¿Qué Hacer Con La Carne?

Introducción.

     A. Recuérdese que la palabra "carne" se refiere al "enemigo dentro de las puertas" (Barclay), el aliado de Satanás que vive en nosotros y lucha contra el Es­píritu porque su gran objetivo es la des­trucción del alma.

     B. El hombre no nace corrupto. Para ser salvos tenemos que volvernos y ser como niños, porque "de los tales es el reino" (Luc. 18:16).

         1. Gén. 8:21 Pero "el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud". Aquí está el origen de la "carne". Desde la juventud comenzamos a recibir pensamientos y deseos malos en el corazón, y a través de ellos el diablo nos tienta (Sant. 1:14).

    2. Ecles. 7:29 "Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones".

     C. La Biblia nos instruye ampliamente sobre este enemigo y lo que tenemos que hacer con él.

I. Crucificar La Carne Con Sus Pasiones Y Deseos, Gál. 5:24.

A. La carne tiene "pasiones y deseos". Tiene apetito fuerte. Tiene deseos fuertes, pero son deseos malos.

          1. "Epithumia, un deseo, anhelo, con­cupiscencia, mayormente de malos

deseos" (Vine).

          2. Se refiere a "los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia" (1 Ped. 1:14).

     B. La palabra "pasión" (pathema) sig­nifica sufrimiento (por ejemplo, "la pasión de Cristo"). Entre las definiciones de Larousse una dice "Perturbación afecto desordenado del ánimo: dejarse llevar de sus pasiones".

         1. Puede referirse a cualquier emo­ción: odio, amor, temor, gozo, aflicción, etc. o todas las emociones colectivamente (Diccionario. Webster).

         2. Pathema, según Vine, "denota sufrimiento; en el pasaje de Gál. 5:24 los sufrimientos son los producidos por ceder a la carne".

         3. Debe de haber alguna conexión semejante entre los deseos malos y el sufrimiento. De otro modo la palabra "pasión" no se hubiera adaptado a tal uso. De todas maneras, es obvio que los deseos desordenados sí producen mucho sufrimiento. "La condición enfermiza de la cual sale el deseo malo" (Vincent).

   4. Cualquier emoción excesiva o des­controlada produce sufrimiento. Debemos practicar el dominio propio en todo. Mu­chos se han arruinado por dar rienda suelta a sus emociones.

     C. Pero el sentido más común de la palabra "pasión" es dar rienda suelta a los deseos malos, mayormente los deseos sen­suales, como también los deseos de dañar a otros (odio, furia, venganza).

     D. "Crucificar" es palabra muy fuerte.

         1. La palabra "crucificar" indica que en nuestro arrepentimiento nos separamos del pecado (la palabra "muerte" significa "separación").

        2. Se emplea este término porque los deseos y pasiones carnales no son juguetes, sino armas del diablo para des­truirnos. Hay que dar muerte a ellos. Debe ser un acto fuerte, radical, y con fi­nalidad (como la muerte). Rom. 6:6, "nuestro viejo hombre fue crucificado". El "viejo hombre" se refiere a la vida pasada que fue entregada a las pasiones y deseos de la carne.

  3. Pablo explica que en la conversión nos identificamos con Cristo. 

       4. Que como El murió en la cruz, mo­rimos al pecado (nos separamos de él); como El fue sepultado, somos sepultados en el bautismo; y como El resucitó nosotros resucitamos o salimos de la sepultura del bautismo para llevar una vida nueva.

      5. Col. 3:5 "Haced morir, pues, lo te­rrenal en vosotros ("dad muerte a los miembros que están sobre la tierra", mar­gen, BAS): fornicación, impureza, pa­siones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría".

      6. Gál. 2:20 "Con Cristo estoy junta­mente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí".

II. Renunciando A La Impiedad Y A Los Deseos Mundanos, Tito 2:12.

     A. Arneomai, negar, rechazar, renun­ciar, rehusar, abandonar, abrogar.

     B. Debemos negar y abandonar los deseos mundanos, como no debemos nunca

"negar" o abandonar la fe o el nom­bre de Cristo (Apoc. 2:13; 3:8).

     C. ¿Por qué? Porque manchan, es­clavizan, ciegan y destruyen.

III. No Proveáis Para Los Deseos De La Carne, Rom. 13:14.

A. Nosotros mismos hemos creado la carne. Hemos recibido y aceptado los pensamientos y deseos malos como "habitantes" ("huéspedes") del corazón.

         1. Estos piden sostenimiento, quieren alimentación.

    2. Quieren que "proveáis" para ellos. Hay que traerles "provisiones".

     B. Pablo dice no "poieo (hacer) pronoia (provisión)".

    1. También la palabra pronoia sig­nifica premeditación. Significa pensar en alguna necesidad y proveer para ella.

    2. En Hech. 24:2 la palabra se traduce "providencia" (BAS).

C. Otras versiones indican que el hombre premedita planes para satisfacer la carne, hace caso de la carne, tiene cuidado de la carne. Estos conceptos caben perfectamente.

     D. Si no proveemos para los deseos de la carne, éstos morirán. Es precisa­mente lo que Dios quiere. Quiere que muera la carne, que sea crucificada.

     E. ¿Cuándo proveemos para los de­seos de la carne?

1. Cuando andamos en mala com­pañía, 1 Cor. 15:33.

2. Cuando escuchamos o usamos malas palabras, Efes. 4:29; 5:4; Col. 4:6 (palabras sucias, chistes sucios, chismes, calumnias, palabras ociosas, Mat. 12:34-37).

           3. Cuando miramos para codiciar, Mat. 5:28; al ver fotos y películas sensuales (cine, TV, revistas, etc.) "proveemos" para los deseos de la carne.

          4. Cuando codiciamos cosas mate­riales. Col. 3:5; 1 Tim. 6:9,10.

               a. El amor al dinero significa también lo que el dinero compra: el amor inmo­derado de casas, muebles, carros, motone­tas, bicicletas, etc.

               b. Se puede proveer para los deseos de la carne por ir frecuentemente al cen­tro para ver (y querer, codiciar) ropa, aparatos, etc.

               c. O simplemente ver (codiciar) la mercancía presentada en catálogos, en el periódico, en la televisión, etc.

     F. Suprimir y no estimular. Las pa­labras "crucificar", "hacer morir", "renunciar" (o negar), etc. indican que debemos suprimir y controlar los deseos carnales, en lugar de estimularlos.

IV. No Satisfagáis Los Deseos De La Carne, Gál. 5:16.

     A. "Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne" (BAS).

     B. Teleo, cumplir, consumar. No cumplir el deseo de la carne significa no satisfacerlo, no hacer lo que la carne pide. Más bien, negarla.

     C. Todos son tentados. Se nos presen­tan muchas cosas atractivas y "deseables", pero el cristiano conoce la voluntad de Dios, sabe lo que le agrada y lo que no le agrada, y rehúsa el pensamiento o el de­seo que no conviene. Lo rechaza inme­diatamente. No lo medita más, sino lo barre de su mente y no le da residencia en su corazón.

V. Huir De Las Pasiones Juveniles (2 Tim. 2:22).

     A. 1 Cor. 6:18 Huye de la fornicación.

          1. Como José, Gén. 39:12.

          2. Hay muchas mujeres provocativas, visten ropa indecente, pero el hombre puede evitar la mirada codiciosa.

         3. "Huye" de libros, revistas, fotos, pláticas sensuales.

     B. 1 Cor. 10:14 Huid de la idolatría, toda forma de ella (recuerde Efes. 5:5; Col. 3:5).

        1. Jesús y los escritores del N. T. (Espíritu Santo) habla MUCHO del materialismo. Es el dios Mamón (Mat. 6:24).

   2. "Huye" de este dios, obedeciendo Mat. 6:19,20; 1 Tim. 6:17,18.

     C. 1 Tim. 6:11 Huye de estas cosas (codiciando cosas materiales).

     D. 2 Ped. 1:4 Los cristianos somos los que hemos "huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupi­scencia" (epithumia, deseos malos).

Conclusión:

     A. Así es que la Biblia nos enseña claramente qué hacer con la carne. No sólo explica la gran lucha entre el Espíritu y la carne, sino también nos dice cómo ga­nar la victoria (porque tenemos que poner nuestra parte).

     B. Debemos crucificar (poner a muerte, hacer morir) la carne, Gál. 5:24; Rom. 6:6; Col. 3:5.

     C. Debemos negar o renunciar a los deseos mundanos, Tito 2:12.

     D. No debemos proveer para los de­seos de la carne, Rom. 13:14.

     E. Si andamos conforme al espíritu no cumpliremos el deseo de la carne, Gál. 5:16. No cumplir, no satisfacer.

     F. Debemos huir de los deseos de la carne, 2 Tim. 2:22 (pasiones juveniles), 1 Cor. 6:18 (la fornicación), 1 Cor. 10:14 (la idolatría), 2 Ped. 1:4 (la corrupción a causa de la concupiscencia).

     G. Por lo tanto, en esta lucha mortal contra la carne, "el enemigo dentro de las puertas", hay mucho que podemos hacer y mucho depende de nosotros.