Creen que la mujer debe tener sus propios ingresos para que no tenga que pedir nada al marido. De esta manera, ella tiene su propio automóvil, compra su propia ropa, y gasta su dinero como ella misma desee.

            B. Según el concepto de tales “feministas”, el papel de la mujer como la Biblia lo describe es despreciable, aburrido y una forma de esclavitud.

            C. Pero recuérdese que toda mujer casada automáticamente llega a ser ama de casa, y que su trabajo es de tiempo completo. Entonces, si ella trabaja ocho horas en alguna oficina, ¿quién estará con los niños? ¿quién preparará una buena cena para la familia? ¿quién lavará la ropa y hará el aseo?

V. Debe tener espíritu afable y apacible.

            A. 1 Ped. 3:1, “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,  2  considerando vuestra conducta casta y respetuosa.  3  Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4  sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.  5  Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;  6  como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza”.

            B. ¿Cómo son las mujeres que no tienen espíritu afable y apacible? Prov. 19:13, “Dolor es para su padre el hijo necio, y gotera continua las contiendas de la mujer”; 21:9, “Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa”; 21:19, “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda”.

VI. La mujer debe estar contenta como ama de casa.

            A. Toda mujer que se case es ama de casa. Hay mujeres que no se casan, pero la que se casa llega a ser ama de casa. Debe cumplir con sus obligaciones como esposa, como ayudante de su marido. Debe amar el trabajo doméstico: la preparación de la comida, el aseo de la casa, el cuidado de la ropa, etc.

            B. Tito 2:3-5, “Las ancianas …enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa  (hacendosas en el hogar, LBLA, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”.

            C. Debe estar en casa con sus hijos. Debe estar cuando salgan y cuando lleguen. Ellos la necesitan para muchas cosas. Debe proveer no sólo el cuidado físico y emocional, sino también el cuidado espiritual. Al nacer sus hijos ella debe enseñarles a amar a Dios y a estar sujetos a sus padres. Ella es su maestra y consejera. Les escucha y les da consejos sanos. Es compasiva con ellos y también les disciplina cuando la necesitan. El marido tiene mucha responsabilidad respecto a sus hijos, pero cada día él está fuera del hogar trabajando y la mujer tiene que aceptar la responsabilidad de ser madre y padre de sus hijos hasta que su padre llegue en la tarde. Desde luego, hay mujeres que siempre están en casa pero que no cumplen con su deber como ama de casa, porque pasan mucho tiempo hablando por teléfono, viendo televisión o durmiendo. No hablamos, pues, de simplemente estar físicamente en casa.

            D. Ella es la maestra principal de sus hijos durante los primeros años de su vida. 2 Tim. 3:14-15; 1:6; Hech. 16:1, 2.

                        1. La madre fiel tiene mucho que ver con la educación y preparación de predicadores, maestros, ancianos y diáconos y muchos otros cristianos (hombres y mujeres).

                        2. Un dicho en inglés afirma que “la mano que mece la cuna rige al mundo”.

            E. Obviamente este trabajo es de tiempo completo. En realidad, dicen muchas mujeres que su trabajo nunca termina. Entonces, ¿cómo puede la mujer aceptar un empleo de tiempo completo para trabajar ocho horas cada día fuera del hogar? De esa manera ella tiene dos trabajos de tiempo completo.

                        1. Al llegar de su trabajo en la oficina (o fábrica, etc.) su trabajo de tiempo completo en el hogar le espera, pero ella está tan cansada como su marido y los dos quieren descansar.

                        2. ¿Qué puede hacer? Puede ocupar gente para hacer algo de su trabajo, aun el cuidar de los hijos, pero no hay nadie que pueda substituir a la madre en el hogar. También puede instar al marido y a los hijos a ayudarle, pero de esto resultan quejas, argumentos y mucho mal humor.

                        3. En fin, el resultado es que la vida de la familia no es normal. No es lo que debe o puede ser. Se sacrifican cosas buenas y deseables para tener más dinero, pero el dinero no puede comprar lo que la familia pierde. No hay nadie ni nada que pueda substituir a la fiel esposa y madre como ama de casa.

            F. Pero hay otra cosa peor. Al trabajar ella todo el día por cinco o seis días cada semana en compañía de algún hombre (o hombres), hay mucho peligro de la fornicación y del divorcio. Desde luego, es muy cierto que muchos hombres cristianos tienen que confrontar este problema todo el tiempo, pero el varón está obligado a trabajar fuera de la casa para proveer para los suyos (1 Tim. 5:8; 1 Tes. 4:11; Efes. 4:28). El simplemente tiene que ser fuerte y resistir toda tentación. ¿Hay peligro(s) donde usted trabaja? ¿Por causa de la maquinaria o por manejar químicas u otra cosa peligrosa? ¿Tiene usted miedo? Claro que sí porque de otro modo el trabajo sería aun más peligroso. Usted está consciente del peligro y, por eso, tiene mucho cuidado.

                        1. Todo varón debe estar consciente del peligro cuando tiene que trabajar en compañía con alguna(s) mujer(es).

                        2. ¿Cómo está la secretaria? Siempre agradable, cooperativa y atenta, pero ¿cómo es la esposa? Ineludiblemente estará comparando estas dos mujeres, ¿cuál de ellas ganará? Muchas veces la secretaria gana y el resultado es un divorcio (o dos).

                        3. Conocí a un diácono en una iglesia en Oklahoma. Nos sorprendió al anunciar que se había enamorado con una mujer de la panadería donde trabajaban. El se divorció de su esposa, una fiel cristiana, y se casó con su querida. Entonces ¿vivieron felices hasta la muerte? No creo, porque le sobrevino al hermano una depresión horrible y cometió suicidio.

            G. La mujer que trabaje fuera de casa porque quiere más dinero y cosas materiales voluntaria e innecesariamente se somete a la tentación. Dice Jesús, (Mat. 26:41), “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Esta mujer de la cual hablamos no vela, sino que con ojos abiertos entra en tentación.

            H. La degeneración o decadencia de Estados Unidos se debe en gran parte a la caída del hogar, la cual ha sido el resultado del abandono del hogar de parte de la mujer, quien trabaja todo el día para ganar dinero. Algunas mujeres quieren trabajar fuera del hogar para ser más independientes, pero muchas lo hacen, con la aprobación de sus maridos, para que haya mejor casa (con más y mejores muebles, aparatos eléctricas y electrónicos), más dinero para vacaciones y otras salidas, más dinero para consentir y arruinar a sus hijos, más ahorros, etc.

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